Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
Lo dice el Santo Padre de Roma, nuestra sociedad se encamina hacia la ruina que es un destino antipático que suena a final de trayecto. Parece que el revisor nos va a echar a todos del vagón y fuera hace un frío de mausoleo. El Vaticano tardó unos años en admitir que la tierra no era plana pero ahora ha visto con clarividencia que no llegamos a fin de mes. Y si lo dice el Papa que tiene fuentes de reconocida solvencia, entre ellas el Espíritu Santo, por algo será. Tampoco estaría mal que Su Santidad aclarase si habla en parábola o es que maneja información privilegiada; si fuera el primer caso tal vez habría motivos para pensar en la salvación financiera puesto que las parábolas están hechas para reconducir conductas, no para escribir epitafios. No se conoce parábola que haya matado hombre.
Un alemán al que le ha tocado la lotería europea, (un premio de esos que tiene tantos ceros que no caben en un cheque), ha decido donar parte de la fortuna a los ?pobres?. Este concepto es, ahora mismo, bastante difícil de acotar. A los tradicionales pobres de solemnidad se han añadido esas marquesas que dibujaba Serafín en ?La Codorniz?; unas señoras que salieron de casa muy enjoyadas pero que el camino a misa se han quedado sin un euro por culpa de una inversión en mal estado. Y lo que es peor: lo ignoran y siguen mandando al chófer a por pasteles. Así que el premiado ciudadano alemán va a tener serios problemas de conciencia para saber a qué tipo de pobres les tiene que dar el dinero: si a los de toda la vida, o a los que lo son pero todavía no se han dado cuenta. Lo último esta Navidad no era sentar a un indigente en la mesa sino a un banquero para darle una taza de caldito y un trozo de pollo. Creo que lloraban como Boabdil al dejar Granada, quizá algo más.
El camino hacia la ruina sería la versión de vuelta de Sodoma y Gomorra, el regreso a las tinieblas de la ruina pelotera. Algo que ya anunciaba el replicante de ?Blade Runner? al final de la película cuando recordaba todo lo que había visto en su vida y que a partir de ese instante esos recuerdos se iban a perder en el tiempo ?como lágrimas en la lluvia?. Una versión científico-poética del ?llueve sobre llorado?. Con cierta perspectiva histórica podemos encontrar más claves económicas en la obra de Philip K Dick ?¿sueñan los androides con ovejas eléctricas??, que en ?El Capital? de Marx. Y el que se ocupa de las ovejas es un pastor, y los pastores igual leen libros que cuidan de las almas. Parábola arriba, o abajo, el resultado es cierta inquietud y un temblor angelical. Puede que sea escarcha en las alas; o no.
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