Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
Dicen los grandes gurús del capitalismo que el futuro está lleno de pobres, y lo que me pregunto es qué consideran ellos que es un pobre, (porque hasta la fecha los ha habido). Me pregunto qué quieren decir los amos de la economía cuando dicen que todo seremos menos ricos, ¿les afecta a ellos también?, ¿van a dejar los campos de golf para que en esas praderas se siembre trigo?, ¿a que no hay?
La pobreza vista desde el despacho de una multinacional es una niebla lejana de contaminación y espanto que nunca llega a manchar los ventanales. Demos por seguro que esos tipos saltarán con el maletín rumbo a alguna isla desierta y nos dejarán en el agua hasta que el mar de ?su pobreza? nos engulla. La moraleja de este cuento de terror que pintan algunos es que, quizá, el mundo sea más libre, más justo y más solidario sin ellos. Lo que no se dan cuenta es que hemos empobrecido por su culpa, por una mala gestión basada en la esquilmar materias primas y hombres honestos. Unos a otros se fueron pasando el globo relleno de nada hasta que les estalló entre los dedos y descubrieron el horror.
Pobres, tal y como éstos dicen, los ha habido toda la vida, y no les han hecho ni puñetero caso nunca. Pobres de solemnidad, pobres de pensión, pobres viudas y pobres del Tercer Mundo.
Más bien parece que esos tipos se han dado cuenta de la poca vergüenza que tienen, por eso desean que llegue el Apocalipsis trompetero, para no tener que dar cuentas a nadie.
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