Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
SI debería presentarse Esperanza Aguirre como alternativa en el congreso de junio. Y, además, cuantos otros candidatos tuvieran en su mente un modelo distinto al de Rajoy que acude en calidad de problema teológico puesto que es padre, hijo y santo palomo, (continuidad, solución y alternativa divina).
Al PP le crujen las bisagras, sólo por el hecho de que Aguirre haya hablado de ?ideas?, (no de personas, y mucho menos de presentar su candidatura), el barco del centro/derecha se ha resentido. Los ventanales de la calle Génova temblaron, luego la casa ha notado escalofrío como escribió Gómez de la Serna. Sólo la perversidad de una democracia interna absurda lleva a que los barones del PP salgan alarmados con el casco de bombero sin que haya constancia del fuego. Todos con Mariano como si aquí no hubiera pasado nada y el descontento fuera una molestia pasajera, (y aceptar la resignación como elemento de renovación del partido, y así pasen cuatro años con Pizarro sentado en la quinta fila del Congreso). Más que una calma chicha en el PP lo que hay es una ?calma sosa? Rajoy se limita a disfrutar de la emoción que produce ver crecer la hierba, de ahí la expresión de Aguirre de ?nasty party? que es una manera de diagnosticar la arterosclerosis de un partido. El pasado lunes la presidenta de Madrid trazó un discurso de hondo calado liberal en el Casino de Madrid, y sólo por hablar de ideas otros han dudado de sus apoyos dentro del partido, le han llamado ?la indecisa? y también la que da el ?espectáculo?. Atreverse a pensar en alto es una osadía que ha de pagarse con una lapidación de desprecios, los que atacan a las ideas creen que lo mejor es tapar las bocas para que no verbalicen pensamientos. Hemos visto episodios tan abracadabrantes como que Gallardón, (aquel que todavía no ha resuelto en público sus dudas para dejar el partido), acuse a Aguirre de irresoluta. Y, luego, la ?baronía? del PP en formación de prietas las filas entorno a Mariano y recordando que sin compromisarios no hay apoyos, cuando en realidad deberían reconocer que con ese reparto de compromisarios lo que no hay es democracia interna sino palmeros agradecidos.
Alguien que conoció bien el partido por dentro, Francisco Álvarez Cascos, recuerda que el PP nunca fue una formación de barones sino de compromisarios, y éstos pueden elegir la opción que más les guste porque su voto no está atado. Pero el PP no está preparado para escuchar verdades sino para entregar su alma al líder y que a esperar a que se abran las aguas a su paso, (eso es fe). En la medida en la que Esperanza Aguirre quiera colocar un espejo delante de los resultados del 9 de marzo, otros darán pasos atrás por no verse reflejados. Según la leyenda que recogió Bram Stoker los vampiros huyen de los espejos. Los vampiros son gente que creen que están vivos aunque viven en criptas oscuras.
Todas esas personas que han tirado con bala contra Aguirre podrían aportar sus ideas al congreso de junio, ya que critican con saña por lo menos que defiendan con entusiasmo sus sólidas posiciones. Seguro que en ese congreso el PP sacaría enseñanzas muy positivas para el futuro; un debate también con Pedro Arriola que tan buenas propuestas tiene.
Una vez desatado el debate ideológico no pueden volver atrás con los personalismos, eso sería cerrar un congreso en falso. Muy a la desesperada tiene que estar Rajoy para hacer como el entrenador del Getafe cuando el marcador apretaba: echar ?barones? fuera. Con el patadón y todos para delante no se consiguen milagros. Hablar de ideas no es deslealtad sino síntoma de inteligencia, otros son los que tendrían que hacérselo mirar, igual confunden cargo con momio y lealtad con sueldo. Y esperanza con miedo.
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