Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
En el fútbol, como en la política, también existe el voto útil. Los seguidores del Atlético de Madrid tienen que aguantar hoy el ?cachondeíto? de sus amigos madridistas: ?¡gracias por echarnos una mano!?. Esos mismos amigos que les han tenido siempre por prescindibles indios de riachuelo, y que el sábado experimentaron una enorme emoción rojiblanca, como si el Calderón fuera la Meca del madridismo, (el santoral está lleno de pecadores arrepentidos que encontraron el camino de salvación a última hora). El Atlético ganó ?por sí y para la Humanidad? como dice la letra del himno de Andalucía de Blas Infante, pero mucho más para el Real Madrid al que le apañaron la crisis en una tarde memorable. ¿Hay algún motivo para explicarse por qué el genio de la lámpara decidió volver a trabajar el sábado? Respuesta: no, (ni el camarada Gromiko conocido por ?Mister Niet? sabría dar una explicación). Ni un congreso de semiólogos en el polo norte que lleguen en un todo terreno acompañados por Gergie Dann sabría qué decir.
Esa es la condición del pobre: divertir al rico que para eso uno ha nacido ?resalao?. ¡Que la Liga se pone coñazo y hace falta un revulsivo: traiga usted a su equipo al Vicente Calderón! Ahora que científicos nórdicos estudian crear una reserva de plantas para salvaguardar la biosfera, que tengan en cuenta el gen atlético. Hay cosas que no se deben perder nunca. Cerezo, tronki-presidente, el Atlético de Madrid es el equipo que hace felices a los demás. Y a resignarse porque toca. Por cada atlético que saltaba con las jugadas del Kun? cien madridistas experimentaban una subida de hormonas semejante a recibir una sms de Elsa Pataky.
Tenía que ser ante el Barça cuando el torbellino de emociones saltara en el Manzanares. Tenía que ser cuando el Atlético favoreciera al Real Madrid de forma directa. Y eso que el partido empezó como es costumbre: palmando. No quiere decir que el Atlético debía haber evitado la victoria, (para las pocas que se tienen a tiro? ¡como para no lanzar a puerta!), pero también es verdad que habría sido una derrota dulce si, además, el Barcelona se hubiera puesto por delante del Real Madrid. Ese ataque de prurito que les entró a la plantilla de Aguirre igual vale una Liga, por lo tanto el Atlético les ha pagado la mitad del bonobús a los madridistas para que vayan a saltar a Cibeles. Si esperan los colchoneros que les hagan un homenaje, van dados.
Ahora se entiende mejor la foto de Cerezo con la camiseta del Real Madrid. La única forma de evitar la tentación es caer en ella. ¡Qué manera de ganar a lo blanco para luego tener remordimientos a lo rojiblanco! Cerezo: no tenemos remedio.
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