Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
Rafael Martínez-Simancas nació en Rute (Córdoba) en 1961. Es licenciado en Ciencias de la Información (Periodismo) por la Universidad Complutense de Madrid. Escribe en ?El Mundo? desde el año 2001. Antes lo hizo en ?Diario 16?. Su trayectoria profesional se ha desarrollado en la radio donde comenzó en 1984, en la desaparecida Radiocadena Española. De ahí pasó a COPE, SER y Onda Cero. Antes de incorporarse al proyecto de ?El Mundo en Portada?, dirigía y presentaba el programa ?Nada Partidarios?, en Intereconomía Televisión, así como el programa ?La Cosa Nostra? en Radio Intereconomía. Ha publicado dos libros con Julio Anguita: ?Corazón Rojo? y ?El tiempo y la memoria?, además del libro de humor ?Estoy en el candelabro?. Tiene una Antena de Oro por su participación en ?La Brújula de El Mundo? cuando la dirigía Victoria Prego.
Laura Cascajosa. Madrid
(30-01-2008)
- Siempre ha sido hombre de radio y prensa, pero ahora su mundo es la televisión, ¿qué medio cree que le es más fiel?
Además de trabajar en “El Mundo en Portada”, en Veo Tv, tengo la suerte de seguir escribiendo en las páginas de “El Mundo”. De todas formas, la gente que nos hemos formado en la radio tendemos al micrófono con enorme nostalgia. Pero en la televisión he encontrado un medio muy interesante que desconocía y en el que ahora me encuentro cómodo.
- Se define como curioso, satírico y, a veces, “canalla”. ¿Le han valido esas características para hacerse su hueco en el mundo de la comunicación?
La condición de canalla se adquiere en función de mirar la vida con pasión pero también con ironía, con toda la que puedo, y sin perder la perspectiva de la mirada socarrona. Sí al rigor informativo, no al rigor mortis. La columna que escribo en “El Mundo” lleva por título “Insolencia Pasajera”, (una manera de acercarse a la realidad con descaro pero sin impertinencia, y, en todo caso, sin ofender demasiado).
- La tertulia es la esencia de su programa “El Mundo en Portada”, ¿le está dando los argumentos suficientes para que sus lectores puedan disfrutar leyendo otro de sus libros?
En “El Mundo en Portada” tenemos como bandera escuchar todos los argumentos para que luego cada uno extraiga sus consecuencias. En ese sentido, la tertulia es un argumento inagotable de experiencias. Pero no sé si una novela que hable de tertulianos tendría asegurada la segunda edición? ahora estoy acabando una novela pero sin tertulianos, ¡y es posible!
- En uno de sus libros “Estoy en el candelabro y otros nardos en la palabra”, hace un análisis exhaustivo de las frases y vocablos que se han hecho famosas ¿qué valoración hace, desde un punto de vista lingüístico, de estas “aportaciones” a la lengua actual?
Desde el latín de Julio César hasta la fecha, no hemos parado de darle puñaladas al diccionario, (y también a Julio César, como nos consta). El lenguaje es algo tan vivo que no tiene puertas, por eso es apasionante y se regenera continuamente. Recomiendo la lectura de “Elogio del error”, de Pino Aprile, ahí encontrarán explicaciones de por qué las cosas mejoran cuando empeoran, (es paradójico). Y, en cuanto a los “nardos”, hay aportaciones sublimes, como cuando aquella folclórica dijo “estoy mayor pero no pertenezco al Parque Jurídico”. O esa otra que sentenció: “¡todo en esta vida es tan emífero!”.
- ¿Tiene usted muchos enemigos desde la publicación de este libro?
No creo que más que antes de publicarlo. Como dice mi buen amigo Ángel Antonio Herrera: yo no estoy en esto para hacer amigos. Uno es un cronista impenitente, e impertinente, que se dedica a la caza de historias fascinantes para luego contarlas. Los hay que coleccionan botes de cerveza vacíos. No es mi caso porque no bebo alcohol. Pero si alguien se dio por aludido, que lance el primer nardo?
- ¿En qué ámbito cree que se han dicho los mejores nardos?
Sin duda, los políticos, que tienen gabinetes de comunicación que les maquillan sus palabras. Digamos que a la hora de “nardear” todo vale. Recuerdo cuando Bono dijo en “El Mundo en Portada” que se estaba pensando el regreso a la política porque no quería que nadie le “gallardoneara” (consiste en que te ofreces, te niegan, insistes y, al final, quedas fuera de las listas). Otra aportación antológica.
- ¿Cree que la política estaría menos crispada sin la influencia de los grandes grupos de comunicación?
Creo que sin los grandes grupos de comunicación no habría política que fuera interesante. Eso es.
- ¿Quién cree que ganará las próximas elecciones?
Ni idea, pero iré a votar y no soy de los indecisos que tengan pendiente el voto para la última hora. Si los políticos lo hicieran bien no harían falta campañas electorales, bastaría con analizar su gestión durante los cuatro últimos años. Esa frase no es mía, sino de Julio Anguita, con el que escribí dos libros: “Corazón Rojo”, y “El tiempo y la memoria”.
- ¿Qué piensa de la prensa del corazón actual en la que todo vale?
No soy nadie para criticar a mis compañeros. Esa prensa tiene mucha venta en los quioscos y mucha audiencia en televisión. En el fondo, hay mucho famoso que no conseguiría dormir si no le sacan dos veces a la semana en la tele.
- Carlos Herrera, Luis del Olmo, Julia Otero, etc. ¿con qué profesionales ha llegado a cultivar una gran amistad?
Con los tres (y con otros muchos más). Pero no soy nada mitómano, así que mis amistades están en función de mis cariños y no porque sean líderes de opinión. A mi las estrellas me parecen seres lejanos y bastante fríos, hay que fijarse en las personas, y los tres citados son grandes personas.
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Etiquetas: entrevista, la güé de rafael martinez-simancas