Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
Si de verdad se hubieran preocupado por el negocio del entorno de la Puerta de Sol, no habrían apostado por las grandes superficies. Uno siente nostalgia de las tiendas pequeñas, ya desparecidas, que un día dieron lustre al entorno de la Plaza Mayor, (en una de ellas trabajaba López Vázquez cuando hacía el papel de ?un señor de negro?). Por lo tanto esta aireada medida del Gobierno regional no es otra cosa que potenciar la destrucción del pequeño comercio para dar carta blanca a la implantación de todo tipo de hipermercados.
El comerciante de barrio no ha podido sobrevivir en la jungla de centro en la que le fueron aislando hasta convertirlo en animal en extinción; acorralado por puestecillos ilegales, mantas con ropa, y obras diversas que pusieron dificultades al tránsito por su calle.
Pronto veremos como los viejos cines de Gran Vía se reconvierten en comercios de varias plantas donde luego te cobra alguien que no te mira a la cara y que pasa la compra por una máquina que pita. A cambiar el diálogo con el vendedor por la lectura del código de barras le llaman comercio.
Si la Comunidad de Madrid está tan convencida de las ventajas que supone abrir todos los días de la semana las tiendas de Centro? suponemos que tampoco tendrá problema para hacer lo mismo con su administración. Por lo tanto, señora presidenta: ¿Para cuándo la apertura de consejerías los domingos? Sería una lección de eficacia liberal.
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