Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
Cuando llega noviembre en el calendario del despacho del belenista, éste se descompone en terribles sudores y en taquicardias. ¿Qué dirá la presidenta Aguirre este año? El médico del seguro le tiene recomendado que se pase a las maquetas de barcos porque en el Museo Naval no son tan rigurosos.
Este año le ha caído un chorreo porque el Niño Jesús era demasiado grande, tenía los ojos cerrados y las cejas pintadas. Igual es que se parecía a Gallardón y a la presidenta le ha parecido mal del todo. Así que vuelta a casa con el niño y a ponerle a dieta de biberones de biomanán para que no le regañen cuando regrese con él el día 24 por la mañana.
Se habla mucho del estrés laboral del controlador aéreo pero nada se dice del belenista de la Comunidad de Madrid que se juega su prestigio cuando Aguirre ejerce de cónsul de Judea y pasa revista a las tropas del nacimiento. Dicen que algunos pastorcillos, acojonados, se esconden en las cuevas para no ser sometidos a una reprimenda.
Nos podemos preguntar qué hubiera sido de coincidir Diego Velázquez con Esperanza Aguirre, (los chorreos que le habrían caído al pintar Las Meninas)? que si el perro no es de ese color, que si el traje de la infanta no da bien con el fondo, que si la puerta es más grande, que si usted no sale en el cuadro porque es mucho chupar plano? o menuda la que le hubiera liado a Picasso por pintar una bombilla en el centro del cuadro habida cuenta de las malas relaciones de Aguirre con las eléctricas.
El año que viene lo suyo es que haga una Operación Triunfo con el belén y que la presidenta elija a las más convenientes nominando a las poco ortodoxas. Y, en plan pelota del todo, poner la cara de Güemes a un rey mago. Aunque para Gaspar da mucho mejor Luis Eduardo Cortés, con Manzano de paje de IFEMA. Y así acertará este hombre.
Pobre del relojero como las campanadas vayan con un segundo de retraso. Lo suyo es que las adelante para contraprogramar a las otras cadenas que osen tomar imágenes de otros relojes que no sean el de la Puerta del Sol.
El sindicato de lavanderas y patos de río de papel de plata está muy desconcertado. Se temen una reestructuración de plantilla, un ERE encubierto. Ya han avisado a Méndez y a Fidalgo por si pueden mediar en este conflicto.
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Etiquetas: madridiario.es, opinion