Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
Decía el anuncio: ?hay otros mundos?, (lo cuál te lleva a pensar si estarás en el acertado). Menos mal que lo remataba: ?pero están en éste?, (es decir, que si no has encontrado un mundo mejor es porque eres un completo bobo, todo es ponerse a buscar y ya verás).
La presidenta regional parece estar instalada en el mundo de las ideas de Platón, y cuando baja a la realidad del mundo de las cosas no se encuentra, algo bien distinto a decir que esté perdida. A veces, andar extraviado es la mejor forma de descubrir un camino diferente y mejor. Si Jardiel escribió que Eloisa estaba debajo de un almendro, un dramaturgo moderno podría decir que Esperanza Aguirre está debajo de una parra, que es lugar de agradable sensación atmosférica. Bajo las parras el tiempo se detiene y la sombra se vuelve plácida; si las casas de protección oficial tuvieran parras en lugar de tendederos, la gente sería mucho más feliz.
Por eso la presidenta confundió a Tomás Gómez con un agente forestal. Un equívoco producto del ?parrismo?, nada a tener en cuenta, no es grave. En mi pueblo cuando alguien está con el ?parrismo? se le dice: ?¡lástima de hombre!?, y se le tiene compasión, eso sí con algo de cachondeo interno también, pero ya se sabe como son los pueblos de Andalucía.
Tendría su gracia que, llevada por el ?parrismo?, la presidenta creara el premio de poesía ?Tomás Gómez? y que fuera a parar a manos del poeta desconocido. Eso sí sería un acción poética en condiciones, como las que daban los autores de los setenta cuando irrumpían en el metro de París para leer en alto a Verlaine.
Hay cuerpos celestes, cuerpos danone, cuerpos soberbios y cuerpos transparentes.
¿Quién es Tomás Gómez?, se pregunta doña Esperanza. Y uno no se atreve a responder porque no es fácil acotar quienes somos, de dónde venimos y si habrá sitio para aparcar cerca del Calderón.
El ?parrismo? es la primera epidemia del curso 2007/2008, luego vendrán los constipados. En ambos casos no hay vacuna sino algo de prevención, y llegado el caso mucha paciencia.
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Etiquetas: madridiario.es, opinion