Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
Lo que tiene hacer de padre es una actividad muy completa en la que se ponen en marcha todos los músculos del cuerpo y, también, algunos de las entendederas. El método Pilates lo debió inventar un padre en fin de semana al que no le quedaban más castañas pilongas. Se trata de un oficio creador y agotador, retante y reptante, curioso y furioso. De ahí que los padres y madres se inventen todo tipo de juegos para que sus niños se oreen y no den la paliza con interminables preguntas, (porque los hijos son del género intenso. Se dice que Dios inventó el mundo cuando no podía soportar más en casa y se fue a la calle a trabajar).
Estamos en tiempos de cubito y pala, de agacharse en la arena de la playa y colaborar en la creación de un castillo con almenas, foso y empalizada. Los niños se hoy no se conforman, ni de coña, con un castillo cutre. No les gustan las ruinas románticas en arena sino el lujo del hiperrealismo. Los niños quieren ser Antonio López, ya pasó la generación de los picasianos.
Ahí es dónde aparece la figura paterna/materna que es fundamental. Me refiero a cuando el niño reclama ayuda técnica, (ya de pequeño entienden que la familia es una cuestión de reparto del trabajo y que como no te autoproclames capataz? te dejan de obrero para toda la vida). En la arena de las costas españolas he visto al batallón de progenitores dejándose el espaldar en la batalla, algunos con problemas cervicales y todos con quemaduras en la espalda de tanto hacer el escarabajo pelotero.
Para aliviar tensiones se ha creado un juego con muy buenos resultados, se trata del pack Gallardón: pico, pala, unos planos y a construir la M-30. Cuántos más túneles, mejor. Cuánto más se excave mayores diversiones. Y así hasta tener la costa hecha un queso. Por ejemplo, un niño en Ibiza puede jugar a la unión de esa isla con la de Mallorca.
Tienen que ser obras magnas de las que no se las lleve el mar como las lágrimas de Peret que cayeron en la arena. Cuántos más by pass, salidas de humo y señales, mejor.
El pack Gallardón de playa se vende con unos ecologistas que reclaman con sus pancartas y con una carta de Tita Thyssen preocupada por los árboles que se vayan a talar.
Es un juego muy entretenido y dura todas las vacaciones. De venta en su tienda de los horrores habitual.
Nota.- El informe de Bruselas con la declaración de impacto medioambiental y las pilas para que haga ruido la tuneladora, no se incluyen.
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Etiquetas: madridiario.es, opinion