Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
Votantes: oremos. Después de una campaña intensa el día de reflexión es de butaca y siesta para el candidato, probablemente ninguno de ellos llegará a ver cómo se hunde el barco pirata en la tradicional película de espadachines del sábado por la tarde. Lo decía Arquímedes: todo cuerpo electoral experimenta un empuje hacia el sofá proporcional a la intensidad del mitin e inversamente proporcional al volumen de agresividad desalojado. Anoche se dejaron los pulmones en vendernos sus propuestas y lo hacían muy deprisa, como el enamorado que lo quiere contar todo antes de que arranque el tren, (eso se acabó cuando las ventanillas perdieron la manivela y se inventó el teléfono móvil). Jornada de tranquilidad para el votante, ¡pero en los cuarteles de campaña no se descansa, ni de coña! Unas elecciones mueven una maquinaria brutal, detener su inercia es como aplicar los frenos de una bicicleta al AVE. Calma sí, reflexión también, silencio en absoluto. Francis F. Coppola narra como nadie una «jornada de reflexión» en El Padrino III: mientras Harry Connick Jr canta el Promise me you’ll remember, la familia no deja de conspirar. Una cosa es que los Corleone vayan a la Opera y otra que haya paz.
Contaba un «Ciudadano M» en M2 que ojalá las campañas se hicieran cada año porque a él le habían apañado unas rotondas. Pues cuerpo a tierra porque en el 2003 las tuvimos que repetir y en esta legislatura los escaños son pares. Pero hoy nadie pierde, estamos en el sábado de expectación cuando todos tienen el triunfo virtual, lo dejaron muy claro en los mítines de cierre; hoy los candidatos fomentan su lado hippie: nada importa, todo irá bien.
Los políticos no quieren que se les aplauda, buscan que se les vote porque para eso han lanzado propuestas sobre Madrid, algunas más peregrinas que otras pero no sería justo pagarles con la indiferencia. Las urnas comen de todo, hasta se alimentan de votos en blanco, pero la abstención las mata.
Aguirre, Simancas, Sabanés, Gallardón, Sebastián y Pérez… más el resto de candidatos de todos los pueblos de la región, hacen hoy pilates emocional: se estiran y reflexionan. Ombligo hacia dentro, posición neutra y respiración acompasada. Velan armas, mañana cuando amanezca estarán vestidos para ir a la batalla.
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