El molesto entusiasmo popular

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Miguel Sebastián es un tímido con carné, cuando en Vicálvaro le cantaron cumpleaños feliz le hubiera pedido la tuneladora a Gallardón para que le abriera un boquete donde esconderse. Sebastián eligió las primeras horas del fin de semana para grabar su anuncio electoral gratuito en la calle de Alcalá con Gran Vía, pensaba que era el momento de menos gente, (y es cierto), pero los pocos figurantes en lugar de fijarse en los indios de la cristalera del Círculo de Bellas Artes se iban hacia él. Tardaron en rodar el anuncio más que Cecil B. DeMille en filmar la primera parte de Los diez mandamientos. Agobiado por el entusiasmo, soltó la que hasta el momento es la frase de la campaña: «Yo así no me concentro». No se descarta que el goteo de extras viniera coordinado desde el gabinete de Gallardón. Sebastián, a sus cincuenta años y un día, prometió una conexión en bici desde la Casa de Campo al Retiro pasando por la peatonalizada Gran Vía, (el alcalde de Londres, Ken Livingstone-supongo, le dijo que allí funcionó de perlas).

Aguirre, para demostrar que es candidata de peso rebotó en una cama elástica, (aún a riesgo de caer sobre un niño y acabar en el yotube.com), pero me jura Isabel Gallego Navarrete (la sombra de su campaña) que no hubo riesgo para los pequeños, ellos por un momento también botaron PP. Aguirre ayer estuvo en Coslada haciendo lo que más le fascina a Angel Antonio Herrera: inaugurar un fin de obra. La inauguración se la deja para el caso de ser elegida, y va dando tiempo de que ensayen obreros, médicos y pacientes. Unos con el yeso, otros con el bisturí y los demás a ver si nos buscamos algo para ponernos malos y justificar la inversión.

Hoy es San Isidro y toca pradera, (no María Dolores). Los de IU irán, Angel Pérez dice que no se pierde a Simancas vestido de chulapo. El candidato socialista demostró en Getafe que de cabeza va bien, con el balón quiero decir. Suerte que estamos en Madrid, en caso de ser Pamplona y coincidir con los «sanfermines»… las carreras habrían hecho estragos en los candidatos. En la pradera no hay peligro salvo que te pique una avispa. Y luego el único día al año en el que Gallardón va a Las Ventas. En eso coincide con la reina, a él no le van la sangre de una fiesta popular.

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