‘Las miradas se notan a veces’

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

RETRATO
Origen. Madrid, 1986. Currículo. Trabaja en la fábrica de Bimbo, donde es empaquetadora de hamburguesas y salchichas. Estudió graduado escolar, hizo un ciclo de peluquería y ahora está inmersa en unos cursos de masajista. Actualmente es la capitana del grupo de majorettes Alegría con el que ha logrado ser campeona de España individual y por equipos. Entre 24 componentes, uno de ellos, Dani, es un chico. «Fue de los primeros, ahora hay más». Aficiones. «Estar con mis amigos y salir por ahí de fiesta». Debilidades. «Ver a los delfines en el zoo». Virtudes. «Tengo perseverancia en el trabajo y me gusta ser solidaria». Defectos. «Un cierto pronto con mucho genio».
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Con ropa de calle es una chica de Mejorada del Campo, algo tímida y muy reflexiva, pero cuando se viste de majorette, (o de bastonera), se transforma en mujer anuncio con minifalda y botas altas. Empezó por una lesión: «Yo hacía gimnasia y tuve que dejarlo, entonces vi a mis amigas y dije: ‘Yo quiero hacer eso mismo’». Elena puede sonreír mientras desfila, y llegado el caso, mosquearse con un árbitro de fútbol impertinente.

Pregunta.- ¿Es terrible la ira de majorette?

Respuesta.- Que se lo digan al árbitro de fútbol sala al que se le ocurrió cortar mi baile. El tío venga a pitar para que acabara.

P.- ¿Y usted ni caso: «majorette sorda»?

R.- Bueno, cuando terminé mi ejercicio fui y le dije: «¿Por qué no tienes un poquito más de educación?» Me faltaban 10 segundos para acabar el ejercicio.

P.- Parece una reacción normal, ¿sólo ocurrió eso?

R.- Todo el mundo creía que le iba a pegar porque yo fui con muy mala leche y con la varita en la mano.

P.- ¿Nunca le ha arreado a nadie con el bastón?

R.- No, nunca. Y espero no tener que darle a nadie con la varita.

P.- ¿Existe la vocación por el desfile en grupo?

R.- Yo soy majorette porque me gusta bailar, ¡así! Ya que no podía hacer gimnasia rítmica me dije: pues yo majorette.

P.- ¿Le llegó la jubilación como gimnasta?

R.- En gimnasia a partir de los 15 años es muy difícil seguir. Y en esto no hay límite de edad, puedes ser majorette mayor.

P.- ¿En qué se parece a la gimnasia rítmica?

R.- Es parecido pero no es igual. La gimnasia es muy sacrificada pero ser majorette también.

P.- ¡No me diga! ¿Casi un sacerdocio?

R.- Por ejemplo, estás en casa y te llama Pilar, [la entrenadora] para ir a un sitio al día siguiente, y tienes que dejar todo para coger e irte, si realmente te gusta.

P.- ¿Su chico qué le dice?

R.- Nada, él lo entiende. Igual que él juega al fútbol, yo soy majorette.

P.- ¿Un niño pasa a adolescente cuando mira distinto a una majorette?

R.- Es verdad, las miradas se notan a veces. Tú sigues desfilando pero ves que te miran con una cara… dan ganas de decir: «¿Qué pasa, nunca has visto a una chica con una falda?»

P.- ¿Se le prenden a la falda las miradas morbosas?

R.- No te fijas si te miran con cara de deseo o no. Vas pendiente de tu ejercicio y de tu grupo.

P.- ¿Qué cosas le dicen por la calle?

R.- Lo típico, los cuatro piropos: «¡Mira qué guapa!». Y luego están algunos que dicen una tontería.

P.- ¿Con respecto a su forma de vestir?

R.- Nos suelen decir que vamos muy bien vestidas: «Mira qué elegantes van».

P.- En su grupo hay un chico, ¿cómo se porta?

R.- Bien, porque le gusta. Y es muy bueno, en movimiento de varita, Dani nos da muchas vueltas.

P.- ¿Los chicos manejan mejor la varita?

R.- Será como todo, habrá unos que sí y otros que no.

P.- ¿Usa bastón, varita mágica o qué?

R.- Es una varita, tampoco sé cómo explicarlo. Es una varita que lleva dos contrapesos.

P.- ¿Qué utilidad tiene entre sus manos?

R.- Puedes hacer lo que te gusta, Y transmito a la gente nuestro baile para que lo disfruten.

P.- ¿Le saldría igual con otros elementos?

R.- También lo he hecho con un par de escobas y con un recogedor… me salió bien.

P.- ¿Ha lanzado perritos calientes?

R.- Alguno he tirado al aire… pero bueno.

P.- ¿Cuándo le llegará la jubilación?

R.- Soy la mayor de un grupo de niñas que tienen entre 15 y 16 años. Llevo tiempo diciendo: «Este año me quito», pero no hay forma.

P.- ¿Echa en falta cuando no desfila?

R.- Tengo mono de bailar porque cada ensayo es diferente, te planteas un baile distinto.

P.- ¿En el grupo es toda una referencia?

R.- Creo que sí. Somos tres capitanas y la que más mala leche tiene soy yo. Cuando pasa algo me llaman: «Mira lo que está haciendo ésta o mira ésa que está fuera de la fila».

P.- ¿Echa broncas como un entrenador de fútbol?

R.- Si ha estado muy mal te esperas a que acabe el desfile y dices: «¡Oye qué pasa!»

P.- ¿Algún taco se le escapa?

R.- Intento no decirlo para que no me escuchen las más pequeñas, pero algo siempre se escapa.

P.- ¿Bailaría en un mitin político?

R.- No me gusta la política. La política me parece puro teatro.

P.- ¿La política no interesa a los jóvenes?

R.- Sí, hay gente a la que le interesa la política pero a mí no.

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