Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Al PP esto de la intelectualidad se le dio siempre regulin tirando a peor, más bien al contrario no supieron nunca distinguir entre una actriz y las cosas de Norma Duval. En cambio la izquierda pensante, (antes en el PCE y ahora pasada en banda al PSOE), siempre ha sabido recoger a los pensadores, toreros y artistas más importantes. Hasta José Tomás hará un paseíllo de izquierdas en Barcelona que no tiene nada que ver con el estilo acomodado de Enrique Ponce.

Quizá no es tanto mérito de la izquierda sino incompetencia de la derecha que no termina de ser creativa sino feroz vigilante de la ortodoxia social, les falta cintura. Uno no ve a Astaraloa leyendo el último libro de Jodorowsky, ni a Ana Pastor emocionada con la poesía asturiana de Fernando Beltrán. Tienen todavía el poso de la cáscara amarga cuando se habla de creatividad.

Los intelectuales, (léase la izquierda organizada y con inquietud), han redactado un manifiesto donde se critica la crispación y se culpa a la derecha de ser la instigadora. Documento que es de una oportunidad política manifiesta, (por lo de manifiesto), ¿o es que alguien se creyó que Aznar se emocionaba al leer a Cernuda fuera de los actos de su centenario?
Lo que es extraño es que los abajo firmantes le hagan el caldo al PSOE y salgan en su defensa electoral. Ya podían, por ejemplo, haber escrito un texto en el que se cita la desaparición del PCE en pro de una izquierda más domesticada. Ya puestos a escribir que sea con todas las consecuencias.

?Descrispar? a base de crispar es hacer como aquel que entraba en una librería diciendo: ?¡oiga, imbécil, déme el libro de cómo hacer amigos!?.
Dicho sea a la vez que nadie puede negar el poderío cultural de los que están detrás de ese manifiesto.

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