Vecinos del ruido

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

En Tres Cantos se ha formado una agrupación en contra del tráfico aéreo. En realidad no tienen nada contra la Boeing sino contra las nuevas pistas de la T4 que les tiran el sonido encima como si los aviones comerciales bombardearan con decibelios las casas bajas y los niños tuvieran que ponerse a cubierto cuando están en los columpios.

Esa es la parte negativa del progreso que no respeta descansos ni paraísos. Si Robinson Crusoe viviera hoy tendría que soportar una antena de telefonía móvil en el cocotero más alto de su isla. No quedan espacios donde el ser humano no haya invertido en hacerle la puñeta a su semejante.

En Tres Cantos luchan porque Fomento les libre de la pesadilla alada. No lo tienen fácil porque el progreso es sordo, por eso no le molestan los aviones, ni las bocinas, ni la música muy alta. Y quizá sea también insensible del todo. Si tuviera miramientos nunca habría avanzado en su perversa dirección.

De salir adelante las legítimas reivindicaciones de Tres Cantos lo que harían es mandarle ruido a otra parte, a otros vecinos dado que en ningún caso dejarán de pasar los aviones sobre nuestras cabezas. Y si se fijan las compañías aéreas invierten en formación y seguridad, incluso hacen butacones muy cómodos pero todavía está por ver que anuncien reducción de sonido en sus turbinas.

Ojalá los vecinos de Tres Cantos lo consigan pero a estas alturas, (que son las alturas de Tres Cantos), el ruido tiene vida propia y nos domina.

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