«Me vendería al mal si pagara bien»

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

RETRATO
Origen. Madrid, 1980. Currículo. Licenciada en Humanidades y Periodismo, máster en Política Internacional. Se dio cuenta de que los jóvenes de su generación compartían una inquietud: «¿Qué hago de mi vida, joven y con buena formación, pero sin trabajo?». Habla cuatro idiomas y checo «para sobrevivir». Trabajó en una librería y tuvo varios empleos precarios en los medios. Aficiones. «Viajar, el cine y leer compulsivamente». Debilidades. «Lloro cuando en Casablanca tocan la Marsellesa». Virtudes. «Energía, perseverancia y creatividad». Defectos. «La impaciencia y el deseo de abarcar muchas cosas».
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La generación de sus padres se crió con eslóganes de mayo del 68: «Prohibido prohibir», o «La imaginación al poder». La que le ha tocado vivir a Marta es muy distinta, se crió con La Bruja Avería y con aquella canción: «¡Qué tiene esta bola que a todo el mundo le mola!». Con las vivencias de una chica joven, políglota, máster pero en paro, ha escrito La Generación Precaria (Espejo de Tinta). Obra dedicada a mileuristas y otros supervivientes de la sociedad del bienestar.

Pregunta.- Dicen Estopa: «¡Qué mal repartido está el mundo desde el primer mes de enero!». ¿Lo comparte?

Respuesta.- ¡Sí!, en mi libro hay una frase que dicen los Estopa en los conciertos: «No a las ETT y a los parquímetros».

P.- ¿Le afectan los parquímetros?

R.- No conduzco, aunque como peatón agradezco que haya un control de las dobles filas (pero echo en falta una preocupación municipal por otros problemas).

P.- ¿Le gustan las inauguraciones?

R.- Comprendo que para los políticos les resulte muy bonito, pero Madrid es una de las ciudades europeas con más licenciados en paro. A Gallardón le gustan las ovaciones.

P.- ¿Ha dicho oraciones u ovaciones?

R.- Me refiero a los aplausos y las banderitas, cada vez convence menos el político que besa a los niños para la foto (ahora le da un beso al casco del obrero).

P.- ¿La realidad está en la calle?

R.- Muchas veces, tanto libro y tanta universidad te aleja de lo que pasa.

P.- ¿Tiene un punto de líder social?

R.- (Risas) No, estamos acostumbrados a que un político nos salga rana. La política no ha sabido convencernos a los jóvenes.

P.- ¿Hay otro mundo pero es más caro?

R.- Podría ser: hay otro mundo posible que pasa por pringarse e intentar cambiar las cosas. Pero a veces resulta más rentable ponerle el micro a los «garrulos» de Alcorcón.

P.- ¿Me lo puede explicar?

R.- Se da eco a seres incultos que nos venden como prototipo del joven de hoy.

P.- ¿Es una imagen perversa?

R.- Los jóvenes son los que más van al cine, los que más leen, los que más van al teatro.

P.- ¿La sociedad del bienestar es utopía?

R.- Los jóvenes que no tienen piso, ni trabajo, la ven como una sensación de ansiedad.

P.- ¿Qué fue de La Bruja Avería?

R.- La Bruja Avería fue nuestra niñera en las mañanas de los sábados. En su día hubo firmas para que volviera y lo que hicieron es ponerla en fascículos para sacar pasta.

P.- ¿Recuerda sus consejos?

R.- Sobre todo cuando decía: «¡Viva el mal, viva el capital!», no se equivocaba…

P.- ¿Avería había sido novia del Che?

R.- La globalización es un desastre, las camisetas del Che se venden junto a las de Ronaldo y Fidel Castro sale en chandal.

P.- ¿Es muy antisistema?

R.- Hay que serlo. Más que intentar cambiar el mundo lo que buscamos es que nos haga un sitio.

P.- ¿Quemarán la Bolsa con antorchas?

R.- No, la violencia no es el camino. En mayo del 68 los que estaban en las barricadas acabaron en la Sorbona dando clases.

P.- ¿Pasará lo mismo con usted?

R.- Me vendería al mal si pagara bien (risas), pero es que ni siquiera el mal te ofrece un contrato como Dios manda.

P.- ¿Lo precario es perenne?

R.- Ése es el riesgo, no existe el trabajo para toda la vida como en las películas de Garci.

P.- ¿Qué va a ser de mayor?

R.- Este año seré escritora, pero como de eso no se come…

P.- ¿El mileurista es un superviviente?

R.-Mileurista trata de definir a una generación con la cifra de lo que los jóvenes ganan. No es justo.

P.- ¿Dos mileuristas, dos pobres juntos?

R.- ¡Sí!, exactamente. Ahora se dan besos para ver si tienes a alguien con quien compartir hipoteca.

P.- ¿Su experiencia con el Príncipe Azul?

R.- También muy precaria, no son fiables.

P.- ¿Quién les defiende?

R.- Nosotros mismos. Nos quejamos del acceso a la vivienda, de la tasa de temporalidad tan alta. La gente se organiza en internet para cambiar las cosas.

P.- ¿Cree en la revolución?

R.- Si todos los becarios no fueran a trabajar, ¡a ver cuántos informativos saldrían!

P.- ¿Cuál sería su bandera?

R.- Los iconos son un peligro, se pueden inventar «La semana fantástica de la rebelión» y se estropea todo.

P.- ¿Madrid es ciudad precaria?

R.- Aquí viven los futbolistas que más cobran del mundo junto a una pobreza preocupante.

P.- ¿Esperanza Aguirre les entiende?

R.- Dicen que no llega a fin de mes, le diría que echara un vistazo a la nevera de un precario que vive en un piso compartido.

P.- ¿Cuánto dinero lleva encima?

R.- Cincuenta euros, me tengo que comprar el abono transporte.

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