Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
RETRATO
Origen. Madrid, 1971. Currículo. Fue a la Escuela de Tauromaquia de Madrid. La afición le viene por parte de su padre, Aurelio García (también matador de toros). Debutó como novillero con caballos el 19 de julio de 1987. El 12 de octubre de 1992 tomó la alternativa en Madrid de manos de Roberto Domínguez. Ha ganado el concurso de monólogos de El Club de Fló y va a abrir un restaurante en Madrid, «soy un manitas, las sillas del local las he hecho yo». Aficiones. «Jugar al golf y la cocina». Debilidades. «No puedo estar aburrido, necesito la actividad». Virtudes. «Buen comunicador, tío simpático y muy constante». Defectos. «Demasiado exigente consigo mismo, (eso es bueno), y me gusta el orden».
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Madrileño, del barrio de Usera, hijo de torero, con 14 años pisó Las Ventas como espectador y ahí tuvo clara su vocación. Decía Juan Belonte: «se torea como se es», y Oscar Higares añade con sorna: «soy un tío guapo, joven, español y torero… yo creo que el Ministerio de Exteriores debería organizar visitas para que vinieran a verme delegaciones extranjeras». Este año, además de monologuista ha colaborado en el libro Toreros en la cocina (El Tercer Nombre).
Pregunta.- ¿Se pasa a la cocina porque la ministra le deja sin toro?
Respuesta.- ¡Espero que no!, que haya sido un mal comentario, «una mala tarde la tiene cualquiera».
P.- ¿El toro debe morir en la plaza?
R.- La corrida tiene que ser íntegra, si cualquier animal decidiera lo que quiere ser probablemente todos decidieran ser toro.
P.- ¿El debate va a peor?
R.- A lo mejor tenemos la desgracia de que esto vaya a más.
P.- ¿Qué es el torero?
R.- El torero es un sentimiento, una emoción, una locura. Todo es pureza y verdad.
P.- Cuando torea, ¿no hay nada más?
R.- Cuando estás metido ahí no tienes ni padre, ni madre, nadie te echa una mano.
P.- ¿Al final no da pena matarlo?
R.- Cuando amas a un toro lo que quieres es matarlo bien, ver como rueda sin puntilla, escuchar el clamor, que sea todo auténtico.
P.- ¿Malos tiempos para la fiesta?
R.- No son buenos tiempos para la fiesta, igual todo es un complot: la lengua azul, algunas televisiones, las palabras de Narbona.
P.- ¿Y el público?
R.- El público se deja llevar, le falta un poquito de criterio.
P.- ¿En la Universidad de Boston dirían que está loco?
R.- Si los toros fuera un espectáculo norteamericano, ¿qué serían? Si allí un jugador de la NBA es un héroe. Lo nuestro es de verdad, aquí se muere en la plaza por suerte, (no por desgracia).
P.- ¿Qué sería de España sin toros?
R.- No sería. El toro es parte de nuestro ánimo, de nuestra forma de vivir y como en España no se vive en ningún lado, como «mi España nada».
P.- ¿Le harán ministro de Turismo?
R.- No me importaría nada (risas)…
P.- ¿Gasol es muy alto para entrar a matar?
R.- Cuando empecé parecía que por ser alto tenía que saber más que los demás, apenas había toreros altos. Ahora las nuevas generaciones son muy altas.
P.- ¿Lo pasó mal con su altura?
R.- Cuando hacía el paseíllo con Valderrama pensaba: ¡la madre que me parió, Domingo vete pallá!, encima toreando Miuras. La gente se apiadaba de él porque era bajito y yo tenía más miedo que él.
P.- ¿Cuántas cicatrices le acompañan?
R.- Diez.
P.- ¿Y en el alma?
R.- Miles, ésas casi nunca cicatrizan, se abren y no sabes por qué.
P.- ¿Le honra no ser un torero típico?
R.- También me ha traído quebraderos de cabeza. No ser políticamente correcto a veces se paga.
P.- ¿Un torero teatrero?
R.- He huido de la frase «zapatero a tus zapatos», ¿por qué no se puede ser torero, actor, cantante y experto en bricolaje?
P.- ¿En la tele ha estado cumbre?
R.- Siempre he sido muy actor, me encanta, hasta haría cine. A la tele me entregué en cuerpo y alma.
P.- ¿Su biografía está en marcha?
R.- Un amigo mío lo sabe todo, y le he dicho: «er día que yo farte lo puedes contá tó (risas)»…
P.- ¿Permanezcan atentos?
R.- ¡Nunca hay que perderle la cara al toro… ni a los niños pequeños! (lo digo ahora que soy padre).
P.- ¿Torearía con un Mp3?
R.- No porque estoy dentro de los cánones, lo más que he hecho es diseñarme mis trajes.
P.- ¿Tiene objetos taurinos en casa?
R.- Sólo una foto de mi padre y otra mía.
P.- ¿Para que sus hijas no sean torero?
R.- No me importaría. Ahora, ser torero es lo más difícil que hay en el mundo.
P.- ¿Son los gladiadores de hoy?
R.- Totalmente, bien vestidos, guapos pero al fin y al cabo somos gladiadores.
P.- ¿No hay torero feo?
R.- ¡Sí!, los hay feos tela… pero también han sido toreros muy buenos.
P.- ¿Qué le queda de Usera?
R.- Todo. Soy chico de barrio total: me queda la insolencia, llegar del cole coger el bocata y bajar a la calle a jugar.
P.- ¿Las Ventas es plaza complicada?
R.- Me lo ha dado todo y algunas tardes, Las Ventas me lo ha quitado todo, por capricho.
P.- ¿Y en la cocina matador también?
R.- Lo mío es el guerrilleo: las lentejas, ir a la compra y preguntar a cómo está eso, jefe.
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Etiquetas: el mundo, entrevista