Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
Le tomo prestado el título al grupo Intrussion Teatro que animará la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión. No sé si el encuentro tiene eslogan pero éste me parece el más adecuado, con los libros se puede enloquecer como Alonso Quijano, se puede viajar, se puede vivir dos y cien vidas a la vez, se puede reír y se puede uno volver ?lorca?, (acertada expresión que podría definir a aquel que es feliz por culpa de los libros y se bebe la vida a versos).
Todo libro antiguo es un tratado de biología emocional, uno nunca sabe a quién le llegó a el alma, ni a quién le pudo resultar útil. En un mercadillo de La Habana encontré primeras ediciones de autores de la generación del 27, poesía de Gerardo Diego y de Pedro Salinas tostándose al sol del Caribe. ?La voz a ti debida? con el lomo amarillo de todos las noches de boleros y todos los días de exposición. Mezclados con ellos aparecían una serie de volúmenes de medicina con anotaciones a lápiz de alguien que habría llegado a cirujano mayor. Los libros hablan por sí solos y según el lomo uno puede saber la vida que han llevado. Lo mejor de todo es que son indestructibles, aún en hojas sueltas se pueden seguir los mejores textos del mundo, no le hace falta a la Literatura un traje de gala para lucir hermosa.
Le llaman también libros de ocasión cuando en realidad todos son de la ocasión más adecuada posible; aparecen en nuestra vida sin pedir permiso y una vez leídos no hay quién los baje de la estantería de la memoria. Acaso dirán ocasión porque siempre hay un momento oportuno para charlar con ellos en la intimidad que da la lectura a pierna suelta. No hay otra actividad placentera que se pueda hacer en todos los sitios, leer está especialmente recomendado en momentos de ocio pero también de duda; un libro despeja la mente mucho más que cien cajas de aspirinas.
Y si finalmente uno/una se vuelve ?Lorca? del todo, al menos habrá sido por una buena causa. A diario hay tantos motivos para perder la cabeza, algunos tan insanos, que encontrar uno que merezca la pena es casi dar con el camino de la verdad, (la letra impresa nos libera de muchos pecados ligeros y hasta es posible que nos aporte la salvación eterna que buscaba don Juan).
Los libros salen de paseo a la Plaza Mayor para hacer festivo el fin de semana. Son tan inteligentes que no se anuncian a voces como el vendedor de fruta, ellos esperan a que pases por su lado y seas capaz de adivinar en qué páginas está escondido el tesoro. En los puestos de libros de viejo y de ocasión hay tanta vida oculta como en el fondo de los océanos. En la selva de la ciudad han puesto un oasis de palabra, disfruten de la aventura.
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Etiquetas: la gaceta de salamanca, opinion