( “La Gaceta de Salamanca“, domingo 7 de octubre 2012)
Cuándo alguien consigue unir a enemigos políticos en contra de sus palabras entonces cabe preguntarse si no habrá acertado con la frase, aquello de los ajos que pican pero los comen. Tanto desde el PP como desde el PSOE y UPyD le han arreado al juez Pedraz por aventurarse a decir que la casta política tiene maneras obsoletas. Le han llamado de todo, quizá lo mejor se lo dijera Rafael Hernando al calificarlo como “pijo ácrata”, (sin duda que una distinción que ilustra una tarjeta de visita), otros le han atacado por su lado Pantene y algunos creen que el magistrado se “agarzoniza”.
Si dejamos a un lado la simpatía del juez con la causa de “asalta el Congreso”, aunque cuesta imaginarlo saltando una valla policial, nos queda el toque de atención a la “decadencia de la clase política”, ¿Y qué otra cosa son algunas de las maneras de nuestros gobernantes? En Galicia y en el País Vasco estamos en otra campaña electoral que es algo tan antiguo como el hilo negro. En una sociedad de las comunicaciones dónde todo circula a velocidad de twitter, mucho más la información, mantener una campaña, unos carteles, mítines y el engorroso día de reflexión, nos lleva a recordar la democracia del XIX cuándo los ciudadanos tenían pocas posibilidades de conocer a sus candidatos. Con cualquier político que puedas hablar te dirá que las campañas no sirven para nada porque los mítines se llenan de convencidos, pero ninguna formación ha dado el paso adelante para eliminar la parafernalia a veces hortera del mitin espectáculo.
Las campañas podrían ser sustituidas por debates a varias bandas pero eso les da tanto miedo que pactar las condiciones en una televisión puede llevar a que un ejército de asesores se enfrente al equipo del rival con mirada de rencor y no lleguen a ningún acuerdo. Importa más de dónde viene la luz del fondo y el color del decorado para adecuar la corbata que las propuestas que se vayan a lanzar en el cruce de ideas. Por lo tanto “decadencia” hay y a espuertas, otra cosa es que duela reconocerla porque sería como admitir que se han quedado atrás en la evolución de la democracia, eso sin hablar de las prebendas que gozan y no son pocas.
Tampoco es que la judicatura española pueda presumir de una modernidad galopante que hay archivos con legajos centenarios a la espera del juicio, si Viriato levantara la cabeza seguro que preguntaría por algún expediente atrasado. La momia de Prim está a la espera de que resuelvan su caso.Así que entre pijos y piojos anda el juego. Si Pedraz les llega a mentar a la madre no se hubiera liado una escandalera que a punto ha estado de colarse en el debate Romney-Obama.
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