Nostalgias de sindicalismo pero del antiguo, del vertical con José Solís, eso es lo que le ha experimentado Juan Lanzas que desde la sede de UGT planificaba viajes con su compinche el entonces director general de Trabajo de la Junta de Andalucía. Sindicalismo vertical es el que le llevó a elegir suites en hoteles caros, cuánto mas arriba estaba la habitación mas lujo se veía, y de ahí a sufrir el llamado “mal de altura” que es un mambo que entra al pedir varios gin tonics en bares de azotea.
Ni un euro se gastaron en comprar libros por Internet, ni en cursos para aprender idiomas, a estos protagonistas del documental “Horteras por el Mundo” lo mismo le daba asar una vaca con billetes que cruzarse el Nilo en la tumbona que ha dejado caliente una actriz de Hollywood. Asomarse a la terraza del Sheraton Grand Ping Yang de Sanghai debe dar un subidón parecido al que experimentó Napoleón en las pirámides de Egipto cuando reconoció que veinte siglos de historia le contemplaban. Nuestros “héroes” del ERE también estuvieron en el Valle de Giza con su correspondiente disfraz de turista que incluye gafas de sol, gorro, cámara de vídeo, pantalón corto y botellita de agua. Y lo mejor de todo es que como son unos campeones se lo pagaron a cuenta del presupuesto público, no es que ahorraran para un viajecito con sus mujeres, directamente destinaron una parte de los ERE a dar placer a su espíritu aventurero. Nada de ir a Matalascañas que es una playa muy concurrida en agosto, ellos tenían que buscar nuevos horizontes como Marco Polo pero en business.
Lo asombroso es que lo hicieran con toda la cara, sin pudor alguno, convencidos de que jamás iban a ser descubiertos salvo como clientes Vip´s de los mejores hoteles del mundo que han perdido a unos tipos que debían ser rumbosos con las propinas. Ya no quedan turistas como ellos, se entiende que el golpe al sector del lujo haya sido notable.
Si tuvieran algo de decencia, no parece, podrían exponer sus fotos y vídeos de esos viajes en los que llamabas por teléfono y te subían el champán a la habitación. Esas imágenes dan para un documental sobre la España profunda en zapatillas que se podría emitir por La 2 ahora que se ha jubilado el último león del Serengueti que sabía posar a la cámara, (sus padres habían trabajado para la Metro-Goldwyn-Mayer en las películas de Tarzán). Una exposición de los viajes de los Guerrero y los Lanzas tendría mucho éxito de público, a la gente le gusta saber lo que hacía Al Capone cuando no usaba sombrero.
Horteras: mucho, en efecto, y sin complejos. Ya lo dijo Guerrero en la comisión del Parlamento andaluz: “no he sido un putero pero me tomo las copas que me apetecen, donde me apetecen y donde quiero”. Ahí lo tienen: la reencarnación de Torrente pero con coche oficial que le esperaba en la puerta de las casitas que tienen una luz colorá. Como decía el anuncio: porque yo lo valgo.
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