(“COLPISA“/VOCENTO, martes 26 de noviembre 2013)
Los Monty Python regresan para una única función pero lo va a tener muy complicado el manager para llenar el teatro londinense debido a la fuerte competencia que tanto el PSOE como el PP hacen desde España. Ambas formaciones han abandonado el terreno del mensaje político para adentrarse en monólogos muy aplaudidos en el festival del humor. No se le ocurre mejor definición a Rubalcaba de Susana Díaz que calificarla de “poderío” y se queda tan ancho. Podía haber sido peor, a Antonio Romero le pregonaron de la siguiente manera en un pueblo de Málaga: “¡qué podemos decir de este compañero que es tan conocido!, que sale tanto en la televisión con Hermida, seguro lo han visto todos… ¡el compañero Romero es impresentable!”. Risas.
No está el país para chistes de Eugenio pero cuando González Pons dice desde la banqueta que el PP es un partido político tan honrado como todos, se esboza una leve sonrisa desde Algeciras a La Coruña. Las encuestas dicen que tanto el PSOE como el PP pierden suelo electoral pero sus dirigentes no renuncian a unos actos de fin de semana que tienen la misión de entusiasmarse entre ellos hasta caer en el paroxismo de la complacencia sin corbata, todo muy happy flower. Sólo les falta cantar: “y si somos los mejores bueno y qué”. No hay mayor felicidad que la de los ponentes en autobús camino del mitin, se lo pasan como niños y aprovechan las cámaras de televisión para explicarnos a qué huelen las nubes.
¿Y el discurso político?, pues de momento queda solapado por el interés por saber si Carme Chacón ha vuelto de Miami, o si Susana Díaz es tan “tremenda” como dice Rubalcaba. Discurso político es saber, ahora, que Solbes tenía constancia de que Zapatero era un lerdo en materia económica tal y como quedó demostrado en la segunda y penosa legislatura que comenzó con la humorada del “a por el pleno empleo” que tanto recordaba a la frase de Alfredo Landa: “a por las suecas”.
El discurso político es el PP negando una contabilidad B cuando tiene al antiguo contable en el trullo precisamente porque un juez considera que en Génova se han hecho más trampas que en una película de chinos, no lo olvidemos porque podría parecer que Bárcenas está ingresado por una multa de tráfico. Y venga brotes verdes, salida del túnel, deberes bien hechos y a echarle la culpa a ZP de todos los males que al cabo de dos años han hecho tan suyos que ya no se distinguen. Mucho presumir de cuentas limpias pero luego no hay auditor externo que se haga responsable porque les da miedo meter la cabeza en la gruta de los murciélagos perversos que llevan gafas oscuras de Carlos Fabra.
Los Monty Python han elegido un mal momento para regresar a los escenarios, Rubalcaba y Rajoy subidos a sus respectivas cruces encandilan mientras cantan una versión del célebre final de “La Vida de Bryan”: “always look on the bright side of life”. Ellos con su salero y poderío.
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