(“EL BOLETIN“, miércoles 27 de febrero 2013)
Pues va a tener razón la secretaria general del PP y con Bárcenas hay que hacerlo todo aplazado y en diferido como si fuera una simulación de contrato, no hay mas que ver cómo sale del portal con ese ímpetu hecho un torete. Luís Bárcenas en adelante el campeón europeo de los 25 metros portal-taxi. Este hombre todo lo hace a empellones pero sin perder el aire de señor del barrio de Salamanca, seguro que antes de bajar la escalera le pregunta al portero: “Eutimio: ¿Cuántas ratas del periodismo hay en el portal?”, y Eutimio le dirá el número exacto que para eso ha barrido la portería a conciencia, para que salga en las imágenes como una patena.
Por cierto que Eutimio, (o como se llame), tiene una entrevista. Queremos saber si Luís Bárcenas recicla la basura, si paga religiosamente los recibos de la Comunidad, si es buen vecino o pone la música a todo trapo, si saluda en el ascensor, y si deja propina al pizzero. Estos datos que pueden parecer accesorios a la investigación de su fortuna son indicadores que nos vendría muy bien conocer.
Bárcenas es un hombre de sorpresas y en caso de cuajar la nieve en Madrid lo veríamos salir del portal con esquíes a toda leche. Por lo tanto urge instalar una cámara permanente en la entrada de su casa para animar las tardes de España. Nos estamos perdiendo a la chica volviendo del mercado con el carrito por el que asoma la barra de pan, ¿será integral o blanco de toda la vida, blanco como su mechón contable? De esa manera conoceremos cómo es Bárcenas en directo puesto que en diferido nos podemos hacer una idea de su aspecto y de su abrigo, (todo lo que ha ganado y solo tiene un abrigo de Al Capone, el día que se ponga el sombrero va a ser candidato al Goya).
Olvido Hormigos supo dejar la política a tiempo y saltó a la televisión. No es difícil imaginar a Luís Bárcenas en un programa de cocina marcándose unas recetas de albóndigas caseras. Una vez que se ha alcanzado la fama ya todo viene dado así que estemos atentos a la vida en directo del “cabronazo de Luís” que es como ha sido bautizado con afecto por aquellos que antes le conocían como “Luís el cabrón”.
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