(“La Gaceta de Salamanca“, domingo 7 de julio 2013)
La ética la tenemos echada a perder, lo dice la última entrega del CIS en la que los españoles situamos a la corrupción como nuestro segundo problema por detrás del paro. La ética la han destrozado las imágenes de Bárcenas y esa otra cuerda de presos que desfila ante la jueza Alaya; Bárcenas, Guerrero y Lanzas son la gota que colmó el vaso. Si aquí nos tienen hasta la tapa del delco es de imaginar los desayunos que tendrá la señora Merkel cuando lea las noticias que publican los diarios españoles, no hay día sin corrupto, podemos hacer un nuevo “santoral” dedicando a cada uno de ellos una fecha señalada y es posible que nos falten meses, (sólo con políticos hay trescientos condenados por delitos de corrupción y lo que te rondaré morena-mía).
La cuestión es que estamos en unas fechas muy peligrosas para echar a perder también la estética por culpa del calor. Una vez al año las temperaturas suben a niveles intolerables para el ser humano, pero cada vez nos defendemos peor del calor. En lugar de tomar ejemplo de nuestros abuelos que evitaban salir a la calle en horas de solana, dormir siesta y usar ropa amplia de algodón, se impone la moda de hipermercado que tan dañina resulta a la vista. Con la excusa de que hace calor tenemos que padecer espantosos estragos visuales como compartir asiento en los trenes con personas que lucen michelín y piercing en el ombligo, ver pies horrorosos atrapados en chanclas con motivos étnicos, o la socorrida camiseta de los Lakers que deja al aire una sobaquera peluda que tanto recuerda a Chewaka en las mejores escenas de “La Guerra de las Galaxias”. Eso sin entrar en detalles que atacan a la nariz; hagamos como en “Master Chef” cuando se da por entendido que aquel arroz que tenemos delante huele a paella.
Cuidar de la estética es labor individual, igual que mantener un huerto pequeño, y no parece que preocupe mucho a la autoridad pública que podría implicarse mas en la labor didáctica y llegado el caso en redactar bandos que recuerden que ir sin camiseta es lo mas parecido a ser un Maguila El Gorila. Programas como “Gran Hermano” en el que se premia al mas gañán han hecho muy daño porque trasladan la estética de barrio a sentimiento colectivo nacional. Bien está aliviarse del calor soltando lastre de chaquetas y corbatas pero de ahí a ir hecho un miembro de los “Village People” hay un abismo. No a las riñoneras, a las camisetas imperio con dragones de colorines serigrafiados en el pecho; stop a ir a la compra con el traje de baño y mucho menos lucir musculitos de gimnasio en la cola de la pescadería. Hace calor, vale, pero no pasemos bochorno.
Compartir: