(“EL BOLETIN“, miércoles 20 de noviembre 2013)
Cuando se cumplen dos años de gobierno de Mariano Rajoy, y de todos-todos sus ministros porque ninguno se ha bajado del carro a pesar de estar mas chamuscados que el tubo de escape de una Lambretta, el mensaje es recuperar la economía que tan maltrecha y recortada anda. Una vez que Europa ha dejado de ponernos la pierna encima por el rescate a la banca, que ni De Guindos sabe cuánto nos costará, es el momento de hacer política para los ciudadanos pero nos encontramos con que los créditos no fluyen, el paro juvenil espanta y los funcionarios no le ven una alegría a la paga desde hace tiempo.
Con estas condiciones llegamos a un ecuador de mandato que se complica con una Ley contra el Ciudadano que desee manifestarse y que impone multas bastante irracionales solo por mirar mal a la autoridad. Una norma que con toda seguridad aprobará el próximo consejo de ministros que se reunirá el viernes, (el mismo que se atrevió a suprimir las aceiteras rellenables y que ve con buenos ojos que Adelson tenga casinos en los que se pueda fumar).
En el ecuador del mandato de Rajoy lo peor que le podría pasar es que se complicara el asunto con un recorte de libertades y que España limite al sur con unas cuchillas en la verja de Melilla que son un espanto y una vergüenza. Ya no hay muro de Berlín pero se mantiene un lugar espantoso en el sur de nuestra frontera.
Pero lo importante es el crecimiento económico y esa es la idea que el Gobierno quiere transmitir vía Montoro. Lo tiene bien fácil ahora que Solbes admite que Zapatero fue un error completo, tanto en el pasivo como en el activo. Lo que sucede es que tampoco Fátima Báñez da explicaciones sólidas, desde hace dos años nos tiene como locos mirando a la Virgen del Rocío para que ilumine nuestras preguntas que no son pocas.
Un ecuador al que llega Ana Mato por la gracia de alguna otra invocación mariana, siempre “mariana” por supuesto, y un ministro Wert al que cada vez se le complica mas la sonrisa si alguna vez la tuvo.
Dos años bien cómodos, sin apenas oposición del PSOE y con el único dolor de cabeza que le pueda llegar de Cataluña.
Si estará tranquilo Rajoy que ha dejado de fumar puros.
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