(“EL BOLETIN“, miércoles 30 de octubre 2013)
Pues no es nadie Rajoy para despejar balones a córner, ¡ni Casillas en sus buenos tiempos! Le han preguntado por el asunto del espionaje y se ha remitido a las explicaciones que pueda dar el director del CNI en la comisión de secretos oficiales, lógicamente a puerta cerrada.
La posición de Rajoy era la esperada pero choca con la realidad: desde que se inventó el WhatsApp no hay secretos y desde que se crearon las redes sociales mucho menos; los espías toman datos de los incautos que lo dicen todo en sus perfiles. Ya no hace falta torturarlos en un cuarto de mala muerte con una bombilla en el techo, eso ha quedado para las películas americanas. La comisión puede ser a puerta cerrada pero vamos a tener información fresca como cuando Bárcenas declaraba este verano en la Audiencia Nacional y varias “manos amigas” iban pasando la declaración a la vez que se producía. El juez Ruz tenía un mosqueo de caza mayor.
Contrasta nuestro silencio con la apertura de Estados Unidos dónde el jefe de la NSA es capaz de hacer declaraciones, ayer nuestro jefe de la inteligencia solo decía que se limitaban a actuar dentro de la Ley, ¡lo que faltaba!, imagínense al jefe de los espías diciendo: cuando quieran vienen y les hago un tour por los calabozos del CNI dónde tengo a varios colgados de los pulgares, a otros en el potro y a los que me quedan dentro de un sarcófago con pinchos; todo muy medieval. Por supuesto también está la brigadilla de atenta escucha que sin su permiso están al corriente de lo que ocurre en sus casas y si Diego Costa va a ir al notario a firmar que sólo jugará con la selección de España.
La comisión dirá lo que estime el jefe del CNI pero tampoco esperen grandes cosas de un país que permitió los vuelos prohibidos de la CIA, (sin duda porque los autorizaba un tipo simpático y Premio Nobel de la Paz, nuestro amigo Obama).
Las voces de Celia Villalobos nos podrían orientar de cómo se desarrolla la reunión pero creo que no está en esa comisión, es una lástima, perdemos mucho. De todas formas aquí nos conocemos casi todos así que los secretos tienen poco recorrido.
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