(Publicado en COLPISA, regionales de Vocento. Domingo 5 de febrero, 2012)
Para saber cómo iba a terminar el congreso socialista de Sevilla sólo hacía falta haber visto el final de “Primera Plana”, allí el maestro de la comedia Billy Wilder nos enseñó que gana Walter Matthau por zorro y frío estratega. A Zapatero le echó la crisis y a Carme Chacón le perdió una frivolidad excesiva, estamos en tiempos de dificultades y el PSOE ha apostado por el que conoce las entrañas del partido.
Rubalcaba sale de Sevilla como aquel que deberá liderar la transición hasta que aparezca el candidato necesario, y bien sabe él que no es. Al PSOE le hace falta atravesar el desierto con las garantías de que no perderá muchos apoyos por el camino, y para eso han elegido a un secretario general que atesora trienios de despacho y tiene el colmillo a prueba de turrón duro. Nadie mejor que un químico para saber que los experimentos se hacen mejor con gaseosa porque así hay menos peligro en el laboratorio. Chacón acelerada era un peligro incluso para ella misma, su discurso estaba tan vacío de contenido como excesivo en la forma, y lo que es peor: valía para un partido de izquierdas, para uno de derechas, y para la candidatura a delegado de curso. Chacón quería que el PSOE se reconstruyera a su imagen y semejanza, eso fue lo que más asustó porque si algo le sobra al socialismo español son emociones fuertes y si algo le falta es cabeza.
Walter Mattahu se preguntaba: “¿Quién demonios leerá el segundo párrafo de una crónica?”, ese ha sido el ejemplo para Rubalcaba, hacer un llamamiento a las cuatro cosas básicas y alejarse de florituras de estilo, (y diseño). Ese partido es el que dejó pasar a Bono y apostó por una figura de escaso calado político como fue Zapatero y el resultado ha sido tan letal como refleja el páramo en votos y en proyecto ideológico que ha dejado.
Además, aunque Jordan lleve varias temporadas retirado, ¿A quién le daría la última posesión del balón en un partido complicado: a Jordan o al “rookie del año?, al menos el ex base de Los Lakers garantiza que cruzará la línea de medio campo sin botarse el balón en un pie. Otra cosa es quién deberá lanzar a canasta, eso ya se verá en su día, de momento con no perder el balón es suficiente porque si lo pierdes le das otra oportunidad al enemigo.
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