(“La Gaceta de Salamanca“, domingo 10 de noviembre 2013)
El éxito de la serie “El tiempo entre costuras” que emite Antena3Tv está basado en la calidad del libro de María Dueñas que recrea a la perfección cómo era el ambiente en la época del protectorado español en el norte de Marruecos dividido entonces en varios sultanatos. Narrar la vida cotidiana nunca fue tarea fácil por lo que tiene de rigor y documentación, pero llevarla al cine, o a formato televisión, es una tarea completa.
El protectorado duró desde 1912 a 1956 y de aquella época quedan numerosas construcciones civiles que son visibles, (el Barrio del Ensanche en Tetuán así como la Escuela de Artes y Oficios inaugurada en 1919 por el pintor Bertuchi, o el Teatro Cervantes que ahora se cae a trozos en Tánger). Luego queda la huella que no se aprecia pero existe y que por primera vez ha sido recogida en una obra en la que participan escritores, historiadores y juristas de las dos orillas. Un libro editado por Iberdrola con el título de “La Historia Trascendida” que esta semana presentó el Ministro de Exteriores en Madrid junto al presidente de la compañía, Ignacio Galán. Decía Margallo que España no tiene por costumbre celebrar sus victorias, (ni sus derrotas), y que ese pudor nos lleva a negar parte de lo que nos corresponde. El libro no es el relato de hazañas bélicas, aunque contenga referencias puntuales para situar los hechos, “La Historia Trascendida” es una manera viva de recoger lo que se hizo bien y mal, y cuenta con una página web que lo convierten en libro que se actualiza y pasa de ser obra común a proyecto de futuro. Las fotos que lo ilustran, algunas del archivo particular del escritor Juan Pando, son magníficas por lo que tienen de novedosas.
Margallo cuando se mete “entre costuras” hace bien porque supera complejos históricos que algunos quisieron resumir con la bravuconada de Perejil reeditando la peor huella que podía dejar España de aquellos tiempos en los que se dotó al norte de Marruecos de un cierto nivel de vida y de una paz que fue duradera. En la serie de televisión se observa cómo fue la vida cotidiana que tanto ha tardado en llegar a la península dónde prendió el miedo tras el Desastre de Annual, el episodio del Barranco del Lobo de 1909 se lo cantaban las madres a los hijos que iban de quintos para ser carne de cañón.
Hasta que llegó María Dueñas pocos se habían atrevido a narrar la vida civil con la lucidez de quién enhebra una aguja, (de coser tela cotidiana con ritmo de máquina de coser a pedales), y hasta que no se ha publicado “La Historia Trascendida” no hemos podido escuchar lo que en Marruecos se piensa de aquella etapa.
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