(“Las Provincias“, 20 de noviembre. 2012)
No hace falta saber tanto de pirámides como un antiguo arquitecto egipcio para darse cuenta de que nuestra “pirámide de población” tiende a crecer por dónde más edad tenemos. Los cálculos son que en medio siglo los españoles seremos menos y mas viejos, el horizonte de crisis arruina cualquier “baby boom” de aquí en adelante, (además a esas edades no está uno para cambiar otros pañales que no sean los propios).
Lo que no cuenta en INE es que igual nos rescata de ese futuro geriátrico la llegada masiva de chinos y rusos a los que el Gobierno les va a regalar la residencia a cambio de que compren un piso de ciento sesenta mil euros. En la época de la burbuja creciente los bancos regalaban baterías de cocina por abrir una cuenta, ahora es el Gobierno el que oferta beneficios de residencia a cambio de que rusos y chinos compren esos pisos que están vacíos y representan una incomodidad para la banca. Sorprende que no se le haya encontrado una solución a los desahucios pero en cambio se premie al extranjero que venga con euros calientes. Si a eso unimos una amnistía inmobiliaria entonces tenemos todas las claves para pensar que toca hacer la pelota a los ricos, (propios e importados), para potenciar los restos de la burbuja. La banca le ha debido contar al Gobierno que la dación en pago está muy bien pero que ellos no se van a quedar con mas pisos vacíos y encima hacerse cargo de pagar el IBI. Aquel sueño de unidad PP/PSOE entorno a los desahucios duró lo que tardó un banquero con tirantes en llamar a La Moncloa, ahí se acabó todo tipo de unidad parlamentaria.
Pongamos la esperanza en que llegarán muchos vecinos rusos y chinos a vivir al barrio y serán ellos los que rompan la tendencia de la pirámide. Y si hemos de ser “Rusistán”, o “Chinespán”, pues tan ricamente porque aquí desde los fenicios hasta la fecha hemos sido una curiosa diversidad sanguínea. La única salida para evitar ser “Geriatrispaña”, o “Viejispán” es que el columpio que dejarán vacíos los Jonatan y Vanesas sea ocupado por niños de padres rusos y chinos. Cuando crezcan serán los que muevan el motor de la economía y se hagan cargo de pagar las pensiones de los ancianos que nacieron allá cuándo las hipotecas se regalaban en sobres de patatas fritas. Y demos gracias al cielo si con este efecto llamada de llave en mano se logra desbaratar una tendencia a ser “viejunos” y malavenidos.
Estamos ante la versión hispana de la conquista del oeste, vendrán muchos rusos y chinos a residir, esperemos que se integren y que no sea para pasar las vacaciones. Y de la mezcla saldrán españoles de rasgos exóticos, tengamos por cierto que la próxima maja vestida tendrá los ojos rasgados y la piel mas clara.
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