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De Don José a Pepe-tronco

noviembre 27th, 2009 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

El entorno imponía, la puesta de escena no podía ser más solemne: un retrato de José Antonio y otro del “caudillo” separados por un crucificado esculpido en policromía al que se le apreciaban las llagas sangrantes de la pasión. La mesa algo elevada gracias a una tarima que hacía las veces de caja de percusión de los pasos del maestro. A los lados un mapa de España en el que aparecían “Las Vascongadas”, los territorios de Guinea, Sidi-Ifni y Fernando Poo, y también litografías de santos de vida ejemplar.
Don José conocía las páginas de “La Enciclopedia Álvarez”, manejaba el latín con soltura y nos llamaba de usted, (como para no tenerle respeto). Alguien que se sabía todos los ríos de España y los afluentes del Ebro por la izquierda tenía que ser una persona muy docta; y lo era porque ser maestro era pertenecer a la autoridad, igual que el boticario del pueblo, el cura y el cabo del puesto de la Guardia Civil. Don José llegaba a la clase y los niños de ponían de pie, decían a coro “buenos días”, se sentaban sin hacer mucho ruido al bajar la banqueta; luego se abrían las tapas de los pupitres para completar un rito de instrucción casi militar. Y allí no se movía una mosca sin que Don José no la controlara, y ni una voz más alta que otra hasta que sonaba la campana del patio, momento en el que Don José se daba a la lectura del periódico con la parsimonia del que disfruta memorizando las esquelas.
De aquel maestro tocado con la púrpura de la sabiduría se pasó al profesor colega que igual daba clases de catequesis que escondía unas octavillas impresas en ciclostil para lanzarlas por la calle desde su vespa de quinta mano. Ese “profe-colegui” se quitó el don para ser José, a secas con su trenka, y dejó de recordar los afluentes del Ebro para hacer comentarios de texto con letras de las canciones de Mercedes Sosa. La transición comenzó el día en el que José escribió la palabra “libertad” en la pizarra y un bedel recogió los retratos de Franco y José Antonio para guardarlos en el almacén, de todas formas la mancha del marco quedó para recordar que todo había quedado “atado y bien atado”. Pero a José le interesaba más la clase en el patio, o la visita cultural, que el estudio académico de las cotiledóneas y dicotiledóneas que junto a la tabla periódica de elementos y la de logaritmos formaron parte de una pesadilla generacional.
Ahora, el nieto de Don José, maestro también como el abuelo, le llaman Pepe-tronco y le gastan putadas para grabarlas con el teléfono. Se refugia en la sala de profesores como si fuera “Fort Apache”, y tiene suerte cuando consigue cinco minutos seguidos de silencio en la clase. Carece de autoridad y los niños se ríen de él cuando no funciona el proyector con las filminas de Ciencias, y suerte tiene el día en el que no le atan unas latas al coche para que salga por la calle como si fuera un “toli”. Pepe-tronco tiene unas ganas locas de acertar una Primitiva y darse el “pirillo”, pero mientras tanto lleva en la cartera unas pastillas que le ha dado el médico para que no le suba la tensión. Y, recuerda, que a su abuelo le dieron un homenaje sus alumnos cuando se jubiló, y a él le darían otro homenaje si la excursión de fin de curso comenzara en enero y se prolongara hasta junio.

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De Don José a Pepe-tronco

noviembre 27th, 2009 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

El entorno imponía, la puesta de escena no podía ser más solemne: un retrato de José Antonio y otro del “caudillo” separados por un crucificado esculpido en policromía al que se le apreciaban las llagas sangrantes de la pasión. La mesa algo elevada gracias a una tarima que hacía las veces de caja de percusión de los pasos del maestro. A los lados un mapa de España en el que aparecían “Las Vascongadas”, los territorios de Guinea, Sidi-Ifni y Fernando Poo, y también litografías de santos de vida ejemplar.
Don José conocía las páginas de “La Enciclopedia Álvarez”, manejaba el latín con soltura y nos llamaba de usted, (como para no tenerle respeto). Alguien que se sabía todos los ríos de España y los afluentes del Ebro por la izquierda tenía que ser una persona muy docta; y lo era porque ser maestro era pertenecer a la autoridad, igual que el boticario del pueblo, el cura y el cabo del puesto de la Guardia Civil. Don José llegaba a la clase y los niños de ponían de pie, decían a coro “buenos días”, se sentaban sin hacer mucho ruido al bajar la banqueta; luego se abrían las tapas de los pupitres para completar un rito de instrucción casi militar. Y allí no se movía una mosca sin que Don José no la controlara, y ni una voz más alta que otra hasta que sonaba la campana del patio, momento en el que Don José se daba a la lectura del periódico con la parsimonia del que disfruta memorizando las esquelas.
De aquel maestro tocado con la púrpura de la sabiduría se pasó al profesor colega que igual daba clases de catequesis que escondía unas octavillas impresas en ciclostil para lanzarlas por la calle desde su vespa de quinta mano. Ese “profe-colegui” se quitó el don para ser José, a secas con su trenka, y dejó de recordar los afluentes del Ebro para hacer comentarios de texto con letras de las canciones de Mercedes Sosa. La transición comenzó el día en el que José escribió la palabra “libertad” en la pizarra y un bedel recogió los retratos de Franco y José Antonio para guardarlos en el almacén, de todas formas la mancha del marco quedó para recordar que todo había quedado “atado y bien atado”. Pero a José le interesaba más la clase en el patio, o la visita cultural, que el estudio académico de las cotiledóneas y dicotiledóneas que junto a la tabla periódica de elementos y la de logaritmos formaron parte de una pesadilla generacional.
Ahora, el nieto de Don José, maestro también como el abuelo, le llaman Pepe-tronco y le gastan putadas para grabarlas con el teléfono. Se refugia en la sala de profesores como si fuera “Fort Apache”, y tiene suerte cuando consigue cinco minutos seguidos de silencio en la clase. Carece de autoridad y los niños se ríen de él cuando no funciona el proyector con las filminas de Ciencias, y suerte tiene el día en el que no le atan unas latas al coche para que salga por la calle como si fuera un “toli”. Pepe-tronco tiene unas ganas locas de acertar una Primitiva y darse el “pirillo”, pero mientras tanto lleva en la cartera unas pastillas que le ha dado el médico para que no le suba la tensión. Y, recuerda, que a su abuelo le dieron un homenaje sus alumnos cuando se jubiló, y a él le darían otro homenaje si la excursión de fin de curso comenzara en enero y se prolongara hasta junio.

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Las fotos de Madrid perdidas en el baúl

noviembre 26th, 2009 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Un momento, se ruega una oración por el alma de aquellos madrileños congelados para siempre en el frío líquido de un cuarto oscuro de laboratorio fotográfico. Desde los negativos de la exposición que se exhibe en el Canal de Isabel II, veinte siglos de España nos contemplan. A efectos de calendario no nos separan muchas hojas, pero a efectos anímicos, sociales, políticos y ciudadanos, parece que hayan pasado siglos. Sus protagonistas acaban de salir del limbo de una caja de galletas perdida en un desván; posan vivos y hermosos, no heridos el tiempo. Entonemos el “carpe diem” de Horacio y no dejemos de mirar esos ojos que nos saludan desde el más allá de la parte más antigua de nuestro pasado.
Entonces no éramos ni Comunidad, ni gran urbe, ni referencia cultural. Ante vuestra mirada curiosa se despliegan los hijos de una España imperial que despreciaba cuanto ignoraba, (que no era poco), autárquica, franquista, católica y devota de Di Stéfano. Parece mentira pero nuestros mayores consiguieron vivir sin zonas wifi, sin teléfonos móviles, sin pantallas planas, tan sólo aconsejados por las palabras de Elena Francis en la radio. A Pere Navarro le hubiera dado un pasmo al ver a cuatro personas en una moto, naturalmente sin casco, y a otros que colgaban del tranvía como las frutas en un bodegón de Sánchez Cotán. Las fotos de escenas cotidianas tienen el valor de documento antropológico, hay personajes que miran con el descaro de los buscavidas, otros que llevan prisa y muchos que usaban bigote al gusto del Régimen. Pero en las fotos de los domingos es dónde se muestra al madrileño en su faceta más interesante, cuando se ponía camisa limpia, hacía vida de pueblo pero a la vez colonizaba los extensos descampados de Carabanchel, de Usera o de San Blas. Mujeres que saltan juntas a la comba, guapos que fuman al estilo de los galanes americanos, mucho requiebro y algo de vacile en diálogos picantes que no se ven pero que se intuyen, conversaciones de pandillas en El Retiro que eran parte del cortejo sexual y precedente de los concursos de raperos.
En esas imágenes se encierra nuestro pretérito imperfecto, fotogramas sacados por la ventanilla de la nave del tiempo que nos trajo hasta aquí. Todos vivos y dispuestos a salir del marco para pedir unas cañas y que suene el último bolero de Machín.

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“El amor se debería despachar con receta”

noviembre 25th, 2009 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Rafael Martínez-Simancas.- Vuelvo a la contraportada de M2, (por un día). Mis jefes me permiten entrar en el patio donde tanto tiempo jugué a “la contra” entrevistando a los personajes de Madrid. Hoy toca entrevistar a un tipo que vive conmigo y que a veces me sorprende, incluso para bien. Después de Lewis Carrol que colocó a Alicia frente a un espejo, (y salvando las distancias), RMS va a entrevistar a RMS. No piensen que es un acto de onanismo literario, es porque RMS ha publicado una novela “El Amor Patético”, (Editorial Algaida).
PREGUNTA.- ¿Se ha entrevistado alguna vez?
RESPUESTA.- Me alegro de que me haga esa pregunta… ¡en mi vida!, y espero no verme en otra.
P.- No tema, a Van Gogh el autorretrato le quedó genial.
R.- ¡Sí, claro!, ¿pero no querrá que me corte una oreja?, sepa que un escritor en promoción es capaz de todo.
P.- ¿Promete ser sincero y no decir palabrotas?
R.- De acuerdo, además, ¿No escribió Fernando Sánchez Dragó un obituario a su gato?, pues yo igual.
P.- ¿Ah, que tiene usted un gato?
R.- No, que yo de haber sido el gato de Dragó hubiera aprendido a escribir para redactar mi propio obituario. No se conoce escritor que no sea egocéntrico.
P.- ¿Aquella sombra: es un petrolero o es su ego?
R.- No señor, no será para tanto. En todo caso yo sería ego-periférico por andaluz. Quizá la sombra sea la de un fantasma, desde que falleció Michael Jackson todo son espantos por los pasillos.
P.- ¿Cuánto sabe usted de naufragios sentimentales?
R.- De naufragios más que la naviera del “Titanic”, pero de sentimientos lo normal: diga que manejo los afectos como el “Windows vista”, a nivel de usuario.
P.- ¿Es dramático lo patético?
R.- A una pregunta esdrújula hay que responderla con un endecasílabo, no sé si tendrá usted tiempo de que le haga uno.
P.- ¿El amor reside en la entrepierna o en el cerebro?
R.- En el cerebro porque es ahí donde duele mas si te golpean, pero también hay gente que se ha quitado de sentir como el que deja el tabaco.
P.- ¿El corazón es rojo?
R.- Es el último órgano rojo que queda en la plaza del Kremlin, una vez que han troceado a la momia de Lennin para darla como regalitos a niños en un burguer.
P.- ¿”El Amor Patético” duele?
R.- Y escuece, el amor se debería despachar con receta. Hay que implantar un carnet por puntos en las parejas, y en todo caso renovar promesas cada siete años, ¿No se gradúa la vista?, pues con los sentimientos igual… o peor.
P.- ¿Por qué se canta a algo que amarga?
R.- Cantar por amor también es patético. La mejor copla es de respeto y de horror, la cantaba Miguel de Molina: “échame en los ojos un puñao de arena/ mátame de pena pero quiéreme”.
P.- ¿Hay diferencia entre amor y pasión?
R.- Ambas son sustancias tóxicas. El amor hace brillar los ojos y la pasión provoca afonías de dormitorio. Afonías que son sicofonías por lo que tienen de sobrenatural.
P.- Su protagonista es dependiente de una mercería, ¿A su estilo es una estrella de “la liga”?
R.- Y del encaje en general. Un tipo sencillo, descreído, irónico y madrileño. Uno más de tantos. El amor de Rosa le elevará por encima de los botones.
P.- ¿Lo “hicieron” sobre la mesa?
R.- Efectivamente, y apartaron los botones como se apartaba la harina en “El cartero siempre llama dos veces”. Jack Nicolson es un experto en amores patéticos.
P.- ¿Es un libro para todos los públicos?
R.- No porque hay gente que no crece nunca. Este es un libro para heridos por la pasión, para ninfas hay otros ripios más amables.
P.- ¿Cómo en la economía también hay “literatura sostenible”?
R.- Exacto; hay libros que soportan bien el paso del tiempo y otros que se te caen de las manos a la tercera página. Estos últimos forman parte de la literatura del “¡sálvese quién pueda!”.
P.- ¿Dónde quedan los derechos de autor?
R.- El autor no tiene salvación. Cuando la economía deja de ser sostenible para caer en sumergida las voces son: “¡los banqueros y los editores primero!”.
P.- Usted escribe con humor pero se levanta a las 4.30 am, ¿Dónde está la gracia?
R.- Todavía no le he encontrado la gracia a madrugar, probaré a levantarme cinco minutos antes, a ver sí es eso.
———————————————————————————-

FICHA:
Orígenes: Rute, Córdoba, 1961
Curriculo: licenciado en Periodismo, empezó en la radio en Radiocadena Española, actualmente dirige y presenta el informativo “Hoy en Madrid”, de Onda Madrid, también escribe columnas en M2 de “EL MUNDO”. Presentó “El Mundo en Portada” en VEO Tv, y antes “Nada Partidarios” en Intereconomía Tv. En la radio ha trabajado en informativos de COPE y SER. Ha sido director de comunicación de la Consejería de Economía y Empleo de la Comunidad de Madrid, así como de la Plaza de Toros de Las Ventas. Tiene una Antena de Oro, y es Premio Mesonero Romanos de Periodismo.
Aficiones: “escuchar, hablar lo justo y sonreír”.
Debilidades: “mi pequeña familia”.
Virtudes: “Sé hacer el canto de la avutarda, perfectamente”.
Defectos: “¡Sí, hombre!, me entrevisto yo y me voy a poner defectos… ¡no te digo!”.

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“El amor se debería despachar con receta”

noviembre 25th, 2009 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Rafael Martínez-Simancas.- Vuelvo a la contraportada de M2, (por un día). Mis jefes me permiten entrar en el patio donde tanto tiempo jugué a “la contra” entrevistando a los personajes de Madrid. Hoy toca entrevistar a un tipo que vive conmigo y que a veces me sorprende, incluso para bien. Después de Lewis Carrol que colocó a Alicia frente a un espejo, (y salvando las distancias), RMS va a entrevistar a RMS. No piensen que es un acto de onanismo literario, es porque RMS ha publicado una novela “El Amor Patético”, (Editorial Algaida).
PREGUNTA.- ¿Se ha entrevistado alguna vez?
RESPUESTA.- Me alegro de que me haga esa pregunta… ¡en mi vida!, y espero no verme en otra.
P.- No tema, a Van Gogh el autorretrato le quedó genial.
R.- ¡Sí, claro!, ¿pero no querrá que me corte una oreja?, sepa que un escritor en promoción es capaz de todo.
P.- ¿Promete ser sincero y no decir palabrotas?
R.- De acuerdo, además, ¿No escribió Fernando Sánchez Dragó un obituario a su gato?, pues yo igual.
P.- ¿Ah, que tiene usted un gato?
R.- No, que yo de haber sido el gato de Dragó hubiera aprendido a escribir para redactar mi propio obituario. No se conoce escritor que no sea egocéntrico.
P.- ¿Aquella sombra: es un petrolero o es su ego?
R.- No señor, no será para tanto. En todo caso yo sería ego-periférico por andaluz. Quizá la sombra sea la de un fantasma, desde que falleció Michael Jackson todo son espantos por los pasillos.
P.- ¿Cuánto sabe usted de naufragios sentimentales?
R.- De naufragios más que la naviera del “Titanic”, pero de sentimientos lo normal: diga que manejo los afectos como el “Windows vista”, a nivel de usuario.
P.- ¿Es dramático lo patético?
R.- A una pregunta esdrújula hay que responderla con un endecasílabo, no sé si tendrá usted tiempo de que le haga uno.
P.- ¿El amor reside en la entrepierna o en el cerebro?
R.- En el cerebro porque es ahí donde duele mas si te golpean, pero también hay gente que se ha quitado de sentir como el que deja el tabaco.
P.- ¿El corazón es rojo?
R.- Es el último órgano rojo que queda en la plaza del Kremlin, una vez que han troceado a la momia de Lennin para darla como regalitos a niños en un burguer.
P.- ¿”El Amor Patético” duele?
R.- Y escuece, el amor se debería despachar con receta. Hay que implantar un carnet por puntos en las parejas, y en todo caso renovar promesas cada siete años, ¿No se gradúa la vista?, pues con los sentimientos igual… o peor.
P.- ¿Por qué se canta a algo que amarga?
R.- Cantar por amor también es patético. La mejor copla es de respeto y de horror, la cantaba Miguel de Molina: “échame en los ojos un puñao de arena/ mátame de pena pero quiéreme”.
P.- ¿Hay diferencia entre amor y pasión?
R.- Ambas son sustancias tóxicas. El amor hace brillar los ojos y la pasión provoca afonías de dormitorio. Afonías que son sicofonías por lo que tienen de sobrenatural.
P.- Su protagonista es dependiente de una mercería, ¿A su estilo es una estrella de “la liga”?
R.- Y del encaje en general. Un tipo sencillo, descreído, irónico y madrileño. Uno más de tantos. El amor de Rosa le elevará por encima de los botones.
P.- ¿Lo “hicieron” sobre la mesa?
R.- Efectivamente, y apartaron los botones como se apartaba la harina en “El cartero siempre llama dos veces”. Jack Nicolson es un experto en amores patéticos.
P.- ¿Es un libro para todos los públicos?
R.- No porque hay gente que no crece nunca. Este es un libro para heridos por la pasión, para ninfas hay otros ripios más amables.
P.- ¿Cómo en la economía también hay “literatura sostenible”?
R.- Exacto; hay libros que soportan bien el paso del tiempo y otros que se te caen de las manos a la tercera página. Estos últimos forman parte de la literatura del “¡sálvese quién pueda!”.
P.- ¿Dónde quedan los derechos de autor?
R.- El autor no tiene salvación. Cuando la economía deja de ser sostenible para caer en sumergida las voces son: “¡los banqueros y los editores primero!”.
P.- Usted escribe con humor pero se levanta a las 4.30 am, ¿Dónde está la gracia?
R.- Todavía no le he encontrado la gracia a madrugar, probaré a levantarme cinco minutos antes, a ver sí es eso.
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FICHA:
Orígenes: Rute, Córdoba, 1961
Curriculo: licenciado en Periodismo, empezó en la radio en Radiocadena Española, actualmente dirige y presenta el informativo “Hoy en Madrid”, de Onda Madrid, también escribe columnas en M2 de “EL MUNDO”. Presentó “El Mundo en Portada” en VEO Tv, y antes “Nada Partidarios” en Intereconomía Tv. En la radio ha trabajado en informativos de COPE y SER. Ha sido director de comunicación de la Consejería de Economía y Empleo de la Comunidad de Madrid, así como de la Plaza de Toros de Las Ventas. Tiene una Antena de Oro, y es Premio Mesonero Romanos de Periodismo.
Aficiones: “escuchar, hablar lo justo y sonreír”.
Debilidades: “mi pequeña familia”.
Virtudes: “Sé hacer el canto de la avutarda, perfectamente”.
Defectos: “¡Sí, hombre!, me entrevisto yo y me voy a poner defectos… ¡no te digo!”.

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Aguirre y Gallardón, figuras de Navidad

noviembre 18th, 2009 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Una estatua la tiene cualquiera, (hasta Lucifer tiene una en El Retiro), pero no todo el mundo adquiere categoría de “caganer” que es una forma de mirar la vida con tres ojos. Este año los “caganers” han incluido a la presidenta regional y al alcalde de Madrid, y lejos de verlo como una ofensa se les tiene que contemplar como figuras que son de arte contemporáneo, navideño, juguetón y de sonrisa fácil. Como se puede imaginar ninguno de los modelos de los “caganers” ha posado en tal postura, (tampoco lo hace Su Majestad la Reina de Inglaterra, un clásico en estas citas, y que a pesar de ser nominada como “Su Graciosa” no le llega el sentido del humor para tanto).
El artista ha recreado una postura tan humana como inusual en ambos mandatarios, con un toque de coña marinera cuando se les ve enfrentados en ese duro trabajo de apretar dientes sin perder la dignidad. El diseñador ha imaginado a Gallardón en un cruce entre Tierno Galván y Beteta, y Esperanza Aguirre es ella porque lo dicen. Ocurre lo mismo en el Museo de Cera donde la figura de Luís del Olmo se parece a la de Lina Morgan. Pero pensemos que se antepone el motivo simpático al hiperrealismo que por otra parte sería de un mal gusto “exquisito”. Las dos piezas se venden por separado pero tiene más guasa el conjunto escultórico que refleja el tradicional cara a cara entre el alcalde y la presidenta. No sabemos si estarán pensando en Caja Madrid, en las palabras de Cobo, o en cualquiera de sus múltiples cuitas, pero lo cierto es que el alcalde no sonríe como es costumbre, y en cambio la presidenta parece que le reta en duelo aerofágico. Lo siento por el disgusto que se van a llevar en Buckingham pero estas dos figuras van camino de ser éxito de ventas por encima de Isabel II, o de futbolistas como Iniesta o Cristiano Ronaldo, (al que su lesión de tobillo le impide agacharse sin dolor).
Los creadores de las figuras dicen rendir homenaje a los representados, es casi como ser motivo de “ninot” en las Fallas, o letra de pasodoble en los Carnavales de Cádiz. Si no te sacan con los pantalones bajados no eres nadie, la fama llega cuando aún en esa actitud tan poco decorosa uno puede ser reconocido. Parecido al “hall of fame” de la NBA donde si tu camiseta no aparece colgada ahí es que no has sido nadie en el mundo de la canasta. En este caso se trata de mostrar la parte “de atrás” de los famosos sin mayor maldad, olor, ni dolor. Lo que se conoce por un alivio navideño que empezó retratando a unos pastorcillos y que ya ha pasado a la vida pública internacional. Para que no haya comparaciones odiosas el “regalito” es de igual tamaño, no fuera a ser que hubiera quién hurgara en el detalle para decir quién es el más grande.
Quizá este año obligue al Ayuntamiento a cambiar sus costumbres puesto que se las apañaban con un Niño Jesús mientras que en la Comunidad gusta el Belén casi a tamaño natural, un nacimiento en el que Herodes parece un vigilante jurado. Teniendo en cuenta que habrá “caganer” del alcalde en la Puerta del Sol, sin duda, es de esperar que el Ayuntamiento devuelva el honor con otra figura de la presidenta entre los arcos de la Puerta de Alcalá.
De tal manera que el presidente del PP, Mariano Rajoy, podrá hacer una versión de su famosa frase para dejarla en “¡joder, qué popa!”. Envidia tiene Sarkozy porque él no tiene un “caganer” junto al muro de Berlín.

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El octogenario digitalizado

noviembre 15th, 2009 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Una de las primeras consecuencias de haber nombrado a Alberto Oliart director general de RTVE es que, al fin, los españoles le podrán ver en color. Cuando don Alberto ejerció sus funciones como “tri-ministro” la mayor parte del territorio nacional tenía una tele en blanco y negro con su correspondiente pañito de ganchillo, y un par de antenas orientadas hacia Prado del Rey. De entonces a hoy, él ha engordado en experiencia y la televisión ha adelgazado en grosor.
Le podían haber dado el Planeta por su excelente libro de memorias, “Contra el olvido”, (le dieron el Comillas), pero en cambio le han premiado con el sillón del Ente Público que no debe ser muy placentero a juzgar por la prisa que se dan en salir quienes lo han ocupado. Luís Fernández le ha dado el relevo que en este caso es el mando a distancia y le ha dejado el despacho y el teléfono que al descolgar se oye la voz de Teresa Fernández de la Vega, como si fuera un “Lunni” más.
Mucho se ha subrayado su edad en comparación con los cuatro mil “caídos” en las prejubilaciones de RTVE y que tienen treinta años menos que él. Pero Alberto Oliart no tiene la culpa de que para encontrar a una persona de consenso el PSOE, y el PP, tengan que remontarse al jurásico de la UCD.
Pocos han reparado en otro de los méritos que le acompañan, el de haber sido suegro de Joaquín Sabina, que ya es mucho. Es de esperar que aguante en el cargo por encima de “lo que duran dos peces de hielo en un güisqui on the rock´s”. Más de 19 días y 500 noches.

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De profesión chico malo

noviembre 10th, 2009 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

J.A.A. pasó de creer en los Reyes Magos a ser un pandillero, dejó los juguetes y los cambió por navajas y una manera de conducir temeraria que tenía en jaque a los coches patrulla. Su vida era la reedición de la de “El Vaquilla”, pero supo bajarse a tiempo, ahora ha dejado el delito para montar una empresa legal.
Valga su ejemplo para aquellos que buscan la gloria a punta de navaja y que terminarán en un centro de menores sin que Los Chichos le hagan una rumba. En su adaptación ha sido clave el trabajo de la Agencia de Reinserción de Menores de la Comunidad de Madrid; cierto que era un “bala” pero ya no será un bala perdida. Coincido con Arturo Canalda, el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, en que somos producto de la educación y del entorno, pero también es verdad que la delincuencia no es un camino sin retorno. Otros jóvenes como J.A.A. han podido elegir el oficio de chico malo como una salida personal. Ser alguien en una banda es un título nobiliario que siempre acaba mal.
A nuestro protagonista un juez llegó a decirle que era “el peor delincuente que había visto nunca”, y quizá ahora el togado sea cliente de su empresa que ya tiene cerca de treinta empleados. Por lo tanto no hay sentencias que duren cien años, ni comportamientos que no se puedan superar. Ha pasado de alunizar con el coche a alucinar con la tarea de ser un pequeño empresario. Su caso no es el primero, antes que él hubo otros, quizá el más famoso fue Jose María “El Tempranillo” que dejó de perseguir diligencias por Sierra Morena para ponerse de parte de los picoletos. Hoy, otros ex delincuentes dan cursos de conducción extrema a miembros de las fuerzas de seguridad.
Este joven salió del “lado oscuro” sin aparentes heridas, tan sólo la cicatriz de la mirada, (esa no se pierde nunca). Ahora lleva corbata y respeta los pasos de cebra.

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De Bruselas a la gloria

noviembre 8th, 2009 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Por dura e ingrata que sea la política el mensaje es que siempre hay una salida al paraíso. El fichaje de Javier Solana por parte de Acciona parece el final de una película de Frank Capra; es más Solana con gabardina se da un aire a James Stewart y con lo que va a percibir como asesor del presidente de la compañía ya puede gritar: “¡qué bello es vivir!”.
Se trata de un fichaje manufacturado a varias bandas, primero porque ha hecho falta que los checos votaran para desbloquear el Tratado de Lisboa, y después porque le llega en el mejor momento para él. A Solana le ha salvado la campana, (lo tenía muy complicado para renovar en el banquillo), le hacía falta el apoyo de varios gobiernos y el del español le había fallado. Al “mister” le hacían jubilado y aburrido en el sofá de casa viendo los partidos del Real Madrid con nostalgia de utillero. Pero, si a “mister Pesc” le han hecho feliz, mucho más a Zapatero que aparca a otro de los futuribles candidatos a ocupar la secretaría general del PSOE. Todo ello en Navidad, como dejó filmado Frank Capra.
Javier Solana se une al ilustre cuerpo de jubilados de la administración, (sea ésta local, regional, nacional o supranacional), que mejoran sensiblemente de vida a la edad en la que otros se compran una caña para ir a pescar al río. Ya lo decía el anuncio: “hay otros mundos pero están en éste”. Para que ir más lejos. No perdamos la esperanza en ser redimidos por “el capital” a pesar de lo profundos que puedan ser nuestros pecados.

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La leyenda urbana del aparcamiento

noviembre 5th, 2009 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Un día por otro y quince años la casa sin barrer. Cuando acabaron el aparcamiento de Ciudad Universitaria al siglo XX le quedaba, todavía, una larga recta final. Ni siquiera había ganado Aznar las elecciones. Eran los años en los que Álvarez del Manzano hacía túneles, Joaquín Leguina presidía la Comunidad de día y escribía novelas de noche, y en La Moncloa estaba Felipe González. Es decir, el Jurásico madrileño teniendo en cuenta que esta ciudad avanza a ritmo de vértigo.
Se construyó el aparcamiento y quedó tal cuál, silueta de barco varado en la orilla, edificio fantasma, mamotreto sin entrada ni salida, pero perfectamente acabado igual que un traje de novia al que olvidaron pasar a recoger por la sastrería. Y así ha permanecido hasta la fecha. Stephen Hawking podría hacer una separata de los agujeros negros con la crónica de un aparcamiento invisible del que nadie se acordó. El Rectorado estaba a sus cosas, el Ayuntamiento de Madrid a las suyas, la Comunidad no había puesto en liza al consorcio regional de Transportes, y así hasta completar una suma de despropósitos administrativos. Y, mientras tanto, los universitarios dando vueltas con el coche para poder aparcar, y un sinfín de conductores de la A6 a la búsqueda de un hueco para dejar el vehículo.
Más que asistir a la inauguración lo que han hecho los políticos es presenciar la salida del coma de un “edificio histórico”, le han desconectado los cables de olvido sin saber quién fue la mano que lo enchufó. Y el aparcamiento ha abierto los ojos con destellos de luces de neón, columnas pintadas, carteles y salidas de emergencia.
Dejemos a la parapsicología las causas de este abandono pero bueno será hacer un catálogo de otros edificios útiles y abandonados para su inmediato uso. Uno se pone a investigar e igual aparece una nueva pista de Barajas. Hace poco han encontrado una fuente del XIX en las obras de la Plaza de Ópera, todo es rascar porque igual aparece el botijo de Napoleón. Quince años para inaugurar lo que ya estaba acabado, ¡qué despiste vecina!, vaya por Dios.

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