Entradas etiquetadas como ‘opinion’


Muslos de pollo

agosto 15th, 2006 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

A la espera de una ley física que dé paso a una hipótesis sostenible, nadie sabe cómo pero cuando dos personas se paran ante un puesto del mercado ya se monta una cola, aglomeración humana que está en función de lo absurdo del producto a despachar. Y uno no está del todo de vacaciones hasta que no ha sudado en una cola de súper, hiper, mercado de barrio, mercadillo medieval, chiringuito o tenderete con helados de turrón. Los famosos inauguran verano con un chapuzón ombliguero pero el personal corriente, el de apartamento patera a compartir con familia política, si no se carga de bolsas de plástico obtenidas en colas, no disfruta en plenitud.
Llegado el ecuador de agosto (puente virginal en el que se está obligado a la vacación por narices), quien más quien menos se ha chupado unas colas de híper con denominación de origen. En una incursión de antropología en chanclas he observado que el producto estrella es el muslo de pollo (no es nada científico, pero tampoco nadie le pidió explicaciones a Newton cuando compraba manzanas). Los vacacionistas del Mediterráneo adquieren inconmensurables cantidades de muslos de pollo que de manera natural aplaca las iras gástricas de la unidad familiar. El muslo de pollo apilado en bandejas de corcho blanco tiene algo de festín erótico de pobre, resultan un catálogo de prótesis para bailarinas jubiladas: tobillo fino y carne torneada en la opulencia. Si los pollos llevaran tacones las revistas de aves se venderían junto a las porno.

Parecerá un absurdo: la cola ante la pollería es la última moda, lo que se lleva. Y, aunque pasen los minutos en una espera insoportable de calor, moscas y empujones (ojo con los rozamientos en traje de baño), uno sabe que obtiene un trofeo práctico. Otros hicieron una cola tremebunda para ver a los Stones en Valladolid y se quedaron con el papel en la mano, huérfanos de la descarga del rock and roll porque Mick Jagger cogió una afonía de monje lector. La tos seca producto de una corriente inoportuna es fatal, quién sabe si también ha intervenido la edad provecta del eterno chico malo. Los Stones nunca hubieran triunfado en la época del cine mudo; hace falta que sus canciones te muevan con meneíllo sísmico musical.

Fue la única cola altruista del verano, hecha por simpatía por el demonio, porque si se hubieran fijado en los muslos de Jagger, o de Richards, no les hubiera merecido la pena.

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La boina negra

agosto 14th, 2006 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Los vecinos de la sierra norte se mosquearon (y con razón), aquella sombra oscura en el cielo tenía que venir de un gran incendio, efectivamente procedía de Galicia donde la perversidad se ha aliado con la mala intención, el calor, la sequía, el verano y la desorganización propia de las tropas de Pancho Villa. El pirómano apenas tuvo que prender la mecha para que el resto se produjera sólo.

Los madrileños, de vacaciones en la sierra, pudieron comprobar que para vivir los efectos negativos de algún evento no hace falta hacer turismo. Lo de la capa de ozono parece que nos queda muy alto pero la nube negra le puso a más de uno un nudo en el estómago: “es verdad, Galicia arde y se nos está quemado parte de nuestra riqueza forestal”. Mientras que los políticos discuten sobre las doce caras de un Estatut, parece que España es el resultado de vivir juntos y de lamentar las mismas tragedias.
No hay mayor solidaridad que la de padecer el mismo humo.

De una manera muy gráfica la gran sombra de la destrucción nubló una tarde de verano en Madrid, nadie esperaba las alas negras de un cuervo que venía del norte. Pues háganse una idea de cómo deben andar por allí arriba, acostumbrados a la lluvia fina y a los bosques espesos, ahora que llueve ceniza sobre unos esqueletos carbonizados.

Y el Rey navega en yate por unos mares de lujo mientras unos apagan, otros se acongojan y todos nos preguntamos hasta cuándo van a durar estos incendios brutales. Y qué narices hacen los políticos para evitarlos, además de arrearse con la tea de la oportunidad que pasaba cerca.

Los gallegos no se merecen que les dejen carbón en la puerta de su casa, y tampoco que el viento sople en su contra. Algo malo hemos hecho porque ni las nubes, tradicionales aliadas, han querido salir a nuestro encuentro.

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Arde la calle

agosto 12th, 2006 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Veinte detenidos (por ahora), 200 focos ardiendo, 100 incontrolados o dejados por imposibles, 7.000 personas implicadas en las extinciones y 25 aeronaves echando agua entre las nubes del infierno. No es el fin del mundo, es Galicia, agosto de 2006. Zapatero y Rubalcaba están convencidos de que detrás del fuego hay una voluntad de destrucción que tiene nombres y apellidos, una asociación de pirómanos, por eso han puesto a trabajar al fiscal general del Estado que a su vez pide «máximo rigor»; pero el ciudadano sabe que el fuego de la Ley es más lento que las llamas de hoy. Dicen que el miércoles lloverá, demasiado tarde.
El ciudadano que ha olido el miedo cerca de su casa, el que ha visto como los árboles se convertían en antorchas, no olvida y exige coordinación, eficacia y castigo. Cuando se apaguen las cenizas y termine esta lucha cuerpo a cuerpo se encenderá el debate político, asombra que un país de sequía no tenga al fuego entre sus enemigos más íntimos, causa perplejidad que no manejemos un protocolo nacional para las grandes catástrofes en el que se impliquen todos los medios del Estado. Y, ya puestos a pedir, menos leña entre políticos mientras dura el incendio para no echar más chispas sobre la hojarasca. Si no han sido capaces de hacerle frente poco sentido tiene ahora que se tiren la ceniza encima.

Pasma la capacidad de resignación que tenemos ante la catástrofe, todos los diciembres se nos hielan unos cuantos conductores en las carreteras y en verano se queman los bosques. Y lo aceptamos de manera natural como si lo mandara el cielo. El ciudadano de a pie, el que tose y apaga su término municipal con un pañuelo sucio de una semana de humos, no lo entiende. Arde la calle en agosto y más bien parece que no hay explicaciones para las calamidades, ya sea el hombre o el diablo el que prenda la llama no sabemos encontrar una solución. En Galicia las reseñas de las fiestas del verano, o las regatas de Mallorca de la Familia Real, suenan a ciencia ficción, a crónicas de otro planeta. Y es posible que en materia de solidaridad nuestros políticos vivan cada uno en una galaxia distinta.

Por quemar el bosque hay una pena en el Código, y muchas más por actuar de mala fe y arrasar con la naturaleza. Pero no hay pena que compense el miedo de los gallegos acostumbrados a ver nubes y pisar hierba, hoy que esas nubes son de humo y pisan brasas.

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Triste y sola (crónica de Marbella de Carmen Rigalt)

agosto 10th, 2006 - Rafa en la prensa - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Sólo llevo tres días en Marbella, pero dentro de mí se ha instalado una sensación de perplejidad que ya no me abandonará en todo el verano. Es como si asistiera al fin de una época. Marbella agoniza y la gente se marcha sacudiéndose el polvo de los zapatos. Huyen las ratas, y a lo lejos suena un eco que se estrella contra el canto del muecín: ¡maricón el último! Esto se contagia. Hoy me he levantado dispuesta a comprar información para ilustrar la decadencia. Aviso: 50 euros por cada negrita. Si la negrita pertenece a Pedro Román o a Carlos Fernández y trae foto adosada, triplico la oferta. Pero tranquilos, que soy de buen conformar. Me vale Mayte Zaldívar en picardías o Pantoja con cara de perro. También ‘Paquirrín’ en tanga (aunque no me haré cargo de la indemnización por daños y perjuicios a la sensibilidad de los lectores). O Bárbara Rey comiéndose un croupier por los pies (todas las noches, en el casino, se zampa alguno).

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Los monaguillos de Castro

agosto 9th, 2006 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

La agonía de Fidel se ha convertido en una novela en la que todos saltan páginas para lanzarse a la lectura del final. Seamos sinceros: más que el parte médico lo que se busca es un parte de defunción que alivie. Si se habla en pro del pueblo cubano no estaría de más que quienes anuncian terribles presagios hicieran propuestas de futuro que no consistan en dar con el liberalismo en los morros. La apertura no debería llegar como el terremoto de la marabunta o lanzada con ira desde Miami.
Teniendo en cuenta el hermetismo de La Habana, Fidel Castro podía estar muerto, apenas vivo, muerto y resucitado, herido, o desfondado como el viejo sillón del Hotel Nacional de La Habana donde Lucky Luciano escuchó cantar a Frank Sinatra, en 1946. Pero la retórica marxista que le acompaña no nos permite hacer cábalas exactas, si esperan ver entrar al cura con la extremaunción van listos. Ahora bien, los esfuerzos que realiza la portavocía oficial por mantenerle vivo rozan el ridículo del malabarismo semántico, entre Carlos Lage y Ricardo Alarcón, (baluartes del régimen cubano), van a conseguir que Castro fiche por un equipo de la NBA; sabido es que en su juventud jugó de pívot. Unos dicen que habla, otros que se ríe de lo que lee, otros que ve la televisión y hasta los más osados aseguran que se operó sin anestesia tal y como John Wayne se quitaba las incómodas balas del hombro. El remate del pleonasmo enloquecido aparece en un periódico de Brasilia: «Castro está bien mal», ¡toma del frasco!, el partido que le habría sacado Cabrera Infante a esa frase. Otros hablan de la eventualidad cubana sin saber que lo eventual ha sido la singular aportación isleña a la política del siglo XX, la eventualité, de otra manera no se entiende que una isla gobernada por un dictador odioso para la gran mayoría haya resistido cuatro décadas largas siendo vecina de Estados Unidos.

El máximo dirigente de Cuba ha agotado la Historia, las crónicas, las predicciones y ahora las necrológicas, por lo tanto no le queda más remedio que morirse. La filtración es de buena fuente, aunque el régimen no crea en Dios también tiene su red de monaguillos. El dictador cubano acuñó aquello de «la Historia me absolverá», en el juicio por el asalto al cuartel de Moncada, pero del cotilleo no le libra nadie. Lo que más va a sentir es no poder hablar en su funeral (laico), la única vez en la que acudirá a un acto oficial teniendo que guardar obligado silencio.

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El ‘Pocero’ de Dubai

agosto 9th, 2006 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

En Dubai, según se llega al segundo camello a la derecha, en mitad de la nada acuática han levantado un paraíso urbanístico que hubiera hecho las delicias del famoso artista de Seseña. Es el sueño del Pocero, de Roca, de los huérfanos ideológicos de Gil y de los presuntos de Alhaurín todos unidos, una gran palmera que se adentra en el mar.
Lujo hortera y desmedido sólo al alcance de quienes tienen por Rh petróleo positivo, (una sangre espesa y tonta que hace muy feliz a sus propietarios). En cada rama del palmerón hay una serie de mansiones dignas de jeque árabe o de magnate de la industria del porno. Los millonetis del Golfo Pérsico prefieren quedarse allí a venir a Marbella porque pueden presumir con alegría de que el velo es bello y de la sumisión tiránica que tiene la excusa de ser coránica. Entre los muros de villas florentinas, donde se mezcla la uralita con el mármol, se esconden sus poderes absolutos y su imperio de la opulencia donde los gatos padecen gota por comer camarones. Para acceder hay que apretar un timbre que tiene forma de ombligo y que le da cosquillas en los cataplines al propietario.

Si al Pocero o a los hijos predilectos de Gil les hubieran dicho que podían construir en el agua, a estas alturas Marbella estaría conectada con Dubai a través de un puente de oro como el que lucen los mafiosos en las películas malas, (en las buenas llevan implantes y zapatos de punta). Yola Berrocal sería ministra de Marina y todo el mediterráneo olería a chorizo y barbacoa. Y por contagio, en Seseña atracaría el Queen Mary II en esa laguna de los mosquitos que es el pantano del pelotazo en seco, aunque para ello tuvieran que desviar el cauce del Tajo a su paso por Toledo.

La enorme palmera dubaití es una babel de ladrillo flotante, una Venecia alicatada, una Seseña en mar de nadie, un coño, un barco de hormigón libre de hipoteca. De la que nos hemos librado, por el momento, gracias a un alcalde que le paró los pies a un tipo sin escrúpulos convencido de que el soborno es la base de la democracia municipal. «¡Qué te pago, leche!», decía tirando de bolsillo en el costillar. La verdad es que sus antecedentes tenía El Pocero; podrá invocar el marbellazo o la gran palmera de Dubai, pero malgré lui sin licencia del Ayuntamiento su megaimperio es el decorado de una película del oeste. Lo que decía Gómez de la Serna del agua de sifón: «Es la nada con burbujas».

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Dos bobos de piscina

agosto 7th, 2006 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Finalmente la policía ha encontrado a un par de morlacos sin cabeza que con su testuz de intolerancia le dieron varias ostias a una pareja de gays en la piscina de La Elipa, y todo por el pecado nefando de ser “maricones”, cosa grave para ellos que no podían resistir la presencia de unas locas en “su” piscina y se tomaron la justicia por el puño; sangre y asco dejaron después de su estúpida acción. Uno es menor de edad, los dos son gitanos, me da igual que sean payos, la intolerancia no entiende de fronteras genéticas.

No sé qué pena se les puede poner a estos dos agresores, a dos bobos de piscina, macarras del far west, milhombres, chiquilicuatres, mentecatos de jardín, babosos de agua dulce. Quizá la peor condena sea que algún día tengan entendimiento suficiente como para darse cuenta de que han hecho el cenutrio al agredir a una pareja que se besaba, pero que a ellos les debió parecer de mal gusto. Delito que podemos comparar con arrancarle una mano a La Cibeles, dos que se aman son una estatua y los que miran deberían tener la misma prudencia que quienes pasean por el centro histórico.

También me da igual que la pareja agredida fuera gay, no le resta ni le añade gravedad al asunto, lo asombroso es que un acto de amor pueda resultar espantoso a unos jóvenes. En el respeto a la diferencia y en la convivencia encontramos un espacio muy agradable para compartir, incluso debajo del agua.

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Abrazos para todos

agosto 4th, 2006 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Lo primero que enseñan en clase de yoga es a no descoyuntarse y luego subrayan que nos abrazamos poco, y es verdad. La rigidez parece un síntoma de distinción social cuando en realidad es la antesala de lo rancio, es la misma distancia que hay entre rigor informativo y rigor mortis. La presidenta de la Comunidad de Madrid tiene un buen sonreír y una proximidad natural que no se ensaya en clase de yoga, ella ya lo traía aprendido de casa. Son tantos los que se acercan para hacerse una foto con Esperanza Aguirre que la web de la Comunidad ha estrenado un enlace donde uno puede buscarse junto a la presidenta. Para mayor detalle la foto aparecerá con marco rojo, (homenaje subliminal a mayo del 68), y firmada por Aguirre con caligrafía amable. Se trata de una aportación simpática a la ciencia política tan oxidada, prolongar en dedicatoria lo que fue un momento de proximidad fugaz.
Aun jugándome el desacato a la autoridad no debo callar que la presidenta sale cañón en todas-todas las fotos, está en señora estupenda (igual se lo han dicho alguna vez). Prueba de ello es que no hay cromo en el que salga mal, si extrapolan la idea a una celebración familiar seguro que desearían romper cientos de carretes que nos tiran a traición. En el caso de Esperanza Aguirre es al revés, siempre en la posición correcta con el gesto adecuado, como decían en el circo antiguo: «Más difícil todavía», ya puede hacer calor, frío o apretarle el zapato, la presidenta no afloja pose agradable. Para mayor abundancia están las fotos de la entrega de diplomas a la Policía donde para cuerpo el suyo, sin necesidad de diploma que lo acredite porque salta a la vista.

La idea reconcilia con el género humano; en las siestas del verano las televisiones se llenan de personajillos que se lían a tomatazos y que ponen cara de asco ante la cámara que les da de comer. En cambio la presidenta de Madrid sonríe, mira, y hasta se deja pasar la mano por la espalda en acto nada protocolario pero sí muy sincero. El personal debería tener en cuenta que los altos cargos son de cera aunque la emoción del momento les lleve al abrazo del oso.

Durante estas vacaciones el sindicato de cámaras digitales y los amigos del abrazo van a echar en falta a Esperanza Aguirre. Siempre es un detalle que te pongan en un marco y te quieran con firma personalizada. Los discursos pasan pero los abrazos prenden, eso también lo enseñan en yoga.

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Operación Biquini 2007

agosto 3rd, 2006 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

NI la subida de las hipotecas, ni el precio de los carburantes, ni la excarcelación de Vera (por el método de la patilla), ¡nada!, a mi amiga Isabel le preocupa la operación Biquini 2007. El tiempo que la ONU le va a dedicar al conflicto de El Líbano ella lo va a emplear en la urgente remodelación de sus carnes. ¡Y no le hace falta!, sin ser jurado de concurso de belleza digo que Isabel está “bien” tirando a gloria nacional, pero dice que embutida en el traje de baño se ha sentido prisionera. También le tiene un poco desplazada la ley del tabaco, va ella con las cerillas por los bares como si fuera una presunta pirómana de los bosques gallegos. Eso sin contar que se fue de vacaciones y cuando volvió le han quitado los galones a Plutón que pasa a categoría de piltrafilla espacial.
Es llegar septiembre y comenzar el año, (lo del 1 de enero es a efectos administrativos y para que nos suban el alquiler), en realidad todos los propósitos empiezan ahora, cuando al personal le da por aprender inglés, hacer gimnasia, cursos de cocina, o por la Operación Biquini 2007. Desconozco la capacidad negociadora de Kofi Annán, es más, creo que un hijo le salió trinconcillo con el petróleo de Irak, pero sí puedo afirmar que con las narices que le echa Isabel a sus cosas, el verano que viene será el cuerpo más perseguido de las piscinas españolas. Pero no crean que lo hace por causa banal, es que ella piensa que la cabeza no puede andar bien si camina apretada en carnes. Ideas profundas cuerpos ligeros sería el eslogan de esta peculiar campaña.

Es el momento para anotar lo que uno tiene intención de mejorar, para luego ponerlo en práctica, si es para dejarlo igual no hay que tomarse la molestia. No es un concurso, no hay premio (salvo el más íntimo de la satisfacción). La teoría de Isabel es: si Newton no llega a comprar manzanas nunca habríamos llegado a la teoría de la gravitación universal, de ahí lo importante que es acostumbrar a los niños a que tomen fruta.

Me van a perdonar la insolencia, pero la Operación Biquini 2007 es lo más serio que he encontrado en este arranque de curso que es primero de año, aunque el calendario diga otra cosa. Si nos limitamos a creer sólo en lo que la realidad sostiene, y no lo que el corazón nos dicta, estamos acabados como especie. El 1 de septiembre es el primer día del año, siempre según voluntad de Isabel y del club de amigos del bolero, los que pedían el reloj que no marcara las horas sin tener en cuenta que la tierra gira sin escrúpulos. Sin una disposición positiva todo es muy gris. La Operación Biquini 2007 está en marcha. A otros les da por coleccionar cromos de futbolistas.

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Magullados y escayolados

agosto 2nd, 2006 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Si fuera traumatólogo nunca cogería las vacaciones en agosto. Llega el verano y al personal le entra la imperiosa necesidad de practicar todo el ejercicio que han evitado en invierno. Un vecino de costa pero urbanita de oficio, un costanita, decidió emular los saltos olímpicos sin tener en cuenta que nadie salta con chanclas y sobre césped húmedo. Quería batir un récord de urbanización y ha batido el récord de escayola de la Costa del Sol puesto que al caer se chascó cúbito, radio y gafas, (eso último le dolió más porque el urbanita sin gafas es como un pollo sin plumas).
Entre terribles estertores de alto cargo humillado se lo llevaron al Hospital Carlos Haya de Málaga, donde dice Antonio Romero que los rojos de verdad no deberían entrar porque era un aviador franquista, pero cuando uno lleva urgencias no está para reparar en el árbol genealógico. Tampoco el médico le preguntó si había pertenecido a alguna organización de aquéllas que fomentaban el llamado espíritu nacional, porque habría dado positivo en el control de franquismo y nostalgias. Le quedará una escayola generosa como las que adornan las iglesias góticas de Baviera para el resto del verano, y ese picor morboso de no poder rascarte cuando algo pica. Al magullado costanita, ahora mezcla de costalada y urbanita, se le han quitado las ganas de emular a los atletas olímpicos, pero la inconsciencia pasa el testigo a otros alocados, por eso no se agotan nunca las existencias de escayola en la costa.

El deporte ocasional provoca más bajas que una plaga de ladillas en una compañía de tropas expedicionarias, y sin embargo se practica con locura ininterrumpida, o lo que es lo mismo con la alegría que da el desconocimiento. Una cucaña mezclada con sangría te hace perder todos los puntos del carné de la salud de golpe, lo que no se cura es el bochorno.

Entre los clásicos del deporte en verano está Arenas, que todos los años retrata Rigalt en San Pedro de Alcántara, en el torneo de pádel que organiza J.C. de Salamanca. Pasan los michelines y Arenas mantiene una muñeca de hierro que a veces convierte en tobillo de plomo; la semana pasada hizo un saque de honor en el campo del Málaga. Se entiende que para llevar la organización interna de un partido hay que dar mandobles y estar en buena forma. Nunca se sabe qué alcalde te puede salir díscolo y, en ese caso, le tienes que enviar una nota para que se acerque a la red y desde allí machacar un pase al fondo.

Los demás a paso corto, casi de Chiquito, y a mirar bien por dónde pisas. No vaya a ser que por culpa de un entusiasmo momentáneo nos aplastemos el colodrillo.

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