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Lujuria y vértigo

julio 25th, 2006 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

A la ministra de Cultura le va la Lujuria, pero en disco, un grupo heavy de Segovia que cuando ensaya se le escucha en Badajoz, no hay roquero discreto. Lo ha dicho Carmen Calvo y además ha desvelado tener una «agenda de vértigo»; lo del heavy se comprende porque después de un Consejo de Ministros debe dar un gustazo cósmico poner Lujuria en el coche oficial hasta que tiemblen los subsecretarios. El heavy depura el alma y afloja los tapones de cera en el oído. Lo del vértigo de la agenda es más contradictorio, aunque una vez conocí a un comandante de aviones mastodónticos que lo padecía, «el truco es no mirar para abajo», me recomendó.Y no es mal consejo. Si uno tiene miedo a nadar entre tiburones lo mejor es pensar que son chanquetes que han ido al gimnasio y continuar hasta la orilla. Si ignoras el peligro, él te respetará, es lo que pensaba Caperucita hasta que tuvo una diferencia de opiniones con un lobo que no era culto.
Para organizar la agenda y no caer en la Teoría del Caos de Feigenbaum, la ministra cuenta con la ayuda de un gabinete que le marca las horas. Dice que son ellos los que le maquillan el vértigo, tengamos en cuenta que todos los grupos roqueros (o no), desean ser bendecidos por carta de la ministra de Cultura. Antes, cuando una familia veía que su niña tenía posibilidades de artisteo, procuraba llevarla a la capital para que la viera una figura. En ocasiones empeñaban lo que no tenían para que el secretario de la estrella les recibiera con mala cara y les dijese que se volvieran a casa. El pueblo cordobés de Carmen Calvo, Cabra, está al lado del mío, Rute, y creo que los dos conocemos proyectos que naufragaron por no tener un conocimiento. Los productores de discos saben que si le mandan un ejemplar ella les devuelve una carta de puño y letra, que es como el abrazo del señorito, no hace mal y dice mucho.A los Lujuria les ha puesto: «¡Animo chicos, hay que seguir teniendo ideales!», sin duda, letras muy emotivas, pero que a nadie se le ocurriría escribirle a Rosendo: «¡Animo chico!». El verso heavy admite otro tipo de licencias gramaticales.

Al desvelar que responde a todas las muestras culturales que le llegan al despacho, la ministra lo que ha hecho es darle una vuelta a la noria del vértigo. A partir de ahora no habrá rondalla, ni coro rociero que no le mande una grabación; a todos les pondrá «¡Animo chicos!»”. Al final de la nota escribe que su música no es de karaoke, ahí comete una ligereza porque en los karaokes se concentra la voz del pueblo. La estrella es Frank Sinatra, que era todo menos un hortera; todo es como se toque. Cuenta David Torres que enmudeció escuchando El Bimbó tocado por un bajo. Y, en todo caso, puestos a escoger es mejor lujuria que vértigo, más que nada porque hay mareos que son un placer (musical).

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«Mi premio es sobrevivir»

julio 24th, 2006 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

«En ningún momento perdí el conocimiento. Pedí que me metieran los brazos en hielo» / «Una vez que sabes que estás vivo, lo primero que buscas son tus manos» / ¿Hay poesía en un motor? «¡Sí, sí! Hay cadencia, ritmo, tempo» / «En Madrid somos malos motoristas: somos pocos y muy ‘esnobs’» / «No se ha dado suficiente valor a lo que hizo Angel Nieto»
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RETRATO

Orígenes: Madrid, 1946.

Currículo: Perito industrial. Corrió la última carrera en El Retiro y la primera en El Jarama, que ganó como junior. Ha sido dos veces campeón de España de 500 cc, unas cuantas veces subcampeón, «ni me acuerdo», campeón de Súper Bikes y maestro de pilotos.En lo anecdótico heredó de su padre el título de fotógrafo real de la Puerta de Alcalá, «concedido por Alfonso XIII, para él y sus descendientes. Cualquier día se lo llevo a Gallardón».

Aficiones: «Las fotos, la moto y el deporte».

Debilidades: «Amo la perfección».

Virtudes: «Me siento contento conmigo mismo. Me gusta como soy».

Defectos: «Me altero enseguida quizá por perfeccionista».
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El 12 de diciembre de 1993 era domingo y Andrés iba al Jarama a dar otro de sus cursos de pilotaje, la rueda delantera de la moto reventó y fue contra un guardarraíl que le amputó ambos brazos. Pidió que los envolvieran en bolsas de plástico con hielo, su cabezonería, la del doctor José Luis del Haro y once operaciones, (dos en Estados Unidos), le devolvieron los brazos a su sitio.El campeón que trabajó en el andamio de los 300 kilómetros por hora, sigue relacionado con las motos en su taller de siempre.Le pierde una buena charla, «mis manos notan el calor cuando las estrecho con otra persona».
Pregunta.- ¿Tuvo mala o buena suerte?

Respuesta.- Muy buena. En ningún momento perdí el conocimiento, así pedí que guardaran los brazos en hielo. Y se acababa de inaugurar el banco de sangre en Madrid.

P.- ¿Le salvó su coraje?

R.- Recordé al doctor Tamames, 10 años antes me había contado que habían pegado un dedo (a pesar de que estuvo media hora metido en una papelera).

P.- ¿No perdió el conocimiento?

R.- Pensé en las madames del XIX que se desmayaban con una contrariedad, el cuerpo me pedía huir y desmayarme.

P.- ¿Pero su mente fue más fuerte?

R.- Sobre todo porque cuando despertara no tendría las manos, por eso me dije: Me parece que no me voy a marear.

P.- ¿Lo primero que hizo?

R.- Una vez que sabes que estás vivo lo primero que buscas son tus manos.

P.- ¿Qué aprendió de su accidente?

R.- Antes me creía el centro, ahora escucho más y soy más próximo a la gente.

P.- ¿Una caída como San Pablo?

R.- Ya me gustaría a mí esa similitud.

P.- ¿Gracias a usted quitaron vallas?

R.- Colaboro con una iniciativa para quitar guardarraíles, hemos conseguido mejorar los postes verticales.

P.- ¿Nació para ir en moto?

R.- Cuando era chaval le puse un motor mosquito a una bicicleta de mi padre.

P.- ¿Para correr o para reparar motores?

R.- Mi afición es la mecánica de la moto, más que la moto en sí.

P.- ¿Hay poesía en un motor?

R.- ¡Sí, sí! Hay cadencia, ritmo, tempo El mundo de la moto aporta muchos sonidos a un sintetizador.

P.- ¿Es un afinador de motos?

R.- Reconozco una cierta sensibilidad. El motor de la moto tiene sonidos muy bellos.

P.- ¿Se ha vuelto a subir?

R.- Uso scooters para moverme por Madrid. No me hace falta una moto grande para ganar, mi premio es sobrevivir y bien.

P.- ¿Su circuito favorito?

R.- San Carlos (Venezuela) tiene una recta increíble, te permite ir en sexta con sensaciones en el cuello muy particulares.

P.- ¿La adrenalina es un vicio?

R.- Me ha gustado siempre tener la adrenalina cerca.

P.- ¿La de la moto es la mejor?

R.- Para mí sí, y fíjese que hasta me he llegado a tirar, a 3.000 metros, en caída libre. Pero no es igual.

P.- ¿Hay adrenalina ajena?

R.- Claro, cuando me pongo delante de la tele a ver un gran premio el pulso me sube como si estuviera en una bicicleta.

P.- ¿Mejor estar vivo que ser campeón?

R.- ¡Sin duda! La vida es el gran privilegio que tenemos.

P.- ¿A 340 km/h cómo se ve el mundo?

R.- Perfectamente: las cosas vienen unas detrás de otras, igualmente, aunque pasan más rápido.

P.- ¿Cuántas carreras fueron?

R.- Veinte años en activo, con ocho o 10 carreras por año, ¡muchas!

P.- ¿Pasaba miedo antes de salir?

R.- Es cuando más lo sientes, era la mayor concentración.

P.- ¿Y ganas de bajarse?

R.- A veces te preguntabas: ¿Qué hago yo en un sitio como éste? ¿Quién me ha traído aquí? ¡Seré imbécil!.

P.- ¿Se compite para ganar?

R.- Antiguos compañeros que compiten en clásicas lo hacen para sentirse bien.

P.- ¿Qué tiene en común con Angel Nieto?

R.- Salvando las distancias: las motos, que somos de Madrid y la edad.

P.- ¿Nieto es el campeón?

R.- ¡Trece veces campeón del Mundo! No se le ha dado suficiente valor a lo que hizo.

P.- ¿Ser madrileño es pura competición?

R.- Las obras nos mantienen en un nivel razonable de adrenalina.

P.- ¿En cuánto se podría hacer la M-30?

R.- A velocidad de circuito en unos seis minutos.

P.- ¿Qué tal circulamos en Madrid?

R.- Los madrileños somos malos motoristas: pocos y muy esnobs, no tenemos la moto adecuada sino la que más nos gusta. No hay cultura motorista.

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Enseñar el plumero/ POR CARMEN RIGALT

julio 23rd, 2006 - Rafa en la prensa - Sin comentarios

Por: EDITORIAL / REDACCIÓN

CARMEN RIGALT El disfraz es una cosa muy seria. Todos los políticos, cuando están en el ejercicio del poder, tienen problemas a cuenta de sus disfraces. No lo digo por Zapatero, a quien durante meses hasta le dio apuro ponerse el traje de ir al Parlamento. Hablo en general. Dudo que exista un solo político capaz de resistir la tentación del disfraz. En el caso de los políticos españoles se trata de una tentación enmarcada en la memoria etnográfica del árbol de familia (rama trajes regionales). Los políticos de antes se ponían la barretina o el sombrero cordobés. Entonces aún no existía el exotismo porque sólo cultivábamos los viajes de cercanías. Pero la globalización estaba ya germinando en los kilométricos de los jóvenes interrail. Cuando la vida abrió nuevos destinos turísticos, la política se convirtió en un desmadre de ponchos, chilabas, gorritos esquimales y guayaberas de flores.

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Sastre y Pereiro

julio 22nd, 2006 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Este año no tocaba ganar el Tour, estábamos con todo el escándalo del dopaje y de la sangre convertida en peces de hielo que luego los corredores se inyectaban para ir tirando. Este año se suponía que íbamos a hacer una edición especial de las bicicletas son para el juzgado, (un Malaya de las dos ruedas), y de repente dos españoles han cambiado el guión con sus piernas depiladas y humildad franciscana. Los franceses están a punto de perder en apenas un mes otra de las competiciones a las que estaban destinados, pero en esta ocasión Pereiro no ha tenido que dar un cabezazo a lo Materazzi. El miércoles los españoles nos fuimos despertando del letargo de la siesta por el tono in crescendo de los narradores de la carrera, aquello era como si «el tiqui-taca, Salinas» se hubiera prolongado hasta la final de Berlín. Unas montañas empinadas que subíamos a pedal batiente, la tele se llenó de epítetos coloristas y de planos asombrosos, un documental sobre el esfuerzo de las causas perdidas. Nadie contaba con Carlos Sastre y con Oscar Pereiro; se han colado en las apuestas como los pobres en la casa del rico en Viridiana. El ayudante de realización del Tour de Francia buscaba sus nombres y no aparecían en el guión, no estaban porque eran extras sin frase. Nada que ver con Induráin, que arrastraba una nube de informadores parecida a los fans de Shakira, nuestros dos héroes del Tour poco menos que llegaron a Estrasburgo montados en su bicicleta y haciéndose hueco con un timbre colocado en el manillar. Además, el hachazo lo dieron donde corresponde, en toda la épica de la montaña cuando canta la chicharra y nadie en su sano juicio saldría a pasear, no hay ni hormigas en la cuneta. A ver si va a ser lo mismo coronar La Croix de Fer cuando las piernas se vuelven columnas salomónicas, que ganar una contrarreloj con esos trajes de espermatozoide futurista. El mérito estuvo cuando Sastre le puso una rueda de mármol a la bicicleta de Landis, que se volvió estático e impotente como enanito de jardín. Y al día siguiente Floyd Landis apretó la emoción porque la épica es contagiosa. Apenas falta ese incómodo (pero inevitable) trámite de llegar a los Campos Elíseos sin caernos de la bicicleta, después de superar la contrarreloj de este sábado en Montceau les Mines. Si fuera un partido de fútbol estaríamos gritando «¡árbitro, la hora!». Hacía 20 años que no nos divertíamos tanto y que los kilómetros de asfalto no se hacían tan largos. Todo es un sueño pendiente hasta mañana, pero si tenemos en cuenta cómo empezó esta pesadilla, no está nada mal. El ciclismo es tan poderoso que puede cambiar el color de la esperanza de verde a amarillo, y es capaz de devolver la ilusión a los aficionados que mascullaban el final de este deporte entre las páginas de tribunales. No nos tocaba ganar pero tampoco le vamos a hacer el feo al Tour de devolverle la corona de laurel. Se hará todo lo posible.

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El pisito

julio 21st, 2006 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

El centro de vigilancias y alertas de precios avisa de que se puede producir un tsunami en la vivienda. Según el informe del BBVA hay un 10% de posibilidades de que el castillo de grúas se venga abajo en el próximo año y medio. Pero si la vivienda alcanzara el 20% de incremento en 2006, el riesgo subiría hasta el 40%. Traducido: agárrense a la hipoteca porque la ola de la desilusión puede superar la altura del Mulhacén, y de ahí para abajo.
El dato es un jarro de agua fría en las personas que tienen dudas espirituales, algunas políticas (y no pocas sentimentales), pero que creen en el ladrillo como fuerza superior. Aquellos que tienen el piso como garante de su jubilación y que disfrutan de manera morbosa cuando alguien en su edificio vende a precios de Manhattan lo que ellos compraron a precios de barrio. Le llaman la burbuja inmobiliaria y es tan irreal como los sueños, pero la tenemos por irrefutable. Decía Machado que todo necio confunde valor y precio, en ese huerto privado de la propiedad es el terreno donde la gente construye su particular cuento de la lechera. Si a los jeques árabes les hizo ricos un agujero por el que salía un líquido pastoso y oscuro, a los españoles nos pusieron en Europa los pisos. Un habitáculo cualquiera, da igual el lamentable estado que presente, es un lujo inalcanzable. No hace mucho se vendió una propiedad de cinco metros cuadrados, donde no cabía ni la más mínima esperanza pero el dueño la mostraba en la tele como si fuera Versalles. La diferencia entre un cuchitril mohoso y un piso singular es la literatura que le ponen las agencias. Leer anuncios de ventas de pisos es como bailar con Alberto de Mónaco en el baile de la rosa, cursi en extremo.

El informe del BBVA nos baja de la nube y nos pone las pilas de la realidad: la feria de vanidades se puede desenchufar en cualquier momento y lo que parecían corceles volverán a ser ratones, fin del cuento, ¡a despertar!. Asunto que valdría de escarmiento a quienes venden su alma al diablo para que les pague la hipoteca. El Gobierno culpa a los ayuntamientos y la burbuja volando por encima de nuestras cabezas. Hemos pasado demasiado tiempo haciendo el papel de López Váquez en El Pisito.

El ladrillazo es una realidad palpable, más una certeza que una amenaza. Si piensan que ese temor frenará el alza compulsiva, van aviados. Apenas durante unos meses los precios y los compradores se mirarán con cara de reto pero sin tocarse los guantes, bailarán las piernas y en todo caso se lanzarán algún golpe. Truji, superministra del ladrillo, no puede quedarse en la directora de orquesta del Titanic, tiene que intervenir antes de que la pelea acabe en llanto. Si al español le haces dudar del valor de su vivienda le rematas del todo, Truji. Ya sólo falta que le diga quienes son los Reyes Magos.

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Un sol de justicia

julio 20th, 2006 - Rafa en la prensa - Sin comentarios

Por: EDITORIAL / REDACCIÓN

Hay ciudades que en sí mismas forman un microcosmos, pero Marbella no. Marbella es un ecosistema. Hemos estado décadas haciendo la siesta con el mismo león piojoso de los documentales de la BBC cuando podíamos haber aprendido mucho más sobre los misterios de la conducta animal con unos cuantos reportajes a fondo sobre Marbella. Carnaza, depredadores hambrientos, luchas territoriales, costumbres de apareamiento… Marbella lo tiene (o lo tenía) todo: desde reinas folclóricas a jeques árabes, desde traficantes de armas a abogados. Esa hipotética serie de documentales sobre la Marbella eterna haría que un gazpacho fastuoso formado por la conjunción de Falcon Crest, Los Soprano y Dallas pareciera sólo La Casa de la Pradera.
En verano, todos los bostezos de España se vuelven hacia Marbella, quizá porque sabemos que la ciudad malagueña, más que un microcosmos, es el espejo de España. Marbella tiene un nombre bonito, sí, pero sólo es terreno edificable, carne comestible, un subsuelo listo para el abordaje, una noche donde no duerme ni Dios y playas llenas de michelines.

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«Si fuera paloma, por aquí no venía»

julio 20th, 2006 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

«Entré en el aeropuerto siendo un niño; Rodríguez de la Fuente era mi segundo padre» / «Aquí trabajamos siete personas y los pájaros están más a gusto con unos que con otros» / «Los pájaros, como las personas, también tienen días malos» / «En un viaje con Félix, descendió tan rápido el avión que los halcones que llevaba en la mano movían las alas»
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RETRATO

Orígenes: Gárgoles de Abajo, (Guadalajara), 1956.. Currículo: La afición le viene desde niño. «Ya en el pueblo me llamaban Chuchín el pajarero». En segundo de maestría industrial lo dejó todo cuando en 1970 Félix Rodríguez de la Fuente le llamó para trabajar en la unidad de halcones del aeropuerto.«No me veo yo en un despacho aguantando a un jefe todo el día». Aficiones: «Observar la naturaleza, la cetrería y la caza con galgos». Debilidades: «Tener un sitio para volar halcones a gusto. En un aeropuerto no disfrutas de la cetrería». Virtudes: «Entiendo un poco a los animales». Defectos: «Le quito tiempo a mi familia por dedicárselo al trabajo».
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Antes de manejarlos me los he comido, conozco su sabor», dice Jesús con cierto sentido del humor recordando los tiempos en los que el ICONA pagaba por cada pata de halcón, (aves calificadas entonces de alimañas). Ahora es bien distinto, trabaja con ellos, los adiestra, les habla, comparten vida junto a las pistas del aeropuerto de Barajas. Jesús habla poco y observa mucho, será deformación profesional.
Pregunta.- ¿Es un afortunado?

Respuesta.– Sí, porque hago lo que me gusta. Para mí no es un trabajo sino una cuestión vocacional.

P.- ¿Tocado por «el ala de la felicidad»?

R.- Me gustaría contribuir a que el aeropuerto sea más seguro, (y encima me pagan haciendo lo que me agrada).

P.- ¿Es un poco pájaro?

R.- Si porque me gusta la libertad.

P.- ¿Pero no lo ha sido?

R.- No creo en la reencarnación, pero una vez me hicieron el escudo de armas, y dijeron que mi apellido viene de Francia, de uno que le llamaban «el señor de las aves».

P.- ¿Un oficio medieval?

R.- Totalmente. La cetrería estaba muerta, cuando apareció la pólvora el oficio desapareció. En España lo recuperó Félix Rodríguez de la Fuente.

P.- ¿Oficio extendido hoy?

R.- Existe en todos los aeropuertos civiles españoles. El de Barajas es el que tiene mayor control biológico realizado con aves rapaces, de toda Europa.

P.- ¿Dónde está el truco?

R.- No hemos inventado nada: combatimos aves con su enemigo natural.

P.- ¿Todo gracias a Félix?

R.- Entré aquí siendo un niño, Félix era mi segundo padre.

P.- ¿Halcones de porte (y nombre) medieval?

R.- Yo he mantenido los nombres de la época de Félix, (con él teníamos menos pájaros).

P.- ¿Algunos con nombre de futbolista?

R.- No, eso es cosa de Guillermo Santalla que ahora está en el Bernabéu pero antes trabajó conmigo.

P.- ¿El halcón es animal noble?

R.- Totalmente, pero si le haces algo se va a defender y puede adquirir resabios si los entrenas mal.

P.- ¿Mantienen buena relación?

R.- Sí, aquí trabajamos siete personas y los pájaros están más a gusto con unos que con otros.

P.- ¿Se pueden tener en casa?

R.- Siempre que tengas los papeles en regla, pero no es el sitio más adecuado. Hay mucho halcón en terrazas.

P.- ¿Trabaja bien con ellos?

R.- Siempre que les hagas un buen amansamiento, que es piedra angular de la cetrería.

P.- ¿Les molestan los aviones?

R.- En absoluto: las cámaras de reproducción miran a la pista, cuando el polluelo nace ya los ve.

P.- ¿Cómo su hermano mayor?

R.- ¡Tanto no!, pero sí lo ven como una cosa normal.

P.- ¿Asustan más los goles?

R.- Eso sin duda, cuando la gente grita gol es un sonido inesperado y brusco.

P.- ¿Son perfectos?

R.- Los pájaros, como las personas, también tienen días malos.

P.- ¿Se dejan acariciar?

R.- No soy partidario, se les pueden estropear las plumas, que son su ropaje.

P.- ¿A usted le gusta volar?

R.- No me gusta volar porque me subí en una avioneta, en Torrejón, cuando tenía 16 años, ¡y el motor sonaba como el de mi Derbi 50cc cuesta arriba!

P.- ¿Le impresionó?

R.- Le dije al piloto que iba malísimo, ¡qué coño, iba acojonado!, se me quedó grabado el ruido.

P.- ¿Trance superado?

R.- Claro, luego he volado muchas veces y no pasa nada pero en un viaje a Palma, con Félix, descendimos tan rápido que los halcones que llevaba en la mano aleteaban. Notaban el vacío de la bajada.

P.- ¿Es el hombre que susurraba a los halcones?

R.- Pues mira, (como en la película), muchas veces claro que les hablo.

P.- ¿Ellos lo agradecen?

R.- Captan el tono, igual que los perros.

P.- ¿Qué ha aprendido de ellos?

R.- Sorprendería lo fieles que son, monógamos por naturaleza.Nada que ver con las personas.

P.- ¿Si fuera paloma?

R.- Si fuera paloma, por aquí no venía (Risas).

P.- ¿O gaviota del PP?

R.- Nosotros ¡todo lo que tenga plumas! (Risas).

P.- ¿Algún avión le debe la vida?

R.- Nuestro trabajo es marcar terrenos de caza, es un control disuasorio para que las aves entiendan que hay un enemigo natural suyo.

P.- ¿Quedan princesas por rescatar?

R.- ¡Ojalá!, creo que eso ya… pero en la Edad Media la cetrería era cosa de príncipes.

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19 de julio

julio 19th, 2006 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Por lo tanto, han pasado 70 años (y un día), tiempo suficiente como para considerar que España ha pagado sus pecados de juventud y su rebeldía republicana, tanto en sangre como en memoria. Es posible que el cabreo sea el estado natural del español medio, un defecto de serie, mezcla de inconformismo y de dormir poco, pero hoy nadie en su sano juicio saldría a la calle a pegar escopetazos.Si nos juran que después de pasado este Año de la Memoria Histórica no habrá más excavaciones en las tapias de los cementerios, y que nos dedicaremos a honrar el pasado pero mucho más a trabajar por el futuro, sería para no creerlo. Si fuera necesaria una catarsis colectiva para superar el trago, hágase un gran careo patriótico (ofendidos con ofensores, el último garrotazo goyesco de las dos Españas). Que el Gobierno convoque un Día de Llanto Nacional y que presente la gala Ana Obregón, pero a partir del 1 de enero de 2007 aquí nadie vuelve a arrojarse la guerra como agua hirviendo.
Una izquierda fuera de eje, sacada de su lugar habitual, se apoya en la reivindicación constante de la Guerra Civil, y eso le lastra. La izquierda es utopía en tránsito permanente. Enfrente, una derecha acomplejada que tiene que pedir disculpas por algo en lo que no participó, como si Queipo de Llano hubiera sido concejal del PP en el Ayuntamiento de Sevilla.

Setenta años y un día después, la II República española tan muerta está como el franquismo, y lo que toca ahora es plantear el siglo XXI, que es el vértigo de la modernidad. A estas alturas todavía no se ha resuelto el asesinato del general Prim, y tampoco queda clara la represión de Fernando VII, ni se han evaluado los daños morales de la expulsión de los moriscos por parte de Felipe III, en 1609. No sería de recibo que un nieto de Boabdill exigiera las llaves de La Alhambra al alcalde de Granada. Memoria sí, siempre. Homenaje, de manera continuada. Pero dejemos los huesos en paz.

El dolor no tiene medida, ni la barbarie, ni la injusticia; podemos estar haciendo actos de desagravio de aquí al día del Juicio sin que solucionemos nada. La memoria arrojadiza no es sana.Se preguntaba Bono, convertido en obispo civil de la conciencia nacional: «¿Dónde estaba Dios el 18 de julio?». Se le puede responder con un refrán del castellano antiguo: vinieron los sarracenos y nos molieron a palos, porque Dios va con los malos cuando son más que los buenos. Acabemos con este conflicto entre hombres para luego cuestionar a Dios al que tendríamos que preguntarle por varios asuntos turbios. Según Woody Allen: «Habría que hacerle un juicio a Dios por lo mal que ha hecho su trabajo». Eso será cuando hayamos dejado de pelearnos entre nosotros.

«La guerra ha terminado» dijo la radio el 1 de abril de 1939; pero tengamos en cuenta que era muy temprano y a esas horas, según dónde, se oyen unas cosas muy raras.

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Calor extremo

julio 18th, 2006 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Nuestro Dios es el kilovatio, por eso cuando se va la luz nos deja tan solos. Como tal divinidad nos tiene que proteger los alimentos congelados, la pantalla del ordenador, las imágenes de la televisión y el horno virtual de la cocina que es el microondas que gira con el desayuno todas las mañanas, la puerta del garaje y también el enchufe con el que recargamos el móvil.
Hemos llegado a un grado de dependencia tal de la energía eléctrica que cinco horas sin ella son una tragedia, pero las subestaciones eléctricas se flambean porque les pedimos potencia para el aire acondicionado a toda máquina, y aunque el kilovatio sea divino el cable por el que llega es de sección limitada. El genio que se esconde detrás del enchufe tiene un convenio colectivo que le impide hacer sobrecargas. En Madrid han reventado dos centrales eléctricas de barrio que dejaron a la ciudad en blanco y negro, es posible que todas las ciudades sin luz se parezcan a Bagdad. La escena promete repetirse en otros puntos de España; en Córdoba y Sevilla los termómetros alcanzarán hoy 42 grados, y con esa fiebre no se puede vivir.

Lo avisan en Protección Civil, (que es donde aún se conserva el valor del lenguaje castrense): llega el calor extremo, un peldaño más arriba del exceso de calor anunciado la semana pasada. El portavoz que lo dice se seca con un pañuelo bordado. Tampoco es una novedad, desde los tiempos de los fenicios siempre ha hecho un calor fatigoso en estas fechas, lo que pasa es que antes éramos más sufridores. Nos hicimos de la cultura del adosado y del ático a poniente, dejando atrás la virtud de la sombra y el buen consejo del botijo nacional bebido a tiempo. Eso sin contar la cantidad de coches negros que se venden y que se han adquirido sin tener en cuenta que esa tonalidad absorbe todos los colores y provoca efecto sauna.

Si tenemos calor es porque nos lo merecemos: por atacar la capa de ozono con el mal llamado de las lacas locas, y por vivir de espaldas al desarrollo ecosostenible. De alguna manera Dios, (el de toda la vida no el kilovatio), nos lanza una advertencia: «Si estropeas mi creación con tu estúpida manera de herir a la naturaleza, te dejo a oscuras con los congelados derritiéndose en tu absurda nevera».

Japón nos lleva un año de ventaja, el verano pasado su primer ministro, Junichiro Koizumi, decidió que curraba sin corbata y con ropa blanca. En cambio, en occidente, corbata con nudo de tres vueltas, chaqueta oscura y el aire acondicionado a toda mecha en el trabajo, un poderío espectacular, Siberia en La Mancha. Han creado al ejecutivo encapsulado del que su Dios, el kilovatio, se ríe cuando lo atrapa en oficinas sin ventanas. Y, si se te ocurre hablar de energía nuclear te llaman ateo (no creyente en el kilovatio que se produce de manera natural. Hasta que se deja de producir, claro).

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El lector franco

julio 17th, 2006 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

En memorable entrevista de Jaime Peñafiel al marido de Carmen Martínez Bordiu, hemos sabido que José Campos apenas ha leído libros en su vida y es un ciudadano consorte, con-suerte, orondo, español y sentimental. El marido de la nietísima soluciona el conflicto del hombre feliz, en realidad no es que usara (o no) camisa, en verdad no había leído un puñetero libro en su vida. Si un pesimista es un optimista bien informado, un iletrado es un lector que no adquiere compromiso, ¿para qué leer un libro si no se tiene la madurez suficiente? Decía un personaje de Amanece que no es poco, la película de José Luis Cuerda: «¡Cuántos grandes libros se han echado a perder por leerlos mal!», por lo tanto lo que hace este señor es no estropear la cultura y adelantarse unos cuantos años a las distintas reformas de la Ley de Educación. Dentro de poco apenas habrá gente que lea libros, por lo tanto llevará razón.
En su caso lee la Historia en primera persona sobre la piel de quien ama. Dice que tiene una noción difusa de Franco, (justo eso era lo que quería transmitir el dictador), pero que le parece una gran persona. Tampoco iba a negarlo, lo raro hubiera sido que Carmen se hubiera casado con un nieto de Bakunin, aunque ya se sabe lo divertido que puede ser un anarquista cuando ha pasado tres semanas en Ibiza. De haber vivido aquel señor bajito, la boda se hubiera celebrado en El Pardo, pero allí ahora sólo se dan cita los grupos de turistas y las damas que convoca la vicepresidenta para hacer pandi con la Bachelet. Ni rastro de la Guardia Mora, ni huellas de aquella familia que con mano firme guió el pulso de España durante 40 largos y monótonos años. Incluso es posible que algún vigilante jurado, ajeno a lo que fueron aquellas tradiciones, si encuentra una bombilla la apague, (sin tener en cuenta aquello de que siempre estaba encendida una lucecita en El Pardo, era la conciencia del Movimiento que nunca dormía).

Peñafiel le ha hecho una entrevista que es una autopsia, un rajar por el ombligo hasta la sesera. Le ha metido pluma que es bisturí de inteligentes y se ha tropezado con la noticia: el hombre que hace feliz a la nieta de Franco, no lee un pimiento. ¿Y qué más da?, quizá ella le ama porque no le da la murga con los presocráticos, ni con la literatura alemana del XIX. Se aman porque para ellos los escaparates de las librerías son tan extraños como los de las joyerías para los poetas. Han llegado a la tierna edad del amor que aparece desnudo, igual que la poesía, y que engancha a un Premio Nobel o a cenutrios que repiten curso. José Campos es el hombre de moda, aquél que en la hamaca de la exclusiva sostiene un libro al revés en un idioma que no entiende, por un autor que jamás descubriría en una ronda de reconocimiento. Lo de menos es su contenido, lo importante es que le da sombra en la cara. Ya habrá tiempo para leer, otro día, otra vida. Sin duda que es de verdad un hombre «franco».

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