Entradas etiquetadas como ‘opinion’


El cambio climático sí importa

octubre 24th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

No sabemos en qué vitola de puro habano estaría pensando Mariano Rajoy cuando sacó a relucir a un primo de Sevilla y se fue hacia el centro del charco. Equivocar el medioambiente con la meteorología es una imprudencia y hasta una falta de tacto con la causa verde, generalmente bandera de los votantes más jóvenes. Pero una vez metida la pata hasta el glaciar, aparece la presidenta de la Comunidad y dice que lo de Rajoy, ¡perfecto!, y envido dos más. A veces conviene disimular el entusiasmo y admitir que el jefe se ha sobrado, y aquí paz y después unos amigos. Eso sería compatible con una crítica al ?paspán? de Al Gore que no hace más que engordar, echar tripa y forrarse con unas conferencias en la que hace de pájaro de mal agüero. Su documental ha dejado de llamarse ?una verdad incómoda?, a ?una verdad rentable?. Un crack que es el tío. Búfalo Bill hizo lo mismo y actuó en Roma, incluso pasó por Barcelona donde se le murió un jefe indio cuya tumba anda por ahí y nadie reivindica porque la memoria histórica no alcanza a los tiempos del general Custer. Dentro de trescientos años no estaremos aquí para que Rajoy nos tire la ceniza del puro a los pantalones, por lo tanto el futurible se estira en el infinito y hasta más allá, como decía un anuncio de un juguete. Pero, a partir de ahora, cada vez que llueva en exceso o que tengamos sequía, el personal se va a acordar de las palabras de Rajoy y de Aguirre, (porque quién acompaña a otro a pasear por los charcos también se moja los tobillos). Por suerte para ellos ha aparecido Aznar en forma de paraguas con un libro que es el manual de instrucciones del español modélico. Libro que es de obligada lectura para todos aquellos que sueñen con un país ?como Dios manda?. El libro de Aznar parece otra idea de la fábrica de pensamientos de Pepiño Blanco, si la semana pasada fue un video faltón, ésta agitan al fantasma de la derecha rancia. Lo del cambio climático no lo veremos pero lo del calentón político lo tenemos al alcance de la mano. Mariano ha metido a su primo, (hasta el momento científico de trabajo callado), en el ojo del huracán. Más le vale a ese hombre que este invierno nieve y el lobo aúlle.

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La batalla inútil de Cañada Real

octubre 22nd, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

La cañada (Real) es una coña (real). Después de la acción judicial, policial y de la desidia política que ha atravesado varias legislaturas; después de la carga con los heridos y después de que a un agente le hayan roto la mandíbula ¡por cuatro sitios!, las chabolas se vuelven a alzar. Ponen cemento, rabia y algún diente roto para hacer la masa con la que levantan paredes, lo hacen tan deprisa que parece que riegan los ladrillos con agua milagrosa. La Cañada Real es la gran favela de Madrid, el culo del mundo, ese lugar donde no se atreve a entrar el Séptimo de Caballería a buscar a Toro Sentado. Su abandono ha sido secular, una cuota de pobreza admitida por el Ayuntamiento y la Comunidad como el que tiene hierbajos en el jardín.
Han tenido que ir a dar porrazos para que Madrid se diera cuenta de esa inmensa bolsa de pobreza con la que convive y que está rodeada de diversas M-40, aunque sus pobladores saben que lo suyo es ser carne de cuneta. Ellos están acostumbrados a estar al margen de la ley, al margen del progreso y al margen de la atención administrativa. Hay un Madrid del Siglo de Oro alrededor de la Plaza Mayor, un Madrid neoclásico, otro modernista y hasta uno que aspira a ser Manhattan con cuatro torres espectaculares; pero también hay un Madrid de vergüenza que mantiene las condiciones de vida de Atapuerca, donde se hacinan gitanos e inmigrantes.

Ahora que Garci rueda el 2 de mayo en Fuente El Saz de Jarama, podría fijarse en el video de la carga policial, (y posterior respuesta brutal de los habitantes de la Cañada), para recrear la cabalgada de los mamelucos por la calle Mayor. Los soldados de Napoleón tiraron de sable hasta que la sangre se los dejó inservibles igual que se embotan los cuchillos jamoneros; en esta ocasión las pelotas de goma silbaron entre ancianos y bebés recién nacidos. Para qué el desalojo si todo vuelve a quedar como estaba, si construyen de nuevo sobre el solar que dejaron las máquinas excavadoras. Uno se puede poner en la piel de ese policía con la mandíbula desmontada y hacerse una pregunta: «¿por qué?». El colmo sería que el agente cuando acabara su baja se tuviera que incorporar, de nuevo, al pelotón del desahucio. El Ayuntamiento se podría preguntar para qué ha servido esta nueva edición de la batalla de Solferino que ha derramado sangre estéril. Mientras durante el día acuda la policía y por las noches reconstruyan las paredes del fuerte, nada cambiará. La Cañada es otra de esas contradicciones del Estado del bienestar que, a menudo, prefiere no ver para no llevarse un susto.

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Juan Antonio Cebrián

octubre 21st, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Uno no es nadie sin la ayuda de sus amigos. Ya lo cantaban los Beeatles y lo he vuelto a recordar cuando se ha marchado el gran ?Cebri?, ese tipo que amó a la radio tanto como la vida y que el sábado se quedó sin cobertura aunque ganó el cielo que está lleno de ondas hertzianas. Uno no es nadie sin la referencia de las personas que quiere, y hoy puedo decir que tuve la inmensa fortuna de ser amigo de Juan Antonio.

Un tipo tan grande, tan hombretón, tan de honor y palabra que ya es parte de la historia que él tanto narró. Hoy Cebrián puede elegir entre Julio César, Napoleón y Anibal para hacer una entrevista. Todos los reyes Godos han pasado por el cielo para darle un abrazo de bienvenida, y todos esos personajes que con tanto recreó en las mil y una noches de la radio española.
Había nacido en Albacete, era un compañero entrañable. Ha muerto en Madrid. Fuerza y honor, amigo. Y un beso para Silvia y para Alejandro a los que dejas cargados de amor.

Podrán reeditar tus libros pero nadie podrá imitar tu estilo. La Rosa de los Vientos está algo desorientada pero volverá a recuperar el norte, estoy convencido. Te vas sin que te dieran el Premio Ondas, una gran injusticia, pero de eso estabas vacunado igual que de la vanidad. Mi cariño y mi recuerdo.

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La carta de Blanca Brisac

octubre 21st, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

He leído varias veces la última carta que le escribió Blanca Brisac a su hijo Enrique. La letra está apretada y apenas tiene una rectificación en la última línea, lo que da idea de que Blanca tenía muy claro lo que quería transmitir. Esa carta la recuperó Carlos Fonseca en un libro que ha convertido en película Emilio Martínez Lázaro: ?Las trece rosas?. Si a Al Gore le han dado el Nobel de la Paz por hacer un documental de medioambiente, a Blanca Brisac habría que haberle dado el de Literatura por condensar poesía de urgencia elaborada al filo del paredón. El texto no puede ser más conmovedor y más cariñoso; una mujer joven que sabía su final dedica su último momento a escribir con el pulso calmo. No hay ira ni sobresalto, al revés, el texto desprende una capacidad de amor infinita y hasta de comprensión para sus verdugos.
La carta en sí misma es una película. Nos situamos en septiembre de 1939 horas antes de que a Blanca la fueran a fusilar junto a doce compañeras junto a la tapia del cementerio de La Almudena. Leer párrafos en los que le recomienda a Enrique que no guarde rencor y que sea una persona trabajadora, estremece; así como saber que en el sobre puso ?para entregar a mi hijo en el día y hora que se crea conveniente?. Aquel chaval tuvo que crecer con sus tías y con una blusa y un pantalón de tirantes que le dejó su madre como toda herencia. Durante años aguantó la incómoda situación de vivir en una España pacata ?de orden? con el sambenito de hijo de rojo. Hoy, hay quién afirma sin rubor que aquella época fue de una ?extraordinaria placidez?.
Si la Ley de Memoria Histórica sirviera para recuperar una sola carta como la que escribió Blanca, bien aprobada esté. Sus detractores dicen que es una Ley hecha para la venganza y para el revanchismo, pero cuando se tiene la oportunidad de leer testimonios tan rotundos es cuando surge la certeza de que la guerra civil se cerró en falso. Enrique García Brisac no buscó nunca que se reabriera el juicio de su madre, o que se condenara a los que de manera infame la llevaron hasta la muerte. Tampoco creo que sea ese el objetivo de cuantos buscan los restos de sus familiares en las cunetas.
Una ley que condena el franquismo y que recupera el buen nombre de los que fueron injustamente condenados por tribunales de excepción, es una ley que no debería molestar a nadie. Hay que leer varias veces el último párrafo en el que Blanca envía ?una infinidad de besos hasta el beso eterno de tu madre?. No creo que haya nadie que se quede incólume ante el relato de una madre que muere ?orgullosa? y sin odio. Nuestra historia emocional cabe en un pequeño sobre azul escrito hace setenta años.

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El ruido

octubre 16th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Responsables del tráfico aéreo de Barajas deberán responder en sede judicial del ruido de los aviones. Lo van a tener crudo porque, aunque hay compañías de bajo coste, lo cierto es que atronan igual que los aviones clásicos de las compañías de bandera.

El hombre siempre ha deseado volar, lo más lejos posible, pero la máquina que inventó tiene sus efectos secundarios. Y, dentro de poco, aterrizarán los gigantescos aviones de Airbus en los que cabe media provincia de Soria.

El ruido es algo insoportable, igual que algunos mensajes políticos, pero lo padecemos sin rechistar. La solución seria crear otro aeropuerto pero no parece que sea algo inmediato en las agendas de las autoridades, ¡si no se ponen de acuerdo Fomento y Comunidad en inaugurar la T4, qué podemos esperar!

En los primeros tiempos de la aviación las ovejas huían cuando pasaba un pájaro de acero sobre sus cabezas, ahora las ovejas han desaparecido, ¿pasará igual con los hombres?

Dado que tenemos que convivir con esos enormes aviones? podríamos exigir a la industria que los creara más silenciosos. Barajas es la puerta de América y no podemos renunciar a un puerto de esas dimensiones económicas pero tampoco a costa de horadarnos nos oídos con silbidos agudos e interminables.

En la dialéctica del ruido y del hombre uno se sitúa del lado de las ovejas y entiende que lo que no era bueno para ellas tampoco debe serlo para el hombre.
Y, ahora, a taparse los oídos porque viene otro avión

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No pisar el freno lleva al desenfreno

octubre 15th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Las cárceles españolas esperan la llegada masiva de los alumnos aventajados de El Vaquilla. Con la ley en la mano la mitad de los madrileños ha amanecido hoy «color presunto», (¡si es que van como locos!). Si usted piensa comprarse un vehículo, con muchos caballos, en el concesionario le harán la ficha «pantojil»: una foto perfil izquierdo, otra el derecho y la última de frente sosteniendo la matrícula de su coche entre las manos. Será un trámite más de la documentación que habrá que cumplir por si llegado el caso nos entrullan por la vía de urgencia. El efecto proporcional del exceso de velocidad llevará a miles de conductores a la cárcel; usted se creía muy listo pero el radar de Costa Rica le puede poner un pijama de rayas durante una temporada. Pero si el legislador cree que el madrileño va a dejar de pisar a tope en La Castellana porque la sanción amenace, va listo.
Tres semáforos en verde seguidos, y sin atasco, dan al personal una alegría morbosa, una crisis parecida a la del delantero que encara la puerta vacía. Es de esperar que el madrileño se jugará la multa antes que renunciar a su potencia. Antes que abjurar de su poderío estarían dispuestos a ser azotados en la Plaza Mayor por un moderno Tribunal del Santo Oficio presidido por Pere Navarro en el papel de nieto predilecto de Torquemada. En esta ocasión no encenderían la pira por no llevarle la contraria a Al Gore y estropear la capa de ozono, bastaría con meter a los conductores en un microondas gigante y esperar el aullido final previo a la desintegración molecular. Las cárceles van a estar de lo más animado, junto a los malayos, los de Gescartera, Conde, de la Rosa, Colón de Carvajal, batasunos, «solitarios», etc… ¡los caídos por el radar de Costa Rica!, buena parte de ellos honestos padres de familia que llevaban a sus hijos al colegio. La profesora va a alucinar cuando se le llene la mesa de notas en las que se detalla que el niño llega tarde porque su padre, o madre, están en Alcalá Meco por ir a 110 kilómetros por hora.

Pero cuando se hace una ley es para cumplirla y todavía podemos esperar que los niños sean ingresados en un centro penitenciario infantil por ser encubridores del delito. Puestos a buscar delincuentes no escatimemos recursos. Gracias a esta medida, la circulación de Madrid que ya era lenta, ahora se volverá pastosa y del todo acojonada. Con estas normas no habría hecho falta esperar a que Al Capone no pagara sus impuestos, se le deja subir al coche y se le persigue con un radar móvil hasta que caiga en una trampa. Quién le iba a decir a usted, querido amigo, que el freno además de detener la marcha de su vehículo le iba a librar de la cárcel. Avisados están: un despiste les puede convertir en compañeros de mus de De Juana. Un planazo al que convida la DGT.

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Hacer leña del árbol caído

octubre 14th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

De repente se encendió una chimenea en mi calle y todo el barrio se puso a oler a encina prendida, y eso que no era una noche especialmente fría pero alguien decidió que ya era hora de sacar humo por el periscopio del invierno. Y del humo me fui a las noticias como si el Proust de nuestros días mojara en llamas la magdalena de los recuerdos, (cada uno agita la conciencia con los elementos que tiene). Mucho antes de que el vecino pusiera la primera pastilla de fuego de la temporada, había visto arder fotos, muñecos y mensajes políticos. El fuego tiene su tiempo, agitarlo a deshora lleva al humo del desvarío, pero somos un país de toros y de fogata, aquí lo único que tenemos de nórdicos es el edredón que de manera incomprensible ha desplazado a las mantas de Béjar. De ahí algunos catarros que no tienen explicación.
Está de moda incendiar hasta las palabras, (que también prenden si se las frota con ira), y lo español es un término que se utiliza para darse con la garrota con la que Goya pintó a los que se peleaban en el barro. Uno entiende que se terminarán cansando de sacar astillas de la leña del árbol caído, porque si muchas son las realidades que nos distancian, menos es el fuego que nos separa. Por lo tanto dejemos la rabia para los que creen que España es una foto que arde, o una bandera que se mancilla. España es un concepto más amplio como para pensar que está en peligro cuando unos macarras ofenden al mal gusto quemando la foto del rey. Bien es cierto que en época de una mayor crisis nacional fueron Unamuno y Ortega los que repensaron el concepto, y ahora cualquier bobo predica en una tertulia sus fobias sin sentido. Mal que les pese, mal que les siente, mal que les reviente, España lleva más de quinientos años siendo una lengua común y compartida con quinientos millones de hispanohablantes, un lugar de encuentro, un sitio donde se puede discrepar sin llegar a la amenaza.
Ahora que se discute sobre la memoria histórica nadie puede negar que aquellos que cayeron defendiendo a la República no fueran tan españoles como los que les dieron un cunetazo. Tal vez por ellos deberíamos arreglar las tensiones antes de llegar a un clima parecido al de entonces; en honor a la memoria histórica hay que trabajarse un futuro de lucidez. Ahí tienen que ahondar los políticos, para relacionarse entre ellos con la naturalidad que manejamos los demás. Hay peleas tan artificiales que hasta dan vergüenza ajena, más parecen invento de aquellos que sin la bronca no sabrían completar su agenda.
Lo ideal es que cuando en una calle huela a humo sea de encina y no de contenedor quemado. Entorno a la chimenea común podemos hablar de muchas cosas sin que salten chispas a la alfombra.

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L. A. Mela Confidencial

octubre 8th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

De un portal sale la prudencia y de otro la memez, no hace falta ser muy listo para saber quién llegará primero a los despachos del metro. El vídeo no podía ser más lacerante con los seguidores del Atlético de Madrid; el colchonero era un completo «farruquito» al volante.

Aguirre pide la dimisión de los responsables y hoy lunes debe estar resuelto el expediente. No es casualidad que alrededor del Metro, (desde hace un par de años), todo lo que ocurra sea cine negro. Y, aquí, aparece el consejero «L. A. Mela» vestido de detective. Su papel recuerda al del inspector Renault en «Casablanca» cuando hacen la redada para clausurar el casino y él (que estaba dentro del local) sentencia: «¡Qué escándalo, en esta casa se juega!».

Resulta insólito que quien está bajo sospecha se ponga el disfraz de inspector, no es casualidad que el consejero asistiera cuatro días antes a la presentación del vídeo y no se coscara. En su descargo asegura que hablaba con los periodistas, debería recordar que en clase no se habla y que se atiende a las explicaciones del profesor.

Admitamos que Lamela se viste de inspector y va a por los responsables del vídeo: ¿es más Poirot que Clouseau, o más Torrente que Plinio? También podría encontrar la explicación a por qué la estación de Marqués de Vadillo se convirtió en un Iguazú castizo. A partir de ahora: Marqués de Ahogadillo.

Hay que desear suerte a «L.A. Mela» porque llegado el caso igual él también tiene algo que admitir. Que vaya despejando el vagón de las dimisiones porque da la impresión (por el enfado que tiene Aguirre) de que esta vez van a ir muy apretados.

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Los MacCann, ¿falsos culpables?

octubre 8th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: Matías Antolín

Palencia. Hotel Rey Sancho. Disfruté hace unos días con mi esposa Ingrid de una excelente suite que me había reservado el alma de este estupendo establecimiento, Pedro Pastor, con el que mucho converso de toros. En este acogedor hotel me he vuelto a reunir, después de más de treinta años, con mis primos carnales Mariano, Luis Ángel, Jaime y Javier Antolín. Una velada entrañable, sin reproches, contando nuestras aventuras, venturas y desventuras mientras saboreábamos una exquisita cena regada con buen vino tinto. Compartimos mantel con sus esposas Ana, Fabiola, Montse e Isabel. Y en animada charla conversamos del Caso Madeleine. Isabel Sardina, esposa de mi primo Luis Ángel, comentó que hasta la web del Príncipe Carlos de Inglaterra ha llegado un anónimo que acusa a una ex empleada del complejo hotelero portugués The Ocean Club; alega que se llevó a Maddie para ensuciar la reputación del hotel como venganza por las pésimas condiciones laborales que, según ella, padecía. Mis primos y primas consortes, como padres, comentaban que ha tenido que ser desgarrador para el matrimonio MacCann, Gerry y Kate, regresar al Reino Unido sin Madeleine y, encima, como sospechosos. ¿Padres coraje u homicidas psicópatas? No me cabe en la cabeza una exhibición de cinismo tan cruel por parte de los padres de Madeleine. Dudo que existan dos personas con el mismo talante, la misma sangre fría, el mismo estado de ánimo. Pienso que, uno de los dos, con tanta presión, ya se habría derrumbado si fueran culpables. No hay pruebas. Sólo rumores. ¿Han entorpecido ellos la investigación policial? ¿O han sido torpes los policías que investigan el caso? Mete Ana cuchara en la cháchara para decir que la policía portuguesa también está bajo sospecha. Incluso ha sido destituido el jefe de la policía que investigaba el caso. Algo huele a podrido en Portugal y quizá no sea el cadáver de Madeleine. Como escribió en El Mundo, con su acostumbrada lucidez, Rafael Martínez Simancas, se está pergeñando una «triste ejecución sumaria donde a los MacCann les han lapidado, eso sí, con notable elegancia que está muy feo mancharse las manos de sangre (las piedras se tiran desde lejos)». Siento vergüenza ajena ante tanta desvergüenza. Navegamos en el nebuloso terreno de las hipótesis pero yo sospecho más de la policía lusa que de los padres de la niña desaparecida el pasado 3 de mayo. Considero disparatado echar la culpa a los padres esgrimiendo argumentos muy falaces. Sospechas subjetivas. De lo que sí son culpables los MacCann es de haber montado este circo los medios de comunicación. Sería imperdonable si nos hubieran manejado a los periodistas irresponsablemente y ellos se hubieran desecho de su hija tras haber muerto accidentalmente o por irresponsabilidad manifiesta de los padres. Pero no merecen este linchamiento hasta que no se sepa la verdad. Recuerda el sagaz Mariano que ya nos dejó dicho Hemingway que todas las maldades nacen en estado de inocencia. Existe la presunción de inocencia pero muchos colegas han puesto en marcha su maquinaria sensacionalista en una vergonzosa presunción de indecencia. A Luis Ángel le parece tremendo leer en alguna primera página : «Kate, ¿la mataste tú?»?.Los rastros que dicen han aparecido en el coche alquilado por los MacCann no hay que ser el Teniente Colombo para sospechar que podían tratarse de ropa de Madeleine. Todo está siendo muy torticero. Morbo a cucharadas soperas. Esta tragedia se ha convertido en un Caso Mediático, donde casi todo vale con tal de vender periódicos o rellenar programas de televisión. Existen en el periodismo o en la policía, tipos despreciables, que desprecian la verdad y pisotean el honor de muchas personas con impunidad. Criticar a la prensa, a la policía, incluso a la justicia, también es hacer justicia. Para entender la injusticia hay que sentirla en carne propia. Apunta Jaime Antolín: «La inculpación que sufren los MacCann muy bien podía ser causa de un desatino policial». Sí, primo, quizá estemos ante la crónica de una injusticia y de alguna serpiente venenosa del periodismo. Contra su mordedura, el único antídoto eficaz es la verdad. «Sólo la verdad es inocente», matiza Montse Aparicio. No soporto a esa jauría de colegas buitres y carroñeros que están haciendo un linchamiento feroz y mezquino a unos padres que son vapuleados en los medios con desvergüenza y sinrazón. ¡Maldita carroña desinformadora!. Señalan Javier y Fabiola que sean culpables o inocentes, los MacCann ya han sido juzgados y condenados. Quizá sea un primo, pero hemos perpetrado un juicio paralelo fomentado por unos colegas irresponsables y morbosos. Algunos emplean la forma más rastrera de fomentar los bajos instintos del telespectador o del lector. A estos padres, si se demuestra que no son culpables, les costará salir expulsados de la fábrica del chisme. Hay manchas que no se borran nunca. ¡Qué injusticia! La dictadura del morbo se ha impuesto, dice Ingrid mientras yo me quedo con esta copla: «Más mata una mala lengua / que la mano del verdugo / El verdugo mata a un hombre / y la mala lengua a muchos». Murmura que algo queda.

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Una declaración de guerra

octubre 7th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Este chico batasuno, algo cerril y en exceso sobreactuado, que se llama Pernando Barrena no se entera. Este chico es un idiota. Deben ser los efectos secundarios de ser el portavoz de la muerte, un oficio tan desagradable al que no se accede por oposición sino por reunir las psicopatías necesarias. Este bobo se acaba de dar cuenta de que el estado de derecho está en guerra con los que matan, extorsionan, secuestran y amenazan. Y se ha asustado, claro, normal. Se le ha puesto cara de indignación absoluta como si de repente hubiera conocido que el ratoncito Pérez se ha jubilado.
Hace demasiado tiempo que venimos sufriendo las consecuencias de la guerra de ETA que nos ha dejado esquelas rabia. Hace años que estos sujetos conculcan la Constitución y les sorprende que un juez les llame a capítulo. El protagonista de “Uno de los nuestros” decía que se había hecho de la mafia porque así encontraba siempre un hueco libre para aparcar el coche en la puerta de su casa, y estos cuervos se hicieron de ETA para chulear con impudicia y ocupar toda la calle. Durante el llamado proceso de paz se creyeron la última coca-cola en el desierto, pero su torpeza infinita les volvió a llevar al arroyo. En realidad a estos cafres no les interesa la paz porque sin pistolas no son nadie. En el diálogo se quedan afónicos y si nadie escucha sus ladridos se descomponen porque se creen muy lobos cuando en realidad son muy hienas. Son unos sujetos decimonónicos, “carlistones”, macarras y achulados, gente que tiene demasiado odio en sangre como para taponar sus arterias.

Garzón les “entrulla” por hacer pública ostentación de sus actividades ilícitas, pero también les debería acusar de haber roto el sueño de paz en el País Vasco y de haber hecho añicos nuestra última ilusión como pueblo que añora la convivencia pacífica. A partir de ahí que la Justicia haga con estos tiparracos lo que se tienen merecido y que compartan patio con el detestable De Juana y el matón de Otegi. En cuanto a Pernando, como siga haciendo el chulito me parece que le van a dar un paseíto en furgoneta hasta la Audiencia Nacional. Merecido se lo tiene como siga ciscándose en el Código Penal.

Efectivamente, es la guerra pero con la ley y este rompepelotas se acaba de dar cuenta, de ahí el pasmo y el comprensible soponcio. Es de esperar que la instrucción siga su curso y que nos libre durante unos cuantos años de la presencia de esta caspa social. O dicho de otro modo que se vayan a la cárcel lo más urgente posible, sería como si el cielo se despejara y se quedara un día claro. ¡Hale, Pernando, a hacer puñetas chavalín!

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