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‘En mis venas tengo algo de sambista’

febrero 19th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

RETRATO
Origen. Sao Paulo (Brasil), 1955. Currículo. Cuando era un niño, su familia regresó a España, «para vivir en Tetuán de las Victorias, y de ahí al barrio de Nueva Esperanza, donde mis padres resultaron estafados con unos pisos». Estudió Maestría Industrial y trabajó en AENA durante más de 25 años, «allí estuve hasta que hace 10 me picó el gusanillo por la reivindicación social, y empecé a militar en el PP». Aficiones. «Escuchar a Peter, Paul & Mary y a Sting». Debilidades. «El trabajo que a veces le quita tiempo a mi familia». Virtudes. «Escucho a todo el mundo. Creo que soy buena persona». Defectos. «Debería hacer más ejercicio y cuidar más mi dieta».
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Hasta los 13 años pudo haber elegido la doble nacionalidad -con Brasil-, pero optó por la española, quizá un error de bulto como aficionado al fútbol. Su municipio ha recibido una fuerte inmigración de rumanos, ya son más del 20% de la población. Tanto que ha abierto una ventanilla especial para atender sus peticiones y ha redactado un manual de convivencia.

Pregunta.- ¿Rumanía, capital Coslada?

Respuesta.- ¡No!, aunque pudiera ser… ahora tenemos 15.000 rumanos en una población total de 90.000 habitantes.

P.- ¿De convivencia vamos bien?

R.- Por supuesto, los rumanos son gente estupenda que vienen a trabajar y vienen de un país que está saliendo de una dictadura comunista atroz.

P.- ¿Por lo tanto, convivencia feliz?

R.- Totalmente. De todas formas ahora vamos a publicar un manual de conducta, de convivencia, financiado por la Consejería de Inmigración, para que los rumanos conozcan nuestras pautas de comportamiento.

P.- ¿Su sucesor será un rumano?

R.- ¡Quién sabe!, si le votan ¿por qué no?… yo podía haber sido brasileño aunque luego hice la mili aquí y juré la bandera española.

P.- ¿Usted fue emigrante también?

R.- De segunda generación, nací en Brasil pero mi padre nació en Francia, hijo a su vez de emigrantes.

P.- ¿Añora ser brasileño cuando ve jugar a la selección española?

R.- (Risas) Sí, a veces… cuando España juega con Brasil… ¡Que Dios reparta suerte!

P.- ¿Le tira el carnaval brasileño?

R.- En mis venas tengo algo de sambista y de bossa nova; me encanta.

P.- ¿Se le da bien?

R.- Tengo el ritmo, enseguida se me van las manos a la batucada. Y tengo unas ganas locas por comprarme un cajón.

P.- ¿Hay que saber encontrar el compás?

R.- La máxima expresión de la musicalidad es el disco Lágrimas Negras de Bebo Valdés y El Cigala. Bebo Valdés le hace cantar al piano.

P.- ¿Qué tal esto de la política?

R.- Pues tiene días de lágrimas negras, días bonitos y también muy tristes. Seguro que les pasa a todos los alcaldes, da igual el signo.

P.- ¿Por qué entró en política?

R.- Pensé que era bonito ayudar a los más necesitados: al que está en el paro y tú conoces a infinidad de empresarios, o al que busca piso. La política es la ciencia de hacer posible lo imposible.

P.- ¿Volverá a presentarse como alcalde?

R.- Claro, porque merece la pena ver cómo tu municipio recibe el Metro y tiene un gran hospital…

P.- ¿Coslada no es Alcorcón?

R.- La gran mayoría de los inmigrantes es gente buena que viene a trabajar, no todos los latinos pertenecen a bandas.

P.- ¿Los incidentes se pueden repetir?

R.- En cualquier municipio, da igual quién gobierne. Lo que yo digo es que hay que expulsar a los inmigrantes que cometan delitos.

P.- ¿Coincide con Miguel Sebastián?

R.- … o Miguel Sebastián conmigo, porque yo soy antes alcalde que él candidato. Comparto totalmente la idea de Sebastián.

P.- ¿Faltan policías o sobra mala leche?

R.- Lo absurdo es llegar a un estado policial de un policía por persona. La solución es meter dinero en educación y en sanciones económicas a los chavales que delinquen.

P.- ¿En su partido no quieren más policías?

R.- ¡Hombre sí!, en Coslada hay setenta y seis policías más de las Bescam, lo que está muy bien.

P.- ¿Un buen alcalde es el que pide?

R.- Un buen alcalde es como el cura, cuando veo a la presidenta Aguirre le pido ayuda para todo lo que sea mi pueblo.

P.- ¿Una ciudad dormitorio es para roncar?

R.- (Risas). No, no tiene nada que ver. Coslada es ya algo más que una ciudad dormitorio.

P.- ¿Echa en falta ser peatón?

R.- Mi hijo pequeño me preguntó: ‘¿Merece la pena estar en política para que te siga un terrorista?’. Y sí, tenemos que defender la democracia en la calle.

P.- ¿En qué trabajaba en el aeropuerto?

R.- Era responsable de la logística, de la iluminación, de los cables que se utilizan en las pistas, balizas y lámparas.

P.- ¿Le da miedo volar?

R.- No, es un medio muy seguro. Siempre me ha impresionado cómo despegan y aterrizan los aviones.

P.- ¿Es un lastre lindar con Madrid?

R.- Creo que es una ventaja. El Metro llegará en un par de meses. Y estamos muy cerca de los buenos servicios que ofrece Madrid.

P.- ¿Qué es un buen parque?

R.- Un bosque en la ciudad en el que si entras te puedes abstraer de todo.

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Quite el parquímetro de su despacho

febrero 19th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Seguro que el inventor de la guillotina, el doctor Guillotin, tenía una reproducción de su invento en casa para que jugaran los niños a decapitar ratones, o que Torquemada guardaba en el salón unas brasas candentes por si fuera menester quemar a algún hereje. Hasta es posible que el ejecutor de Sadam Hussein conserve la cuerda con la que pasó a la historia en un vídeo chusco pero muy reproducido. El creador siempre siente veneración por su obra aunque sea discutida, a fin de cuentas la paternidad es un orgullo. Llevado por ese sentimiento de satisfacción por el trabajo bien hecho, el concejal de Seguridad, Pedro Crespo, tiene un parquímetro en el despacho, así aparece en una foto que reprodujo este periódico. Escena un tanto kitsch si detallamos que junto a la bandera de España, de la Comunidad y posiblemente del Ayuntamiento de Madrid, hay un parquímetro plantado en lugar del socorrido ficus oficial que tantos fondos de entrevista ha resuelto con solvencia.

El concejal tiene un parquímetro en el despacho con gran satisfacción, como si el doctor Frankenstein tuviera un braguero de su criatura inhumana. Pudiera ser que lo tiene a su lado para no bajar a la calle pero no es el caso porque Calvo gasta coche oficial, (y cuando va en moto sin papeles nos enteramos todos). Por lo tanto es un acto de soberbia administrativa sin precedentes, una provocación y un punto chuleta que pudiera generar el comentario airado de los vecinos que piden su retirada en los barrios periféricos. Es aquello de mentar la soga en la casa que no corresponde. Por lo tanto el concejal se agarra al parquímetro y defiende su estética como elemento de decoración de despacho oficial, (estupendo; sería equivalente a que Idi Amín tuviera a un opositor colgado boca abajo y posara junto a él).

No es disfraz de carnaval sino sentimiento de amor hacia un mueble urbano. Quizá la proximidad de las elecciones le debería hacer reflexionar si acaso no es propio posar con el parquímetro detrás, igual que doña Carmen posaba con los toreros de la corrida de la Beneficencia. Incluso le ha apañado el verso a Bécquer: «del salón en el ángulo oscuro… veíase el parquímetro». Como diría un castizo el concejal se ha sobrado un rato: «s’a pasao dos pueblos y una pedanía by the face». Mucho más si tenemos en cuenta que el parquímetro sale a millón de los antiguos, por lo tanto era mucho más económico y estético el ficus con macetero negro, una de esas plantas que hicieron por la transición tanto como Cuéntame por el seiscientos. Una maceta de la que nadie conoce su origen pero que sin duda nos sobrevivirá. Lo del artilugio en el despacho se lo debería hacer mirar, no es el parquímetro el mejor amigo del hombre

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No hay fiesta sin ruido, ¿lo han oído?

febrero 18th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

¿Se deben prohibir las fiestas ruidosas en los cascos urbanos? NO

Intentar que las bandas toquen con sordina el día de la patrona es una memez, tanto como regular los decibelios de una saeta al paso de una cofradía de la Semana Santa por el Puente de Triana, o pedir que las murgas de Carnaval suenen a cuarteto de cuerda. En las fiestas huele a pinchitos morunos, a algodón dulce, churros, calamares fritos y todo se envuelve por el estruendo de una tómbola desaforada en la que igual anuncian que se ha perdido un niño que suena una canción para romperse la camisa negra. Mucha gente montando ruido es una juerga, mucha gente en silencio es un velatorio; véase la diferencia.

Básicamente, una tribu monta escándalo cuando está de fiesta, con la sana intención de dar envidia a los poblados vecinos («que se joroben»), y para atraerse a los dioses protectores (buenas cogorzas colectivas se agarraron los romanos para dignificar a Baco. Los dioses nunca están con los aburridos). Sin duda que nos influye el efecto latino, llamémosle latitud, y que podría definirse como una predisposición a las reuniones bullangueras, incluso una obligación a seguir por la huella sonora trazada por nuestros mayores. No es lo mismo el Carnaval de Tenerife que la fiesta del cuerno celebrada en honor al dios Wali y a la princesa Rinda en los países nórdicos; no es comparable una charanga callejera a beber del asta de un toro y darse cabezazos en el casco de vikingo hasta desfallecer. Si el ruido no está presente en las celebraciones mediterráneas, nos lleva a pensar que algo malo ha ocurrido, cualquiera que llegara a un pueblo en fiestas y no escuchara la natural carajera pensaría que la ciudadanía habría sido abducida por marcianos.

Las fiestas son para retar a la muerte y decirle que todavía estamos vivos, Carnales-carnívoros y felizmente ruidosos, y cuanto más leña al mono mayor será la burla al destino. Es aquello de grite usted o le gritarán los demás, un sentimiento tan básico que no se puede desmontar por normativa municipal. Si una fiesta fuera prohibida acabaría por aflorar por otras partes: si les impiden cantar en la calle lo harán en las plazas, si les quitan las trompetas tocarán bombos, si les declaran fuera de la ley se volverán forajidos del carnaval. Silenciar las fiestas es tan absurdo como detener olas con abanicos.

Sin duda que hay que perseguir el ruido cotidiano y gratuito, aquel que resulta incómodo para la convivencia, pero sería muy maniqueo aplicar las pautas de la normativa urbana corriente a lo extraordinario de una celebración. A eso se le llama vecindad; soportar la jarana (aunque no te guste) es también ser buen vecino. En otro caso llegaríamos al absurdo de crear zonas para bullangueros y zonas para irritables. Parte de la condición humana reside en aguantar a los demás porque en realidad somos nosotros mismos.

El ejemplo más coherente de cómo se debe tomar con sentido del humor una broma de Carnaval es aquello que contaba Gila: «Vaya petardo que le pusisteis a mi hijo, ¡le reventó la oreja al chaval!, pero es lo que digo yo: si no sabes aguantar una broma te vas del pueblo». Metáfora perversa que nos dice que no hay fiestas eternas y que una cosa es la bronca diaria a la que hay que combatir, y otra la diversión puntual que se debe tolerar en beneficio de todos, aunque te quedes sin oreja. Más que nada para no seguir por el peligroso camino de considerar a la ceremonia del té en Buckingham como la repanocha de la diversión y el jolgorio.

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“Sigo siendo muy revolucionario”

febrero 14th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

«El lema de mi candidatura fue: ‘la revolución popular’» / «Comí con el secretario general de las Juventudes Socialistas… y por medio un almirante» / «A veces tengo que pedir la paga porque es complicado llegar a final de mes» / «El que no entienda que la política es esencial se está engañando» / «Sé que me quiere mucho, pero mi madre ya no me arropa»
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RETRATO
Origen. Madrid, 1980. Currículo. Estudió en la Universidad de Comillas, empezó empresariales pero lo dejó y luego terminó Trabajo Social. Preside las Nuevas Generaciones del PP desde octubre de 2006. Antes de incorporarse a la política trabajó en los servicios sociales del Distrito Centro. «Ahí ves la realidad de una ciudad». Compatibiliza su trabajo en el partido con el último año de Sociología. Aficiones. «Me gusta mucho pasear sólo, más desde que estoy en política». Debilidades. «Mi hermana pequeña… y una paella (aunque sea mala)». Virtudes. «Soy muy tranquilo, tengo claro los principios y soy fiel». Defectos. «Poco expresivo porque me gusta reflexionar».
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Que es un joven de su tiempo lo demuestra porque todavía no ha podido salir de la casa de sus padres, «me encantaría vivir fuera pero no hay forma». Año y medio en el cargo le ha dado servido para darse cuenta de que ha sacrificado su vida privada, «pero a nadie le vas a pedir razones. Esto implica mucho tiempo y desinteresadamente, pero desde mi puesto hasta el de un militante de pueblo».

Pregunta.- ¿Qué, en este «fregado»?

Respuesta.- Tengo la sensación de que algo le debo a lo que me rodea. A veces me gustaría dejarme llevar más por la inercia.

P.- ¿Esto de pensar, cuesta?

R.- Sí… mejor sería no pensar (Risas). Me sorprende que haya gente que no tenga inquietud por su sociedad.

P.- ¿Siempre fue del PP?

R.- Sí, desde unas charlas que nos dieron sobre política los jesuitas en el colegio.

P.- ¿Tuvo pasado joven y rebelde?

R.- Considero que sigo siendo muy revolucionario, mucho. El lema de mi candidatura fue: «la revolución popular».

P.- ¿Igual que Fidel Castro?

R.- Igual, igual. Queremos incitar a una revolución que mueva las cosas desde dentro. No quiero que los jóvenes de mi partido se dejen llevar.

P.- ¿Es un teórico de trinchera?.

R.- Me gusta la definición, pero estar en la trinchera implica que te estás manchando. Me gusta tocar la fibra de los que me rodean.

P.- ¿Tuvo póster del Ché?

R.- Póster no pero me leí un libro sobre el Ché, (hace mucho).

P.- ¿Partidario de la revolución?

R.- Depende, revolucionarse la vida es positivo, todo nuestro alrededor cambia.

P.- ¿Es una llamada a las «armas»?

R.- Ya me gustaría que la gente se sintiera revolucionarios populares, mi partido tiene mensaje que lanzar a los jóvenes.

P.- ¿Hasta que edad uno es joven?

R.- Por nuestros papeles hasta que tenemos 29 años; los socialistas lo alargan hasta los 31. En el PSOE el concepto de juventud es más amplio.

P.- ¿Luego le quitan el triciclo?

R.- Claro, pasas al partido pero tampoco puedes tomar huevos. Los mayores son muy mayores y entras en un desierto político.

P.- ¿Es el «Pavón» de Génova?

R.- Depende de quién sea el entrenador y de quién esté lesionado…

P.- ¿No es un chico bien?

R.- En todo caso normal.

P.- ¿No dice «osea-osea»?

R.-Creo que no me sale el «osea» (Risas).

P.- ¿Dialogo con otros jóvenes?

R.- Hace un mes comí con el secretario general de las Juventudes Socialistas… y por medio un almirante (Risas).

P.- ¿Tuvo que salir «la Armada»?

R.- Es una persona estupenda que nos quiso juntar, comimos con mucha educación. A partir de ahí cuando surge algo grave hablamos por teléfono.

P.- ¿Estuvieron de acuerdo en el menú?

R.-No coincidimos en nada, sólo en el vino.

P.- ¿Hay algo fuera de la política?

R.- Al final todo es política y el que no entienda que la política es esencial se está engañando.

P.- ¿Los jóvenes pasan de ella?

R.- Es jodido oírlo entre jóvenes, pero todo el mundo aplica la política en su vida.

P.- ¿Crisis: en Moncloa o en el Bernabéu?

R.- Los dos presidentes deben vivir la mayor crisis del mundo (RISAS). A ZP porque no le pueden hacer «pañoladas» en La Moncloa…

P.- ¿Lo último que ha hecho por el partido?

R.- Hinchar los globos que hicieron la bandera española en el aire, el día de la manifestación del Foro de Ermua. Comenzamos a hincharlos a las nueve de la mañana.

P.- ¿Vaya globo se cogió?

R.- Menos mal que era con unas maquinitas, si no ¡joder!, fueron 20.000.

P.- ¿La política se hace soplando?

R.- También, eso es también campo de batalla.

P.- ¿Comparte peluquero con Aznar?

R.- (Risas). No tengo tiempo ni para ir a la peluquería pero me lo tengo que cortar. Cerca de Génova han abierto una que abre hasta las doce de la noche.

P.- ¿Serán precios «populares»?

R.- ¡Mucho!, pero es una peluquería sólo para mujeres.

P.- ¿Joven, madrileño y motero?

R.- La moto es muy peligrosa pero cómoda en Madrid.

P.- ¿Es de Aguirre o de Gallardón?

R.- Soy del Partido Popular… la gracia es decir que se llevan mal. No es verdad.

P.- ¿En casa le dan paga los domingos?

R.- (Risas), a veces tengo que pedir la paga porque es complicado llegar a final de mes.

P.- ¿Hace la cama?

R.- ¡Qué va!, mi madre está de los nervios. Ni me ve salir de casa, ni me ve llegar.

P.- ¿Le da un besito por la noche?

R.- Creo que no; sé que me quiere mucho pero mi madre ya no me arropa.

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«No sólo de jazz vive el hombre»

febrero 13th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

«Escuchar jazz de día es como beber fino en un botijo. Hacen mucho la noche y la compañía» / «El empresario de noche no es el empresario que vende telas de Sabadell a las doce de la mañana» / «El político que logre ilusionar para que le voten a pies juntillas es un mago cojonudo» / «Prestaría mi escenario a cualquier fuerza política»

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RETRATO
Origen. Alija del Infantado (León), 1950. Currículo. «Comencé a trabajar en el campo, con 13 años, y así estuve hasta que fui a la mili». Más tarde fue camarero, pero su curiosidad le llevó a viajar hasta Inglaterra. Luego regresó para trabajar en dos restaurantes señeros del final del franquismo: Las Lanzas y Breda. Clamores comienza en 1981; un año más tarde, empezaron a hacer música en directo. Aficiones. «Jugar al tenis, montar en bicicleta». Debilidades. «Los caballos, hice la mili en la Academia de Caballería. Me gusta ir al polo en Sotogrande». Virtudes. «Pocas… quizá la constancia». Defectos. «Pereza, impaciencia, ¿tengo que decir otra más?».
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La sala Clamores, punto de referencia del jazz madrileño, cumple 25 años con sus correspondientes noches. Al frente de ella siempre ha estado Germán Pérez, un empresario que fue campesino y que se recicló como camarero: «Llegué a servir a Franco en sus cacerías, hablaba poco y se fijaba en todo, estaba muy mayor y no le dejaban beber vino, pero alguna copa le puse y se la bebió del tirón».

Pregunta.- ¿Es un bohemio de libro?

Respuesta.- Soy un personaje del mundo que por avatares de la vida se afincó en Madrid.

P.- ¿Hay algo más aparte de Madrid?

R.- ¡Hombre!, Madrid es una esquinita del mundo (risas).

P.- ¿No es mala esquinita?

R.- Todo lo contrario, además Madrid está cobrando cierto auge como capital europea, sin perder personalidad.

P.- ¿Gracias a la política o a la cultura?

R.- Políticos y cultura deberían ir unidos, aunque no siempre ocurre. A veces la sociedad demanda cambios que no ven los políticos.

P.- ¿Augura un cambio político?

R.- ¡Por qué no!, en un sistema democrático siempre puede haber un cambio.

P.- ¿Toman copas aquí los candidatos?

R.- Igual estuvo Sebastián, pero como no lo conocía… El alcalde sí ha venido, también doña Esperanza Aguirre, doña María Teresa Fernández de la Vega, vino con Belloquis (Belloch)…

P.- ¿Gallardón sin corbata?

R.- Pues, aunque era de noche, Gallardón ha venido con corbata, pero sin protocolo.

P.- ¿Es buen melómano el alcalde?

R.- Por supuesto, pero lo que más le gustan son las obras, creo que en el jardín de su casa tiene una tuneladora de juguete (risas).

P.- ¿Con la M-30 ha desafinado?

R.- A la larga, seguro que es bueno; otra cosa es que la ciudad tenga la capacidad de endeudarse para tanto tiempo.

P.- ¿Es posible vivir de la cultura?

R.- Poniendo mucha constancia y teniendo contacto con grupos extranjeros que están de paso. Dando calidad pero con concesiones a lo comercial… No sólo de jazz vive el hombre.

P.- ¿El jazz no es música de día?

R.- Es música de locales nocturnos, escuchar jazz de día es como beber fino en un botijo. Hace mucho la noche y la compañía.

P.- ¿Jazz sin humo es difícil?

R.- Hay clientes que dicen ‘ahora como no se fuma no es Clamores’.

P.- ¿Hay cultura sin subvención?

R.- Sí, evidentemente, aunque desde hace un par de años tenemos subvenciones municipales y de la Fundación Autor.

P.- ¿Con eso paga una bombilla?

R.- Da para cubrir, por ejemplo, el Festival de Jazz de Madrid. Nosotros pertenecemos a la Alnev (Asociación de Locales de la Noche En Vivo).

P.- ¿Tiene el horario del conde Drácula?

R.- Me acuesto a las cuatro de la mañana, pero a las diez estoy tomando café en la oficina.

P.- ¿Se descompone con la luz?

R.- Por desgracia no, ¡ojalá fuese cierto porque sería eternamente joven!

P.- ¿Practica la siesta nacional?

R.- Después de comer me voy al sofá a dormir con los documentales de La 2.

P.- ¿Y si pone programas de cotilleo?

R.- ¡No, esos gritan!, en cambio los documentales tienen un efecto sedante, los del cotilleo no paran de mentarse a la madre.

P.- ¿Qué es un lugar de culto?

R.- Será un sitio que te arrastra, te atrae y por eso lo cultivas.

P.- ¿Exigen cultura en su local?

R.- No. La cultura debe estar abierta a todos, a nosotros nos encanta que la gente descubra el jazz aquí.

P.- ¿Aquí se ha ligado mucho?

R.- Sí, efectivamente. Algunos vuelven para recordar que debajo del cuadro de Charlie Parker se dieron los primeros besos.

P.- ¿Ejerce de Bogart en Ricks?

R.- (Risas) Lo de Bogart era más romántico.

P.- ¿Se liga trabajando la noche?

R.- Pues no, porque te quedas hasta cerrar y al final te marchas solo a casa.

P.- ¿Tiene un punto canalla?

R.- No es preciso, aunque quizá un puntito tal vez. El empresario de noche no es el empresario que vende telas de Sabadell a las doce de la mañana.

P.- ¿Le prestaría el escenario a Aguirre?

R.- Prestaría mi escenario a cualquier fuerza política que lo solicitase.

P.- ¿Hay diferencia entre la magia y la política?

R.- ¡Joder!, yo creo que sí. El político que logre ilusionar para que le voten a pies juntillas es un mago cojonudo.

P.- ¿La noche tiene ideología?

R.- Cuando me piden una cerveza Coronita respondo que somos republicanos (risas). Mucha gente dice que también lo es.

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Llevar un carrito de bebé ya es legal

febrero 12th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

¿Qué es la soledad?: llevar un bebé con su carrito e intentar que te abra las puertas un autobús de Madrid. En contra: primero la normativa, luego el conductor, también algunos pasajeros, a continuación la densidad humana y para remate el vacío legal. El que suscribe estas líneas conoce en primera persona la experiencia de mover un carrito gemelar, por lo tanto ha sufrido el problema por partida doble; te desesperas dos veces. Desplazar a unos mellizos en transporte urbano es lo más parecido a la entrada triunfal de Cleopatra en Roma: sólo falta que te anuncien tambores templados de esclavos nubios. Algunos te miran con una cara de reproche iracundo, como si uno fuera el responsable de la explosión demográfica del tercer mundo. Dice la presidenta Aguirre que ha encontrado «resistencia machista» a la aceptación de la normativa que permite subir a los autobuses con carritos de bebé desplegados. Es verdad, hay gente malvada que disfruta viendo cómo las madres se las ingenian para doblar el artilugio sin que el niño pierda un patuco. En el hipotético caso de conseguir la proeza está claro que una mano sujetará al niño, la otra el carro… y para mantener la verticalidad la madre deberá morder la barra con fuerza para no caerse. Lo absurdo es que llevemos tres años y medio de discusiones bizantinas y que un tribunal de alto rango tenga que emitir un dictamen. Un responsable de los autobuses municipales hablaba de un seguro especial para los conductores, como si transportar bebés fuera como curar las caries a los leones del zoo. Resulta curioso que hasta el momento no haya habido nadie que haya planteado un seguro especial por transportar administrativos, enfermos de coronarias o señores calvos. Se entiende de la capacidad de los conductores de la EMT (nervios templados en la calamidad del tráfico madrileño). No debería ser un problema subir un carrito en un autobús de Madrid pero ya llevamos tres cuartas partes de columna y no hemos encontrado la solución. Igual el absurdo normativo lleva a crear autobuses para adultos y otros para bebés, unos vehículos cigüeña llevados por un conductor disfrazado de Goofy. Acierta la presidenta cuando dice que este asunto tiene pufo machista; si los magistrados del Supremo tuvieran que subir al autobús con el carrito hacía tiempo que se habría solucionado este enojoso tema. Llega la paz de los bebés, para que no se produzcan agresiones y malos rollos, tal y como dice Reyes Montiel, parlamentaria de Izquierda Unida. A partir de hoy lo tenemos todos más claro: los padres y madres podrán pasar el carro desplegado, los conductores podrán decir «tu-tu-tú» a los bebés, y ellos podrán moverse por Madrid como unos ciudadanos más. Como si tener hijos fuera legal.

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La ITV del Real Madrid

febrero 10th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Los jugadores son un sindicato de clase que reivindican sus derechos sobre el césped del Bernabéu; igual el público lo toma por un juego triste cuando en realidad están haciendo una presión laboral en condiciones. Lo que no sabemos es a quién pretenden jorobar, si al presidente Calderón, al mariscal de campo Mijatovic, al tancredo Capello o al abonado, (cuando los que van al campo hablan más del sabor de las pipas que del juego del equipo, malo). El criticado Capello es el mismo tipo que echaron del club en 1997 pero que fue capaz de crear un equipo que un año después ganó la Copa de Europa.
La respuesta a la crisis la tiene la foto a caballo que se hizo Beckham: ?que no me dejan jugar, ¡pues yo me autonombro caballero de la pezuña blanca y con esta espada me hago unos anuncios!?. Por lo tanto tenía razón su presidente cuando dijo de él que era un seudo-actor, a caballo tiene menos gracia que doña Jimena a la grupa del Cid. A Beckham hace tiempo que le dejó de interesar el fútbol, ahora vive en otra realidad, atrapado en su cuerpo y en su leyenda de mechas y estrellas, tan de cera como la estatua que le hicieron en el Museo Tussauds de Nueva York, (lo inexpresivo define la unión con Victoria AdamŽs). Otra de las claves ha salido rumbo a Milán con exceso de equipaje, personas próximas afirman que Ronaldo I ?el monstruo? dio 95 kilos en la báscula y todos de felicidad. Eso es ?saber vivir? y no lo que cuenta Torreiglesias por la mañana en la tele. El equipo vive una temporada de transición donde Roberto Carlos tiene un pie fuera y el otro también, y así hasta completar una operación Renove de la plantilla que puede ser histórica. En el club se perdona que no lleguen a la pelota, pero se considera inadmisible que no se dejen la vida en el intento. La idea es alejarse de lo vulgar y recuperar el espíritu de gladiadores que remontaban lo imposible, que el Bernabéu tenga la vidilla de un corro en la Bolsa más que la prudencia de una noche en la Ópera. Es normal que años de aburrimiento hayan provocado aluminosis anímica en los espectadores, les prometieron el mejor equipo del mundo y se han tragado un tostón con muy pocas alegrías. Están hartos de ir al estadio para lamentar su condición merengue, ya decía Ortega que cualquier esfuerzo inútil conduce a la melancolía.
Al Real Madrid no se le tolera una milésima de imperfección, pero el Madrid no es un reloj suizo, nunca lo ha sido. Ahora tiene la oportunidad de engrasar la maquinaria para que el cuco no llegue tarde a las campanadas. El gran mal fue el concepto ?galáctico? acuñado en la época de Florentino, dando la impresión de que eran autómatas infalibles de goles y copas. La diferencia de Ramón Calderón con el resto de presidentes que han pasado por Concha Espina es que no se corta, que no hace chanchullos de palco, que no intercambia canapés por ladrillos, que no se lleva a los jugadores a cenas para hacer negocios con Pekín y que trata de devolver la identidad blanca a un club que hace años perdió el sentido. Y una vez que la jueza le ha dado la razón en el engorroso asunto del voto por correo, tiene vía libre para iniciar el estiramiento de piel que le hace falta al club.

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«Madrid huele a cocido»

febrero 7th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

RETRATO
Origen: Beirut, 1966. Currículo: de pequeña cantaba en la misa del colegio, (los jesuitas de Beirut), pero no pensaba ser cantante. Hace nueve años se instaló en Madrid y decidió comenzar su carrera artística, producto de ella es el disco «Ala Maak», cantado en español, francés y árabe. Su intención es relacionar la música con proyectos humanitarios. «Mi sueño es crear una pequeña cocina que ayude a unos refugiados de Haití».

Aficiones: «Viajar y el ser humano por completo».

Debilidades: «Los niños y los mayores».

Virtudes: «La generosidad, yo creo que hasta demasiado».

Defectos: «Puedo ser rencorosa (si me pinchan mucho) y no me gusta madrugar».
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Es capaz de hablar cinco idiomas, de cantar en tres y de soñar en varios (los tacos le salen en árabe, «¡qué quieres, así nadie se entera de lo que digo!»). Físicamente tiene una poderosa belleza, a lo Ana Belén, y una voz cálida. Nayla es cristiana. «Hoy somos minoría en El Líbano, los jóvenes se marchan, tampoco nadie decía que iba a pasar lo de Irán en 1979». Nueve años instalada en Madrid le dan la autoridad suficiente para opinar como una más del foro.

Pregunta.- ¿Se imaginaba España así?

Respuesta.- Igual, exactamente. Mi curiosidad empezó cuando vi a mi hermana pequeña vestida de sevillana en una fiesta de Beirut (era la imagen de España).

P.- ¿Hablaba español cuando llegó?

R.- Nada, llegué a Madrid sin saber lo que significaba hola.

P.- ¿Por qué eligió esta ciudad?

R.- Antes viví en Francia, pero conocí esta ciudad y me di cuenta que es donde mejor se está.

P.- ¿Se hace a las costumbres?

R.- Claro, pero hay algo que no me gusta: los toros. No entiendo cómo un ser humano puede enfrentarse a un animal que camina a cuatro patas.

P.- ¿Nunca ha ido a Las Ventas?

R.- No… ¡sí!, para un concierto de Alejandro Sanz.

P.- ¿Haría campaña antitaurina?

R.- No, porque forma parte de las tradiciones españolas y yo no puedo levantarme contra una tradición.

P.- ¿Madrid huele a garbanzos?

R.- El cocido está muy rico, por supuesto que Madrid huele a cocido (Risas).

P.- ¿Tiene algo de ciudad fría?

R.- No, para nada. Yo he conocido a mucha gente comprando el pan o en otros sitios. Madrid es un pueblo grande.

P.- ¿Tiene muchos amigos?

R.- ¡Por supuesto!, y a algunos les parece divertido que les enseñe tacos en árabe.

P.- ¿Un «intercambio cultural»?

R.- (Risas), forma parte de las relaciones de amistad, aunque para insultar suave es mejor el español.

P.- ¿Canta por la paz?

R.- Soy así, siempre haré causa contra la guerra, (soy de un país en conflicto).

P.- ¿En sus oídos hay explosiones?

R.- Mucho, muchísimo. Por desgracia escuché la explosión de la T-4 y sonó como los coches bomba de Beirut.

P.- ¿A eso nunca te acostumbras?

R.- Por eso no me gustan los fuegos artificiales, serán estéticamente bonitos pero para mí son sonidos de guerra.

P.- ¿No le gusta lo que ve?

R.- Nuestro mundo es muy falso y está basado en cosas muy feas.

P.- ¿Qué reivindica?

R.- Nunca nos enseñan el otro lado de la humanidad, el que sufre y apenas puede comer. Pero hay otro lado, existe.

P.- ¿Es una líder social?

R.- ¡Ojalá!, se necesitan personajes públicos que muestren conciencia.

P.- ¿Se lo aplica a rajatabla?

R.- En los conciertos cuando acabo miro a la gente, mi objetivo no es amontonar dinero.

P.- ¿Dónde quiere llegar?

R.- Quiero tener una fundación que me permita dedicarme a niños huérfanos y sin cultura.

P.- ¿Es persona de izquierdas?

R.- Sí, depende de qué izquierda. También hay gente de derechas que se compromete con las causas sociales.

P.- ¿Pero no es su caso?

R.- (Risas), yo soy de centro, estoy del lado de la justicia.

P.- ¿Existe la justicia?

R.- No, por eso intento crear un poco de justicia donde puedo ayudar.

P.- ¿Se ha dirigido a Gallardón o a Aguirre?

R.- La gente de la calle me ayuda más que los políticos. Prefiero una sala llena que una ayuda oficial.

P.- ¿En los conciertos lanza mensajes?

R.- Por supuesto, todos subliminales. No voy a cantar quince canciones y marcharme.

P.- ¿Seguro que subliminales?

R.- Claro, no siempre puedes «atacar» con la palabra.

P.- ¿Tiene días de bajón?

R.- Cuando los tengo pienso que la mayoría de los seres humanos tienen menos que yo. Pienso en la gente de mi país, mi familia, mis amigos… todos en Líbano.

P.- ¿Dios de qué parte está?

R.- No tiene culpa de nada. Lo hemos echado de los colegios, las iglesias están vacías y se ha perseguido a quién hablaba de Él. Entonces: ¿por qué Dios se va a preocupar por nosotros?

P. – ¿Cantará en El Vaticano?

R.- No… (Risas), ya fue suficiente con cantar en la iglesia de mi colegio. Me gustaría dar un concierto allí como homenaje.

P.- ¿Le han dicho que se parece a Ana Belén?

R.- Con perdón, me han dicho que «¡ya quisiera ella!» (Risas).

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«Madrid siempre va a ser Madrid»

febrero 6th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

RETRATO
Origen: «Nací aquí», en Madrid, 1979. Currículo: «He pasado 25 años de mi vida en Madrid, fui estudiante en el colegio Americano (no muy buena) y ahora vivo en México DF». Cuando tenía tres años les hacía los coros a sus hermanos. Su padre, Junior, le recomendó que acabara COU y que luego hiciera lo que quisiera. Su primer disco, Shaila, se publicó en México, ahora lo intenta en Europa con uno con canciones de su madre, Rocío Dúrcal.

Aficiones: «Escuchar música y ver series de televisión, CSI es mi favorita».

Debilidades: «La comida… me encanta comer pasta y chocolate».

Virtudes: «Soy alegre, fuerte y sociable».

Defectos: «Muy insegura a veces. Y vergonzosa».

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Tiene la cara de ángel de su madre, Rocío Dúrcal, y la misma risa de barrio aunque les separa una generación. Shaila vive en México pero mantiene un recuerdo de Madrid: «Mi barrio favorito es Cuatro Caminos porque allí nació mi madre. Me da una buena vibración». Es tan alta como una modelo (no en vano lo ha sido), y posa con naturalidad aprendida. Si los genes cuentan, Shaila está destinada a vivir y cantar.

Pregunta.- ¿Cree en el destino musical?

Respuesta.- Yo creo que sí, la sangre no falla. Siempre supe que quería ser cantante.

P.- ¿Hay una herencia emocional?

R.- Sí. Soy quien soy por mi padre y por mi madre, por ellos (nunca mejor dicho).

P.- ¿En casa le apoyaron?

R.- Me daban mucha caña para que acabara los estudios, y muy bien porque necesitamos educación. Por lo menos educación básica.

P.- ¿Qué es «una educación básica»?

R.- La verdad es que siempre lo pensaba: ¿y las matemáticas para qué si yo quiero cantar?»… ¡qué tienen que ver con la música!

P.- ¿Aparte de las matemáticas?

R.- La Historia, y además siempre he sido partidaria de ver las noticias porque te enteras más.

P.- ¿Fue una buena estudiante?

R- A ratos, aunque en música siempre sacaba un diez.

P.- ¿Qué carrera habría hecho?

R.- Medicina o veterinaria… me encantan las vacas y los perros.

P.- ¿Su perro viaja de promoción?

R.- No, él vive en Madrid, es un presa canario de setenta kilos. Cuida de mi padre y de mi familia.

P.- ¿Qué opina el perro del disco?

R.- Me da besos, por lo tanto le ha debido gustar (Risas).

P.- ¿Es usted todavía muy joven?

R.- Estoy aprendiendo muchas cosas, sobre todo en estos últimos tres años he madurado mucho.

P.- ¿También se madura a golpes?

R.- ¡También!, los golpes te los tienes que llevar.

P.- ¿Tiene presente a su madre?

R.- Hoy por hoy la siento más presente que nunca, me acompaña a todas horas y me da mucha fuerza.

P.- ¿Conserva algún objeto de ella?

R.- Sí, sobre todo peluches que comprábamos juntas y también objetos de papelería…

P.- ¿Son «las pequeñas cosas»?

R.- ¡Ah, sí!, justo. Hay objetos que no los encuentras cuando los buscas y cuando aparecen tienen un alto valor. Es eso.

P.- ¿Qué define a su generación?

R.- No lo sé. Antes no se hacían tantas cosas, ahora los jóvenes cada vez trabajan antes (está bien porque hay que aportar cosas a la sociedad).

P.- ¿Sabe qué es un mileurista?

R.- Claro, pero el que algo quiere tiene que seguir luchando hasta que lo consigue. Yo estuve siete años cantando a capella hasta que convencí a un director artístico.

P.- ¿Usted es una chica buena?

R.- También, incluso mis amigos opinan que soy una buena persona. (Risas).

P.- ¿Chica de su tiempo?

R.- Y un poco más, por estar con mis padres siempre he estado rodeada de gente mayor y eso te hace madurar.

P.- ¿No se enfada nunca?

R.- Pues sí que tengo mi genio y mi carácter. Intento controlarme. Soy muy perfeccionista y, como no hay nada perfecto, tienes que relajarte.

P.- ¿Nada le turba?

R.- El tráfico, ahí te pones histérico.

P.- ¿El volante le transforma?

R.- Ya no, al principio sí me ponía muy nerviosa, hay coches que se cruzan, etc…

P.- ¿Dice palabrotas en mejicano?

R.- Fue lo primero que me enseñaron. Al volante te puede salir un pendejo.

P.- ¿Eso es suave?

R.- Para entendernos, es como gilipollas (Risas).

P.- ¿Cuándo canta, qué experimenta?

R.- De todo: nervios, ansiedad, pero me siento muy orgullosa cuando veo al público. Ahí soy muy feliz. Se canta con todo el cuerpo.

P.- ¿Desde México qué es Madrid?

R.- Para mí Madrid siempre va a ser Madrid y lo llevo en el corazón, siempre presente. Madrid me ha enseñado a ser quien soy.

P.- ¿Es usted de pasear Madrid?

R.- ¡Ah, sí!, porque soy cafetera. Me encanta ir a tomar un pincho de tortilla o un café.

P.- ¿La fama le deja respirar?

R.- La gente siempre me ha tratado con mucho respeto y con cariño. Si se acercan es para decir algo bonito de mi madre.

P.- ¿Le interesa la política?

R.- No me gusta, de nunca. Sé que hay gente joven metida en política, cada uno a lo suyo. No entiendo de esas cosas.

P.- No le interesan, vaya.

R.- Yo creo que todo lo que sea bueno para el país, bienvenido sea. Lo que sea malo no; eso fuera.

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Sebastián te mira a los ojos

febrero 5th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Han colocado unos carteles enormes de Miguel Sebastián en el Metro y, debido a las generosas medidas de la foto y a la estrechez de algunos pasillos, el efecto óptico obtenido es como si Sebastián te mirara, como si se diera cuenta de todo, ¡qué agobio! Si ponen debajo: «Miguel Sebastián, sé lo que hiciste el último verano», provocaría alguna indisposición transitoria. Sebastián mueve poco la expresión, lo pudimos apreciar cuando habló con las manos y ahora en las vallas del Metro. No sabemos si aposta, pero le están potenciando el gesto ausente de Bill Murray en Lost in translation, (cuando Sofia Coppola consiguió que no hablara en toda la película). Claro que Murray ya había hecho antes Atrapado en el tiempo, que esperemos no sea una metáfora de los trabajos ímprobos que le quedan para alcanzar el Ayuntamiento. En esa película el protagonista está condenado a repetir el mismo día una y otra vez, (por si le vale de augurio, este año la marmota Phil al salir de su madriguera no vio su sombra, significa que la primavera se adelanta).
Entre el actor de Illinois y el político madrileño hay quince toneladas de maquillaje de diferencia, pero haría bien Sebastián en tomar el pronóstico de la marmota en serio porque de aquí a un suspiro empieza a oler a campo y a romería. Los sastres de barrio cosen los chalecos que van a lucir los chulapos en la pradera de San Isidro y huele a pollo de Casa Mingo, desde el Manzanares en obras hasta la cuesta que lleva al Paseo de Rosales. Y de ahí al voto hay un paso corto; entonces veremos si tenían razón los expertos en fotogenia electoral. Si les sale bien la jugada, no tienen por qué repetir retrato en próximas citas electorales, se le ponen unas canas en el foto-shop y tan ricamente. Eso sí, igual el candidato socialista por falta de expresividad corre el peligro de convertirse en estatua de sal, (Madrid tiene mucho de Sodoma y Gomorra).

Es posible que Sebastián maneje adrede los símbolos de los sordos porque, quizá, a Madrid le haga falta otro lenguaje, menos tecnológico y más humano. Si es por proximidad con los carteles del Metro lo han conseguido, aunque también puede que se les haya ido la mano con el entusiasmo de acercar el candidato al pueblo. Ni Antonio Banderas cuando iba de Zorro ocupaba tanto espacio alquilado.

Es cierto que toda campaña tiene algo de rodaje cinematográfico, por eso Gallardón se trabaja los efectos especiales, Aguirre el guión y en Izquierda Unida les ha dado por el corto de ficción, que es de presupuesto menor. En su día Trinidad Jiménez se postuló para chica Almodóvar con una chupa de cuero que era lo más sensual que se había dado en la Casa de la Villa desde que Susana Estrada destetó a Tierno Galván en aquella democracia lactante. Vale, Sebastián, que te hemos visto, ríete un poco, tampoco es para ponerse así.

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