Entradas etiquetadas como ‘opinion’


Cuba

febrero 21st, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

El almirante Colón dijo de ella que era ?la tierra más hermosa que los ojos vieron?. Le llaman la isla grande del Caribe. Hasta hace cien años fue una provincia más de España en cuya capital se conserva el palacio del gobernador español como si fuera a regresar en cualquier momento. En Cuba se habla, se canta, se siente y se come en español. Por lo tanto, emocionalmente, Cuba sigue siendo una provincia de España y como tal espera que le prestemos la atención que merece.
Hay tanto de español en Lezama Lima como en Federico García Lorca. Vaya usted a saber por qué mantenemos relaciones afectivas que sobrepasan gobiernos y generaciones. A pesar de la distancia geográfica Cuba es esa otra parte del territorio ?gallego? por la que sentimos una enorme simpatía. Y de cómo gestionemos la sucesión de Fidel Castro dependerá nuestra capacidad para prolongar la hermandad en el tiempo. Decía Cabrera Infante que a España el tiro le ?iba a salir por la mulata?.
Hay que romper la doctrina Monroe para convertirla en un ?Cuba para los cubanos?, e impedir que Estados Unidos acuda al reparto del botín. Hay que evitar que la música enlatada acabe con los grupos de música improvisados. Sólo el realismo mágico de la zona es capaz de hacer que Mozart suene en un contrabajo metido en la arena hasta que sube la marea.
Desde Key West, en Florida, no se ve Cuba a pesar de ser el punto más cercano, pero se intuye. Quizá desde Madrid sea desde donde mejor se vea La Habana, y en Cádiz donde se le recuerda con nostalgia marinera. Tantos años de barcos que vinieron cargados nos dejaron este son.

Compartir:


El jeroglífico capitalino

febrero 18th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

El día en el que Mariano Rajoy apioló al alcalde de Madrid de las listas fue una amarga noche para la política centrista pero un descubrimiento para la poesía universal. En aquel mítico ascensor de Génova, (que tanta gente ha visto bajar), el alcalde apretó a la letra M y desde entonces vive ?en el número 9, calle Melancolía?. Gallardón es tan verso libre que para buscar la inspiración se fija en Sabina que es uno de los que apoya a Zapatero. Podía haber sido peor: podía haberle dado por Miguel Bosé para dramatizar la letra de ?Don Diablo?. Dramatizar viene de exagerar los papeles, muy apropiado para ayer domingo que era el día de la Ópera, fecha señalada para los que se tienen por un Mozart incomprendido.
En el homenaje a Di Stefano, Gallardón hizo un discurso en clave para iniciados. Hay que leer entre líneas para escudriñar qué quiso decir al comentar que Raúl no está en las listas, (de Aragonés), pero que ya habrá ?otras listas?. Esta vez se ha metido en un jardín. Lo de Doña Cuaresma que tanto éxito tuvo en el mitin de Vista Alegre ahora lo convierte en las listas, y eso nos lleva a pensar quién es ?la lista? de Madrid. Además, el entorno donde lo realizó, la Ciudad Deportiva de Valdevebas, nos puede inducir a que el alcalde no habló tanto por el homenaje a ?la saeta rubia?, sino porque la proximidad al campo de fútbol le valía para dramatizar, (de nuevo), que está hasta las pelotas de listas y cuaresmas. Insólito panorama para un hombre del PP que no va a hacer campaña para su partido en Madrid, pero sí en Barcelona capital donde todo el mundo sabe que obtuvo un importante número de votos en las pasadas elecciones municipales. No se podía imaginar Rajoy al asomarse al hueco del centro que aquello fuera tan grande y tan insondable. ?¡Joder qué tropa!?, se le escuchó decir con el micrófono abierto.
Lo de Gallardón va camino de convertirse en materia de estudio de los egiptólogos, quizá si fuera menos críptico se le entendería más clarito y eso resolvería el jeroglífico capitalino del me quedo pero me marcho, me marcho pero aquí estoy. Cuando alguien se echa al monte del misticismo sólo otro místico le puede entender. Para ir de San Juan de la Cruz le hace falta una Santa Teresa que le entienda, (?nada te turbe/ nada te espante/ todo se pasa?, llevaba escrito en su breviario la santa).
Pero tampoco a la izquierda de Dios encuentra su reposo; por eso Zerolo le saca los colores cuando el alcalde se pone solidario con los gays. Zerolo sólo recuerda la incongruencia de quién es el jefe de Ana Botella, esa señora para la que gays y lesbianas se reduce a sumar peras con manzanas. Lo dicho: el mejor guionista de Zapatero es Gallardón el egipcio.

Compartir:


ARCO 2008

febrero 14th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Las telas de la casa de Bermejo, caras por lo que parece, no están en ARCO. Tampoco los árboles que promete Rajoy y que son tantos como para llenar España de lobos y Caperucitas Azules. No hay tampoco en ARCO una homilía de obispos, ni siquiera la camisa de una de las ?nekanes? que son al diseño lo que Hitler a la poesía.
Es una pena que la política española no tenga un hueco en una de las principales ferias del mundo porque íbamos a impactar. Se cree Sarkozy muy artista cuando es un aprendiz comparado con la sonrisa positiva de Zapatero o el dentista para todos de Rajoy. No hay autor que exponga en el MOMA que sea la mitad de creativo que Bono, aquel que se marchó sin decir por qué y ha vuelto sin explicar cómo? y que antes de ganar las elecciones ya tiene asegurado el púlpito del Congreso desde el que reconducir el comportamiento de Martínez Pujalte.
Llamazares se ha pasado al videoarte, al second life, a lo virtual que es una manera de salir huyendo de la realidad antes de que ésta te borre del paisaje. Hay arte, a su vez, en la espera calma de los nacionalistas que engrasan la máquina de hacer caja porque saben que en marzo hará su agosto.
Pero nada. Ni las cortinas renovadas del pisillo de Trujillo, (ahora de Bermejo el perplejo), se puede comparar con la habilidad de Magdalena Álvarez que ha dilatado la llegada del AVE hasta hacer un culebrón de vía estrecha. Hay motivos para visitar ARCO, pero muchos más para encontrar arte en cada propuesta de esta larga campaña electoral.

Compartir:


La cuaresma de Zapatero

febrero 10th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

El PP sigue empeñado en la laboriosa tarea de ponerse la zancadilla, una misión para la que cuenta con la inestimable ayuda de Juan Costa al que las ideas le florecen como genios salidos de una lámpara. Él, dale que te pego durante todo el día, pero luego viene la realidad y le chafa sus buenas intenciones.
De esa forma se meten en unos líos tremendos a cuenta de bosques como si la prioridad fuera encontrarle un hogar mejor a Caperucita, o en comentarios sobre cómo eran los camareros de antes. A Miguel Arias sólo le ha faltado decir aquello de: ?¡no sabe usted cómo está el servicio, oiga!?. La parte buena de tanto atropellamiento es que sólo queda un mes de campaña, un mes para que el quehacer de Juan Costa descanse de esta actividad intelectual continuada que consiste en pensar un mundo mejor, aunque de momento se quede en un mundo más cómico.

A Costa le ha salido un competidor que es el alcalde de Madrid. Zapatero le ha comprado el argumento de doña Cuaresma y como le divierte tanto le ha salido una sonrisa de talante. Para la campaña de defender la alegría Gallardón le ha dado munición al rival para que haga chanzas durante unos días.

Tanto Gallardón, como Juan Costa, seguro que no deseaban más que ayudar a su partido pero en este caso se cumple aquello de que ninguna buena acción se queda sin su justo castigo.
El cachondeíto con Doña Cuaresma es una rama que Gallardón pone en las ruedas de su partido. Nunca un discurso en el prestigioso foro de opinión de la Alegre Cofradía del Entierro de la Sardina tuvo tanto eco, habría que remitirse a las hemerotecas y no hallaríamos referencia tan festiva como ésta.

Un marinero novato sabe que antes de escupir hay que calcular por dónde viene el viento. El alcalde se ha equivocado de banda al lanzar lo de doña Cuaresma.
Dos entierros más de la sardina y viste a todo el PP de luto.

Compartir:


La crisis del disfraz llega al carnaval

febrero 4th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Así como el euribor indica como va la economía doméstica del continente, los Carnavales nos dicen cómo andamos de sentido del humor; este año mal tirando a fatal. Mucho Carlos IV, mucho Napoleón y alguna Josefina asomada por el escote, ¿qué ha pasado con el Carnaval de Madrid y esa capacidad crítica de tocar las narices sin fronteras? Un Carnaval sin faltar al respeto es una pasarela aburrida de trajes de alquiler, una sosería mal planchada. A finales del felipismo, (hipérbaton obligado), los ?alfonsos/guerras? se reproducían por la calle Alcalá, y allí que iban poniendo la voz aguda y la mirada de diablo cojuelo a las marilyn oxigenadas. Pero este año el disfraz político no ha colado; los políticos han perdido tirón porque han rebajado carácter para crecer en crispación, en los manuales de campaña no les ponen raciones de ironía de superviviencia. Y nunca estuvo la cuestión más fácil pero al personal le da miedo ponerse la careta de Gallardón porque asusta, y la de Aguirre parece que marca demasiado carácter.
Por si resultaran de interés y por dar ideas a los que buscan un diseño original ahí van algunos ejemplos: el disfraz de Lamela esquiador, el de Sor Inés Sabanés, el de Tomás Gómez de mudito de Blancanieves. También están los disfraces de política nacional: uno de Zapatero ?cejigótico? con sonrisa perenne y pocas palabras, otro de Rajoy con puro y ?mire/usted?, otro de Pepiño de obispo ?osoleto?, y el de Llamazares virtual por definición obligada. Los expertos no recomiendan alquilar el disfraz de Maleni porque hasta que el AVE no llegue a Barcelona le faltarán unos complementos. En internacional la propuesta viene obligada: un traje de Sarkozy con el niño hinchable encima de los hombros, y a su lado una señora de gafas oscuras y caderas de pantera, una Carla cualquiera. El disfraz de petit Sarko iría repitiendo por las calles: ?¡que me caso, leche!?, como repetía la abeja de Ruiz Mateos a Boyer.
Si hay crisis en el disfraz es porque nadie tiene ganas de asumir su papel, por eso no meten la mano en el baúl de las caretas por si encuentran la suya; ahí miedo a asumir la propia identidad. Por eso Corbacho no quiere disfrazarse de presentador y las niñas no quieren ser princesas que cantaba Joaquín Sabina.
La crisis de las realidades afecta a los disfraces y eso se nota en las calles de Madrid. En Valencia lo tienen más claro: cuando un político alcanza la fama le convierten en ninot, luego la gente le saca fotos, durante un tiempo está expuesto en una plaza y finalmente lo queman. Aquí no hay más cera de la que arde, por eso los disfraces han sido este año de lo más obvio.

Compartir:


El sí de los niños

febrero 3rd, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

A Sarkozy le ha pasado lo que al general Joffre: las cosas se pusieron tan feas que no le quedó otro remedio que ir a la guerra y darlo todo en la batalla del Marne. Al presidente no le quedaba otra salida; después de haber paseado con Carla por Eurodisney, de haber remado en la barca, de haber escalado pirámides en versión novio o con el niño a cuestas, y de haberse comprado una cazadora como la de Hush, (el compañero de Starsky), le tocaba pasar por el altar aunque éste fuera cívico. Les han casado por el rito municipal según convenio, en razón de su residencia les toca el distrito octavo, (si les quieren enviar un tarjetón al el 55 de Faubourg Saint-Honoré).
Sarkozy aceleró los trámites en cuanto supo la desaparición del ?Tomate?, y es cuando le dijo a Carla que tomara el anillo como pago al canon que le corresponde por apropiarse de una obra original. Ella aceptó, no sin fijarse bien porque está escamada; no quería lucir un anillo como el que podría sacar Cecilia por las playas de Tánger dónde se ha ido a tostar a un antiguo desamor. Todas esas circunstancias unidas han desembocado en lo inevitable puesto que el amor tiene funestos efectos secundarios a los que les coge de sopetón. Tanto ella, como él, han vivido un noviazgo de cuarentena, cuarentona y calentón, algo que se normalizará cuando madame Sarkozy tenga problemas con las musas porque no las deje pasar el servicio de seguridad del Palacio. Poner a la inspiración unos guardaespaldas es una temeridad a efectos creativos, pero en adelante se tendrán que habituar los versos a no ir tan sueltos.
Para los fans de Carla Bruni, Sarkozy es como Yoko para los ?lenistas?, (no leninistas), cuando retiró del mercado a Lennon hasta hacerle cantar en la cama de un hotel. Sin duda un mal día para la historia de la música francesa pero un gran salto para Sarkozy, por lo que tiene de cambiar de estado civil y de echarse una novia bigarda hasta la extenuación. Pero el amor iguala alturas y desafina cuerdas de guitarra. Va a costar mucho que volvamos a ver a Carla descalza. Si el presidente viene a España a un mitin del PP, y se trae a su mujer, ya puede hacer ofertas Rajoy para salir ese día en la foto. Para el Ministerio de la Familia no hay otros con más ideas que monsieur y madame Sarkozy. Tal vez Rajoy conoció la noticia la semana pasada cuando estuvo en El Eliseo, pero ha hecho como con Gallardón. Rajoy es una tumba cuando se lo propone.
No estuvo bonito que desconvocara el acto que tenía con los militares por la tarde, aunque se comprende que tuviera unas maniobras en la oscuridad. Y por la noche un concierto acústico, decía Raimundo Amador: ¡qué gustito para mis orejas/ acurrucado entre tus piernas?. Champán, caricias, y juegos de enamorados porque París bien vale una risa.

Compartir:


El primer acto oficial de Don Felipe

febrero 3rd, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Los seguidores de la familia Alcántara, sector ?Cuéntame?, llevamos todos un momento imborrable que forma parte de nuestro álbum de fotos. Sin duda que Neil Armstrong no tendrá que acudir a los archivos de la NASA para recordar cómo fue aquel instante en el que pisó la Luna. Pues de igual forma a mí nadie me tiene que enseñar cómo fue el primer acto oficial del Príncipe Felipe, porque estuve ahí. Bien es verdad que ni él, ni yo, teníamos otra categoría más que la de niños, ni él era un Príncipe ni yo un reportero, (tendrían que pasar algunos años más todavía. A un banderillero de Belmonte le preguntaron cómo había llegado a concejal de su pueblo y respondió: ?¡degenerando, degenerando!?).
Cuál banderillero de Belmonte no habría contado esta anécdota si Jaime Peñafiel no me la hubiera recordado durante la emisión de ?El Mundo en Portada?. Por mi honor que es una historia cierta y nunca mejor dicho muy real. Cuando nació el Príncipe de Asturias, en la clínica Nuestra Señora de Loreto de Madrid, mi hermano mayor se encontraba ingresado por neumonía. Tenía este cronista seis años y Felipe de Borbón apenas días cuando una de las monjas le dijo a mi madre: ?a la Princesa le van a dar el alta, se marcha a casa con el niño?, así que mi madre me cogió por banda y nos plantamos en la recepción clínica para verles salir. Debido a mi escasa precocidad, y a que seguro que hubiera preferido que me comprara un chicle a que me tuviera allí esperando, no fui capaz de calibrar la importancia del acto histórico. También lamento no haber ido vestido para la ocasión, (pero tampoco el Príncipe que estaba en pañales). Así que mi madre y yo, y otras ocho personas entre ellos Jaime de Peñafiel, esperamos a que se abriera la puerta del ascensor. Y por allí asomó doña Sofía, entonces princesa, con uno niño en sus brazos que era el actual Príncipe de Asturias. Sonrió la princesa, y se marcharon.
Repito que no tuve consciencia de estar viviendo un momento histórico, pero si recuerdo que no éramos tantos, que tampoco había una nube de fotógrafos, ni de escoltas, y que doña Sofía era una mujer muy joven, guapa y con el pelo negro. Tal vez el pelo no fuera negro pero se me debe permitir alguna licencia en función de la edad y de que entonces hubiera sido incapaz de tomar notas en un cuaderno; eso lo dejo en manos de Peñafiel, de oficio sus realidades y sus alturas, (lo de alteza me parece un adjetivo distante y canalla).
Esta semana en la que Don Felipe ha cumplido cuarenta he recordado esta anécdota que guardo entre mi atlas de geografía personal. Afortunadamente mi hermano sanó, aquel niño en mantillas es hoy más alto que yo, y desde el sentimiento republicano pero cordial le deseo un feliz cumpleaños.

Compartir:


Mensaje en la Botella

enero 28th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Si el alcalde de Madrid perdiera la vocación, (que es posible), la delegada Ana Botella podría alcanzar la vara de mando porque comparte con Gallardón un sentimiento común: los dos le tienen tirria a los grafitis. No hace mucho que el alcalde mandó derribar una valla en la que salía reflejado, por cierto con una calidad artística indudable, y a continuación la delegada de Medio Ambiente presentó un infalible sistema de lavado de paredes urbanas a presión. Doña Ana, como la Academia: limpia, fija y da esplendor. Porque si mucha es la constancia de los grafiteros, mayor aún la de nuestra concejala, (si por ella hubiera sido el Muro de Berlín habría acabado sus días con el hormigón brillante y sin mancha alguna).
Sucede que acotar el arte es siempre una empresa costosa puesto que no hay nada que anime más a los autores que la prohibición de sus trabajos. Lo clandestino es tremendamente morboso. En las paredes donde luce el cartel de: ?prohibido pegar carteles, responsable la empresa anunciadora?, es dónde más afiches se han puesto de circos de gira y cantantes en promoción. Y nunca que recuerde metieron en la cárcel a los Mecano cuando anunciaban su presencia en Las Ventas. Existe una tendencia sublime que lleva a decorar los espacios prohibidos, que se lo digan a los árboles del Retiro donde florecen corazones de tiza en cuanto amaga la primavera con su luz. En mi colegio la pared más escrita estaba encabezada con el sugerente rótulo de: ?tonto el que lo lea?, algo que nadie podía resistirse a leer, porque más tonto es el que prohíbe.
La portavoz de Las Artes de IU en el Ayuntamiento de Madrid, Milagros Hernández, sugiere acotar espacios para que puedan desarrollar su capacidad artística los grafiteros madrileños, lugares donde se pueda tirar de bote de spray sin temor a que los municipales cojan al autor de las orejas y lo lleven al despacho de doña Ana. Y, allí, puestos de cara a la pared y con orejas de burro deberán penar su culpa no sin antes sollozar compasión. Lo mejor sería que les obligaran a escribir su nombre mil veces como hacían en ?La Vida de Bryan? con el palestino que se quejaba de los romanos, aunque al día siguiente todos los muros de la ciudad amanecieran con pintadas subversivas.
El grafiti es una forma de expresión y como tal cualquier medida destinada a limitarlos está condenada al fracaso, y mucho más cuando se pretende que sea con argumento moralizante. Confundir a un artista con un crío díscolo tiene sus efectos secundarios. Imaginemos lo que serían cientos de grafiteros en contra del Ayuntamiento colocando en lugar de imágenes, textos incómodos. La guerra entre el jabón y la pintura siempre la pierde el jabón porque lo subversivo tiene una gran capacidad de reproducirse. No mancha el arte, mancha su prohibición.

Compartir:


El Gobierno puede estar tranquilo

enero 27th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

El pasado lunes, cuando se produjo la caída espectacular en las Bolsas, tuve la precaución de caminar por el centro de la calle, no fuera a ser que llovieran brokers de las ventanas envueltas en llamas. Pero no fue así. Tampoco se veía una disminución de coches, todo lo contrario; y en los bares había las mismas colas para comer a mediodía. Era cierto que la Bolsa había tenido una fuerte lipotimia pero los españoles no cumplían el guión de una crisis como la de Wall Street del año 29. Tal vez porque alguien exageraba en las previsiones. Si era cierto que la economía se venía abajo entonces los españoles seríamos unos temerarios que se juegan el chupete y la cuna del niño en el casino. En ese caso debería aparecer el ángel de la zona euro para expulsarnos del paraíso de la moneda única con su espada flamígera, por irresponsables.
La oposición del PP, reunida de urgencia en sínodo extraordinario, predijo unas consecuencias catastróficas según se podía extraer por la forma en la que planeaba la gaviota aquella mañana de enero, (cada uno hace sus augurios como le parece más folklórico). Pero, una vez más, la realidad vino a estropear los cálculos políticos: no hubo españoles haciendo cola para adquirir pan, aceite y sal. No se produjeron atascos en las entradas de las gasolineras. No se vaciaron las calles con gente que gritaba sin rumbo con las manos en la cabeza, tal vez pronunciando palabras en idiomas extraños. Para tratarse de la anunciada batalla del euro aquí nadie cavaba trincheras con las uñas, ni se tapó a La Cibeles con sacos terreros para que no le dieran los cascotes de la inflación y la metralla del Ibex 35. Y eso que nos habían anunciado que no quedaría huella de la prosperidad pasada, volveríamos a la cartilla de racionamiento y a separar piedras de lentejas en una ceremonia propia de los años cincuenta.
Sucede que cuando el pastorcillo agota su voz anunciando que viene el lobo, y no es verdad, el rebaño le coge cierta tirria al joven tenor. Los que pregonan las siete plagas de Egipto sobre la economía nacional se irritan mucho cuando luego sólo muestra síntomas de tener un catarro. Esa percepción de amenaza bíblica no se ha trasladado a la calle donde se compran y venden pisos, donde el dinero circula, donde podemos ver carteles de ?se necesita personal?. A poco más de diecinueve días, y quinientas noches del 9 de marzo, la economía no parece que nos vaya a recortar la calidad de vida. Es verdad que ha caído el consumo de artículos de lujo pero aquí siempre fuimos de natural discretos pero de vivir alegre. Lo único que se vende mal es el discurso del miedo, eso no hay quién lo compre, (será cosa de la inflación sentimental).

Compartir:


El invierno del topillo

enero 27th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Para que no se repita el esperpento del pasado verano en los campos de Castilla, y como medida preventiva de males mayores, se ha creado un protocolo de lucha contra el topillo. Como estamos en tiempos de operaciones de nombres ingeniosos, a esta movida preventiva se le podría bautizar como Operación Topi. No es necesario poner a un guardia en cada agujero de la tierra, pues en ese caso harían falta más que los guerreros de Xián, sino que un técnico acuda a los pueblo con bromodiolona en lugar de clorofacinona, ¿sencillo, a que si? Ahora sólo hace falta esperar a que los topillos tengan mínimos conocimientos de Química para que sepan apreciar la diferencia. Más discutible es que el hombre aprenda a distinguirlos; si tenemos en cuenta que hay gente que confunde el nombre de sus hijos, podemos pensar que hay razones para sospechar que se liarán con la química y pondrán polvos talco donde habría que poner bromodiolona. No es fácil acabar con el topillo.
En las entrañas de la tierra hace maniobras un ejército de roedores, se preparan para saltar a superficie cuando el sol de la señal de atacar las plantaciones. Y, de nuevo, veremos escenas tan cómicas como las este verano cuando tras fracasar una apisonadora de topillos? el alcalde de un municipio y sus secuaces, saltaron sobre ellos como el que baila break-dance. Y luego dirán que Ibáñez se inventa las escenas de ?Mortadelo y Filemón? basadas en un mundo irreal. Contra el topillo se han intentado todo tipo de medidas, todas ellas condenadas al fracaso más estrepitoso, sólo falta que se les incluya en la recientemente reformada Ley Vial con el objeto de restarles puntos. Todo un disparate agreste.
Prueba de que el cambio climático existe es que no tenemos respuesta para explicar la modificación de los hábitos de algunos animales. Hay gallos que adelantan y te despiertan de madrugada, toros que salen pacifistas y rehuyen la pelea, topillos despistados e incluso políticos desnortados, (feo está señalar).
El sector agrario es uno de los que más se ha visto perjudicado por el aumento del paro, pero no tanto porque no haya empleo para todos sino porque hemos abandonado el campo. Los niños de ciudad, (los urbanitas), están convencidos de que los cogollitos nacen en unas bolsas de corcho blanco que sus madres venden en el supermercado. De ahí que todo lo que provenga del campo nos parezca un misterio insondable.
Seguro que nuestros abuelos eran capaces de controlar las plagas sin acudir al bote de bromodiolona, pero se ve que los nietos salimos con menos luces. Una cosa son los topillos y otra los torpillos, que también abundan.

Compartir: