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La provocación también es un arte

marzo 18th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

¿Se deben prohibir los anuncios de Armani y Dolce & Gabbana? NO

Hoy, con sólo recopilar recortes de prensa habría podido escribir el arte de la publicidad, si cambiamos «guerra» por «anuncio» nos encaja la propuesta del general chino del siglo V: «el supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar». La reacción en contra de las fotos de Dolce & Gabbana y de Armani les ha dado la campaña resuelta a sus creativos: nunca antes se habían reproducido tanto unos carteles ni se habían hecho tantos comentarios. Domenico Dolce y Stefano Gabbana ya le pueden invitar a un vermouth con berberechos al director de la agencia de publicidad, el impacto por anuncio es histórico, ni el gol de Zarra. En el caso de Armani incluso cuenta con una reacción oficial en contra, la del Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid que relacionó a las niñas que aparecen en la foto con el fomento del turismo sexual, cuando ni las niñas son prostitutas ni la marca pretende otra cosa que no sea vender su línea juvenil de ropa. Una vez más es la intención la que guía al ojo, la mente calenturienta la que lidera a la intención y la libido la que domina a la mente. Dicho en otras palabras: parece que siempre estamos pensando en lo mismo.

Si hacemos caso a este movimiento neo carca de puritanismo publicitario acabaremos sacando al caniche con leotardos y pololos. Y la culpa la tiene Goya que pintó a la duquesa de Alba como nunca se hubieran atrevido a sacar los actuales programas del corazón. Por lo tanto, El Prado debería proponer que esa sala fuera considerada «para mayores de 18 años»; y ponerle unos tules a las Gracias de Rubens, (responsables de las poluciones nocturnas de autocares y autocares de chicos de internado franquista). Incluso una visión perversa y freudiana recomendaría el desmontaje de la Torre Eiffel, el mayor monumento metálico que se conoce a la gloria de Príapo. De tal manera que los turistas que ascienden por su estructura no lo hacen para captar las mejores vistas de París sino para rendir un gran homenaje al falo, (y ahora que lo pienso el cantante Falete ya puede ir pensando en otro nombre, quizá Pirulí).

El delirio de la provocación del absurdo es la obra que representa el actor José María Pou en un teatro de Madrid, con un texto del norteamericano Edward Albee el protagonista relata cómo ha sucumbido ante los encantos de una cabra a la que él tiernamente llama Sylvia, (y ella le contempla con sus ojitos vivos). Visto el percal no sería de extrañar que prohibieran la obra por fomentar la zoofilia, poner en peligro a la familia, al modelo de convivencia occidental y que arrestaran a los pastores que quedan por caminar tras cabras y ovejas con mirada lasciva de faunos salidos.

Y sólo eran dos anuncios… a este mundo le hace falta un braguero universal y un reparto gratuito de pastillas de bromuro. La retención de los impulsos sexuales, (a fin de cuentas retención de líquidos), lleva a imaginar cosas terribles. El personaje del español de negro que hacía José Luis López Vázquez tiene una escena memorable: él y ella en un banco, él le coge la mano y ella pregunta «¿piensas lo mismo que yo, mi vida?». Entonces el señor de negro responde tierno «sí» y ella le remata con: «¡guarro, que eres un guarro!».

Rafael Martínez-Simancas es periodista y escritor. Dirigirá el programa

EL MUNDO en portada

de Veo TV a partir del próximo 8 de abril.

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‘Entiendo más al lobo que a Caperucita’

marzo 16th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

RETRATO
Origen. Mollet del Vallés, (Barcelona). 1944. Currículo. Le acaban de premiar como Mejor Director por su trabajo en La Cabra o ¿Quién es Sylvia? Comenzó como actor a finales de los 60 con Marsillach y así 40 personajes hasta llegar a la reciente Arte con Flotats. «La gente me recuerda por la serie Policías aunque en realidad televisión es de lo que menos he hecho». En RNE participó en Calle 42, un programa musical que estuvo 13 años en antena. Aficiones. «Pasear por Nueva York. Tengo alma de Brooklyn». Debilidades. «La música de las comedias musicales». Virtudes. «Obsesión por la perfección». Defectos. «Demasiado vehemente. Cuando hablo parece que discuto».
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“He cumplido sesenta y cuatro años y sigo siendo una joven promesa, ¡hay que joderse!». Lo dice con su voz de trueno, metro noventa y seis, y cara de Walter Matthau: «Me alegro de que lo digas porque era un actor increíble». Ahora está en el Teatro Bellas Artes para decir que se ha enamorado, ella es una cabra. En su relación hay también sexo, justo lo que no encontraba en casa.

Pregunta.- ¿Todo el mundo está muy solo?

Respuesta.- En la función se reflexiona sobre la soledad del hombre de éxito, un arquitecto conocido.

P.- ¿Por qué se enamora de una cabra?

R.- Porque dice que en sus ojos descubrió la ingenuidad, la pureza y la inocencia.

P.- ¿Amor platónico y también carnal?

R.- El personaje reconoce que se tira a la cabra, pero como consecuencia de estar enamorado, no es un placer exótico.

P.- ¿Todo es un problema de soledad?

R.- ¡Cuántas familias cenan juntas en casa viendo la tele y cada uno está solo y triste en su propia soledad!

P.- ¿El sexo no garantiza la cercanía?

R.- Se supone que es el momento de fusión máxima, pero el sexo también se acaba.

P.- «Cada vez que conozco a más gente, amo más a mi perro»; Groucho.

R.- No estoy de acuerdo, (y no tengo perro). Todavía el ser humano tiene unos valores que lo hacen más atractivo que un animal.

P.- ¿Pero entendería una pasión animal?

R.- ¡Cuántos de los que abrazan a sus perros y gatos no sienten una relación profunda de amor y sexo!

P.- ¿Todos estamos como una cabra?

R.- Ojalá todos estuviéramos como una cabra, ¡bendita locura! Es imprescindible un punto de locura.

P.- ¿La cabra le pone los cuernos?

R.- El personaje dice: «La quiero y ella me quiere», pero no tengo clara la fidelidad de la cabra con Martín.

P.- ¿Con sus cuernos y su talento?

R.- Einstein le dijo a Marilyn: «Tengamos un hijo con tu cuerpo y mi talento», y ella le respondió: «imagina qué horror si sale con talento de Marilyn y cuerpo de Einstein».

P.- ¿Quién no ha amado a un pato?

R.- ¡Cuántos no han llorado por la muerte de su hámster o de su conejo favorito!, (sin buscarle matices freudianos).

P.- ¿Le van a acusar de zoofilia artística?

R.- En la función la zoofilia es sólo un punto de partida. El autor quería hacer una obra para comprobar el nivel de tolerancia del espectador.

P.- ¿Entiende ahora a Caperucita con el lobo?

R.- Entiendo más al lobo que a Caperucita. Caperucita tendría que arrepentirse de no haber aceptado una invitación en el bosque.

P.- ¿Una cabra es una «pareja de leche»?

R.- Claro, además los cuernos están desde un principio. No hay sorpresa nunca.

P.- ¿Cómo reacciona el público de Madrid?

R.- En Madrid el público se ríe menos que en otros sitios, se lo toman más en serio.

P.- ¿Es Madrid una ciudad más solemne?

R.- Quizá sí y vive más a flor de piel una cierta crispación.

P.- ¿A usted le llega hasta el escenario?

R.- Sí, lo noto muchísimo. La gente de Madrid vive una crispación política más que en otras partes.

P.- ¿Trabajar cerca del Congreso es un riesgo?

R.- Será la proximidad… Además vivo en una calle pegada al Congreso. Alrededor del Congreso hay una zona de radiación.

P.- ¿Ustedes también se quejan de las manifestaciones?

R.- A la queja de los comerciantes nos apuntamos nosotros. Tenemos manifestación cada tres semanas, en dos meses hemos tenido cuatro concentraciones en Cibeles.

P.- ¿Eso lo notan en taquilla?

R.- Los sábados por la tarde en los que no hay manifestación se agota la taquilla.

P.- ¿Es partidario de las manifestaciones?

R.- Creo que las que se convocan últimamente entran en una rutina del sinsentido.

P.- ¿De todo esto «la cabra» qué opina?

R.- Pensaría aquello de que el hombre es un lobo para el hombre. En los últimos días leo a políticos que me parecen irracionales.

P.- ¿Catalán y defensor de los toros?

R.- Claro, por un sentido lúdico, me interesa mucho la liturgia del teatro, que es como la de los toros. En las corridas hay Mediterráneo y antigua Grecia.

P.- ¿Entiende a los que las prohíben?

R.- Creo que argumentan defender al animal cuando en realidad las identifican con el franquismo y la España negra. También en Cataluña se identifica a cantante folklórico con franquismo, es una visión distorsionada.

P.- ¿Vienen a verle al teatro porque sale en televisión?

R.- Mentira, ahora no salgo en televisión. Sí es verdad que mi personaje de Policías era de impacto.

P.- ¿Imponía respeto por la calle?

R.- Algunos chicos me gritaban: «¡Policía, policía!», y la gente se asustaba muchísimo.

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«Todos somos morbosos»

marzo 15th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

RETRATO
Origen. Tudela (Navarra), 1972. Currículo. Se hizo herrero profesional con 20 años, antes trabajó en el campo con su padre. «Creo que soy herrero porque desde crío me encantaban las espadas y todo el mundo medieval. Aunque en esa época con mi edad ya estaría muerto». También ha sido guitarra en un grupo punkie, el último El cornudo de Málaga: «A fin de cuentas, la música punk y la forja son lo mismo: ruido». Aficiones. «La música y, desde luego, mi trabajo de herrero». Debilidades. «Cuando puedo dormir 12 horas, hasta que me duele el cuello». Virtudes. «Amigo de mis amigos. Carácter templado». Defectos. «A lo mejor que resulto muy impulsivo y no me callo nada».
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De niño soñó con usar la espada y ahora las fabrica, «pero desde que soy herrero profesional me agobia ver una película de guerreros, me apetece desconectar cuando salgo del taller». No en vano, en todas las películas medievales el protagonista es un herrero, pasa en El Zorro o en El reino de los cielos. Esta semana su museo de la tortura estará expuesto en Madrid, en el club Satén.

Pregunta.- ¿Sabe que herrero es un oficio en extinción?

Respuesta.- Es un oficio que te tiene que gustar mucho, igual te pasas toda la mañana dando golpes en la fragua.

P.- Quizá esté mal pagado…

R.- ¡Qué va!, el convenio del metal es de los mejores que hay. Un chaval de herrero gana más que en una fábrica.

P.- ¿Se aprende por correspondencia?

R.- En la herrería se aprende trabajando. Hasta que no coges un martillo no empiezas de verdad.

P.- ¿No hace espadas porque no hay héroes?

R.- ¡Pero hay mucho loco que compra espadas!

P.- ¿Cuántos la hacen a mano como usted?

R.- Estoy quemado con los que van de artesanos y son comerciantes. En Lavapiés hay mucho comerciante que arruina a los artesanos.

P.- ¿Hay intrusismo en su oficio?

R.- Hay gente que se encuentra un fuelle en su buhardilla y dice que su abuelo era artesano. La artesanía no se valora.

P.- ¿Lo suyo es pura vocación?

R.- Me encanta mi oficio, tengo dos hernias en la espalda y sigo trabajando en esto. Tiro a base de acupuntura.

P.- ¿Libera más tensiones que nadie?

R.- Si me mosqueo, me centro en el trabajo y se te disipa todo.

P.- ¿Trabaja con música de fondo?

R.- Ultimamente me gusta escuchar a La Oreja de Van Gogh. Y Beethoven le va muy bien al hierro.

P.- ¿Es un trabajo también intelectual?

R.- Le das muchas vueltas al coco, yo diseño las piezas con papel y lápiz. Estoy más horas dándole vueltas al tarro que con las manos.

P.- ¿Ya no hay caballos para herrar?

R.- Los caballos de deporte llevan herraduras de aluminio. Con los caballos me llevo mal… me dan miedo.

P.- ¿Más miedo que el fuego?

R.- De pequeño mi padre me compró un pony para quitarme el miedo, pero no puedo con ellos.

P.- ¿Lleva por España su museo de tortura?

R.- Son instrumentos de tortura y también reproducción de máquinas que se usaron para aplicar la pena capital.

P.- Eso tiene un punto sado…

R.- Ese rollo no me va… aunque la exposición esté ahora en un club de sado.

P.- ¿Torquemada tenía algo sensual?

R.- (Risas)… Algo tendría Torquemada debajo de la sotana.

P.- ¿Le da mal rollo construirlos?

R.- Con alguno me he tenido que parar, es verdad. Dejarlo un par de días.

P.- ¿Tan perversos eran?

R.- He construido pinzas para sacar la lengua, otro es un quebranta rodillas, un aplasta cabezas, desgarra senos… ya el nombre lo dice todo.

P.- ¿Tecnología para el mal?

R.- Sí, es una pena todo lo que avanzó el mal y lo poco que lo hizo la medicina.

P.- ¿Y hacer un museo del placer?

R.- En confianza, a la gente le va el morbo de la exposición de tortura. Todos somos morbosos, llama más la atención la guillotina que un traje.

P.- ¿Su guillotina corta de verdad?

R.- Mide cuatro metros, la probé con una col pero luego la anulé para que no hubiera accidentes.

P.- ¿Qué tal quedó la col?

R.- Partidita (risas). ¡La col no sufrió!

P.- ¿Cómo reaccionan al ver sus aparatos?

R.- Con el cinturón de seguridad se hacen muchas bromas. Con los desgarra senos se echan la mano al pecho.

P.- ¿Algunos se pueden comprar?

R.- Algunos no me planteo ni venderlos…

P.- ¿Es mejor una buena reja o un seguro de robo?

R.- En mi casa no tengo, me gusta vivir sin rejas. Si hay incendio sin rejas puedes salvar la vida.

P.- ¿Cómo son los cuchillos en su casa?

R.- En casa de herrero… cuchillo de palo, es verdad. El primer cuchillo que le regalé a mi novia era de boj. Una manzana cortada con madera no se oxida.

P.- ¿Cómo es su relación con Madrid?

R.- Me encanta Madrid pero no estoy acostumbrado a los atascos. Para mí son una tortura.

P.- ¿Es usted el Vulcano moderno?

R.- Más bien soy un artesano moderno del siglo XXI.

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«Me mola actuar en Madrid»

marzo 12th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

RETRATO
Origen. Barcelona, 1981. Currículo. Se dio a conocer gracias a Operación Triunfo con 20 años, pero Beth ya había cantado antes «pop-rock catalán y luego pasodobles y chachachá con una orquesta de pueblo». Ha estudiado teatro musical en Barcelona. Allí ha triunfado como protagonista de la obra Por los pelos con un papel de mala-malísima. Éste es su tercer disco My own way home, cantado en inglés, antes publicó Otra realidad y después un directo en el Palau de la Música. Aficiones. «La música, pasear y estar con mis amigos» Debilidades. «Los niños y dormir mucho». Virtudes. «Hago punto y ganchillo, y soy una tía sincera». Defectos. «Tozuda, impuntual y caprichosa».
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Superó Eurovisión, salió indemne de haber ganado Operación Triunfo y ahora canta lo que le apetece. Tiene perra pero ella es un gato, se sienta en el sofá dispuesta y muy sensual. Es un poco piji-hippie, («es cierto aunque no me gustan las etiquetas»). Esta noche actúa en la sala Galileo Galilei. Está nerviosa, hoy no le acompaña su perra, «la pobre comparte conmigo un piso pequeño en el centro».

Pregunta.- ¿Quién sufre más en un minipiso, perro o dueño?

Respuesta.- Para mí es un apartamento estupendo, de 40 metros cuadrados. La perra es que no habla.

P.- ¿Tiene almena, foso y puerta su palacio?

R.- No tiene nada (Risas) es un piso a secas. Es mi rincón, pequeño pero pasaba de estar pagando hipoteca toda mi vida.

P.- ¿Hay vida inteligente después de OT?

R.- ¡Y tanto!, en mi caso antes y después.

P.- ¿Era una vida muy dura?

R.- Fue una experiencia que me marcó mucho. Mi cabeza salió bien, he mantenido a mi gente y a mi familia.

P.- ¿No era un secuestro musical?

R.- No lo veo así, aunque me han dicho: «¿qué hacía una tía como tú en un sitio como ése?».

P.- ¿Pero le fue muy bien?

R.- Sí, sabía donde iba. Me pasaron cosas que quería y otras que no.

P.- ¿Es de la «Generación Bisbal»?

R.- Los dos tenemos la misma edad pero Bisbal está en un mundo aparte. Si es verdad que te meten en saco de triunfito.

P.- ¿Triunfito es término despectivo?

R.- Depende. No me gusta mucho, prefiero que me llamen por mi nombre.

P.- ¿Usted no ha parado de trabajar?

R.- Desde luego que no, pero si no sales en la tele o en los medios no llegas a la gente.

P.- ¿Es persona de carácter tranquilo?

R.- Sí, también visceral. Cuando me cabreo saco mucha rabia.

P.- ¿Qué ocurre en esos momentos?

R.- Vuelan los teléfonos móviles. He roto tres móviles contra el suelo.

P.- ¿Rotos por motivos sentimentales?

R.- Casi siempre sí, nada hay que me haga perder el control de esa forma.

P.- ¿El amor perjudica la salud?

R.- ¡Sí, en algunas cosas sí!, pero también en otras las enriquece.

P.- ¿No hay buen teléfono que aguante un mal amor?

R.- Eso. En mi caso es así, aunque hay gente que lo sabe llevar mejor.

P.- ¿Es persona ajena al sistema?

R.- Primero es la persona y luego el artista. No tengo presente el lado artista durante todo el día.

P.- ¿La fama le agobia un poco?

R.- En su momento no podía salir a la calle. Una vez acabé llorando en la habitación de un hotel diciendo: ¿qué he hecho con mi vida?

P.- ¿Tiene presidente de club de fans?

R.- He tenido tres, el de ahora es un presidente, un chico que se llama Félix.

P.- ¿Qué pasó con los otros dos?

R.- No lo sé, se habrán cansado. El segundo, Quim, ahora es mi colega. Le preguntaba: ¿qué haces siendo el presidente de mi club de fans?

P.- ¿Usted entiende a los fans?

R.- Son muy buena gente pero son fans. No pasa nada, todo el mundo tenemos un lado friqui. Nunca sería de un club de fans.

P.- ¿El fan es la «memoria histérica»?

R.-(Risas) Los míos no son histéricos, tengo con ellos una relación que mola.

P.- ¿No haría dúo con Julio Iglesias?

R.- No, me parece que no y he cantado canciones suyas en la orquesta. Cantaría con Sting o con Sabina.

P.- ¿Fuera de la música dónde la encontraré?

R.- En un bar pequeño de Barcelona al que voy mucho, o en Formentera en la playa.

P.-¿Su pelo es señal de identidad?

R.- Creo que sí. Alguna vez he dicho que me lo iba a cortar pero luego me he rajado.

P.- ¿Mola actuar en Madrid?

R.- Mola actuar en Madrid. Es mi segunda actuación, también en la Galileo.

P.- ¿Diferente que actuar en Barcelona?

R.- Creo que no. Puede que en Barcelona me conozcan más porque participo en TV3 de tertuliana.

P.- ¿Lo suyo es «puro teatro» como decía La Lupe?

R.- Soy muy teatrera, con mis amigos hacemos coreografías, videoclips.

P.- ¿De pequeña quería ser Rafaela Carrá?

R.- Quería ser Ana Torroja, me disfracé de ella en el colegio y los niños decían: «vas de puta»…

P.- ¿Le interesa Madrid como ciudad?

R.- De hecho busco piso en Madrid, ponlo por si alguien me lo quiere alquilar. Me gusta Chueca, Malasaña y La Latina.

P.- ¿La ha descubierto del todo?

R.- Pasé una semana grabando un disco y descubrí que es una ciudad muy chula.

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Un monumento del 11-M sin políticos

marzo 12th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

El silencio lo puede todo, ayer hubo un tiempo de silencio y recuerdo en Santa Eugenia, en el Pozo del Tío Raimundo y en Alcalá de Henares. Un hueco en el estómago, que no un vacío en la memoria, igual de enorme que en Atocha donde los políticos rindieron homenaje oficial. La mancomunidad de vecinos de Santa Eugenia va a inaugurar un monumento a la memoria de las víctimas del 11-M, será el próximo miércoles y sin presencia de políticos, «no hemos querido que viniera ninguno por si se malinterpreta». Lo dice Pablo Cañete, cordobés y pionero en el barrio, «de los primeros que nos vinimos a vivir a los bloques que construyó Pistas y Obras». Pablo tiene su negocio a escasos cien metros de las vías del tren, aquella mañana funesta le despertó su hijo y el resto del relato creo que ya lo conocemos todos. «En Santa Eugenia no hay un bloque donde no se diera una víctima: un muerto o un herido». Y quién no resultó quemado por la metralla quedó tocado anímicamente de por vida, por eso levantan un monumento que es recuerdo, luto, memoria y homenaje. En Santa Eugenia, como en los otros lugares por los que pasaron los trenes de la muerte, la vida cambió hace tres años. Quizá la mejor manera de superar una catástrofe sea la voluntad expresa de no olvidar a sus víctimas, tengamos por víctimas también a los que no fueron atendidos por el Samur en el lugar de los hechos pero que llevarán el olor de la barbaridad adherido a su piel mientras vivan.
No irá el alcalde, ni la presidenta regional, ni otro cargo electo que no sea el concejal del distrito. Los vecinos prefieren el acto sencillo al protocolo que les aleja del protagonismo que la desgracia les otorgó. Pablo Cañete tiene una voz pausada, con acento del sur que recuerda postales manchadas en sangre de una mañana en la que la muerte llegó tan puntual como inoportuna. Y desde entonces nada fue lo mismo, ni lo será. A los vecinos no les hace falta un monumento para tener presente lo ocurrido pero con la obra de Carlos Albert darán forma a un sentimiento. Será que un barrio se forma con trabajo y lágrimas, y a ellos les ha tocado una de las caras más amargas de la reciente Historia de Madrid. Por lo tanto el miércoles inaugurarán un recuerdo que es memoria y presente, una obra que les honra como ciudadanos libres.

Santa Eugenia es un barrio de trabajadores hecho con la inmigración que vino a Madrid cuando en los años sesenta era la ciudad de los prodigios emergentes. Entonces, desde lejos la gran ciudad era un horizonte de grúas en construcción. Hoy la distancia y la desgracia les ha hermanado; madrileño es quién ha llorado en las vías de los trenes que iban a Atocha. Dice Pablo Cañete que en todos los bloques hubo víctimas. Es cierto. Es su homenaje, su llanto de hormigón y su rabia. En la inauguración no habrá políticos, sólo estarán ellos, el barrio (es decir el mundo).

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Un clamor muy bien organizado

marzo 11th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

La premanifestación duró el doble que la concentración posterior convocada a las 17 horas en el primer sábado de primavera oficiosa en Madrid. Había un ambiente dispuesto y mayoritario. Se tuvo que poner la gente de acuerdo en reprochar la política terrorista de Zapatero para que comenzara el tiempo cálido, ¡lástima que la procesión laica no hubiera cruzado El Retiro para mayor deleite de un sábado! Desde las 15 horas ya estaban cortadas las principales calles de acceso, todo era un paseo de personas con banderas, carteles, pegatinas, lazos azules y dispuestos a un encuentro festivo.

La concentración iba a caminar en sentido contrario a lo establecido hasta el momento, la Puerta de Alcalá sería el punto de partida y Colón la meta. Nunca antes había sido así. Un detalle estético que tuvo importancia porque la Puerta de Alcalá se hubiera quedado en portal angosto, en recibidor de casa de VPO para la muchedumbre que rugió en Castellana, Goya, Génova, Alcalá y hasta en las alturas insospechadas de los edificios próximos.

El primer tramo era el más lúdico, el de la cita de los teléfonos móviles, cuando la gente se busca y están espalda con espalda separados por una señal que les llega vía satélite. Es enternecedor comprobar la cara que ponen cuando finalmente se reconocen. Está comprobado que el móvil sirve para que se pierdan las personas que están juntas. En Serrano esquina a la Puerta de Alcalá se apalancaron los vendedores de banderas de España (constitucionales por supuesto), que hicieron su marzo a 10 euros la unidad hasta agotar las existencias, porque la tarde prometía ser de las de mucha tela para cortar. Con Cibeles al fondo se podía prever una ceremonia popular masiva, familiar en muchos casos, romería urbana de niños con globos, niños sin globos, cochecitos de bebé, abuelos y parejas de novios que nada tienen que ver con las parejas de matrimonios (al menos en la forma de caminar, ya sean del bando político que corresponda). Allí se ensañaban los primeros cánticos, algunos de dudosa calidad literaria pero de mensaje claro: «Zapatero da la cara, no tengas tanta cara»; afortunadamente luego se escucharon consignas mejores. A las 16.07 horas de la tarde un señor se unía a la corriente portando un ataúd de cartón en el que se suponía que iba la España de Zapatero, (como sólo lo llevaba él, se entiende que era una metáfora perversa, un guiño para el que quiera saber. Un ataúd sin muerto es un bocadillo de miga de pan, la nada con agua de sifón).

La cabecera de los políticos estaba en Cibeles, justo a la altura de la Casa de América. De los primeros en llegar, Miguel Arias, Ana Pastor, Astarloa y María San Gil. Por la presencia adelantada de los dirigentes del PP uno se podía dar cuenta de la importancia del encuentro. Todo el que fuera cargo electo, desde una pequeña pedanía insular, hasta un consejero regional, estaba allí. En Génova se debió quedar el portero automático.

Acebes entró a contracorriente, como si viniera de la sede del partido, y aprovechó el hueco abierto por las vallas en la Castellana para darse una ducha en aplausos y vítores; se le nota más suelto cuando no aprieta mandíbula. Cibeles tenía un ambiente de gala, casi como si la selección hubiera ganado un torneo importante; extraño pero cierto. A las 16.21 horas sonó el primer «¡Zapatero, dimisión!» que luego se convertiría en la banda sonora del encuentro, en la alfombra sobre la que Rajoy se hizo líder de la avenida, de lado a lado.

Tan ancho estaba como la distancia que separa al Café Gijón de la Biblioteca Nacional, entre sus codos cabía una carretera nacional, era su tarde. Le llamaron «¡presidente, presidente!» nada más situarse detrás de la pancarta, Gallardón estratégicamente a un lado y Aguirre estratégicamente también a dos filas de distancia. Y también el discreto ex presidente Leopoldo Calvo Sotelo, y Michavila y Pío García-Escudero. La formación comenzó a andar, con tres minutos de retraso, por si el dato tuviera importancia en los libros de Historia.

La palabra mogollón se quedaría corta para definir el ambiente de personas a un lado y a otro del cortejo. Incluso el cálculo numérico no hace justicia, había que estar dentro para darse cuenta de la dimensión y de la densidad humana. La cabecera marchaba entre gritos de adhesión, esta vez menos agresivos que en otras concentraciones de la AVT. Se notaba que el Partido Popular quería dejar sello de un estilo propio y bastante más moderado de lo que se podía haber visto en otras ocasiones. No es casualidad que los fotógrafos buscaran alguna bandera con el águila preconstitucional y no la encontraran, porque no hicieron acto de presencia. Es cierto que se gritó «¡España!», pero no «¡Arriba España!» con la inquina de otras ocasiones. Zapatero tuvo lo suyo en el primer tramo, pero tampoco fueron frases de insulto facilón. Había talento ácido en una pancarta: «Zapatero, por razones humanitarias vete ya». El humor negro también es una forma de hacer política.

A las 16.35 horas, un dragón de mil cabezas gritaba: «¡Rajoy, amigo España está contigo!», «¡Rajoy, valiente aquí está tu gente!», y a partir de ese momento los populares fueron sobre un tapiz de buenos deseos y muchos aplausos. A la estética ayudaba un ambiente cálido en el que soplaba viento suave que anima banderas y altera flequillos como pasa en los anuncios.

Entre la muchedumbre, el ex presidente Aznar, cada vez más convertido en chico Martini, encantado de haberse conocido y con aspecto de disputar la presidencia de las Nuevas Generaciones a Nacho Uriarte (que no se relaje porque le desbanca, no hay nada como un personal trainer para redecorar tu vida). Precisamente, los chicos de Uriarte portaban una bandera tan grande como un barrio, y dentro un lazo azul que agitaban; ellos eran los encargados de animar la fiesta con megáfono y coreografía, los que construyeron las frases más elaboradas: «¡Rubalcaba, el chollo se te acaba!», «¡a por ETA, oé!», o «no nos da la gana que liberen a De Juana». También la emprendieron con la prensa con el socorrido «y luego diréis que somos cinco o seis». Pues dicho queda.

Un muñeco vestido de presidiario jugaba a ser De Juana con una foto de Zapatero en la cara. El público pegado a las vallas pugnaba por hacerse ver y por dejar constancia de su procedencia, como unas señoras que venían de Zaragoza con un retrato de la Virgen del Pilar, («lo traemos por recordar a los guardias jóvenes»). La pilarica saludó el paso de los dirigentes populares.

El último tramo se recorrió con velocidad para llegar a Colón a las 18.45, donde a la cabecera le esperaba un ambiente de romería, sin tortilla pero con ganas de pasarlo bien y de hacer ruido. Por megafonía sonaba Libertad sin ira y algunos dirigentes del PP madrileño, encabezados por María Delgado de Robles (experta en protocolo en Sol), improvisaron una conga vacilona con el estribillo. Sobre las pantallas gigantes, las imágenes de multitud, y sobre ellas dos helicópteros, supongo que uno contaría manifestantes pares y otro manifestantes impares.

El sol pegaba rojo y descarado sobre la bandera de la Biblioteca Nacional, también sobre los que bailaban en la azotea del Centro Colón. Y entonces apareció Aznar con sus mechas caoba de vuelve el hombre, y ya Zaplana se había hartado de tirar besos a dos manos como un Bisbal en concierto homenaje. Todo esto antes de que Rajoy subiera a la tribuna, y mientras Gallardón sonreía, Mayor Oreja tampoco, y Esperanza Aguirre daba declaraciones ante la última cámara de televisión que le quedaba por hablar. Aguirre, de rosa aquí te espero, en miss Preu, en aclamada rubia de multitud. Vamos, un popular objeto de deseo con chaqueta a la cintura. «¿Qué?», que diría ella.

Luego, el himno, claro.

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«Quiero que la mejor gente venga a contar las mejores cosas posibles»

marzo 11th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

ESTHER ALVARADO

MADRID. – Lleva apenas una semana en la redacción de EL MUNDO TV, pero ya se siente como en casa. Rafael Martínez-Simancas (Rute, Córdoba, 1961), periodista y escritor, presentará a partir del próximo 9 de abril El Mundo en Portada, el programa insignia de Veo TV, el canal de Televisión Digital Terrestre (TDT) participado por EL MUNDO.

Avalan su fichaje, además de los casi 25 años de trayectoria profesional en la radio, cinco libros publicados, y sus columnas tanto en el desaparecido Diario 16 como en EL MUNDO desde la creación de M2 en 2001. También tiene un premio Antena de Oro y un particular dominio del lenguaje, que hace que cuando Martínez-Simancas se acerca al micrófono o afila la pluma, unos pocos se estremezcan de espanto y otros muchos de gusto.

Pregunta.- En su vida profesional ha tocado todos los palos: prensa, radio y televisión. ¿Cómo ha sido su experiencia en este último medio?

Respuesta.- Excelente. Hasta hace unos días estaba presentando y dirigiendo Nada Partidarios, en Intereconomía TV. También he hecho muchos guiones para gente muy interesante como Pepe Carrol, Juan Tamariz, Concha Velasco…

P.- Viniendo de la radio, ¿cómo se siente ante las cámaras?

R.- La tele la he descubierto hace poco, pero me siento muy cómodo, me divierto muchísimo haciendo televisión. He tenido suerte porque me he encontrado con formatos muy buenos; El Mundo en Portada es un caramelo, cualquier persona cuerda de aquí a la orilla oeste del Pecos habría dicho que sí. (risas)

P.- Pero casi toda su carrera ha transcurrido en la radio…

R.- Sí, ¡a penas 24 años de mi vida! Empecé en Radiocadena Española y luego pasé por la Ser y la Cope, por Onda Cero, donde estuve nueve temporadas. Fui director creativo en aquella casa, tengo la Antena de Oro por hacer la sección La Galerna cuando Victoria Prego presentaba La Brújula de Onda Cero. Luego hice La Guinda con Luis del Olmo en los inicios de Punto Radio.

P.- ¿Qué va a aportar a El Mundo en Portada?

R.- Me incorporo a un equipo que ya está hecho y a un programa que está en marcha. Miguel Toral va a seguir como codirector. Va a cambiar su estructura y los decorados pero esto es ya una fórmula que funciona. Yo sólo tengo que ofrecer mi parte…

P.- Su parte es esa manera especial de hacer periodismo… Un poco al estilo del informativo de autor, pero en otro formato.

R.- Claro, me traen para eso, para poner mi sello. No vengo a revolucionar nada, sino a sumarme a un proyecto. Lo que tengo que poner es mi punto de vista, mi prosodia, mi capacidad de hablar y de seducción. Como decía un viejo profesor mío: «Una cosa es el rigor informativo y otra el rigor mortis». El rigor mortis no me ha gustado en la vida: ¿por ser triste soy más creíble?… ¡jamás! Quiero que el programa tenga ritmo, que sea animado.

P.- ¿Fue una decisión fácil?

R.- Sí. Cuando me lo ofreció Melchor Miralles no tardé ni un minuto en responder, ni 20 segundos, quizá me sobraron 19… Tengo un gran sentimiento de respeto por la casa a la que vengo. Y como dicen en el final de la película Salvad al soldado Ryan: «Hágase merecedor de todo esto». El esfuerzo que depositan en nosotros me parece crucial.

P.- No ha empezado todavía, pero se le ve cómodo en EL MUNDO TV…

R.- En la televisión es importante estar a gusto… Los medios de esta casa me parecen espectaculares, el equipo es realmente bueno y la voluntad de todos es manifiesta porque salga bien. Estoy contento (mucho), me parece una aventura muy interesante por recorrer.

P.- ¿Cree que hay que significarse mucho en este tipo de programas?

R.- No. Sería un error. Yo no puedo ser más tertuliano que los demás: yo no doy opinión, doy paso. Esa es mi obligación. Es verdad que habrá una portadilla, que es como una mini columna. Pero yo soy el conductor, los protagonistas son los invitados que llevemos. Mi obligación es que el plató esté siempre en brasero incandescente; que no decaiga. Además, vamos a hacer una tertulia plural, nada sectaria, a la que va a venir gente de otros grupos de comunicación. Quiero hacer un programa de televisión que sea interesante y que la gente, por un motivo y por otro, diga: «Mañana vuelvo».

P.- El Mundo en Portada es en directo. ¿Eso es un pro o un contra?

R.- Un pro. Me gusta más el directo, me parece más sincero. Creo que debemos dar a cada uno su sitio y que la mejor gente venga a contar las mejores cosas posibles.

P.- ¿Tiene ídolos en la televisión?

R.- Mis ídolos son muy marginales, porque hay gente de televisión que ya no está. Si me preguntas si me gustaría parecerme a Matías Prats, la respuesta es que no; es un busto parlante. Me gusta la gente con un poco de picardía, que te ponga, bien o mal, pero que te ponga. El busto parlante me aburre, me tuesta.

P.- ¿Y a usted quién le pone?

R.- Victoria Prego haga el formato de televisión (o radio) que haga, y luego Fernando Sánchez-Dragó, desde siempre, y Jesús Quintero también me gusta todavía.

P.- ¿Qué piensa de que algunos medios censuren ciertos contenidos para evitar males mayores?

R.- ¿Censurar? ¿Para qué? Me gustaría que nuestro programa tuviera una repercusión tal que la gente nos citara como fuente. Si a partir de ahí, genera polémica, pues estupendo. Quiero generar la información, contarla de primera mano, no me gusta contar lo que ya han dicho los demás.

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Lo que ha pasado este año

marzo 10th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Tiene razón Raúl: «Este año han pasado cosas extrañas». Su frase, pronunciada tras la resaca de Múnich, recuerda a la del niño protagonista de El sexto sentido cuando decía que a veces veía muertos y hablaba con ellos. Es verdad. Lo que no tengo tan claro es si ese niño tenía un póster del Madrid o del Barcelona en su habitación. Todo aquel que crea en fantasmas puede ser aficionado a estos dos equipos. Si en el Real Madrid tienen un poltergeist, en el Barcelona sufren su particular annus horribilis. En resumen, que a los dos grandes les ha mirado un tuerto y el duelo de esta noche más que un vibrante choque de titanes se puede quedar en un partido entre casados y solteros en un balneario del interior.

Preparen un cargamento de pipas porque con algo hay que disfrutar en el sillón de casa. De repente, como si le hubieran aplicado un tratamiento en su contra, Roberto Carlos ha envejecido 1.000 años y Ronaldinho ha decidido ser el doble de Alfredo Landa en una película de José Luis Garci. Poco queda de ese físico espectacular que era un anuncio perpetuo de bifidus activo, un escándalo cuando se hacía el intercambio de camisetas. Esta noche el fútbol, como la poesía, quedará para otra ocasión.

Lo que les ha pasado durante toda la temporada podría ser argumento de novela de Germán de Argumosa, ese investigador de realidades extracorpóreas, el capitán del CSI español. Ya sea por efectos de los ectoplasmas o de las sombras chinescas, Fabio Capello duraría menos ante el polígrafo que sus líneas en descomponerse. Poco queda de verdad en su planteamiento que no pueda considerarse legítima defensa.

Critican, luego se esconden. En Múnich, todos los acontecimientos pudieran resultar paranormales pero Raúl ofreció claridad en la tragedia. Hasta que no apareció Guti no llegó el fútbol. Hasta ese momento todo fue una larga penitencia de cuaresma aunque luego vino la verdad, (como dice Serrat «nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio»). El fantasma es Capello, que resiste en el banquillo a ver si llega a San Isidro y puede ver los toros sin necesidad de sacar una tarjeta de embarque para volver a Italia.

Si alguien quiere hacer algo a favor del fútbol debería depositar una ristra de ajos en un córner del Camp Nou, y esperar a que se aleje el maleficio. No acudan al Capitán América porque lo han acribillado a balazos en las escaleras de un tribunal de Nueva York. No es tiempo de héroes. En cambio, es la noche perfecta para que despunten los nuevos talentos y para que el planeta fútbol encuentre otras referencias. Sin duda, los creativos del balón lo van a tener complicado para jugar en una chatarrería repleta de viejas glorias oxidadas, pero es su gran oportunidad. Es insólito comprobar que a mitad de marzo ni Madrid ni Barcelona tienen juego en las botas. Incluso el triunfo en la Liga les vendría de rebote. La realidad les viene muy grande.

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Vuelve el toro

marzo 9th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Tico Medina ha vuelto a hacer el paseíllo de la crónica rosa bien presentada para escribir un libro de sol y sal donde Ortega Cano queda como estatua de bronce; nunca antes nadie se había atrevido a esculpir en el centro del ruedo, los libros también se hacen mejor desde la barrera. De esa forma, Medina completa la biografía de España en carne viva, puesto que antes hizo lo mismo con Lola Flores, ‘El Cordobés’ y Julio Iglesias; a los tres los encuadernó.
Le faltaba este torero para añadir al retablo donde el autor también aparece reflejado; en un ángulo de la narración se aprecia su cabeza blanca de cronista veterano, siempre vestido entre el camuflaje verde oliva de los que bajaron Sierra Maestra, o ganadero en una barrera de la plaza del Puerto de Santa María, donde o eres Domecq o te lidian como sobrero.

Tico no se ha quitado nunca de amar España, ya sea en sus crónicas o en sus esencias (que es una manera de comerse los adjetivos con aceite de oliva); sobre el hule de la mesa de camilla donde Lola le contaba su vida, Tico juró la devotio hispana por todo aquello que es nuestro producto interior más bruto. Una apuesta por el toro, el cante, el baile y el vino (pero sin que cante la tuna). Quizá seamos una nación que asiste a un mismo espectáculo, pero desde dos zonas irreconciliables: los que están en sol quieren pasar a la sombra porque allí dan merienda de canastilla y sirven vino en copas de cristal.

Hace tiempo que decidieron jubilar al toro de Osborne pero los que aún quedan son una referencia totémica; no hay nada como convertir un objeto en alegal para elevarlo a categoría de culto. Dos noticias relacionadas con el toro vuelven a animar los graderíos: Ortega se viste de luto y oro y José Tomás regresa en Barcelona, ciudad a la que oficialmente declararon antitaurina y descornaron por decisión plenaria y municipal. Por lo tanto, Tomás deberá ponerse encima del vestido de torear una gabardina para quitársela al bajar del coche. O tal vez lidiar con gafas oscuras y con traje, como ‘Fortuna’, aquel matador que hizo faena en la Gran Vía madrileña a un toro huido de un camión. Una estampa de caza mayor que recogió Alfonso en su cámara en blanco y negro, la misma con la que capturó a la pavera o al cochero de punto.

Ortega Cano es torero de sombra y perfume, y José Tomás de sol y muleta sudada; uno señorito y otro guerrillero de los que dan pases a pecho descubierto. Les separan unos cuantos tomos de El Cossío y la estética, porque el primero tira a la copla y el segundo tiene pinta de tocar el cajón con los Ketama. Ortega quiere ser Ignacio Sánchez Mejías porque se lo ha dicho Rocío Jurado en un SMS, y se lo ha creído. Todo pasa por el toro, ese animal que se lidia en la clandestinidad municipal.

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marzo 7th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

COMUNICACION
EL MUNDO TV ha fichado al periodista y escritor Rafael Martínez-Simancas para presentar el programa de actualidad, tertulia y entrevistas El Mundo en Portada, que se emite de lunes a viernes y de 22.15 a 23.30 horas en Veo Televisión, la cadena de Televisión Digital Terrestre (TDT) participada por EL MUNDO. Martínez-Simancas, que ya se ha incorporado a la redacción de EL MUNDO TV, comenzará a presentar el programa el próximo 9 de abril.

El hasta ahora presentador de El Mundo en Portada, Miguel Toral, continuará dirigiendo este espacio, así como coordinando Las Noticias de Veo Televisión, que se emiten a las 15.00 y 21.00 horas. «La llegada de Martínez-Simancas supone un aliciente para todo el equipo y está encaminada a reforzar los contenidos y el ritmo de un espacio que se ha consolidado», explica Toral, que se remite a los 300 programas emitidos desde noviembre de 2005.

El nuevo espacio seguirá apostando por el análisis de la actualidad política, internacional, social y económica. Para ello, contará con la participación de tertulianos de todos los grupos de comunicación. El objetivo es presentar al espectador todas las opiniones de un modo entretenido y ágil.

Rafael Martínez-Simancas nació en Rute (Córdoba) en 1961. Es licenciado en Ciencias de la Información (Periodismo) por la Universidad Complutense de Madrid. Escribe en EL MUNDO desde el año 2001. Antes lo hizo en Diario 16. Su trayectoria profesional se ha desarrollado principalmente en la radio, donde comenzó en 1984, en la desaparecida Radiocadena Española. De ahí pasó a Cope, Ser y Onda Cero. Antes de incorporarse al proyecto de El Mundo en Portada, dirigía y presentaba el programa Nada partidarios, en Intereconomía Televisión, así como el programa La Cosa Nostra en Radio Intereconomía. Ha publicado dos libros con Julio Anguita: Corazón Rojo y El tiempo y la memoria, además del libro de humor Estoy en el candelabro, y otros nardos de la palabra. Tiene una Antena de Oro por su participación en La Brújula del mundo cuando la dirigía Victoria Prego. Martínez-Simancas también ha escrito guiones de televisión para gente muy diversa como Juan Tamariz, Pepe Carrol o Concha Velasco.

Su incorporación a El Mundo en Portada -«un equipo que ha demostrado que funciona, que está consolidado», asegura el periodista- significa un aporte cualitativo que él cree que no tiene nada de revolucionario: «Yo no vengo a revolucionar nada, sino a apuntarme a un proyecto que ya está en marcha; a enriquecerlo. Vengo a poner mi punto de vista, mi prosodia y mi capacidad de seducción», comenta con sentido del humor.

Cuando se lo propusieron no tardó ni un minuto en decir que sí: «Estoy encantado con la idea. Los medios de esta casa me parecen espectaculares, el equipo es muy bueno y creo que hay un camino muy interesante por recorrer».

A los seguidores de las columnas de Rafael Martínez-Simancas en el suplemento de Madrid de EL MUNDO, M2, sólo queda tranquilizarlos: el periodista seguirá analizando la ciudad desde ellas.

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