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?En Italia nos han calificado como artistas irresponsables?

mayo 19th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

La Terremoto de Alcorcón y Antonia San Juan han hecho posible ese lema que se le atribuye a los productores de cine sin escrúpulos: ?¡con tu cuerpo y mi talento llegaremos muy lejos, nena!?. El cuerpo de La Terremoto es la definición del deseo tradicional a la española: curvas, altura, sensualidad, turgencia, lozanía, descaro y una boca para cantar o para lo que haga falta menester. Y una mirada que tumba a medida que los ojos se aproximan. Es la típica mujer que provoca una revolución absentista al pasar cerca de una obra, (pero que tengan cuidado los que le piropeen porque pueden encontrarse con una contundente respuesta). Por su parte, el talento de Antonia San Juan no para de ofrecer ideas para la escena, por su cabeza bullen mil formas de sortear la crisis que acompaña a la palabra teatro desde Sófocles hasta los días del euribor. Antonia escribe versos, redacta monólogos, hace canciones y La Terremoto le pone el ?cuerpo? a las ideas de Antonia San Juan. Son un dúo perfectamente engrasado que promete ofrecer noches de risas y reflexiones en el Teatro Arlequín. Por aquello de aprovechar el mensaje al máximo, el espectáculo se llama ?La Terremoto de Alcorcón, precios populares?. Estrenan el jueves y van a competir en La Gran Vía con la nueva entrega de Indiana Jones, ¡pero quién es el doctor Jones comparado con La Terremoto de Alcorcón!
PREGUNTA.- Usted será de Alcorcón, y muy ?terremoto?, ¿pero lo que pasa en Coslada, semejante espectáculo de corrupción, no es casi competencia desleal?, ¿Hay más espectáculo en un pleno municipal que en un teatro?
TERREMOTO.- ¡No me asusta nada!, yo vengo de Mallorca, cuna de las mafias? tenemos desde cofradías de peperos del Opus que gastaban miles de euros con tarjetas del Ayuntamiento, hasta alcaldes como el de Andratx que puja por estar en el candelero mucho más que nosotras.
P.- ¿Cómo siempre la realidad supera a la ficción, a lo que pasa en el teatro?
ANTONIA.- Para eso es bueno que exista el teatro privado, para poder denunciar todo lo que pasa, (sería impensable en el teatro público donde las cosas tienen otro filtro). A nosotros no nos controla nadie.
P.- ¿Son unas privilegiadas que trabajan en lo que quieren?
ANTONIA.- Para alcanzar el tipo de trabajo que uno quiere, hay que esforzarse mucho. No vale eso de quiero algo sin trabajar para conseguirlo.
P.- ¿Son ustedes dos gente de fiar?
TERREMOTO.- Yo soy cien por cien de fiar? ¡ella menos! Antonia engaña porque la gente suele tener una idea equivocada y absurda de ella, como si tuviera que cumplir los requisitos del personaje de una película.
P.- ¿A Antonia San Juan le gusta cultivar el jardín de su secreto?
ANTONIA.- No, pero quién me quiera conocer que me conozca. Y quién no quiera, pues tampoco pasa nada. Eso no me preocupa demasiado.
P.- ¿Cuánta gente le conoce, de verdad?
ANTONIA.- Menos de lo que parece, soy una popular desconocida. Los que me conocen mejor es por haber tenido una larga relación de amistad o porque hemos trabajado juntos.
P.- ¿Desde cuándo se conocen las dos?
ANTONIA.- Creo que junto a Pepón Nieto debo ser de las primeras personas que escucharon la cassette de La Terremoto, esa canción que decía: ?hoy te he visto con tus libros caminando y con tu carita de cocreta?. Ahí me enamoré de ella. Yo había ido a Palma de Mallorca, con mi pareja, a hacer una obra de teatro. Entonces La Terremoto comenzaba a trabajar con ?Diabéticas Aceleradas?.
P.- ¿Ese fue el principio de una bonita amistad?
ANTONIA.- Lo podemos situar justo el día de la última colección de David Delfín en la Pasarela Cibeles, allí nos vimos y era cuando yo estaba dándole vueltas a quién podía hacer unos textos que tenía escritos en verso, (guardados desde tiempo de Mari Castaña, e incluso antes). Casualmente había pensado en ella y justo me la encontré en el desfile de David Delfín. Así fue.
P.- ¿La Terremoto viene de Palma, pero es de Alcorcón?
TERREMOTO.- Soy de Alcorcón pero me crié en La Palma del Condado, en la provincia de Huelva, luego he estudiado en Bruselas, y acabé viviendo en Palma de Mallorca.
P.- ¿Qué hacía usted en Bruselas, tan lejos de Alcorcón?
TERREMOTO.- Estudiar Comercio Exterior? sí, sí, ¡fíjate lo que es la vida!, soy una experta en aduanas, aranceles y Derecho Internacional.
ANTONIA.- ¡Cualquiera diría que La Terremoto estudió Derecho Internacional!
TERREMOTO.- Eso es lo bueno, que la gente se sorprenda cada día con una cosita nueva. Nadie se lo imagina.
P.- Son ustedes mujeres de grandes secretos, ¿No trabajarán para el CNI?
ANTONIA.- Puede, (RISAS)
TERREMOTO.- Antonia es una agente secreta.
ANTONIA.- Me habéis pillado.
TERREMOTO.- A mí me encantaría ser una mata-hari. ¡Uy qué vida tan interesante!
P.- ¿Hacen arte para pocos, para unos elegidos?
ANTONIA.- Lo más inteligente es expandirte a cuánta más gente, mejor. Lo que pasa es que el tipo de teatro que hago no es para todos los públicos? todavía hay mucha gente que no me conoce.
P.- ¿Se le conoce más por haber sido ?La Agrado?, en ?Todo sobre mi madre??
ANTONIA.- Aquello capitalizó todo, recogió todo lo que había hecho hasta la fecha. Todo el teatro de la Universidad que hice, todo el teatro clásico que interpreté y todo el café teatro que pude haber hecho. Almodóvar aprovechó eso de mí y en contrapartida me dio la internacionalidad. Ese capital que me dio lo he multiplicado, es como si mis padres me hubieran dejado una herencia y yo la hubiera repartido en plazo fijo, una póliza, un local y en un negocio. Así me convertí en una inmobiliaria del arte.
P.- ¿Para todo eso le dio una película con Almodóvar?
ANTONIA.- Le saqué partido igual que pasa en la cocina cuando no tienes más que un plátano, un huevo y arroz? y haces un estupendo arroz a la cubana.
P.- ¿En este trabajo no tienen malos rollos?
TERREMOTO.- ¡Nunca!, al revés; he aprendido de Antonia a hacer un trabajo de mesa, (yo estaba más acostumbrada a la improvisación del momento), en cambio con ella he aprendido a sentarme, estudiar, y a crear el espectáculo que íbamos a crear para este escenario de Madrid.
P.- ¿Tienen confianza plena la una en la otra?
TERREMOTO.- En esas sentadas a estudiar nos hemos contado nuestras vidas, por eso yo doy un ciento veinte por ciento en el escenario. Todo es gracias a esa confianza que hemos sabido crear.
P.- ¿Para quién está dirigida y pensada esta función?
ANTONIA.- Una novela, o una obra de teatro, no se hace para nadie. Cuando una obra se hace para nadie es para todos.
P.- ¿Y si la vida tuviera un guión tan trabajado como el suyo?
TERREMOTO.- ¡Si la vida tuviera un guión escrito la gente iría de cabeza a leer el final!, entonces no tendría sentido.
P.- ¿No sería interesante leer un par de páginas por delante?
TERREMOTO.- A mí no me interesan los finales, prefiero disfrutar del proceso. Es mucho mejor y más interesante.
ANTONIA.- Con cierto grado de angustia hay que vivir para que la vida tenga aliciente.
P.- ¿Hay que trabajar mucho para que luego lo improvisado salga bien?
ANTONIA.- Hay que trabajar mucho para que luego la gente crea que lo estás improvisando justo en ese momento que lo están viendo. Lo que uno tiene que hacer es trabajar para que luego parezca un producto fresco e improvisado.
P.- ¿El público, como el cliente, siempre tiene la razón?
ANTONIA.- No creo que el público siempre tenga la razón. Hay una vena populista que lleva a pensar que nunca se equivoca, (y lo hace hasta cuando vota), pero a veces hay un público maravilloso y en otras ocasiones te las tienes que tragar dobladas cuando estás en el escenario. A veces le suena el móvil y le vuelve a sonar a pesar de que le hayas perdido que lo apague. Pero es verdad que hay un afán loco por quedar bien, esa es la epidemia del siglo XXI, (aún jodiendo al otro).
P.- ¿Son ustedes la vanguardia de la vanguardia?, ¿Lo más de lo más?
ANTONIA.- ¡Si las vanguardias de murieron en los setenta!, ojo con este comentario.
TERREMOTO.- Somos un símbolo de la contracultura. En Italia nos han calificado como artistas irresponsables.
P.- ¿Se tienen por iconos del arte irresponsable?
TERREMOTO.- Yo la verdad es que tengo cuerpo de cono, más que de icono.
P.- ¿Y Antonia es icono con eñe?
ANTONIA.- ¿Un icoño?, yo creo que no. No somos bandera de nada, y eso a veces ofende a ciertos sectores, pero me da igual. Hay personas que quieren usarte como icono de sus movimientos pero yo no quiero.
P.- ¿Se refiere a la causa gay?
ANTONIA.- No necesariamente. No creo que deba haber sindicatos para defender la homosexualidad, los sindicatos deben ser para la defensa de los derechos del trabajo, no para la sexualidad. Uno se mete en la cama con quién le da la gana. Y expuestos a que le agredan estamos todos: gordos, flacos, feos, guapos, pijos, macarras. Todo el mundo arremete con todo el mundo.
P.- ¿Hacen un teatro amable o de implicación con el público?
TERREMOTO.- El mío es muy amable, es un montaje que tiene momentos lorquianos, también de Valle Inclán, de Ópera, y de la revista más rancia del mundo, de cabaret? muy completo.
P.- ¿Todo arte no debe tener un punto de provocación?
ANTONIA.- Lo que yo hago sí lo tiene. Yo soy provocadora con las palabras, a través de un personaje que ve la televisión saca la doble moral de las noticias. A lo mejor no se dice un coño en horario infantil pero sí emiten programas que destrozan la vida de cualquiera. Me refiero a esa gente que persiguen con las cámaras todo el rato por la calle y luego lo emiten en horario para todos los públicos como si fuera algo normal.
P.- ¿A qué tienen miedo?
ANTONIA.- Al teatro público que nos quiere barrer. Evidentemente es una competencia desleal que se hace con dinero de todos. El teatro público es una manera de controlar la ideología porque se eligen los textos que hagan poco pensar al público y que no se metan con el poder establecido.
P.- ¿Les gusta más un teatro, y una vida, sin controlar?
TERREMOTO.- Yo no me he controlado jamás, ¡a mí sólo me controla Hacienda y porque no hay más remedio!, que si no?
ANTONIA.- Terremoto: es evidente que hay que vivir con un cierto límite de censura.
P.- ¿No es muy duro admitir eso?
ANTONIA.- Pero es que es así, primero porque no existe la libertad de expresión. Yo puedo decir lo que quiera pero alguien se puede encargar de vetarme. Hay que tener en cuenta que vivimos en sociedad, hay que vivir con cierto grado de límites en la expresión.
P.- ¿Es aquello de que con la hipocresía se llega más lejos?
TERREMOTO.- Mucho más lejos, hay que ser hipócrita cien por cien, por eso nos inventamos los trabajos, nos inventamos la vida, y por eso inventamos personajes.
ANTONIA.- Yo prefiero la hipocresía con las buenas formas que el nepotismo. A veces estás con alguien que sabes que te va a negar una ayuda pero te lo dice con formas exquisitas. Sabes que no te va a ayudar en nada pero el trato es muy correcto, y lo agradezco.
TERREMOTO.- Pues no, yo prefiero que me digan que no y que me pongan mala cara a que mareen la perdiz. Soy mucho más directa que Antonia.
P.- ¿Ustedes hacen ?arte y desmayo??
ANTONIA.- Mi espectáculo es terapéutico, hay muchas partes que la gente agradece cuando luego las pueden analizar. Me refiero a reflexiones que hago sobre la mujer, la familia, el sexo o la Iglesia. Aunque no estén de acuerdo conmigo me consta que les puedo haber abierto otro canal de otro pensamiento. Y que luego maduren esas ideas, las acepten o las rechacen.
P.- Póngame un ejemplo más concreto, por favor.
ANTONIA.- Pues decir que la familia tradicional es algo decadente y que no se sostiene, pero lo digo ante una señora tradicional en el patio de butacas a la que le explico que las tradiciones llevan al machismo. O puedo decir que una sociedad laica es menos machista. Y esa señora reflexiona luego sobre lo que ha podido escuchar en el espectáculo.
P.- ¿Ese es el papel de La Terremoto?
TERREMOTO.- Yo me ocupo más de la superficie, de un humor que es más banal. Por supuesto que llega de igual forma.
P.- ¿Es otro estilo de agitar la vida?, más a lo Terremoto.
TERREMOTO.- Por ejemplo cuando hago parodia de un video de Madona en el que está estupenda pero detrás hay diez kilos de bótox, horas de gimnasio y un dietista que te dice lo que debes comer. Pero no todas las señoras de la edad de Madona están como ella porque luego tienen que ocuparse de sus trabajos y además de su casa. No todas somos Madona. Yo demuestro cómo te sientes cuando terminas el video y tienes que ir a tu casa a poner la lavadora.
P.- ¿La Terremoto se levanta de la cama así, supongo? Igual de arreglada que sale en escena.
TERREMOTO.- Sí, sí, tal cuál. Yo soy como Joan Collins en ?Dinastía?: me levanto peinada, maquillada, y con esta expresión tan angelical.
P.- Hacen el papel del bufón, ¿son los que cuentan la verdad?
ANTONIA.- La verdad también está cargada de ideología. Yo cuento mi verdad, mi análisis de una situación. En el escenario cuento que hay mucha hipocresía con la mujer, por ejemplo cuando entrevistan a una gran profesional pero buscan que diga que se realizó cuando fue madre. ¡Qué paradoja tan extraña que la mujer pida igualdad y luego caigan en el tópico!
P.- ¿Son grandes fans del psicoanálisis?
ANTONIA.- Yo creo que la gente es fan de Tintin, o de Mafalda. El psicoanálisis es otra cosa. En el siglo XX ocurrieron dos grandes cosas: el marxismo y el psicoanálisis, de lo primero ha hablado mucha gente pero de lo segundo muy pocos. El marxismo se aplicó pero el psicoanálisis pasó de puntillas por el siglo.
P.- Todos somos esclavos de nuestras contradicciones: ¿En qué son ustedes dos mujeres convencionales?
ANTONIA.- Es paradójico, hasta en las mismas cosas que digo que no son convencional, finalmente lo soy. Soy de mi casa, de mi rutina y de no trasnochar.
P.- ¿Es lo mismo que era su madre, a su edad?
ANTONIA.- Me he dado cuenta que soy como mi madre totalmente, por eso me ocupo de mis plantas, de mi pareja, soy monógoma?
P.- ¿Oiga, y no se aburre mucho?
ANTONIA.- Es que no me gusta salir de noche aunque parezca mentira.
TERREMOTO.- En eso somos completamente distintas, yo no soy nada convencional?
ANTONIA.- ¡Espera, espera, espera!, porque luego eres de tu familia? de tu hermano, de tu madre y de tu padre?
TERREMOTO.- Pero no me gusta estar en casa, no quiero tener un perro, me gusta vivir en las casas de los demás. Desde pequeña me ha gustado dormir en casa de los amigos.
ANTONIA.- ¡Qué va!, pero si luego eres muy de tu padre. Si estás todo el día queriendo traer una tortilla de tu padre para que la probemos en el teatro. Ella es más convencional de lo que dice.
P.- ¿En cambio Antonia San Juan es casera?
ANTONIA.- Yo soy distinta a La Terremoto, no hago una loa de la comida de mi madre, en absoluto. Cuando voy a Canarias me quedo en un hotel y no en casa de mi madre porque me gusta la independencia. No tengo un apego a la consanguinidad. Nunca he sido ni muy García, ni muy San Juan. Cuando han dicho eso me he reído bastante.
P.- ¿Pero sigue siendo mujer tradicional por otros motivos?
ANTONIA.- Sí estoy en pareja lo estoy con todas las consecuencias. Creo que la pareja es un proyecto de vida, no un morbo. Y que el amor también es un proyecto de vida muy serio y a tener en cuenta.
P.- ¿Se ha hecho de derechas de repente?
ANTONIA.- No tengo ideología. Hay gente de izquierdas que me parecen auténticos fachas y conozco gente de derechas que me parecen maravillosas y me tratan muy bien. He conocido gente de izquierdas que eran tan hipócritas como para controlar hasta los vecinos de chalet que tenían, (se compran el suyo y los dos de al lado para luego saber quién los va a habitar).
P.- ¿Cuál es el lado convencional de La Terremoto?
TERREMOTO.- Además de alabar la tortilla de mi padre, nunca pongo los tacones encima de la mesa y asumo la filosofía de la folklórica, (no se me ocurre vestir de amarillo, por ejemplo).
ANTONIA.- A esas cosas no le doy ningún valor. Cuando leí ?Tótem y Tabú? de Sigmund Freud, me di cuenta de que a los objetos no se les puede atribuir ninguna función extraordinaria. Los objetos no pueden tener ningún poder.
P.- ¿La Terremoto no ha leído a Freud?
TERREMOTO.- Nunca he leído a Freud y creo que de momento no me va a dar por ahí. Tengo muchas cosas que leer antes que a Freud, muchísimas.
P.- ¿Madrid es una ciudad divertida para trabajar?
ANTONIA.- Me gustaría que Madrid fuera una ciudad divertida si Esperanza Aguirre no estuviera. De Madrid me gusta todo menos Esperanza Aguirre.
P.- ¿Y esa animadversión de dónde surge?
ANTONIA.- Porque no me gusta nada cómo hace las cosas. Nunca la Comunidad de Madrid me ha ofrecido siquiera una gira por sus pueblos.
P.- ¿Si le hubiera dado una gira, hablaría mejor de Aguirre?
ANTONIA.- No lo digo como una venganza sino como lo siento. A los artistas también tienen que ayudarnos.
P.- ¿Cuándo pasa por la Puerta del Sol, ni mira el reloj?
ANTONIA.- ¡Mucho peor!, vivo en la Puerta del Sol así que imagínese si miro y escucho ese reloj que preside la Comunidad. Desde el balcón de mi casa puedo mirar la hora, y lo hago a menudo.
P.- Por lo tanto Esperanza Aguirre y usted, ¡son vecinas! Igual hasta tienden la ropa en la misma cuerda.
ANTONIA.- No creo que tanto.
TERREMOTO.- A mí me gustaría que en Madrid existieran aquellos conciertos del Parque de Atracciones a 140 pesetas, cuando podía ver a ?Hombres G?, a ?Loquillo?, a Carlos Mata.
ANTONIA.- Ahora existen los Veranos de la Villa que joden a los teatros privados porque ponen la función a tres euros. Con dinero público se paga a los artistas.
TERREMOTO.- ¿Pero la idea no es que la gente vaya al teatro?, pues de esa manera van.
ANTONIA.- Con dinero público yo lo hago de maravilla, no te digo.
P.- ¿La Terremoto tiene estampitas y capilla en el camerino?
TERREMOTO.- Por supuesto, siempre me acompaña La Virgen del Rocío y la Virgen del Valle, (que es la Virgen de mi pueblo). No les pongo velas porque la normativa anti incendios del teatro lo prohíbe. Estas tradiciones hay que mantenerlas, ¡si desaparecen quién las va a contar!
P.- ¿Qué es para ustedes un buen día?
ANTONIA.- Me encanta que sea de rutina: levantarme temprano, ir al gimnasio, preparar la comida, ir al teatro y luego volver para escribir y leer en mi casa.
TERREMOTO.- No soporto la rutina. Me da palo cuando veo a Antonia que a las nueve de la mañana ya ha ido al gimnasio y está trabajando, y entonces me llama cuando yo casi me acabo de acostar.
P.- ¿No se conoce que La Terremoto haya ido a un gimnasio?
TERREMOTO.- ¿Yo?, ¿A un gimnasio?, ¡ni muerta! ¿Qué hago allí?
P.- Correr en la cinta con tacones? complicado.
TERREMOTO.- Correr con tacones es difícil, sólo he visto las carreras con tacones que se hacen en las fiestas del Orgullo Gay, en el barrio Chueca. Y estoy super sana, llevo una alimentación maravillosa, aunque por supuesto estoy en baja forma porque Antonia me mata a trabajar. Me da unos tutes que para qué.
P.- ¿Su cuerpo es una exageración de lo superlativo?
TERREMOTO.- Mi cuerpo es excelente, es un cuerpo como el que han tenido las mujeres de toda la vida, lo que pasa es que ahora se llevan los cuerpos de gimnasio que nada tienen que ver con el mío.
P.- Con permiso: ¿Es usted ?mucha mujer??
TERREMOTO.- Soy una tiarrona, una tía muy grande. Soy una señora grande como las de toda la vida que ha habido en España. Se alaba el cuerpo de Leticia Casta pero enseguida aparece la anoréxica de turno, aquí parece que hay que tener una 38 y medir 1.90.
P.- ¿Sus formas son como para que la DGT ponga: ?peligro curva??
TERREMOTO.- ¡Justo, ahí le has dado!, el que se asome a la curva puede caer en el peligro.
Acaba la charla y viene la sesión de fotos. La Terremoto posa con hambre de cámara y disciplina de vedette incansable. Si hace falta levantar la pierna, lo hace mil veces. En definitiva es una mujer enorme, justa merecedora de aquel piropo que ganó el Concurso Mundial de Andamios y Obras Públicas: ?¡me gustaría ser mariachi para poder tocarte la cucaracha!?.
Luego, ambas abandonan el camerino porque es hora de ensayar y el trabajo en el teatro exige disciplina y horario. Van cada una metida en su papel, La Terremoto de folklórica atípica que se encomienda a sus vírgenes antes de pisar las tablas, y Antonia San Juan de analista de la realidad con o sin Freud, depende del monólogo. Las dos forman un dúo completo de arte y provocación que pocas veces se dan unidas. Sería algo parecido a ver torear en Las Ventas a un matador tradicional y luego escuchar la conferencia de un antitaurino. Es la provocación inteligente de un teatro que puede ser amable en sus formas pero que anda plagado de cargas de profundidad, el mensaje llegará más hondo en función de las ganas que se tengan de recibirlo. Entre canción y charla hay tanta diversidad como la unión de tradición y modernidad. Nunca hubo terremoto sin sus consecuencias, ni mirada que fuera inocente. Ellas lo tienen muy claro, además a ?precios populares?.

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La vida en una casa cuartel

mayo 18th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Las imágenes del cuartel de Legutiano destrozado, reventado por una bomba de ETA, nos llevó inmediatamente a aquella otra madrugada en la casa cuartel de Zaragoza. Es evidente que ETA no ha cambiado de actitud y también que la lucha contra el terror continúa, pero lo que muestran los hierros retorcidos de Legutiano es que para luchar contra la banda hay unos españoles que arriesgan más que otros. No es de recibo que la Guardia Civil tenga que vivir en reductos de ínfimas condiciones de seguridad y que representan un objetivo goloso para los etarras. Aquí falla algo: si las fuerzas de seguridad se ven obligadas a recluirse en ghettos, entonces algo hacemos mal. A partir de Legutiano todas las familias que viven en las distintas casas cuartel de Euskadi saben que sus noches han dejado de ser tranquilas. A la tensión laboral de los miembros de la Guardia Civil hay que añadir el estrés que supone estar pendientes de lo que les pueda ocurrir a sus hijos.
Hasta que se logre el fin de la banda y que éstos entreguen sus armas, lo que no hemos solucionado es la vida en las casas cuartel. Muchas de ellas carecen de las mínimas condiciones de habitabilidad y recuerdan a aquellas otras del pasado en las que para obtener agua había que acudir al pozo para tirar de la soga. Las casas cuartel son lo mismo que los fuertes de las películas del oeste, ¿alguien tendría por aceptable que los soldados estadounidenses vivieran en ?Fort Apache? en el oeste de su nación? Pues aquí damos por bueno que familias enteras tengan que hacer sus vidas entre alambres y vallas de seguridad. Y que los niños pequeños jueguen en bicicleta sin salir del patio.
El lehendakari, ese señor que habla de amaneceres tristes pero que tan poco contribuye a que llegue la paz, no ha puesto un puñetero pie en su vida en una casa cuartel. Y, no estaría mal que también preguntara por las condiciones de unas personas que trabajan en Euskadi y se dejan la piel por la libertad del pueblo vasco.
Me gustaría que los guardias civiles pudieran vivir en los pueblos en los que trabajaban y que sus hijos jugaran en la calle, libres, sin nada que temer. Pero mientras subsistan con un sueldo rácano y tengan que suplir los medios con la imaginación, seguirán recluidos en los conventos de la orden del tricornio. Esas casas son una infamia en el siglo XXI, algo que convive mal con la progresía de un Ministerio de la Vivienda. Si la Ministra se diera una vuelta por las casas de los guardias, se vería obligada a clausurarlas, bien por la seguridad o bien por la vergüenza de ver cómo unos españoles se esconden y se agrupan bajo el miedo.

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Hermano marciano

mayo 15th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Esta vez El Vaticano ha decidido que no pierde la batalla de Galileo. No quieren que otro cardenal Bellarmino les chafe su peculiar ?Guerra de las Galaxias?, por eso el astrónomo jefe admite que podemos tener hermanos extraterrestres. Es hermoso comprobar que en El Vaticano tienen a un jesuita cuya misión consiste en mirar a la ?lejosfera? a través de un telescopio que es un ojo aumentativo de cíclope cotilla. Es un hombre que cada amanecer redacta el mismo parte: ?de momento, sin novedad en las estrellas?; un centinela perpetuo. El padre José Gabriel Funes admite que puede existir vida en otros planetas y apunta a la posibilidad de que sean evangelizados como se hizo en América en nombre de la reina católica Isabel.
El espacio es un lugar abierto, se supone que infinito, pero no tan solitario porque nos rodean cien mil millones de galaxias y billones de estrellas. Así que por puro cálculo de probabilidad algún marciano debe existir, por pequeño, verde y feo que éste sea. Y, si son inteligentes, evitarán que los descubramos aplicando una inteligencia superior. Un marciano que tenga datos del calentamiento global de la tierra, de cómo explotamos los recursos, de cómo matamos de hambre a nuestros semejantes y de cómo circula la ira por aquí; jamás osaría pisar la tierra. En cambio a los terráqueos nos han interesado siempre las historias de marcianos, un poco por leer a Julio Verne y un mucho por ese afán por colonizar nuevos espacios. Si el padre Funes quiere hacer un favor a los hermanos marcianos, debería enviarles señales con un heliógrafo para que se escondan todo lo que puedan, o en otro caso les engañaremos con unas cuentas brillantes para que se queden con nuestros residuos nucleares y un montón de ruedas de coche usadas.
Funes no sabe las consecuencias políticas de sus palabras, porque una cosa es que El Vaticano quiera bautizar marcianos, (algo muy beneficioso para la salvación de sus almas), y otra que a Zapatero le interese crear un Ministerio de Cooperación Sideral. Ya puede ir aprendiendo Leire Pajín a navegar en cohete; no habría otra causa de mayor felicidad para nuestro presidente que potenciar una gran alianza de civilizaciones extraterrestres y crear unas ponencias con traductores simultáneos. Incluso podría ser un proyecto que José Blanco trabajara en secreto ahora que los del PP no dan mucha guerra. Como posible Ministro de Cooperación Sideral se perfila Bernat Soria que, tras ingerir unas cucharadas de aceite de girasol, ha permutado su imagen por la del humano más marciano que se conoce. Quién sabe si en la ?lejosfera? habrá otros empresarios del negocio chufero que quieran posar con Fernández de la Vega. Para los planes de Zapatero la tierra se queda pequeña, así que no descartemos enviar una misión tripulada con díscolos. Se le afilan un poco las orejas a Caldera y ya tenemos nuestro peculiar ?Star Trek?. Si nos damos prisa hasta pueden votar en las municipales.

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Asalto a la verja en Génova

mayo 12th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

En la sede del PP viven su particular jornada rociera. En cuanto Rajoy se da la vuelta, los demás intentan saltar la valla tal y como hacen en la pequeña aldea de Almonte, en Huelva. Parte es por tradición y parte por querencia al rito. Este año los que asaltan a la ?sin pecado? son más que en otras ocasiones; la verja que separa al dogma del PP de sus militantes críticos está más poblada que un cable de la luz en tarde de golondrinas, (pero todo cable lleva alta tensión y puede acabar chamuscando a las golondrinas hasta provocar un hedor a pajarito frito. Todo depende del grado de enfado que tenga Rajoy).

Al líder del PP se le atragantan los lunes. La semana pasada le dio el desayuno Ángel Acebes y este lunes San Gil ha decidido romper peras con una línea ideológica que no comparte. Lo de menos son las críticas internas del partido, lo de más es la imagen de volantazo y tentetieso que ofrece el principal partido de la oposición, privado de cualquier capacidad de maniobra y de labor de contrapeso del poder.

Rajoy vive en un pasmo y en una fantasmagoría de la que saldrá cuando la realidad le grite más alto, (más claro no puede ser). Y, mientras, la militancia se le subleva y los altos cargos le cuestionan. Aguirre, otra vez.

Empezó siendo gotera pero esta raja en el techo y esa forma de caer agua no parecen nada bueno. Este monumental ruido parte, curiosamente, de los silencios de Rajoy.
La romería se ha cobrado tantos descalabrados que habrá que cambiar el formato: los que quieran tocar a la ?sin pecado?, que pidan turno y se les atenderá. De otra forma no se sostiene este acoso popular, romero y tan cargado de fe.

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La impunidad uniformada del ?sherif? Jiménez

mayo 12th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Decía un personaje de la película ?Uno de los nuestros? que desde pequeño había querido ser mafioso porque se dio cuenta de que eran ellos los únicos que podían aparcar el coche en la puerta de casa. Algo parecido debieron pensar los de la banda de Coslada, (amparados en su doble militancia de agentes del orden público y agentes de la extorsión impúdica). Parece que a ellos también les molaba que les pusieran el cubata en la barra del puticlub cuando cruzaban la puerta con ese caminar que sólo se aprende después de haber visto muchas películas del gánsters. Hombres de inmaculado expediente administrativo que presuntamente han llevado una contabilidad B en sus vidas: por un lado darían clases de educación vial a los niños en las escuelas, ayudarían a las ancianitas a cruzar la calle, pero también dominaban el negocio marginal con la telaraña de una mafia. Unos ángeles custodios que dormían en el cielo pero trabajaban unas horas para el diablo; no se puede ser impune eternamente.
El presunto cabecilla es el jefe de la policía de Coslada, Ginés Jiménez, un hombre que pasó por la Facultad de Ciencia de la Información y que tenía vocación de tertuliano perpetuo a tenor de sus apariciones televisivas. Ahora que les han detenido, en Coslada aparecen muchos vecinos y comerciantes diciendo que ya lo sabían, pero si no es por el valor que le han echado unas rumanas, el ?sherif? se hubiera jubilado como el protector de los alternes del corredor del Henares. En su defensa dirá que tenía una vocación altruista de visitante de ilegales, casi una obra de caridad con los marginales de la sociedad. Hasta podría pedir una medalla de la Comunidad por su dedicación a la noble tarea de ocuparse de los demás, (en beneficio propio).
Coslada ofrece una imagen de ?Coslada City? que dice muy poco de su Ayuntamiento. La rueda de prensa ofrecida por el alcalde y el concejal responsable de seguridad fue la repanocha en colorines. Que lleven apenas un año en el cargo no les exime de un cierto grado de conocimiento de lo que hacen sus funcionarios. Memorable cuando el concejal de seguridad, Antonio Murillo, se refirió a las Bescam como las ?West-cam?, (sic), con un par. Como si la policía autonómica madrileña se formara en West Point; un lío que sólo se justifica si relacionáramos lo ocurrido en su municipio con el cine del oeste. Murillo debe pensar que el Ayuntamiento es ?Fort Apache? y que el general Custer en persona es el único que puede solucionar el asedio a preguntas al que fue sometido en su penosa comparecencia pública. Demasiado chusco como para ser cierto, pero es verdad.
Ignoro cuántos de los detenidos serán finalmente castigados por la Justicia, pero de este ?marbelleo-malayo? no se libra Coslada en unos cuantos meses.

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La conspiración de mayo del 68

mayo 11th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Hay que hacer un acto de reivindicación nacional de la mesa de camilla, hoy tan en desuso por culpa de las revistas de decoración que se ponen estupendas y de diseño postmoderno. Aquella mesa de camilla que ni siquiera aparecía en el decorado de ?Cuéntame?, (sería el punto progre de la serie), ha sido siempre el centro de poder de la familia media española. Y en una mesa de camilla en El Pardo se urdió la conspiración del ?La, la, lá?. Podemos imaginar a doña Carmen siguiendo atenta las votaciones de Eurovisión, año tras año, y padeciendo humillación tras humillación porque nunca ?LŽEspagne deux points?. Hasta que un día se enfadó y despertó al dictador del letargo: ?¡Paco, que nos ganan siempre. Hay que hacer algo?.
Y ese algo fue enviar maletines a los jurados de Eurovisión por el mismo canal que ahora enviamos maletines a los secuestradores de barcos. Una maniobra que debía asegurar el triunfo de Massiel tal y como cuenta la historia. Aquel jurado no debía ser muy difícil de sobornar porque gente dócil ante el maletín siempre ha habido. Pensemos que toda la maniobra se urdió en una mesa de camilla con faldas y riguroso tapete de hule bajo el cuál se apilaban las fotos de la familia; en el caso de los Franco serían instantáneas de caza, pesca y jornadas familiares, trufadas con estampitas de santos. Una mesa de camilla que andará por uno de los sótanos de El Pardo pero que debería ser objeto de exposición para que los españoles tuviéramos idea de cómo fue el verdadero centro de poder español durante cuarenta años.
Podríamos pensar que también hubo otra mesa de camilla en la Casa Blanca donde se hizo la apuesta definitiva por llegar a la Luna; es posible. Eran los años en los que la Unión Soviética amenazaba con hacerse con el espacio exterior y sembrar de comunismo a los marcianos. Pero nosotros elegimos ser portada de periódico sobornando a Europa en los años en los que no pintábamos nada, y todo para ganar un concurso que ha sido otra de nuestras frustraciones nacionales junto con la selección nacional de fútbol. Los hechos dan la razón a esta teoría conspirativa porque nunca más, salvo el empate de Salomé, volvimos a levantar los brazos en Eurovisión. Algo que estaría en línea con Jose Luís Uribarri que se hartó de denunciar compadreos entre distintos países.
Así que para ganar, de nuevo ese concurso tan casposo y tan de medio pelo, nos haría falta que a Sonsoles le interesara y que en Moncloa tuvieran otra mesa de camilla con fotos entrañables. De tal forma que ella dijera: ?¡Jose Luis, que no ganamos nunca!?. Y, entonces, el servicio español de maletines y pagos a terceros lograría el milagro del ?Chikilicuatre?. Esa sería la gran Operación Triunfo.

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El móvil de Rajoy

mayo 8th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Nada es casual, por eso cuando Rajoy más se empeña en no abandonar la meditación en el desierto, Zaplana encuentra una salida en Telefónica que es empresa de plena cobertura. La caldera de Génova 13 es tan intensa que Acebes se está pensando aceptar el puesto de speaker del Bernabéu que le ha ofrecido Ramón Calderón, (hablará cada quince días pero le escuchará todo el mundo y podrá hacerlo sin límite de adjetivos). Siempre se ha dicho que al PP le fallaban las comunicaciones quizá por eso muchos buscan una empresa de telefonía que les ampare. A ser posible que sea una empresa de móviles porque están hartos de vivir atados a un cable anclado a la pared.
Mientras, José Blanco admite que su partido vive en un spa de relax. El PSOE esperaba a que los diputados del PP les hicieran el pasillo en la primera sesión de control, pero cada vez que Rajoy los pone firmes en la puerta, se le va alguno de la fila. Un ensayo fallido tras otro hasta caer en la melancolía de la autoridad cuestionada. Y así no hay quién haga política, ni quién rinda honores con cierta presencia. Rajoy, un tanto aturdido por el silencio del desierto en sus oídos, le ha comprado el argumentario al enemigo y pide ?tranquilidad? en los momentos difíciles. Solbes estará encantado porque ya ha conseguido que el líder de la oposición asuma los principios de la política por hipnosis, aquello de mira a mis ojos y no temas. El concepto clave es la confianza ciega: si crees en mi llegarás al reino de los cielos y a pagar la hipoteca que está igual de lejos para el español medio que no sea Taguas, (ese hombre que nada más dejar Moncloa empezó la casa por el tejado). Pero basar la política en actos de fe es algo muy arriesgado en tiempos de escasez de vocaciones; en economía el español está por meter los dedos en la llaga del Euribor y en política no parece que pedir calma sea lo más adecuado cuando ya se escuchan carreras por los pasillos. En el PP se practica la política del corrillo donde el personal se desahoga con libertad y comentan las últimas jugadas como si hablaran de la Liga de la Gaviota. Nunca antes se había dado el caso de tanta gente que sale a fumar, incluso fuman los que no les gusta el tabaco. Cuando se habla entre pitillos es porque ha regresado el tiempo de la trinchera. Y por debajo de las puertas de los despachos se escapan hasta las metáforas más perversas, de ahí que alguien tan comedido como Gustavo de Arístegui haya hablado de un ?chikilicuatre? en las listas. A estas alturas sólo hay en España dos personas que parecen ignorar su destino: Frank Rijkaard y Mariano Rajoy.
Blanco habla de Rajoy como el Llanero Solitario, lo cuál da una idea del tipo de series de televisión que le gustan a Blanco, pero no va mal encaminado. Lo cierto es que, hoy, la única manera que tiene Mariano Rajoy de volver a casa con un triunfo es coger una bufanda, echarse a la calle y caminar hasta La Cibeles para confundirse con los hinchas del Real Madrid. Eso y no perder la esperanza.

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Franco en colorines

mayo 7th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

¡Dios santo, Massiel opina!, con este lío de Eurovisión acabaremos viento a Massiel en ?tengo una pregunta para usted?, y a Iñigo reconociendo sus trienos en el CNI. Todo un disparate cantado.

En la trama aparecen Franco, Adolfo Suárez y Juan José Rosón. Sólo falta el obispo de la Seu D? Urgell que seguro algo oculta. Argumento perfecto para hacer una película de bajo coste y de muchas risas. Al final, a aquel señor bajito y de voz funesta, lo que más le importaba es que España ganara Eurovisión. Y todo porque, (seguro), doña Carmen le daba la tabarra cuando se sentaban a cenar en la mesa de camilla: ?¡Paco que nos ganan!?, ?¡Paco que no puede ser!?, ?¡Paco!? otra vez guayomuní deux puants et rien pour lŽEspagne?. Hasta que agotó la paciencia del dictador y enviaron maletines por Europa.

España, entonces, no tendría ni para tabaco pero si hacía falta sobornar, se sobornaba. Lo cuál da idea de que el español las pasaría canutas, pero en el jurado de Eurovisión pasaban más hambre que en un asilo. Lo cuál debe ser cierto porque entre Miss España y Eurovisión algunos se han construido unos ?chaletes? de gran nivel.

Superado el trance ya sólo nos queda esperar a que Sonsoles le diga a Jose Luis que esto no puede ser, ?otra vez truas points por lŽItalie?. Y, entonces, Zapatero se levante para decir a Moratinos que saque las maletas de las grandes ocasiones. ¿No hemos pagado a unos piratas?, pues al menos pagar porque gane Chikilucuatre tiene más gracia. Y que se cabree Carod.

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Una noche en blanco y polispán

mayo 5th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Que Berlanga haya dejado de hacer cine no significa que no falten argumentos. Con permiso de Luís Escobar, (que en gloria esté), la celebración de la Liga del Real Madrid era el ensayo de ?La Escopeta Nacional IV?. Desde los romanos a este siglo todos los triunfos se han festejado con un punto hortera, éste no iba a ser menos. De ahí las bocinas de gas, La Castellana cortada y un ?Rocío de gente? a pie. Padres de familia que se habrían metido en la cama a las diez, después de la tradicional cena de tortilla francesa y loncha de jamón york que tanto ha hecho por la dieta dominical del español. Alguno de ellos ejemplares vecinos que pierden el ?oremus? de tal manera que aparecen en televisión como auténticos homínidos en pleno orgasmo deportivo. Ellos, sí, los que han pisoteado las flores y han trastocado el material urbano hasta dejarlo hecho un solar. Su locura la pagaron los tulipanes.
No es la subida del IPC, ni la del Euribor, lo que saca a los madrileños a las calles. Mucho menos una respuesta a la invasión de las tropas de Murat. Doscientos años después el pueblo se echa a la calle para cantar el alirón-chimpón de un equipo de fútbol, (de levantar la cabeza el teniente Ruiz, la volvería a meter en la urna de la Plaza de la Lealtad). Y de aquella noche esta resaca de lunes de triunfo y de sacar pecho en el bar, sin importarles quién pagará la limpieza de sus desmanes.
Si por el entusiasmo popular fuera el autobús del Real Madrid habría sido llevado en volandas, igual que un paso de semana santa con Dolorosa. Y el timón del vehículo, (poco parece el volante para la ocasión), guiado por el brazo incorrupto de la santa de Ávila. Raúl bajo palio. Curas, sotanas, monaguillos, repique de campanas y todo para configurar un cuadro más barroco que el de la coronación de Napoleón por el Papa Pío VII en Notre Dame. Y ya puestos unas jornadas de aministía fiscal para que el pueblo llano experimente la satisfacción que conocen los Albertos.
Nos hemos pasado, efectivamente. Se trata de la celebración de un equipo de fútbol, nada más, que ya tiene un estadio para el desparrame sin necesidad de cortar la ciudad y desbordar a La Cibeles con testosterona guerrillera. Por igual motivo nadie podrá evitar que los alumnos de una academia de bachillerato a distancia, no corten el lateral de La Castellana después de los exámenes de junio. Superar el logaritmo neperiano, a los veinticinco años, debe estar premiado tanto como ganar la Liga.
La Cibeles, superviviente de los fanfarrones y de la Guerra Civíl, no tiene por qué aguantar este carrusel de lo hortera, tan demoledor y de vergüenza ajena. Hacen unas reproducciones de polispán estupendas y caben en el Bernabéu.

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Una noche en blanco y de polispán

mayo 5th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Que Berlanga haya dejado de hacer cine no significa que no falten argumentos. Con permiso de Luis Escobar (que en gloria esté), la celebración de la Liga del Real Madrid era el ensayo de La Escopeta Nacional IV. Desde los romanos a este siglo, todos los triunfos se han festejado con un punto hortera; éste no iba a ser menos. De ahí las bocinas de gas, La Castellana cortada y un rocío de gente a pie. Padres de familia que se habrían metido en la cama a las diez, después de la tradicional cena de tortilla francesa y loncha de jamón de york que tanto ha hecho por la dieta dominical del español. Alguno de ellos ejemplares vecinos que pierden el oremus de tal manera que aparecen en televisión como auténticos homínidos en pleno orgasmo deportivo. Ellos, sí, los que han pisoteado las flores y han trastocado el material urbano hasta dejarlo hecho un solar. Su locura la pagaron los tulipanes.
No es la subida del IPC, ni la del Euribor, lo que saca a los madrileños a las calles. Mucho menos una respuesta a la invasión de las tropas de Murat. Doscientos años después, el pueblo se echa a la calle para cantar el alirón-chimpón de un equipo de fútbol (de levantar la cabeza el teniente Ruiz, la volvería a meter en la urna de la Plaza de la Lealtad). Y de aquella noche esta resaca de lunes de triunfo y de sacar pecho en el bar, sin importarles quién pagará la limpieza de sus desmanes. Si por el entusiasmo popular fuera el autobús del Real Madrid habría sido llevado en volandas, igual que un paso de Semana Santa con Dolorosa. Y el timón del vehículo, (poco parece el volante para la ocasión), guiado por el brazo incorrupto de la Santa de Avila. Raúl bajo palio. Curas, sotanas, monaguillos, repique de campanas y todo para configurar un cuadro más barroco que el de la coronación de Napoleón por el Papa Pío VII en Notre Dame. Y ya puestos unas jornadas de amnistía fiscal para que el pueblo llano experimente la satisfacción que conocen los Albertos.

No hemos pasado, efectivamente. Se trata de la celebración de un equipo de fútbol, nada más, que ya tiene un estadio para el desparrame sin necesidad de cortar la ciudad y desbordar a La Cibeles con testosterona guerrillera. Por igual motivo nadie podrá evitar que los alumnos de una academia de bachillerato a distancia, no corten el lateral de La Castellana después de los exámenes de junio. Superar el logaritmo neperiano, a los veinticinco años, debe estar premiado tanto como ganar la Liga. La Cibeles, superviviente de los fanfarrones y de la Guerra Civil, no tiene porqué aguantar este carrusel de lo hortera, tan demoledor y de vergüenza ajena. Hacen unas reproducciones de polispán estupendas y caben en el Bernabéu.

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