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La novia

julio 25th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Probablemente la lectura de Adam Smith le produciría urticaria a Maialen Zuazo, la novia de Arkaitz Goikoetxea, (el amo del Comando Vizcaya), sobre todo cuando se refería a la división del trabajo como motor de la productividad. La pareja era muy liberal para la causa de ETA; él organizaba los atentados, ella le echaba una mano por la noche, los perpetraban juntos, y luego la chica se iba a trabajar a ETB donde ejercía de ayudante de realización. Maialen trabajaba en informativos y es muy probable que editara las imágenes con las que se ilustró el atentado a la casa cuartel de Legutiano. Hiena de noche, inocente informadora de día. Hay que tener el ombligo reforzado con una chapa de cromoniquel-molibdeno para manejar las imágenes de una matanza que has ayudado a construir, sin que el estómago se tumbe hacia la lógica arcada inmediata. Maialen al ser preguntada por las ?hazañas? de Arkaitz podrá responder, como en aquel anuncio de caramelos: ?¡las cosas que tiene mi novio!?, y mostrar su inocencia en razón del puesto sentimental que ocupa, es aquello de los trapos ensangrentados se lavan en casa. Más que una miembro ?legal? de la banda, (puesto que no estaba fichada), era una ?liberal? que distinguía el crimen de la información y sabía comportarse en ambos escenarios sin desentonar. A poco que uno haya leído historias de criminales en serie notará que son gente de pulsaciones lentas, alterarse o tener ataques de ira no son compatibles con su negocio. Uno puede colarse en un supermercado delante de un sicópata de ETA, e incluso obtener su ayuda en caso de ser una ancianita que desea cruzar la acera, y ellos no emitirán gruñido alguno; saben cómo distinguir la vida corriente de la acción criminal. Es fácil pensar en Maialen visionando desde su puesto de trabajo las imágenes de la explosión de Legutiano con exquisita frialdad de forense rumano. Es posible que las burbujas del champán le subieran por la nariz en un reflujo gástrico que le provocara cosquillas en la nariz. Hasta que la policía no encontró sus huellas digitales en un coche no se ha podido confirmar su condición de ?novia de la muerte?; una categoría ganada a base de goma dos y de complicidad con su pareja. Maialen y Arkaitz están unidos por la pólvora y hasta que una sentencia judicial los separe en prisiones alejadas. Pero entre ellos hay un juramento como el que viene en la letra del bolero de Álvaro Carrillo, y como tal no se les olvida la relación que mantienen y que les da la vida aunque a otros le cueste su muerte. Condición de novia es ser cómplice de su pareja y aceptar algunas cosas con más entusiasmo que otras. También saber perdonar los defectos del contrario, e incluso aceptarlos como beneficios propios. Tan intoxicada está que nunca le preguntó por aquellas manchas rojas en las camisas, ni por qué cogía la pistola cuando sonaba la puerta; lo achacaría a un exceso de trabajo de Arkaitz. Y luego un beso para olvidar la jornada laboral: un beso tornillo, un beso metralla.

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La novia

julio 25th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Probablemente la lectura de Adam Smith le produciría urticaria a Maialen Zuazo, la novia de Arkaitz Goikoetxea, (el amo del Comando Vizcaya), sobre todo cuando se refería a la división del trabajo como motor de la productividad. La pareja era muy liberal para la causa de ETA; él organizaba los atentados, ella le echaba una mano por la noche, los perpetraban juntos, y luego la chica se iba a trabajar a ETB donde ejercía de ayudante de realización. Maialen trabajaba en informativos y es muy probable que editara las imágenes con las que se ilustró el atentado a la casa cuartel de Legutiano. Hiena de noche, inocente informadora de día.
Hay que tener el ombligo reforzado con una chapa de cromoniquel-molibdeno para manejar las imágenes de una matanza que has ayudado a construir, sin que el estómago se tumbe hacia la lógica arcada inmediata. Maialen al ser preguntada por las ?hazañas? de Arkaitz podrá responder, como en aquel anuncio de caramelos: ?¡las cosas que tiene mi novio!?, y mostrar su inocencia en razón del puesto sentimental que ocupa, es aquello de los trapos ensangrentados se lavan en casa. Más que una miembro ?legal? de la banda, (puesto que no estaba fichada), era una ?liberal? que distinguía el crimen de la información y sabía comportarse en ambos escenarios sin desentonar. A poco que uno haya leído historias de criminales en serie notará que son gente de pulsaciones lentas, alterarse o tener ataques de ira no son compatibles con su negocio. Uno puede colarse en un supermercado delante de un sicópata de ETA, e incluso obtener su ayuda en caso de ser una ancianita que desea cruzar la acera, y ellos no emitirán gruñido alguno; saben cómo distinguir la vida corriente de la acción criminal.
Es fácil pensar en Maialen visionando desde su puesto de trabajo las imágenes de la explosión de Legutiano con exquisita frialdad de forense rumano. Es posible que las burbujas del champán le subieran por la nariz en un reflujo gástrico que le provocara cosquillas en la nariz. Hasta que la policía no encontró sus huellas digitales en un coche no se ha podido confirmar su condición de ?novia de la muerte?; una categoría ganada a base de goma dos y de complicidad con su pareja. Maialen y Arkaitz están unidos por la pólvora y hasta que una sentencia judicial los separe en prisiones alejadas. Pero entre ellos hay un juramento como el que viene en la letra del bolero de Álvaro Carrillo, y como tal no se les olvida la relación que mantienen y que les da la vida aunque a otros le cueste su muerte.
Condición de novia es ser cómplice de su pareja y aceptar algunas cosas con más entusiasmo que otras. También saber perdonar los defectos del contrario, e incluso aceptarlos como beneficios propios. Tan intoxicada está que nunca le preguntó por aquellas manchas rojas en las camisas, ni por qué cogía la pistola cuando sonaba la puerta; lo achacaría a un exceso de trabajo de Arkaitz. Y luego un beso para olvidar la jornada laboral: un beso tornillo, un beso metralla.

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La confianza

julio 23rd, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

La corrupción es un tablero y algunos caen en la casilla de la alcaldía por casualidad, otros caen en la del constructor voraz, en la del pozo, o en la de Roca, (y tiro porque me toca), y así. Es el azar el que juega a los dados y no al revés. A David Valadaez le ha tocado la casilla de alcalde de Estepona por chiripa, la operación ?Astapa? metió a su jefe en la cárcel y no quedaba otro del PSOE local ni más dispuesto ni más cerca. La primera decisión de Valadaez debería haber sido acudir a un protésico dental porque tiene ?boca de piano cojo? pero, en cambio, su primer ordeno y mando ha sido suspender a veinticinco personas de confianza que le tocaban en razón del cargo. Es posible que el César de Roma tuviera menos asesores a su alrededor, o que en la Casa Blanca no haya tal número de pelotas presidenciales en cualquiera de las dos alas. Con veinticinco personas de confianza te da para montar un equipo con doce apóstoles y otros doce de reserva, más el utillero por si a Judas le da un tirón. Parecen un exceso pero es lo que se estila, (entre esos veinticinco íntimos del alcalde estaba Patricia Rojo, hija del presidente del Senado, y encausada en razón del urbanismo perverso).
Por lo tanto en Estepona no había corrupción sino un exceso de confianza. La mayor parte de las personas tienen un par de amigos íntimos, a todo tirar, pero cuando te hacen alcalde de la Costa del Sol te colocan un séquito que más que servidumbre es pesadumbre de compañía. Veinticinco personas de confianza son otras tantas llamadas al móvil en momentos íntimos, ¡total, como son de confianza!, veinticinco marujeos y compadreos, veinticinco personas de las que despedirse antes de ir a la cama. Mucha responsabilidad para Valadaez, se entiende. Bien es cierto que la confianza esteponera no estaba creada en función del altruismo humanitario sino del pille urbanístico, es decir que donde hay negocio hay fraternidad. Ante el ladrillo: unidad. Lo decía Alain Peyrefitte en su obra ?La sociedad de la confianza?: ?cabe preguntarse: ¿admiten los hechos económicos y sociales bruscas rupturas??. Respuesta: pues no. Dudo que el alcalde ?boca piano? haya leído a Niklas Luhmann cuando afirmaba que la confianza es la base de toda organización social. Por eso Juan Antonio Roca ha reconocido que pagó una pasta al juez Francisco Javier de Urquía, (tan sólo porque era su magistrado de ?confianza?). Ese potente lazo de solidaridad fue suficiente para rematar una hipoteca de bulto.
Lo que ha hecho el nuevo alcalde de Estepona al deshacer el Ilustre Cuerpo de Pelotas Municipales es un acto que tiene consecuencias filosóficas, (y él sin conocerlas); a partir de ahora con menos de confianza ya está bien. Se disuelve una hermandad que iba camino de ser más numerosa que algunas de las que cruzan las marismas camino del Rocío. Ahora, con la conciencia más tranquila, podrá acudir a su protésico dental de ?confianza?. Hay que nivelar ese piano.

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Venta al por menor

julio 20th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Ahora que se jubila Maldonado, el hombre del tiempo de TVE, nos quedamos sin el último gurú que era capaz de acertar el futuro, (según él más por oficio que por sabio). Ahora que todas las radios y todas las pantallas hablan de crisis sería muy de agradecer que apareciera alguien con pronósticos acertados. Los españoles siempre fuimos muy ?moros? para los afectos y muy morosos a la hora de hacer frente a los pagos, de ahí que se haya duplicado la morosidad en un año. También ha caído la confianza en el consumo, dicen que en las tiendas de Salamanca se ha dejado de vender el veinte por ciento. Crisis es cuando los dependientes están más preocupados por ver si alguien cruza la puerta que por cuadrar la caja. La caja apenas se cuadra cuando no hay nada para sumar. Los grandes analistas de la Bolsa no son capaces de dar una respuesta al pequeño comerciante.
Pudiera ocurrir, (y de hecho ahí está la subida de la morosidad), que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y dos pisos más. Nos hemos dejado engatusar por el señor Strómboli, el personaje del cuento de ?Pinocho?, que animaba a los niños al desenfreno diciendo: ?¡fumen, beban!, ¡hay para todos!?. Y como niños extraviados hemos acabado en la cárcel del capitalismo. La burbuja inmobiliaria es un concepto abstracto pero en sus consecuencias nos reconocemos todos. Aquí hemos asistido a la ceremonia del gasto sin límite, los mismos bancos que daban la hipoteca te lo ponían a huevo para que cambiaras de coche o le pusieras a la cocina unos muebles de revista.
Con perdón, esto nos pasa por horteras. Más que avanzar por la vía del ser, hemos profundizado en la peligrosa vía del tener. Debemos ser la nación con más pisos en propiedad por habitante, la que más renueva el parque automovilístico y la que más ha consumido. Nos van a echar en falta en el Caribe donde hemos neocolonizado cuantas barras y chirinquitos hay de Cuba a la península del Yucatán.
Y lo que es peor: hemos deteriorado las relaciones humanas hasta pensar que era más moderno hacer las compras en enormes superficies. Es ahora cuando uno echa en falta a la figura del tendero que fiaba a las vecinas cuando las cosas iban regular. Tampoco siento ninguna compasión de él puesto que el tendero vendió el local, compró tres pisos, especuló con ellos y ahora reside en un hotel de República Dominicana donde le llevan el desayuno en una barca y le ponen pétalos de rosas en el cuarto de baño.
Entre todos hemos llamado a la crisis. Tan necios somos que hemos asumido la idea de futuro como un paraíso del gasto. Somos los consumidores consumidos.

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Operación biquini

julio 18th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

De Juana no pasa hambre lo que tiene es que traga mal la realidad, se le cierra la glotis cuando le enseñan una ristra de verdades, (a Drácula le pasaba con los ajos). La foto del buzón que publicaba EL MUNDO le ha hecho más daño que una reforma del Código Penal que llevara a la cadena perpetua por delitos cometidos por el terrorismo; por primera vez pudimos ver el nombre del carnicero debajo del buzón de una viuda de ETA. La foto le ha cortado la retirada a De Juana que se las prometía muy felices llevando una vida de burgués prejubilado de los que se queja en la junta de vecinos porque los niños de los demás no le dejan dormir siesta. Su último pulso al Estado es una huelga de hambre que tiene más de pataleta que de ayuno, en quince días no le va a dar tiempo a ser Gandhi, todo lo más moldeará su cuerpo para la operación biquini tradicional por estas fechas.
Este tipo no pasa hambre, ayuna que es muy distinto. Este tipo que se alimenta de odios sólidos y líquidos tiene reserva de bilis suficiente como para pasar el invierno sin coger un resfriado. Según la FAO, ochocientos cincuenta y cuatro millones de personas pasan hambre en el mundo porque su dieta no alcanza mil novecientas calorías, eso sí que es tener necesidad y además sin piso en propiedad. En China hay todo un país de famélicos formado por cuarenta y cinco millones de personas que tienen el estómago como órgano atrofiado, esos que miran con la mirada profunda porque reservan tragarse los ojos cayendo hacia atrás desde la cuenca como último bocado. Ellos, los que casi rozan el veinte por ciento de la población de los países pobres, sí que tienen hambre. A su lado la huelga de De Juana se queda en un gesto de pijo caprichoso, como no le dan lo que quiere se tumba en la cama y que pasen los fotógrafos. Y con el espectáculo se gana unos eurillos con los que ir pagando la hipoteca, (aunque tampoco parece que la garantía del cobro sea lo que más ha movido para su concesión: no estaría mal conocer el estudio de solvencia que le ha hecho la Caja Laboral Popular a Iratí). También es cierto que si fuera una persona coherente sólo con el olor a carne quemada de sus veinticinco víctimas sería como para que se le cerrara el apetito para toda su vida. En cambio la muerte nunca le ha quitado las ganas de comer o de brindar con cava. Es un extraño personaje de ciénaga.
El ayuno que ha empezado ya es el décimo en su dieta particular, en las nueve ocasiones anteriores le pudo el tirón de la loncha de jamón york. Hay meapilas que ayunan más cuando están de novenas y triduos. Iñaki de Juana Chaos es ahora un personaje capicúa: su estómago y su cabeza están vacíos. Como siga sin comer no le van a traer juguetes los Reyes Magos, ese es el problema serio que tiene. Lo de la paella en el piso ?heredado? parece que se le complica. Mala suerte, tío.

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Suspensión de pagos

julio 16th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Lo ha dicho Jane Goodall, reconocida primatóloga: ?deberíamos admitir que producir sufrimiento en seres sensibles es éticamente problemático?. Las palabras de Goodall sirven para simios, grandes simios, y primates de toda condición, entre ellos el ser humano subdivisión español endeudado. Ahora que el término ?suspensión de pagos? ha vuelto a nuestro cotidiano veremos como grandes edificios se van al fondo igual que el ?Titanic?, (técnicamente los hicieron perfectos pero la grieta de la crisis los envió al fondo). La primera burbuja inmobiliaria fue la Torre de Babel, ese rascacielos que Dios mandó parar porque le quitaba las vistas sobre la creación que tanto le había costado.
No hay mayor poder que el del ladrillo, lo del cielo está por demostrar y ya veremos quién nos presta el crédito para la salvación eterna y qué Euribor se le aplica, pero aquí en la tierra un constructor manda mucho. Si el ?historiador? romano Estrabón hubiera escrito hoy, sin duda diría que una ardilla podría cruzar Hispania de punta a cabo sólo pisando suelo de Martinsa, (pero ni Estrabón era historiador sino geógrafo, ni fue romano sino griego; en las tradiciones orales también hay burbujas especulativas). Ya puestos a contar la verdad espero que no duela desmontar la teoría de la ardilla saltarina, a fin de cuentas no es nada comparado con el cuento del ladrillo que nos han vendido con gran entusiasmo capitalista. Ahora sabemos que Cenicienta no perdió un zapato sino un crédito y que el Príncipe era un liberal ofendido porque le habían dado calabazas. Y las hipotecas le comieron por los pies al volverse ratones hambrientos; todo bajo la atenta mirada del regulador que era un reloj de cuco tan puntual como insobornable.
Los mismos tipos que aparecían en La Bolsa con sus trajes de corte británico, corbata de nudo de ahorcado y zapatos italianos, son incapaces de gestionar el varapalo. No están entrenados para perder, en su manual de instrucciones no aparece el capítulo de las excusas, por eso permanecen bloqueados como azafatas confundidas ante la puerta de emergencia. Son tantas las turbulencias de los mercados que la información bursátil habría que darla en televisión como se hace con la del tiempo: con isobaras, iconos de tormentas y chaparrones. De repente se les ha ido esa mirada hipnotizante que llevó a millones de españoles a comprar sus promociones, compradores a los que han dejado con la llave al aire. Al menos podían haber tenido el detalle, antes de suspender pagos del todo, de crear un gran muro de las lamentaciones donde pudiéramos llorar como Boabdill por el ?hipotecón perdido? y esos jardines que tan lustrosos aparecían en los catálogos de venta de pisos.
Jane Goodall podría concluir que el hombre es el único mono triste porque sabe que va a morir, en cambio el gran simio ignora el significado de la palabra hipoteca. Quizá cuando Zapatero exclamó: ?¡a consumir!? se refería a que nos fuéramos comprando un cucurucho de cacahuetes. Con eso y una selva, ¡qué más quieres, hombre! Esto nos pasa por confundir libertad con el consumo, y el ladrillo con el alma. Que Solbes nos ayude a descender de esta Babel deshinchada.

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?El Calabaza? hueca

julio 15th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Una nueva operación contra una policía local de la Comunidad y varios detenidos al canto. Parece que en Madrid le han encontrado una nueva pata a la división de poderes de Montesquieu, por un lado el Legislativo, luego el Ejecutivo y más tarde el Judicial, (la aportación madrileña es el poder de la Policía Municipal, ese cuerpo que goza de una independencia que amenaza con pasar a ser un ?loby? armado de la sociedad). Buena parte de la culpa la tienen los alcaldes que potencian, cuando no amparan, a personajes que son dignos de toda sospecha y a los que les otorgan un poder completo sin control alguno y así crecen las hierbas que se comen los despachos. Aquí hay un solo Ginés, el de Coslada, pero aprendices de ?sheriff? surgen a mogollón, tantos que los jueces no dan abasto con los chorizos uniformados. Ni la BESCAM ha logrado depurar a las ovejas negras que deberían ocuparse de sus ciudadanos en lugar de trenzar redes corruptas.
Parece que el centro de operaciones de los chicos de ?El Calabaza? era ?El Mirador?, (uno de los clubs de alterne más conocidos de la sierra norte), uno de esos lugares donde hay mujeres que fuman y te hablan de tú. Se confirma que siempre que hay una operación policial hay descorche de por medio, luego el día en el que se acaben todas las tramas las casas de putas deberán echar el cierre, cuando no entrar en quiebra y vender los cuadros de punto de cruz que hace las madames mientras los clientes esperan turno, (es que el aburrimiento de la espera es muy duro). A estos no los coge el derrumbe de una biblioteca municipal ni por asomo. El garrafón, la luz roja y el baile de chica en barra fija parece que les inspira como si fuera una música celestial. Tenía razón ?Torrente?, en esos lugares es donde más trabaja el brazo tonto de la Ley.
A Tomás Felipe no le gustaba que los vecinos le llamaran ?El Calabaza? porque cada uno tiene su orgullo donde quiere y una hortaliza impone poco. Eso sí, reconocen que era un tipo enrollado que apenas ponía multas si aparcabas el coche en doble fila y que era de los que se apuntaba a un sarao en cuanto escuchaba el primer compás. Y de ahí a meterse en una trama de menudeo y choriceo, a adentrarse en el peliagudo mundo del hampa que todo lo puede.
Si hicieran un curso de verano sobre el chorizo se iban a llenar las aulas de la Universidad de El Escorial. Iban a estar los pasillos atestados de ?choris?, ?lumis?, madames y otras chicas del montón. Es todo como en una película de Almodovar, sólo falta el juez con tacones cantando un fado y ya está. El que esté libre de pecado que tire la primera calabaza, y el último que se vista y salga de ?El Mirador? con las manos en alto y los pantalones subidos.

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El infame vecino

julio 14th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

La Ley le ampara, nada en el ordenamiento jurídico que impida la salida del etarra De Juana Chaos, aunque este tipo no haya dado muestras de arrepentimiento, ni haya pedido perdón, ni sienta una pizca de vergüenza por los asesinatos de veinticinco personas, ni por su labor de dirigente de una organización criminal que cuando habla le pone un pasamontañas a su lengua de serpiente letal. De Juana se pasa por la entrepierna al mismo Estado de Derecho que le permite salir en libertad a pesar de tener tres mil años encima de pena acumulada. Decía Cessare Beccaria en su ?Tratado de los delitos y las penas?, (1764), que el fin de las penas es que el condenado no vuelva a cometerlas, pero este gañán pistolero no ha aprendido nada en la cárcel. Pero si la Ley le exonera por encima de ella está el asco generalizado que levanta el personaje; no hay moral que le perdone, ni conciencia que se borre, ni luto que se alivie cuando el matarife de inocentes vuelva a caminar en libertad por las calles de San Sebastián.
Si Zapatero quiere hacerse una foto con las víctimas más que posar junto a Ingrid Betancourt podría acudir a una reunión de vecinos del número 1 de la Avenida de Carlos I. Nuestros secuestrados por la mafia son las víctimas de ETA, una realidad que nos queda más cerca que las FARC colombianas. A los muertos no se les puede devolver la vida pero a sus víctimas no se les puede negar la dignidad y el homenaje. La foto sería la de Zapatero con María Teresa Embid, viuda del comandante Herrera, asesinado por ETA en 1979, asomados a la terraza del piso y mirando al horizonte de la avenida para ver un futuro en paz, (no un futuro de pactos con los criminales). Hasta el 4ºD llegarán las alegrías del matrimonio De Juana, sus brindis y sus voces. Lo más normal es que los vecinos se crucen en el ascensor con Irati y con su marido. Por las cañerías del edificio subirán los pensamientos de cucaracha humana que es Iñaki De Juana Chaos, y las risas de sus compañeros de banda, esos matones que llevan años trabajando para el miedo.
La libertad, la auténtica, llegará el día en el que la sociedad española pueda vivir en calles sin asesinos que caminan sueltos y pueda cruzar los pasos de cebra sin toparse con un ogro de cara. Si el lehendakari es valiente que haga una consulta popular entre los residentes de ese barrio donostiarra, que expresen su opinión acerca de compartir panadería, aparcamiento y vecindad con el liberado De Juana. Un tipo que puede recibir el alta de Martutene pero que tendrá que convivir con su fama y sus hechos demostrados hasta que pasen tres mil años, o más. Tener a De Juana como vecino es como poner a Jack ?el destripador? de gerente en una guardería. La única manera de que vuelva a la cárcel es esperar a que acumule penas de tráfico, se quede sin puntos y regrese a donde nunca debería haber salido. La condena para De Juana es ser él mismo.

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El Proyecto Gran Maleta

julio 13th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Sin desmerecer al Proyecto Gran Simio, (se les ve en la cara que son de la familia, algunos tienen su punto de mala leche que nos resulta tan conocido), no hay que perder de vista a las maletas que quizá sean seres vivos con vida propia. Está comprobado que la maleta siempre vuelve más llena aunque contenga la misma ropa, por lo tanto asistimos a un misterio científico que alguna Universidad debería estudiar con fondos de la Unión Europea. La Operación Biquini se entiende pero se acaba cuando se puede comprar uno de talla superior al del año pasado, en cambio las maletas nos sirven de año en año y es cuando nos damos cuenta de que ellas apenas pueden ?respirar?. Con el paso del tiempo las cremalleras se vuelven más caprichosas y adoptan vida propia; cuánta más prisa tenga el usuario ellas más se resisten a cumplir con la orden de cierre. En casos de urgencia tienden a flojear y entonces se sueltan los dientes y el equipaje adquiere el perfil de la boca de un niño mellado.
Cualquier padre de familia que se vea obligado a cargar el equipaje suelta alguna imprecación, (no todos somos como Zapatero que se coge la mano con una ventana y no dice ni ?córcholis?); al santo Job le quisiera ver cuando la ropa no cabe y cuando las maletas deciden no entrar en el maletero del coche para mayor divertimento de un vecino que suele estar al quite para dar consejos aunque nadie se los haya pedido. Hay que potenciar el estudio del Proyecto Gran Maleta que explique por qué la ropa sucia ocupa más que la limpia, aunque la maleta sea la misma. Domador de maletas bravas es un oficio de gran proyección en el futuro.
Mención aparte los nuevos equipajes con ruedas que suelen sufrir una contracción de los rodamientos proporcional a la distancia que nos separa de la puerta de embarque: cuánto más lejos peor rodarán. Y es entonces cuando el usuario camina cojeando y se le pone aspecto de cochero al que no le responden las mulas. Pero a diferencia de lo que le ocurrió a Jesús no solemos dar con un cirineo que nos ayude sino con una megafonía que nos urge. El estrés de la maleta es otro capítulo digno de estudio, así como la flagelación que ejerce sobre el usuario.
La solución sería comprar maletas del tamaño de nuestras necesidades pero esas no se venden, llegado el momento de apuro hasta los famosos baúles de doña Concha Piquer se vuelven mochilas de colegial. Ya puede uno sentarse sobre ellas, llamar a la familia para que tire de la cremallera, meterlas en agua caliente para que cedan, o maldecir como un corsario con dolor de muelas. Ellas siempre nos ganan la partida, ellas son más inteligentes y por eso nos tiene cogida la medida.

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Cuerpo y Carla

julio 11th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

No es lo mismo escribir letras de canciones en la mesa de un café, en la paz del humo y con el punto lánguido de los poetas, a escribir en el Elíseo rodeada de Sarkozy y protocolo. El mérito del nuevo disco de Carla Bruni es que se trata de letras de trinchera; mientras su marido habla por teléfono con Bush y detallan el menú de los 19 platos, ella le busca rima a la música. Es fácil imaginarle a él a un lado de la cama, con el móvil incandescente, y al otro a Carla con la guitarra dale que te pego a la escala musical. Y ese mi que se atraganta y no sale.
El triunfo no es tanto de Bruni, que consigue aislar a la poesía del poder, sino de Sarkozy, que no se deja contaminar por las canciones que escucha. Hace 40 años esa misma pareja habría acabado en Ibiza, ella tocando por las calles y él vendiendo collares, pero la globalización lleva a cierta pérdida de sensibilidad artística. Sarkozy es de los que cree que con un artista en la familia es suficiente, pero que alguien se debe ocupar de las cosas serias. Los pasillos del metro están llenos de ejemplos. Ejercer la Presidencia es lo que tiene, uno se vuelve circunspecto e inalterable. A Zapatero le pasa lo mismo, admite que no dice tacos cuando se coge los dedos con una ventana, cosa extraña, porque ya dice el refrán que no hay dolor más inhumano que cogerse la corbata con la tapa de un piano. Ni Zapatero impreca cuando la ventana se vuelve guillotina, ni Sarkozy suelta lagrimitas cuando Carla se pone tierna en clave de sol. Estamos ante dos ejemplos de cursis electos, no hace falta estar en el G8 para tener ese título.

Para que te emocionen las canciones de Carla, (el cuerpo afinado del pop), no es necesario leer a Verlaine en francés, basta la mezcla de voz y guitarra. Recuerda Silvia Grijalba en su libro Palabra de rock que Tom Waits sostiene que una canción para que sea buena debe poder ser silbada. Los que no podemos escuchar a Carla en original, al otro lado de su cama, nos conformamos con silbar sus melodías. Canciones poéticas escritas en la cautividad del Elíseo, por lo tanto doblemente emotivas.

Sarkozy está para otras cosas, para subir pirámides con el niño a cuestas, para cenas, para la letra menuda que tiene toda labor de Gobierno y para las fotos en la escalinata con apretón de manos. Pero ella no cede personalidad y eso le agranda como figura de la canción, Carla pasa revista a las tropas junto a su marido y parece que los tambores suenan a violín y arpa.

Ya veremos quién gana la batalla del futuro, si tal vez «le petite Nicolás» acabe haciéndole los coros a Carla, convertido en su Yoko Ono, y juntos los veamos actuar en el próximo Rock in Río. En los acústicos de dormitorio él le pide otra y ella accede porque se debe a su público. Hay parejas que son un concierto sin espectadores, otras un espectáculo tristón y las menos una poesía.

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