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Naufragios e incendios

agosto 28th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

No hay nada como alertar de una catástrofe para provocar otra, por eso Gallardón adelanta el naufragio de Rajoy para luego provocar el incendio del verano. Los satélites espaciales han captado el humo procedente de Grecia y también de la Casa de la Villa, (sede provisional del Ayuntamiento madrileño). Gallardón tiene tendencia a vivir el frenesí de la política de paso: de cargo en cargo y de despacho en despacho. El mes que viene inaugura sede monumental en el antiguo Palacio de Correos, un edificio para invitar a Sarkozy sin que le dé la nostalgia del Elíseo.
Los planos son espectaculares: vidrieras lustrosas, mármol en el patio de operaciones y espacios diáfanos. Igual se ha buscado un despacho cerca de la COPE para coincidir (en algo) con Jiménez Losantos, en el caso improbable de que salieran juntos a tomar café. Con el pedazo de despacho que va a tener Gallardón no sé para qué quiere ser el número dos de Rajoy, en todo caso sería entendible si fuera al revés. No se descarta que en el impresionante hall instale una caseta de tiro bajo el epígrafe de: «¿Quiere ayudar a Rajoy?, un euro, tres disparos», gana el que tumbe más patos que fuman puros.

El naufragio que acabó en incendio es otra de las consecuencias de la política del «quítate tú pá ponerme yo», (como escribió el salsero), o el resultado de presentarse a cenar en casa de Abraham García con una tortilla de patatas, por si acaso. Lo extraño es que al alcalde de Madrid le han sorprendido las reacciones de su jugada, medida con tiralíneas y pulso al ralentí; se cree víctima del principio de que toda buena acción no debe quedar sin su justo castigo. ¡Cómo no va a contar con él Rajoy, con lo gana elecciones que es él!, (dejemos a un lado el enojoso asunto de que se presentaba bajo las siglas del PP… bagatelas, está convencido de que él solito habría ganado cinco Tours con una bicicleta plegable). Camps, Barberá y Aguirre son unos amateurs de la política comparados con el súper alcalde Alberto. A su manera, el general Madbuh pretendió ayudar a su rey, Mohamed VI, en el verano de 1971 y provocó el asalto al palacio de Sjirat. Salvadas las distancias -no hay armas de por medio- en este caso el palacio, (el de Cibeles), no lo tiene Rajoy. El episodio de Sjirat acabó provocando la reacción contraria: el rey cortó cualquier intento de aperturismo y laminó a los disidentes, quizá en venganza por haber permanecido retenido durante tres horas en las letrinas, un lugar donde se mustia una corona. Madbuh calculó mal el impulso y en lugar de saltar la tapia se fue directamente al otro foso.

Si no lo ven claro en Génova, ellos se lo pierden, pensará. Y de nuevo entra en periodo lacónico de mustia melancolía principesca; según Ortega todo esfuerzo inútil provoca ese estado de ánimo. Debe ser muy incómodo vivir en el exilio interior, en ese mundo donde todos se equivocan menos uno. Para sus ambiciones la Castellana se queda estrecha, incluso algo modesto el nuevo Ayuntamiento.

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Sangre en el circo

agosto 27th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Cuando los césares entraban en Roma triunfantes tenían por costumbre uncir al carro al jefe del pueblo enemigo derrotado, y más atrás llevaban una colección de animales exóticos capturados durante la campaña. Gracias a esa costumbre de arrastrar al perdedor los romanos conocieron a tipos muy extraños para lo que era la fisonomía mediterránea: vieron a guerreros altos, rubios, negros, barbudos y hasta pelirrojos. A mayor exotismo del capturado más gloria para el vencedor. Y si entraban con una jirafa, aquello era el paroxismo del entusiasmo popular.
Con los fichajes de futbolistas ocurre algo parecido; los presidentes de los clubes se convierten en césares de la opulencia hortera ilimitada, se endeudan hasta el infinito y más allá. Si en Roma asombraba el gesto huraño del capturado, aquí se jactan de escribir cifras que no caben en un cheque gigante.

Este verano hemos asistido a fichajes millonarios encadenados, el nuevo tapaba al reciente. Nos enseñan a los que acaban de comprar. ¿Qué hacen con el excedente de producción?, en un equipo no puede haber 100 millonarios en un banquillo. La máquina de picar carne humana funciona sólo con las últimas incorporaciones, tipos en su mayoría del género insulso que ni siquiera son capaces de decir algo original, (al menos podrían alquilarse un negro que les redactara unas sentidas palabras, lo de golpear al balón en el césped está muy visto). El gran best seller nacional es el libro de los fichajes, aquí todo el mundo sabe lo que ingresan los primeros espadas del balompié.

El fuego amenaza con liquidar los restos de Olimpia, cuna del deporte, aunque en realidad al concepto clásico de la competición lo han prostituido con engrudo de pasta de euro, cantidades tan mareantes como calcular la distancia entre dos puntos del sistema solar tomando como referencia el salario mínimo interprofesional. La estabilidad anímica del español radica en que corra la pelota, como si la rueda hubiera sido un gran invento sólo perfeccionado cuando un tipo creó el balón de fútbol.

Antonio Puerta, jugador del Sevilla, cayó redondo en el campo fulminado por el rayo de la enfermedad, y el suceso plantea si no ha ido muy lejos el circo moderno. Si, acaso, a los futbolistas se les exige que sean infalibles máquinas de triunfos. De su salud, de sus traumas sicológicos, respondan los presidentes que los fichan como se organiza el rito del pañuelo en una boda gitana: ¡es virgen, juega con nosotros! Una vez ido Jesús Gil nos queda esa forma de alegre trotar, (y pensar) a lo Imperioso.

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La gira de Sarkozy

agosto 20th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

La residencia de verano de los Bush tiene muchos motivos para ser evitada, sobre todo cuando uno viene de París y no tiene intención de comer mal. Por eso Cecilia se quitó de en medio con una excusa parda, lo importante era preservar el buen gusto y daba igual lo que dijera la prensa estadounidense. La Casa de los Bush debe oler a mantequilla de cacahuete a dos días de caballo, por lo tanto es una tragedia para el estómago. Al titular, (es decir al presidente de la República francesa), no le quedaron más narices que asistir encomendándose a San Bicarbonato que todo lo cura y decir que su santa estaba perjudicada por el aire acondicionado de los comercios.
Lo mejor fue la intervención en el jardín, Sarko con las manos en los bolsillos del pantalón vaquero y haciendo unas risas, parecía que pensaba: «tú serás el presidente de Estados Unidos pero yo soy Sarkozy, cuidadito chaval que me visto en el sastre de Napoleón». Y Bush reía porque los efectos secundarios de la mantequilla de cacahuete son espantosos.

Los hay que este verano siguen a José Tomás de plaza en plaza, sin desmerecer la obra del diestro de Galapagar que en Málaga estuvo «cumbre», me apunto a seguir la gira de Sarko. Incluso aventuro que al salir del rancho de los Bush llamó al cocinero de El Elíseo para decirle: «François, anda hazme la cena que estos tíos no tienen ni idea». Una gira que nos llevaría a un pedazo de barco y a un cortijo en condiciones y sin reparos, así como hay otros que negarían en la hoguera haber estado en el barco del Pocero, a Sarko le parece estupendo pasar las vacaciones de la mejor manera posible. Eso de tener amigos ricos, lejos de ser una indecencia es una comodidad porque son los que pagan los gastos, y a un rico norteamericano no hay cosa que le ponga más que ser amigo de un francés con posibles.

Sarko se levanta a la hora en la que la familia Bush aún duerme, él con el gorrito de Mickey y ella con el salto de cama de Wilma Picapiedra. Y después da unas carreritas por el bosque para ver el estado físico de la seguridad que le acompaña. No está tan sansón como Aznar que podría darle clases de abdominales al novio de Ana Obregón, pero para llevar pocos meses en la presidencia está hecho un jabato.

De esa forma volverá a París feliz y relajado. No me hagan mucho caso pero creo que en el bolsillo llevaba un cenicero robado a los Bush. Desde aquel ataque de risa de Yeltsin junto a Clinton, (provocado por otra comida lamentable), no se había vuelto a ver a nadie tan feliz en sede oficial.

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El contumaz topillo

agosto 16th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

A falta de canción del verano, (gracias a Dios), tenemos el baile del topillo. El vídeo lo han grabado en Villalar de los Comuneros, en Valladolid, y en él se puede ver al alcalde y resto de la corporación municipal zapateando el suelo con furia.
Como suele ocurrir con los grandes inventos, el baile del topillo es producto de la casualidad. Se habían gastado una pasta en un tractor, el arado sacatopillos, pero el invento resultó inútil. El topillo se escapaba igual que el Correcaminos huye del Coyote. Entonces el alcalde decidió perseguir a los que se fugaban a campo abierto, lo mismo que haría un seminarista con un ratón rebelde entre los muebles de la sacristía.

Cuando un problema no se puede atajar en condiciones lo más recomendable es darle unas cuantas patadas. ¿Qué es lo primero que hace todo el mundo cuando se le para el coche y antes de llamar a la grúa? Pues darle una patada a la rueda y que se joda.

Igual el baile del topillo le ha dado una idea a la ministra de Fomento: que no funcionan los trenes de cercanías… ¡a patadas con las vías del tren!, y ya puestos, a patadas con las centrales eléctricas hasta que vuelva la luz.

No es por malmeter, pero en las caras de los cientos de pasajeros que esperan el tren en Sants es fácil adivinar que son militantes y simpatizantes del Partido Popular, desplazados ex profeso para jorobar el verano de la ministra.

Tómese por topillos contumaces a los que protestan y a los que osan poner en duda el sistema de bienestar, porque no se lo merecen después de todo el esfuerzo invertido. Podría la señora ministra aparecer en El Prat y demostrar a los incívicos viajeros que aguardan cola lo que les ocurre a los topillos que estorban: podría ser una escena bíblica, como aquella otra expulsión de los mercaderes del templo.

Cuando uno pone los medios -es decir la máquina sacatopillos- pone también la voluntad, el trabajo y la firmeza, pero no consigue los resultados esperados, se acaba la crisis de las infraestructuras con el baile del topillo.

Por otra parte, es la mejor forma de soltar la adrenalina acumulada durante una tensa comparecencia parlamentaria. Un zapateado a tiempo libera estrés y mejora los niveles de colesterol en sangre.

El alcalde de Villalar de los Comuneros podría decir lo mismo que la señora Alvarez: «si fueran buenos topillos, no se dedicarían a ser tan catastrofistas». Los buenos topillos se dejan cazar por la apisonadora y no montan semejante lío en mitad de agosto. Todo, desde las vías del AVE hasta la paciencia ministerial, tiene un límite.

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El enviado

agosto 13th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

A Cristo mal pintado, mucha sangre (con ese lema, algunos pintores andaluces del XIX perpetraron cuadros con escenas dantescas; el rojo disimulaba lo burdo del trazo. Ellos se creían Murillo pero las musas les tenían por pegabrochazos). De igual forma, a grandes males… que se coja la maleta un secretario de Estado y se vaya a Barcelona. A Víctor Morlán, el enviado, le ha caído el marrón completo de apagones y retrasos ferroviarios. La situación estaba tan tensa que en Moncloa movieron la tierra en Ciudad Real para distraer el epicentro de la noticia. Todo depende de la labor del enviado, que se sitúa entre el milagro y los cuidados paliativos; en caso de ir mal su mediación, no se descarta que tengamos nuevas réplicas del temblor. Además, un meneíllo sísmico de consecuencias livianas le pone al personal la cara de cuando han bajado de la montaña rusa: ¡qué divertido es un sustito! Morlán tiene la obligación de acabar con el problema antes de que la mecha ardiendo llegue hasta la ministra de Fomento, cuya ausencia huele a chamusquina. De entrada, le ha reventado las vacaciones al Gobierno de Montilla, que ya era hora, aunque la tardanza en la incorporación haya que achacarla también a los retrasos habituales. Si los barceloneses no consiguen enlazar con sus trenes, tampoco su Gobierno logra llegar a tiempo al despacho. Es lo que se llama democratizar la catástrofe. Hasta es posible que en Port Aventura incluyan a la estación de Sants como parte de un nuevo parque temático del apagón y allá te las compongas. Con una versión cinematográfica humorística: Te montas como puedas, y otra más elaborada: Una verdad incómoda. El enviado tiene que convencer a las autoridades locales de que no es bueno un Gobierno unplugged; un concierto acústico tiene sentido cuando uno llega a categoría de estrella del rock pero no cuando tiene que dar explicaciones a los ciudadanos de por qué no funcionan las comunicaciones más elementales. Para dar mayor credibilidad a la misión del enviado le han retirado la red, es decir la tarjeta de embarque, y ahí te quedas hasta que funcione todo. Ya sólo queda que su foto y número de móvil se pasee en las avionetas que barren las playas a baja cota, para mayor escarnio. Más nos vale que acierte; en caso contrario pueden ir asegurando la lámpara del comedor, porque el temblor volverá y con mayor fuerza. Aquí nada se escapa del juego político, ni las entrañas de la tierra. Morlán suda como en las películas: no sabe si cortar el cable rojo o el azul. Contengamos la respiración.

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Manual de veraneo

agosto 6th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Hasta que se pone el sol en Doñana pasa mucho día, por lo tanto a Zapatero le da tiempo a sentirse como Felipe II mientras piensa en la extensión mundial de sus ideas y la anexión pacífica con Portugal que vaticina Saramago. Rajoy dice que su hijo le gana con la videoconsola, así que Zapatero tiene que buscarse otra actividad menos previsible. Si el jefe de la oposición disfruta escogorciando marcianitos, el presidente está obligado a ofrecer un aspecto más intelectual.
No extrañaría que Zapatero leyera con entusiasmo el libro de moda en el Reino Unido, traducido aquí como El libro peligroso de los chicos, un manual para la supervivencia veraniega con ideas de toda la vida y sin necesidad de buscar pilas triple A. En el libro de Hal Iggulden se dan consejos para ser feliz un verano: cómo construir una casa en un árbol, cómo hacer un arco y unas flechas. Pero lo que más le debería interesar al presidente son las instrucciones para fabricar una catapulta partiendo de unos elementales planos. Con un buen madero y una cuerda tensa uno puede colarse allá dónde quiera sin necesidad de llamar a la puerta. La catapulta también elimina a esos incómodos compañeros de partido a los que les da por pensar y pactar, por su cuenta. Se le manda a Blanco que corte la cuerda, uno mira para otro lado (por ejemplo a Parla), y allá que se va a hacer puñetas el acuerdo de gobernabilidad en Navarra. Una buena catapulta en política hace más que una guillotina en una revolución porque te apaña los malos resultados y desplaza los problemas cientos de metros. De ahí la importancia del bricolaje de la gobernabilidad que se incluye bajo el noble aspecto de un manual para adolescentes inquietos. Zapatero nunca ha abandonado esa condición de zangolotino alumno de unos reverendos padres de León.

Además, aquel que no se desespere al hacer los cinco nudos básicos de los marineros, o el que no aprenda a construir una brújula con un imán, vaya porquería de vacaciones que ha pasado. Así que Zapatero junto a Sonsoles y las niñas tiene la oportunidad de vivir un verano tradicional, español, creativo y memorable. ¡Menudas tardes hemos pasado con un tirachinas de aquellos que te saltaba la goma en el ojo! Desde que se inventaron los videojuegos, las lagartijas caminan más tranquilas.

Luego dirá que ha leído novela histórica alemana del XIX, pero desde el sábado que fue su cumpleaños, todo es alborozo y alegría experimental entorno a este libro. Se siente el Leonardo de las marismas. Y todo con estas manitas y con mis abalorios.

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Aeropuerto 2007

agosto 2nd, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Algo tiene una cola de embarque de un gran aeropuerto, quizá un punto orwelliano, que nos hipnotiza y nos vuelve zoombis en romería. En ningún otro lugar de la tierra te someten a tantas humillaciones juntas y las soportamos con la entrega del cordero educado.
La última moda de la T-4 de Barajas es pasar los zapatos por las máquinas de rayos X, de tal forma que el estado de las suelas podría ser tan determinante en tu contra, como unos juanetes sospechosos que hicieran pensar que has estado en las montañas de Tora Bora entrenado por el mulá Omar.

Ya no basta con desprenderte de reloj, móvil, chaqueta y cinturón; ya no es suficiente que te aplasten los reporteros que persiguen a Ana Obregón con el novio acorazado que gasta (a estos dos les debe pagar AENA por animar las esperas); en breve pondrán análisis de sangre y orina obligatorios. Nos darán una bata de hospital para movernos como espermatozoides a la espera de encontrar la salida al placer por la puerta de embarque. Y una voz cenital pronunciará nuestro nombre para vergüenza del colectivo. Estamos a un paso del aquí huele a talibán y yo no he sido.

«Es la seguridad, idiota», dirían los defensores de las nuevas técnicas de castración en masa. ¿No les bastaría con un certificado de palabrita del Niño Jesús? Con ese argumento en mi generación se justificaron las faltas de asistencia a clase.

En la Universidad de Texas han elaborado un documento con 237 razones para mantener relaciones sexuales, como si el sexo fuera algo cartesiano; olvidan la poesía de la siesta o la sinceridad del método aquí te pillo, pues aquí va a ser. Si hicieran ese estudio aplicado a la seguridad en los aeropuertos, pocas me parecen 237 razones para no volar. Como decía Javier Krahe en una canción memorable: «Es mísero, sórdido y aun diría tétrico, someterlo todo al sistema métrico».

Además, como se pongan a investigar, seguro que nos encuentran algún motivo para llevarnos a Guantánamo D¿Or, ciudad de las humillaciones. En la mirada de escarcha de un guardia de seguridad capté que se había dado cuenta de que por mi culpa dejaron de comer los gusanos de seda. Eso ocurrió hace muchos años, pero aquel inquisidor lo sabía. Me dejó pasar porque dos puestos más atrás había un alto funcionario del Estado que se hacía pis en la cama. Iba a Mallorca, una sala de desintoxicación emocional junto a otros desgraciados que pensaron que nadie les iba a ver nunca.

Hay muchos que se creen inocentes porque tienen las uñas bien cortadas y limpias; eso era antes. Ya no vale.

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La renovación del sur

julio 30th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Zapatero ha pasado el fin de semana entre Pinto y Parla, pendiente de Contador y de Gómez. El primero va en bicicleta y es el campeón de la honestidad; ha ganado el Tour sin chupar sangre, como hacen los alumnos del conde Drácula. El segundo es el nuevo dirigente de la PSM, elegido en un congreso caliente donde el guerrismo madrileño terminó dándose un tiro en la pierna (Cepeda ni siquiera llegó a relieve tipográfico, le faltaron los avales suficientes. Como a Icaro, le fabricaron unas alas de cera que se derritieron al tomar altura).
A Zapatero le conviene que Tomás Gómez le salga tan buen escalador como Alberto Contador; rescatar Madrid para el socialismo es una empresa cuesta arriba. Esperanza Aguirre es mucho puerto de montaña, así que para coronar ese alto de primera especial hacen falta voluntad y corazón. Hasta el momento, Gómez ha puntuado en todas las elecciones y no ha defraudado, pero ahora tenemos la ocasión de verle en una gran competición, aunque en las primeras carreras participe de invitado. El nuevo dirigente socialista no es parlamentario regional, por lo tanto no podrá darle la réplica a Aguirre (aunque mejor por el momento, porque para torear en Las Ventas antes hay que fajarse en plazas menores). El candidato Gómez tiene la altura de José Tomás, que es el hombre del verano; ya veremos cuánto aguanta la verticalidad sin descomponer la figura. Dicen que tiene muñeca y que maneja los conceptos de Domingo Ortega, aquello de parar, mandar y templar.

Por el momento es el candidato que le tiene que recuperar la PSM a Zapatero y darle una coherencia para ganar en Madrid en las generales. Aunque para ello se tenga que quitar de encima el episodio de la gestora, tan insólito como para poner la fecha de su elección justo cuando la DGT habla de operación huida en masa. Resulta extraño que elijan a alguien cuando los compromisarios comentan a qué playas van a ir de vacaciones.

La enseñanza de Contador nos dice que supo aguantar el tirón cuando los rivales parecían con piernas más sólidas. Hace tres años, luchaba en un hospital contra un derrame cerebral, pero ¿qué importa un cuerpo? Es muy simplista pensar que sólo somos materia altamente organizada, al menos no cuando un hombre se sube a una bicicleta y apuesta por correr el resto de su vida. En el caso de Contador ha sido la meta la que ha salido a buscarle, de ahí su mérito.

Zapatero sabe que para disfrutar en Parla lo que hoy festejan en Pinto le hace falta que Tomás Gómez crea en él mismo. El sur, además de ser una referencia geográfica, es un vivero de emociones fuertes.

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Maniobras en la oscuridad

julio 28th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Cerraba su intervención Cristina Narbona, (en adelante señora Gestora), con un: «Vamos a ver las diferentes propuestas» y un vaso de cristal estalló en la sala de prensa. Mal rollito. No era un espejo, pero le debieron de afectar las diferencias de temperatura entre la calle sahariana y el congreso helador. Las diferencias estaban marcadas desde el principio, tanto por familias como por salas de reunión. No era casualidad que el cuartel general de Tomás Gómez fuera el salón Liverpool, el de José Cepeda el salón Birmingham y la sala Manchester para Manuel García-Hierro. Paradojas de la vida… el bufé Madrid estaba vacío. Como si los socialistas madrileños no estuvieran por la labor de hincarle el diente a Madrid.
Tomás Gómez apareció con una corbata roja de candidato colocado y ganador, Cepeda y García-Hierro se lamentaban de la jugada en la que habían excluido a los suyos de la mesa del Congreso. La tropa se repartía por una inmensa barra de bar tan grande como la playa de Omaha en el desembarco de Normandía, no en vano muchos se jugaban la supervivencia o el naufragio. Junto a un reloj de pared de diseño inolvidable se montó una mesa donde departían Blanco con el antiguo delegado del Gobierno, Constantino Méndez. José Acosta evitaba pasar cerca del reloj no fuera a ser que dieran la hora. Acosta maneja la ironía cáustica como nadie, de tal forma que recordaba una canción de la Piquer que dice: «Morir en esta plaza/ es cosa de toreros», (la canta muy bien). Y por si no quedara claro añadía una copla de ciego castellana: «Vinieron los sarracenos/ y nos molieron a palos/ que Dios ayuda a los malos/ cuando son más que los buenos». Muy cerca andaba el que fue alcalde de Leganés, Jose Luis Pérez Ráez, hasta que luego ganó el PP y más tarde hubo moción de censura y ahora están en crisis los mocionados. Pérez Ráez es un veterano de los congresos, por lo tanto un cardenal escéptico que lleva muchos cónclaves encima como para creer en el Espíritu Santo. Rafael Simancas ha recuperado el fondo de la mirada que perdió tras las elecciones, Juan Barranco tan serio como un cuadro de la galería municipal. Todo lo contrario a Antonio Miguel Carmona, muy partidario de Tomás Gómez. Lissaveztky le daba a la batería del móvil.

En la barra podías pedir un café con, o sin, aparato. Esa era la cuestión: saber cuánto mandaba Ferraz entre aquellos compromisarios de buena fe. La más joven se llamaba Libertad, tiene dos meses y la llevaba su madre en el carrito, (sólo se despertaba cuando hablaba la señora Gestora, quizá asustada por su tono de voz). De las más besadas, Trinidad Jiménez que un día se nos marchó a hacer las Américas porque en Madrid no la estimaban; más de uno reconocía lo que luego le echaron en falta. A Trini la madurez y cambiar de horizontes le han sentado estupendamente, ella es la confirmación de que en Madrid nunca se pone el sol. Luego vinieron los sarracenos a hacer su trabajo.

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La balsa de la Medusa

julio 27th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Los supervivientes se hacinan en una balsa: llevan muchas jornadas a la deriva, tienen hambre, se han dado casos de canibalismo, también algunos crímenes. No hay esperanza, un leve soplo de energía mantiene vivos pero en descomposición a los que eran una modélica armada imperial. No hablamos del congreso de los socialistas madrileños sino de los personajes que pintó Géricault en un famoso cuadro que está en el Louvre. El lienzo es de enormes proporciones, como corresponde a la pintura romántica de la época, tan grande como el escándalo que provocó el hundimiento de la fragata Medusa en 1816. La nave era una de las cuatro que componía la flotilla rumbo a Senegal pero embarrancó debido a la impericia de su capitán. Cuando uno tiene pocas luces lleva la máxima hasta el final. Ante el grave problema que se presentaba, el capitán separó a los ilustres de abordo, (el gobernador y su familia), de la morralla de la marinería. Los primeros iban en un bote en condiciones y los demás en una balsa infame arrastrados por maromas. Hasta que se cansaron de los pobres y los dejaron a la deriva.

La crónica del suceso conmocionó Francia. La crónica de la crisis del PSM conmociona a los socialistas madrileños. El lío es de tal calibre que conviene sacar un «power point» para dar explicaciones, hace falta un quién es quién en el congreso de hoy. Hasta el momento Ferraz se ha dedicado a meter a candidatos ilustres que a su vez empujaban a los clásicos hacia la balsa. Siempre hubo clases, tanto en los naufragios de la mar como en los que se producen en tierra. Pero sucede que en el PSOE corre el peligro de hundirse la flota a causa de fuego amigo. El problema sería encontrar un rumbo y luego dirigir la balsa hacia él; por el contrario, parece que cada uno rema para donde puede con la certeza de que, si cae al agua, los tiburones serán más compasivos que sus propios compañeros.

La crisis del Partido Socialista Madrileño es la de no tener poder. Es una crisis de hambre, un asunto de primera necesidad en el que Cristina Narbona hace el papel del capitán Chaumereys, (llevaba veinte años sin navegar como finalmente se demostró en el juicio que le condenó a tres años de prisión). Los candidatos Gómez, Cepeda y García-Hierro deben tener muy claro que hoy ganará uno de ellos pero, si no cierran la vía de agua, perderán todos. El Congreso que terminará a horas tardías, en noche de lobos con luna llena incluida, debe ser la catarsis definitiva de los socialistas madrileños. El ganador tiene el reto de conseguir hermandad y proyecto común, superación del concepto familia y capacidad de crear un equipo que aspire a ganar. Casi nada. Que Dios se apiade del alma de los náufragos.

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