(COLPISA, cabeceras regionales de Vocento. martes 21 de febrero, 2012)
La industria del producto “tipical spanish” ha desarrollado un talento digno de ser destacado con algún premio empresarial, no olvidemos que es la misma que sin una patronal sólida y sin planificaciones de marketing ha conseguido pasar de la gitana y el torito a nuevos productos que se venden como churros, entre ellos imanes, camisetas y reproducciones de famosos monumentos. Los militantes del PP que han acudido al Congreso de este fin de semana en Sevilla más que llevarse una giralda en miniatura, o un flamenco imantado para la nevera, lo que se han llevado es el discurso de la secretaria general del partido marcado a fuego.
Dolores de Cospedal, a paso lento pero sin duda que con gestos firmes, ha consolidado su poder en la calle Génova de tal manera que no es exagerado decir que Rajoy deja en sus manos todo el aparato del partido y será ella el que lo mueva como corresponde. Cospedal tenía una dura batalla que librar entre la noche del viernes y la mañana del sábado y consistía en no ceder peso en el partido y dejar a Soraya Sáenz de Santamaría únicamente ocupada en tareas del Gobierno. Y no lo tenía fácil porque todos en el ecosistema tenemos por encima de nosotros a un depredador hambriento que está dispuesto a cogernos por el cuello cuándo nos acerquemos de manera relajada a beber en el río, (se aprende en los documentales de La 2 y en las reuniones de los partidos).
Hasta llegar a Sevilla, y sobre todo después del congreso de hace cuatro años en Valencia, el partido ha sido cuestión de Rajoy que lo ha manejado con sus tiempos y sus velocidades que a veces resultan desesperantes. A partir de ahora veremos otra manera de gestionar y de tomar decisiones en Génova, no es que Cospedal venga a revolucionar un gallinero apático pero si vamos a asistir a otro tipo de decisiones más resolutivas. Los enemigos de la secretaria general argumentaron que si bien Soraya tenía ocupaciones de Gobierno, ella también las tiene en tanto es presidenta de Castilla La Mancha; en el fondo quién tiene el poder del partido maneja las auténticas claves de las designaciones de candidatos y marca los tiempos. Es indudable que en estos cuatro años que lleva en el puesto Dolores de Cospedal ha ejercido de secretaria general y ha desmantelado el tinglado de la época de Cascos, de aquellos contables no queda ni la plaza de parking.
Rajoy parece centrado en exclusiva en asuntos económicos, y delega la función del Gobierno en Sáenz de Santamaría y la del partido en Cospedal. Saltarán chispas, sin duda, no tanto por inquinas personales si no por roce de la maquinaria. El único que volvió de Sevilla con una giralda para la estantería del salón fue Rajoy, a él no le afecta la reforma.
Compartir: