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El gran circo Aragonés

junio 8th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Cuando Búfalo Bill llegó a cierta edad, en lugar de buscar un hueco frente a la chimenea, prefirió montar un circo con un viejo enemigo: Toro Sentado. Ambos vinieron a Europa a recrear con salvas y sables de madera sus años de gloria, pero en lugar de transmitir la emoción del oeste lo que lograban era un espectáculo mustio que era el antecedente del ?Chino Cudeiro?. Esa herencia del circo de Búfalo Bill mezclada con la melancolía por la pérdida de Cuba y Filipinas, (el mal del 98), es la selección. Y, Luís Aragonés, el último indio que queda vivo del circo de la decadencia del ?far-west? que estuvo en Europa. Parte de su sordera viene por haber compartido camerino con Toro Sentado, (al que le gustaba calentar la voz con cánticos apaches).
Por encima de la discusión de si debía haber convocado a Raúl, o a otro jugador, el problema se llama ilusión. El deporte sin ilusión es pura gimnasia sueca; una castaña. Y, en esto, aparece José Tomás y pone a una plaza boca abajo y las imágenes corren de mano en mano como si fuera mercancía ilegal. El diestro de Galapagar, sin quererlo, le ha hecho un quite a la selección española de fútbol tan acostumbrada a hacer faenas aseaditas. El público tiene necesidad de emocionarse, hay hambre de espectáculo y de riesgo. Después de los estatuarios de vértigo que realizó José Tomás en Las Ventas, se espera que la selección gane con la heroicidad de las grandes ocasiones. Una selección mecánica, tipo Holanda en los días de Cruiff, aunque gane no transmite al graderío; en cambio queremos ganar como alemanes jugando igual que los brasileños. El público sentado en el palco de su casa, esa zona noble que demarca el espacio de una televisión, demanda magia y pellizco. Luís Aragonés sabe que le van a exigir lo mismo que a José Tomás: que se ate las zapatillas al suelo y que no se mueva aunque a nuestra portería lleguen ?toma-hawks? lanzados con ira. Ese mismo público que rugía en Las Ventas exige genialidad.
El fútbol tiene tanto de deporte como de espectáculo, también se premian las cornadas. Tomás cortó cuatro orejas pero pudo haber salido por la enfermería, a efectos de la masa entregada daba igual, (a él no, claro). En la tarde venteña de los cuatro apéndices, algo que no había pasado en cuarenta años, José Tomás devolvió el hambre de emoción a un público acostumbrado a dormitar en el tendido y a contar moscas.
Luís Aragonés tenía que haber convocado a José Tomás para su gira europea del Circo Aragonés. Después de ver cómo el torero se cruzaba a la muerte de pitón a pitón, le van a exigir que las piernas de sus jugadores no tiemblen ante el pánico del punto de penalti. También algo más de elegancia en el paseíllo, y que no le cuelguen los pantalones del chándal, ¡hombre!

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Falta de respeto en ataque

junio 4th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Apenas cinco minutos, apenas lo que dura el inicio de un calentamiento, le bastaron a Pepu Hernández para ganarle el partido al presidente de la Federación de Baloncesto. José Luis Saez cree que echando a Pepu ha ganado, se equivoca. De hecho se confundió muchas veces con el entrenador, de entrada no conociendo su carácter.

Con motivo del fallecimiento de Alejandro González Varona, (histórico presidente de Estudiantes), Pepu Hernández escribió un emotivo obituario en EL MUNDO. Contaba Pepu que discutir con Alejandro había sido un placer, quizá reconociendo que nadie como su antiguo jefe había sabido entenderle. En la Federación no cogido el truco a Pepu, de ahí que pongan como defecto lo que es un valor: ?falta de respeto?. Normal, ¿qué se espera de un tipo bajito que es capaz de quitarle el cigarro de la boca a gigantes que darían miedo a un ogro con halitosis? Si pensaban que iban a domar el carácter de Pepu Hernández es que nunca supieron a quién había fichado realmente. Con esa osadía pudo plantar al equipo en la final y conseguir el oro, parecía imposible; sólo alguien que tuviera falta de respeto se atrevería a mirar a los ojos del triunfo. Ahí está el éxito de Pepu: sin tener un master en la NBA, sin hablar inglés y sin haber sido alumno de Lou Carneseca, cogió el oro de Tokio con la naturalidad con la que un niño abre la despensa. Sin esa ausencia de escrúpulos no hubiera sido posible, (para un día que el pobre entra en casa del rico no va a decir que tiene alergia a las gambas).

Pero si le tienen que acusar de ?falta de respeto? que sea en ataque, partiéndose la cara por el equipo que creó. La Federación echa a varias personas a la vez: al entrenador, al amigo de los jugadores, al domador de fieras, al sicólogo del grupo, y al hombre que tenía el pulso de hielo cuando el reloj quemaba. Un tipo con toda la barba.

Pepu Hernández ha vuelto a ser lo que ya era: un hombre libre. Ya puede decir aquello de: ?en mi hambre mando yo?. No puede ser pelota quién ha sido domador con aro.

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?Una aristócrata es un revolucionario?

junio 4th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

?Yo pediría un Ministerio de la Excelencia?/ ?Los aristócratas de hoy son decepcionantes?/ ?Una vez escuché: ?¡me cago en Dios que llego tarde a misa!?/ ?Yo creo que mi cuñada sospecha que mi voto es secreto?/ ?Hay que resucitar aquello de: ?ni Dios, ni amo, ni CNT?

FICHA:

Orígenes: Zarauz, (Guipúzcoa) 1954

Currículo: ingeniero aeronáutico, diplomático y filólogo, (actualmente prepara el doctorado en Filosofía y Letras). ?Cuando era pequeño quería ser pájaro, por eso me hice piloto y paracaidista. De joven fui guía turístico de americanos que venían a Madrid, ahí me di cuenta de que cuanto más dramatismo le pusiera al relato histórico, mejores eran las propinas?.

Actualmente está destinado en el Ministerio de Asuntos Exteriores al que ha llegado después de haber recorrido medio mundo, desde Colombia a Japón. Es autor de la polémica obra de teatro: ?Me cago en Dios?.

Aficiones: ?pasear al amanecer y ver volar golondrinas?

Debilidades: ?ser demasiado intenso y no callar a tiempo?

Virtudes: ?el entusiasmo, la excelencia y la risa?

Defectos: ?la depresión, tendencia a la mediocridad y falta de curiosidad?

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Con cierto sentido del humor y con la distancia adecuada, ha escrito ?El Caso Medina Sidonia? (La Esfera), basado en una de las familias aristocráticas más antiguas de España, un árbol genealógico que entronca con Guzmán ?El Bueno?. Lo de ?caso? es verdad porque lo que cuenta en el libro deja pequeño a ?Dallas? y ?Dinastía?.

Iñigo Ramírez de Haro, diplomático, escritor, aventurero, piloto, paracaidista y autor teatral, tiene todas las papeletas para que ninguna compañía de seguros le quiera hacer una póliza. Justa fama que él se encarga de alimentar con hechos.

PREGUNTA.- ¿Practica alguna actividad que no sea de riesgo?

RESPUESTA.- ¡La lectura!, aunque leer tiene más riesgo que pilotar.

P.- ¿El libro está hecho con ?tinta azul??

R.- Yo más bien he escrito un libro en tinta roja con sangre negra.

P.- ¿Ha escrito sobre la aristocracia?

R.- Sobre una de ellas porque no hay sólo una aristocracia como tampoco hay sólo un pueblo llano.

P.- ¿Me lo puede explicar?

R.- La aristocracia, cuando significa excelencia, humaniza más que el pueblo.

P.- ¿No es costoso defender el concepto de aristocracia?

R.- Todo lo contrario, acaban de hacer un Ministerio de la Igualdad, yo pediría un Ministerio de la Excelencia, (sería imprevisible).

P.- ¿Un ministerio sólo para aristócratas?

R.- No, sólo para crear excelencia, los aristócratas no son sólo los que tienen título.

P.- Tanta ?excelencia?, me recuerda a ?Su Excelencia?, (a Franco).

R.- Su Excelencia es el mayor piropo que se puede decir a alguien. No sólo se le decía a Franco, en su caso se quedó en un acto cómico: ?su excrecencia?.

P.- Usted es marqués: ¿Es Grande de España o viene en ?envase normal??

R.- (RISAS), no soy Grande de España, ¿el concepto marqués le huele a sulfuro o a jazmín?

P.- Disculpe: ¿Es usted un ?pijo??

R.- Para mí no; aunque para mucha gente puedo ser un ?pijo?.

P.- ¿Si se corta le sale sangre azul?

R.- Me sale sangre azul, efectivamente. Todo en mí es azul, por eso recomiendo vestir de azul.

P.- ¿Cuánto cuento tiene un aristócrata?

R.- Desgraciadamente muy poco, los aristócratas de hoy son decepcionantes.

P.- ¿Le van a borrar del club, sabe?

R.- Como diría Groucho: nunca sería de un club que me admitiera como miembro.

P.- ¿Su obra de teatro era: ?cómo ganar amigos en cuatro palabras??

R.- Escribí ?Me Cago en Dios? está basado en un refrán popular, (pensé que no era ofensivo para nadie). Una vez escuché: ?¡me cago en Dios que llego tarde a misa!?

P.- ¿Para algunas cosas no estamos preparados?

R.- España es un país provinciano que sólo se curaría obligando a que la gente viviera temporadas fuera.

P.- ¿Cuántos idiomas habla?

R.- Bien en tres idiomas, pero también me manejo en japonés, italiano y portugués.

P.- ¿En cuantas lenguas sabe callar?

R.- En ninguna lengua sé guardar silencio.

P.- En su libro hay una duquesa y roja, ¿contradicción?

R.- Una aristócrata es un revolucionario siempre porque es creador de valores, (no me refiero al de linaje que no es ejemplo de nada).

P.- ¿Quiénes son aristócratas sin linaje?

R.- Lo fueron el doctor Freud y Severo Ochoa, pero ahora Pedro Almodóvar es nuestro gran aristócrata.

P.- ¿Debería ser reconocido como tal?

R.- Me gustaría que le dieran el ducado de Almodóvar porque es lo más importante que ha tenido España en los últimos treinta años. Es quién rompe con la imagen rancia del franquismo.

P.- ¿No es bajito Almodóvar para ser ?grande de España??

R.- Bueno, bueno, ya va cogiendo tamaño?

P.- ¿Por qué siempre se casan ?entre ustedes??

R.- Porque todo han sido arreglos económicos. La aristocracia se parece a un coto de caza, (hoy la aristocracia no es nada, son unos burgueses acomplejados). La Historia de España es en parte penosa por la aportación de los aristócratas en los dos últimos siglos.

P.- ¿Mola decir ?soy marqués? al reservar mesa?

R.- Sí, pero como España es país aristófobo sospechas que te van a escupir en la sopa.

P.- ¿Haría la biografía de Gallardón?

R.- ¿De Gallardón?, ¿De Ruíz-Gallardón?

P.- Sí, ¿acaso hay otro?

R.- Si me pregunta si haría una biografía: sí. Si me pregunta de Gallardón: no, (no tiene categoría literaria, de momento). Ningún político actual la tiene.

P.- ¿Vota usted al PP?

R.- El voto se secreto.

P.- ¿Su cuñada lo sabe?, (Esperanza Aguirre).

R.- Yo creo que mi cuñada sospecha que mi voto es secreto.

P.- ¿Paga más impuestos por ser libre?

R.- Me gustaría pagar más impuestos, a cambio de mejorar los servicios del Estado.

P.- ¿Cuáles son sus normas en la vida?

R.- Hay que resucitar aquello de: ?Dios, ni amo, ni CNT?

P.- Empezamos hablando de aristócratas y acabamos con el puño en alto, ¿Algo que añadir en su descargo?

R.- Dios es una bonita ficción pero prefiero hablar de Hollywood.

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El productor sin escrúpulos

junio 3rd, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Va a ser verdad lo del cambio climático, va a tener razón Al Gore porque nada más anunciar que viene el Festival del Porno a Madrid, las nubes prometen alejarse porque la tierra se va a poner muy caliente. Y mucho más se calientan los falsos productores de cine porno que van por las discotecas captando incautos e incautas que quieran posar con la verdad tan inhiesta como desnuda y venosa. Se buscan tipos que no sepan sonreír a cámara y chicas que fijan espasmos de felicidad aunque la pose invite al calambre y el partenaire deje mucho que desear; y a ser posible ellos con la verdad depilada y que se dejen los calcetines puestos, detalle que se aprecia como elemento de buen gusto en ese tipo de género de cine fálico, que algo tiene de bélico por la batalla carnal. La ceremonia de la confusión consiste en hacerles el timo del sheriff: chulean a las chicas, practican sexo y luego no les pagan, (muy a lo ?Coslada Connection?, siguen la doctrina Ginés al pie de la letra). Para sus fines costrosos se ayudan de los foros de Internet y de publicidad engañosa en discotecas. Y de esa forma consiguen sexo sin pagar y luego aprovechan el material gráfico para consumo propio o para colgarlo en la red. Son auténticos farsantes que practican aquello de que tu mano izquierda no se entere de lo que hace la derecha, puesto que con una mano empuñan la cámara y con otra el miembro viril que se abre paso a empellones entre carnes engrasadas por falsas promesas y tubos de crema. Ninguno de ellos es un depurado cineasta, muy al contrario ahorran en guión, (en ese punto son coherentes porque no ofrecen lo que no tienen: talento, ellos van al grano o mejor dicho a la peca que viene de pecar). Puestos a quedar mal meten la mano, meten la pata y así con todo lo que tienen hasta conseguir un guirigay que ofrezca un final feliz para sus intereses. Y si para ello tienen que alquilar una habitación de hotel, lo harán. Cualquiera puede ser un productor porno sin escrúpulos, no hace falta enseñar un título que acredite haber visto una película de Billy Wilder, muy al contrario se valora especialmente la condición de ágrafo audiovisual y se tienen en cuenta poseer un póster de Rocky en el cuarto. Con esos requisitos se echan al monte a cazar pardillos y luego exhibirlos para la posteridad con esa pose tan especial con la que se ruedan las escenas de cine porno. Más que nunca conviene leer la letra pequeña del contrato, en el caso de que lo hubiere, para no acabar como extra en ?El último tanga en París?. El séptimo arte es echarle cuento a la vida y conseguir calmar el ansia sexual con promesas de grandes contratos. No es verdad que los buenos contratos con sexo entren, y menos los que son tan fálicos como falsos.

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El productor sin escrúpulos

junio 3rd, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Va a ser verdad lo del cambio climático, va a tener razón Al Gore porque nada más anunciar que viene el Festival del Porno a Madrid, las nubes prometen alejarse porque la tierra se va a poner muy caliente. Y mucho más se calientan los falsos productores de cine porno que van por las discotecas captando incautos e incautas que quieran posar con la verdad tan inhiesta como desnuda y venosa. Se buscan tipos que no sepan sonreír a cámara y chicas que fijan espasmos de felicidad aunque la pose invite al calambre y el partenaire deje mucho que desear; y a ser posible ellos con la verdad depilada y que se dejen los calcetines puestos, detalle que se aprecia como elemento de buen gusto en ese tipo de género de cine fálico, que algo tiene de bélico por la batalla carnal.
La ceremonia de la confusión consiste en hacerles el timo del sheriff: chulean a las chicas, practican sexo y luego no les pagan, (muy a lo ?Coslada Connection?, siguen la doctrina Ginés al pie de la letra). Para sus fines costrosos se ayudan de los foros de Internet y de publicidad engañosa en discotecas. Y de esa forma consiguen sexo sin pagar y luego aprovechan el material gráfico para consumo propio o para colgarlo en la red. Son auténticos farsantes que practican aquello de que tu mano izquierda no se entere de lo que hace la derecha, puesto que con una mano empuñan la cámara y con otra el miembro viril que se abre paso a empellones entre carnes engrasadas por falsas promesas y tubos de crema. Ninguno de ellos es un depurado cineasta, muy al contrario ahorran en guión, (en ese punto son coherentes porque no ofrecen lo que no tienen: talento, ellos van al grano o mejor dicho a la peca que viene de pecar). Puestos a quedar mal meten la mano, meten la pata y así con todo lo que tienen hasta conseguir un guirigay que ofrezca un final feliz para sus intereses. Y si para ello tienen que alquilar una habitación de hotel, lo harán.
Cualquiera puede ser un productor porno sin escrúpulos, no hace falta enseñar un título que acredite haber visto una película de Billy Wilder, muy al contrario se valora especialmente la condición de ágrafo audiovisual y se tienen en cuenta poseer un póster de Rocky en el cuarto. Con esos requisitos se echan al monte a cazar pardillos y luego exhibirlos para la posteridad con esa pose tan especial con la que se ruedan las escenas de cine porno. Más que nunca conviene leer la letra pequeña del contrato, en el caso de que lo hubiere, para no acabar como extra en ?El último tanga en París?. El séptimo arte es echarle cuento a la vida y conseguir calmar el ansia sexual con promesas de grandes contratos. No es verdad que los buenos contratos con sexo entren, y menos los que son tan fálicos como falsos.

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El horno y los bollos

mayo 27th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

A Santi Santamaría ya le ha llegado la categoría de autor de best-seller: la gente no ha leído su libro pero habla de él con entusiasmo popular. El chef catalán hace el papel del mago que reventaba los trucos a David Copperfield, y por lógica corporativista el resto de cocineros le han plantado una cacerolada y, si pudieran, lo asaban a la espalda como a San Lorenzo lo pusieron en la parrilla. Si los antropófagos tuvieran un día al año para cocinar, seguro que le metían en la olla junto a unas verduras hasta alcanzar el punto de cocción adecuado. Santamaría denuncia que en la nueva cocina hay mucho de ficción y algo de sustancias tóxicas; tanto que si la Guardia Civil hiciera controles de ?gastrolemia? a más de uno le encontraban un alto nivel de productos químicos en sangre, (su tesis es que de muchos restaurantes de diseño salen ricos dopados que ignoran lo que han comido, aunque sí lo mucho que les ha costado).
Santamaría reivindica el honor de las lentejas y la lealtad inquebrantable de la tortilla de patatas que tanto ha hecho por las meriendas y banquetes de España. También reclama el buen nombre de las féculas y un canto del garbanzo que fue nuestra dieta nacional hasta que llegaron los platos preparados que acabaron con las cocinas de carbón. En ese momento las cocinas españolas ganaron en diseño y perdieron la categoría de fraguas de Vulcano donde el secreto estaba en el fuego lento. Eran auténticos infiernos, de ahí que estuvieran dotadas de ?infiernillo?.
?La cocina al desnudo? es un libro que podría tener una segunda parte aplicada a la política. Lo que pasa en el PP se puede explicar en clave de sustancias alucinógenas que enrarecen los sabores, como si Rajoy fuera un mal chef incapaz de conseguir el punto de sal, o cuajar una mayonesa en condiciones, (pero lo único que logra es romper huevos sin parar mientras una y otra vez se corta la emulsión por falta de entusiasmo). No hay política, ni cocina, que funcione sin emocionar al comensal. Rajoy sería el cocinero que saca los platos sin terminar y que apuesta por eliminar todos los condimentos con tal de ser él la única referencia en el paladar. Pero igual que hay días nublados también hay cocinas tristes. Lévi-Strauss hizo un clásico con su libro de antropología: ?Lo crudo y lo cocido?, cuando uno no tiene capacidad para cocinar tampoco sabe discernir que es lo crudo. Por eso Cascos aparece como hueso duro de roer.
En la cocina de Rajoy todos los ingredientes se han puesto en armas, y el orégano no se habla con las lentejas, los buñuelos andan regañados con el azúcar y el suflé tiene un dolor de cabeza tan enorme que se desinfla enseguida. Es lo que se llama la depresión del suflé y sus consecuencias sobre la pastelería doméstica. Ideologías al margen, ?infiernillos? aparte, Santamaría tiene razón: cuando el horno no está para bollos no queda otro remedio que acudir a las sustancias sicotrópicas para animar los platos.

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La bronca ?en-cubierta? de Leganés

mayo 26th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Era de madrugada cuando el cuerpo de un joven apareció junto a las playas de Malibú. Tomemos por playa madrileña al nombre de un local que mantuvo abierta sus puertas a pesar de haber sobrepasado la hora del cierre, y de haber sido multado por la policía municipal. El dueño calculó el importe de la multa con el volumen de la caja y decidió seguir adelante con el negocio. Lo cierto es que Bruno no llegará a cumplir veinte años porque en una pelea en el ?Malibú? fue condenado a muerte; los verdugos ejecutaron la sentencia en el Museo de la Escultura al Aire Libre. El cuerpo de Bruno quedó expuesto en el suelo, la silueta en tiza, a la espera de que el juez levantara la exposición de arte criminal que competía con las otras esculturas al aire libre, (un sarcasmo de término porque nadie puede ser libre mientras pague con la vida).
Junto a la Cubierta de Leganés se ha creado un parque temático de la violencia y de normas inculcadas. Los vecinos lo temen, y por eso se atrincheran los fines de semana, saben que hasta que amanezca se dará el asedio de los ?sioux? al fortín. Alrededor de la plaza se creó un negocio de copas, y alrededor de ese negocio creció la delincuencia. Crimen al margen, el Ayuntamiento de Leganés no puede con las broncas, y a base de sanciones administrativas no consigue hacer que se cumpla la legalidad. Habría que preguntarse qué puede hacer la Delegación del Gobierno para que cierren los locales a su hora, y para impedir que el ?Malibú? estuviera de jarana a las cinco y media de la madrugada.
Malibú es una de las playas de Los Ángeles, (California), junto a Santa Mónica y a Venice Beach, todas ellas forman una pasarela del bótox y del relleno de silicona. Cuerpos diez que compiten entre sí para saber quién es el más dorado, el más retocado y también el más insulso. Hasta esas playas no podrá ir Bruno porque le han quitado el placer de vivir sus días cuando apenas le quedaban horas a la noche. Todo mezquino y muy real, tanto como el filo de la navaja que se apoyó en su cuello como si fuera a mondar una naranja. Cuando las asistencias del SAMUR se personaron sólo pudieron certificar su muerte y acompañar a sus últimos latidos con inyecciones de morfina. Bruno es cadáver, ahora lo que hay que hacer es recuperar el pulso de la zona que también quedó herida.
Madrid lleva un tiempo acostumbrada a despertar con noticias de violencia. Y de la costumbre nace el hábito que se convierte en ley. La solución debe pasar por una reflexión urgente acerca de la calidad del ocio que tienen los jóvenes. Más que una oración por Bruno lo que hay que pedir es coherencia y trabajo por parte de los políticos. Y, llegado el caso, acabar con la impunidad con la que los empresarios se saltan las normas.

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El alucine del alunicero madrileño

mayo 24th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

?Alucina, vecina?, se escucha en el barrio de Salamanca donde se ha puesto de moda el entrar a las tiendas con un coche para robar a la carrera. Le llaman alunizar y es de mucho alucinar por la violencia del acto y el escaso tiempo en el que se desarrolla. El vecino no da crédito cuando sale a la calle y encuentra cristales blindados hechos añicos, tirados por el suelo como antaño se hacía con las perras gordas de los bautizos.
Las bandas le han puesto precio a la llamada ?Milla de Oro?, (por cierto, que alguien le explique a la Delegada del Gobierno que no se dice ?Milla de Oros?, salvo que quiera hacer un homenaje a la baraja española de don Heraclio Fournier). Y, noche sí, noche también, las tiendas de lujo son profanadas con el escándalo de ruedas quemadas en el asfalto: un acelerón, un chirrido, un golpe y antes de que salte la alarma ya han desvalijado el escaparate. Los comerciantes piden, con justicia, que la presencia policial se haga notar porque hay momentos en los que las calles del barrio de Salamanca parecen decorados de las películas del oeste, sólo falta que cruce el horizonte una enorme pelota de polvo. Se trata de un barrio muy habitado durante la jornada laboral pero que luego regresa a las tinieblas de la impunidad de la noche. Es evidente que esto en tiempos de serenos no pasaba, y tampoco cuando había vecinos, así que anotamos esta anomalía urbana a la especulación que convirtió viviendas familiares en oficinas de lujo. En cierta medida hemos conseguido que el entorno de la calle Serrano sea un lugar ideal para vivir en el que no reside nadie, y no toda la culpa la tiene el euribor. Debería ser motivo de reflexión municipal urgente saber si Madrid se ha hecho para que no la vivan los madrileños, pero ese es otro debate que nos llevaría a otro tipo de conclusiones alucinógenas y estamos con el alunizaje.
Igual que los grandes depredadores se acercan al lago a cazar cervatillos que abrevan, con la misma impunidad que da la noche se aproximan los ladrones en coches de gran cilindrada, previamente sustraídos de las manos de sus legítimos propietarios. Pero ante esa amenaza al comercio no se actúa al nivel esperado, mitad por desidia, mitad porque en el fondo se perdona que se robe al rico. En ese error estamos metidos.
Una solución provisional sería restaurar la antigua muralla de la ciudad, aunque traería consecuencias graves para el tráfico. No parece útil. No estaría mal que la delegada del Gobierno le pusiera algo más de interés a la persecución de estos delitos de porrazo y trinque a la carrera. Más que nada para que la llamada ?Milla de Oro? no pase a convertirse en una ?Milla de Cristal?, (no tanto por su limpieza sino por los cristalitos desperdigados en cada alunizaje). Madrid no puede ser la ciudad de la Ley del más fuerte, y mucho menos de los que roban con el método de ?quita que echo para atrás?.

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El delfín no emerge

mayo 23rd, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Fraga está para apoyarse en otros, no para que otros se apoyen en él, pero Gallardón le ha cogido gusto a que el octogenario fundador del PP le eche unos capotazos que ni Curro Romero cuando ejercía de director de lidia. A Don Manuel le han nombrado juez de silla y a poco que Aguirre se desmarca le amenazan con echarle a Fraga para que suelte unas pestes y le mande ?¡Esperanza: firmes, ¡ar!?. Fraga hablando de renovación es como si el ministro Bermejo, alias ?Rebekator?, (por su afición a batir rebecos en la caza mayor), negara un homenaje al difunto Charlton Heston por su contribución a la causa del rifle. Pero a poco que uno tenga memoria y sepa de cuentas: Fraga apoyando a Gallardón, ¿eso no era una foto de Alianza Popular?, ¿no la habíamos visto ya? Vale que todo sea uno y lo mismo como decía Heráclito, ese griego que parece el gran vidente del Partido Popular, pero no deja de sorprender los círculos que da Rajoy para quedarse en el mismo sitio. Sólo falta que llamen a Vestrynge, aquel que con tan buen ojo don Manuel designó para llevar los destinos de la derecha, y que con tal de no aguantar a Fraga abrazó los postulados del marxismo con inusitado entusiasmo. El capítulo de aciertos de don Manuel se completó al fijarse en Isabel Tocino, a la que dejó vestida de pastorcilla para la historia de los almanaques españoles.
El PP está sometido a unas fuerzas centrífugas que ni en las curvas de Le Mans, pero no parece que nadie vaya a cambiar los peraltes, por eso los más válidos se salen por la tangente. Tal es el caso de Rato que se ha puesto unas conferencias en China con tal de no estar en el congreso de Valencia. Justo ese Congreso al que Zaplana no acudirá porque se le ha acabado la batería de la confianza, igual que a Acebes y a María San Gil. En caso de pasar lista en Valencia se iban a dar unos silencios espesos tirando a mustios. Tampoco está, ni se le espera, Jose María Aznar que algo tiene de responsabilidad en este fregado de la derecha española que amenaza ruina.
Se busca a un delfín pero el caso es que no emerge de las aguas. González Pons aún no sabe cuál va a ser su papel, de ahí que se haya salido por otra tangente, la poética, y que hable de la necesidad de apagar y encender el PP para borrar la pantalla sin dañar el disco duro. Ni Bill Gates lo hubiera dicho mejor, lo malo es que el PP vive un continuo estado de apagón permanente. ?Game over?, Esteban, ?new coin?.
Entre delfín y tiburón no hay mucha diferencia pero igual comprobarlo de cerca te cuesta un mordisco. Le llaman renovación pero tiene mucho de antropofagia de junta de vecinos. Así no hay quién pueda dormir tranquilo, Mariano. Y, mientras se busca el delfín, el rumbo es incierto y se desconoce la profundidad de la crisis que tanto se parece a la ?fosa mariana? que fue descubierta por Jacques Piccard; en su informe anotó haber visto animales marinos hasta el momento desconocidos. No pudo alcanzar el fondo por exceso de presión en las paredes de su batiscafo.

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?En Italia nos han calificado como artistas irresponsables?

mayo 19th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

La Terremoto de Alcorcón y Antonia San Juan han hecho posible ese lema que se le atribuye a los productores de cine sin escrúpulos: ?¡con tu cuerpo y mi talento llegaremos muy lejos, nena!?. El cuerpo de La Terremoto es la definición del deseo tradicional a la española: curvas, altura, sensualidad, turgencia, lozanía, descaro y una boca para cantar o para lo que haga falta menester. Y una mirada que tumba a medida que los ojos se aproximan. Es la típica mujer que provoca una revolución absentista al pasar cerca de una obra, (pero que tengan cuidado los que le piropeen porque pueden encontrarse con una contundente respuesta). Por su parte, el talento de Antonia San Juan no para de ofrecer ideas para la escena, por su cabeza bullen mil formas de sortear la crisis que acompaña a la palabra teatro desde Sófocles hasta los días del euribor. Antonia escribe versos, redacta monólogos, hace canciones y La Terremoto le pone el ?cuerpo? a las ideas de Antonia San Juan. Son un dúo perfectamente engrasado que promete ofrecer noches de risas y reflexiones en el Teatro Arlequín. Por aquello de aprovechar el mensaje al máximo, el espectáculo se llama ?La Terremoto de Alcorcón, precios populares?. Estrenan el jueves y van a competir en La Gran Vía con la nueva entrega de Indiana Jones, ¡pero quién es el doctor Jones comparado con La Terremoto de Alcorcón!
PREGUNTA.- Usted será de Alcorcón, y muy ?terremoto?, ¿pero lo que pasa en Coslada, semejante espectáculo de corrupción, no es casi competencia desleal?, ¿Hay más espectáculo en un pleno municipal que en un teatro?
TERREMOTO.- ¡No me asusta nada!, yo vengo de Mallorca, cuna de las mafias? tenemos desde cofradías de peperos del Opus que gastaban miles de euros con tarjetas del Ayuntamiento, hasta alcaldes como el de Andratx que puja por estar en el candelero mucho más que nosotras.
P.- ¿Cómo siempre la realidad supera a la ficción, a lo que pasa en el teatro?
ANTONIA.- Para eso es bueno que exista el teatro privado, para poder denunciar todo lo que pasa, (sería impensable en el teatro público donde las cosas tienen otro filtro). A nosotros no nos controla nadie.
P.- ¿Son unas privilegiadas que trabajan en lo que quieren?
ANTONIA.- Para alcanzar el tipo de trabajo que uno quiere, hay que esforzarse mucho. No vale eso de quiero algo sin trabajar para conseguirlo.
P.- ¿Son ustedes dos gente de fiar?
TERREMOTO.- Yo soy cien por cien de fiar? ¡ella menos! Antonia engaña porque la gente suele tener una idea equivocada y absurda de ella, como si tuviera que cumplir los requisitos del personaje de una película.
P.- ¿A Antonia San Juan le gusta cultivar el jardín de su secreto?
ANTONIA.- No, pero quién me quiera conocer que me conozca. Y quién no quiera, pues tampoco pasa nada. Eso no me preocupa demasiado.
P.- ¿Cuánta gente le conoce, de verdad?
ANTONIA.- Menos de lo que parece, soy una popular desconocida. Los que me conocen mejor es por haber tenido una larga relación de amistad o porque hemos trabajado juntos.
P.- ¿Desde cuándo se conocen las dos?
ANTONIA.- Creo que junto a Pepón Nieto debo ser de las primeras personas que escucharon la cassette de La Terremoto, esa canción que decía: ?hoy te he visto con tus libros caminando y con tu carita de cocreta?. Ahí me enamoré de ella. Yo había ido a Palma de Mallorca, con mi pareja, a hacer una obra de teatro. Entonces La Terremoto comenzaba a trabajar con ?Diabéticas Aceleradas?.
P.- ¿Ese fue el principio de una bonita amistad?
ANTONIA.- Lo podemos situar justo el día de la última colección de David Delfín en la Pasarela Cibeles, allí nos vimos y era cuando yo estaba dándole vueltas a quién podía hacer unos textos que tenía escritos en verso, (guardados desde tiempo de Mari Castaña, e incluso antes). Casualmente había pensado en ella y justo me la encontré en el desfile de David Delfín. Así fue.
P.- ¿La Terremoto viene de Palma, pero es de Alcorcón?
TERREMOTO.- Soy de Alcorcón pero me crié en La Palma del Condado, en la provincia de Huelva, luego he estudiado en Bruselas, y acabé viviendo en Palma de Mallorca.
P.- ¿Qué hacía usted en Bruselas, tan lejos de Alcorcón?
TERREMOTO.- Estudiar Comercio Exterior? sí, sí, ¡fíjate lo que es la vida!, soy una experta en aduanas, aranceles y Derecho Internacional.
ANTONIA.- ¡Cualquiera diría que La Terremoto estudió Derecho Internacional!
TERREMOTO.- Eso es lo bueno, que la gente se sorprenda cada día con una cosita nueva. Nadie se lo imagina.
P.- Son ustedes mujeres de grandes secretos, ¿No trabajarán para el CNI?
ANTONIA.- Puede, (RISAS)
TERREMOTO.- Antonia es una agente secreta.
ANTONIA.- Me habéis pillado.
TERREMOTO.- A mí me encantaría ser una mata-hari. ¡Uy qué vida tan interesante!
P.- ¿Hacen arte para pocos, para unos elegidos?
ANTONIA.- Lo más inteligente es expandirte a cuánta más gente, mejor. Lo que pasa es que el tipo de teatro que hago no es para todos los públicos? todavía hay mucha gente que no me conoce.
P.- ¿Se le conoce más por haber sido ?La Agrado?, en ?Todo sobre mi madre??
ANTONIA.- Aquello capitalizó todo, recogió todo lo que había hecho hasta la fecha. Todo el teatro de la Universidad que hice, todo el teatro clásico que interpreté y todo el café teatro que pude haber hecho. Almodóvar aprovechó eso de mí y en contrapartida me dio la internacionalidad. Ese capital que me dio lo he multiplicado, es como si mis padres me hubieran dejado una herencia y yo la hubiera repartido en plazo fijo, una póliza, un local y en un negocio. Así me convertí en una inmobiliaria del arte.
P.- ¿Para todo eso le dio una película con Almodóvar?
ANTONIA.- Le saqué partido igual que pasa en la cocina cuando no tienes más que un plátano, un huevo y arroz? y haces un estupendo arroz a la cubana.
P.- ¿En este trabajo no tienen malos rollos?
TERREMOTO.- ¡Nunca!, al revés; he aprendido de Antonia a hacer un trabajo de mesa, (yo estaba más acostumbrada a la improvisación del momento), en cambio con ella he aprendido a sentarme, estudiar, y a crear el espectáculo que íbamos a crear para este escenario de Madrid.
P.- ¿Tienen confianza plena la una en la otra?
TERREMOTO.- En esas sentadas a estudiar nos hemos contado nuestras vidas, por eso yo doy un ciento veinte por ciento en el escenario. Todo es gracias a esa confianza que hemos sabido crear.
P.- ¿Para quién está dirigida y pensada esta función?
ANTONIA.- Una novela, o una obra de teatro, no se hace para nadie. Cuando una obra se hace para nadie es para todos.
P.- ¿Y si la vida tuviera un guión tan trabajado como el suyo?
TERREMOTO.- ¡Si la vida tuviera un guión escrito la gente iría de cabeza a leer el final!, entonces no tendría sentido.
P.- ¿No sería interesante leer un par de páginas por delante?
TERREMOTO.- A mí no me interesan los finales, prefiero disfrutar del proceso. Es mucho mejor y más interesante.
ANTONIA.- Con cierto grado de angustia hay que vivir para que la vida tenga aliciente.
P.- ¿Hay que trabajar mucho para que luego lo improvisado salga bien?
ANTONIA.- Hay que trabajar mucho para que luego la gente crea que lo estás improvisando justo en ese momento que lo están viendo. Lo que uno tiene que hacer es trabajar para que luego parezca un producto fresco e improvisado.
P.- ¿El público, como el cliente, siempre tiene la razón?
ANTONIA.- No creo que el público siempre tenga la razón. Hay una vena populista que lleva a pensar que nunca se equivoca, (y lo hace hasta cuando vota), pero a veces hay un público maravilloso y en otras ocasiones te las tienes que tragar dobladas cuando estás en el escenario. A veces le suena el móvil y le vuelve a sonar a pesar de que le hayas perdido que lo apague. Pero es verdad que hay un afán loco por quedar bien, esa es la epidemia del siglo XXI, (aún jodiendo al otro).
P.- ¿Son ustedes la vanguardia de la vanguardia?, ¿Lo más de lo más?
ANTONIA.- ¡Si las vanguardias de murieron en los setenta!, ojo con este comentario.
TERREMOTO.- Somos un símbolo de la contracultura. En Italia nos han calificado como artistas irresponsables.
P.- ¿Se tienen por iconos del arte irresponsable?
TERREMOTO.- Yo la verdad es que tengo cuerpo de cono, más que de icono.
P.- ¿Y Antonia es icono con eñe?
ANTONIA.- ¿Un icoño?, yo creo que no. No somos bandera de nada, y eso a veces ofende a ciertos sectores, pero me da igual. Hay personas que quieren usarte como icono de sus movimientos pero yo no quiero.
P.- ¿Se refiere a la causa gay?
ANTONIA.- No necesariamente. No creo que deba haber sindicatos para defender la homosexualidad, los sindicatos deben ser para la defensa de los derechos del trabajo, no para la sexualidad. Uno se mete en la cama con quién le da la gana. Y expuestos a que le agredan estamos todos: gordos, flacos, feos, guapos, pijos, macarras. Todo el mundo arremete con todo el mundo.
P.- ¿Hacen un teatro amable o de implicación con el público?
TERREMOTO.- El mío es muy amable, es un montaje que tiene momentos lorquianos, también de Valle Inclán, de Ópera, y de la revista más rancia del mundo, de cabaret? muy completo.
P.- ¿Todo arte no debe tener un punto de provocación?
ANTONIA.- Lo que yo hago sí lo tiene. Yo soy provocadora con las palabras, a través de un personaje que ve la televisión saca la doble moral de las noticias. A lo mejor no se dice un coño en horario infantil pero sí emiten programas que destrozan la vida de cualquiera. Me refiero a esa gente que persiguen con las cámaras todo el rato por la calle y luego lo emiten en horario para todos los públicos como si fuera algo normal.
P.- ¿A qué tienen miedo?
ANTONIA.- Al teatro público que nos quiere barrer. Evidentemente es una competencia desleal que se hace con dinero de todos. El teatro público es una manera de controlar la ideología porque se eligen los textos que hagan poco pensar al público y que no se metan con el poder establecido.
P.- ¿Les gusta más un teatro, y una vida, sin controlar?
TERREMOTO.- Yo no me he controlado jamás, ¡a mí sólo me controla Hacienda y porque no hay más remedio!, que si no?
ANTONIA.- Terremoto: es evidente que hay que vivir con un cierto límite de censura.
P.- ¿No es muy duro admitir eso?
ANTONIA.- Pero es que es así, primero porque no existe la libertad de expresión. Yo puedo decir lo que quiera pero alguien se puede encargar de vetarme. Hay que tener en cuenta que vivimos en sociedad, hay que vivir con cierto grado de límites en la expresión.
P.- ¿Es aquello de que con la hipocresía se llega más lejos?
TERREMOTO.- Mucho más lejos, hay que ser hipócrita cien por cien, por eso nos inventamos los trabajos, nos inventamos la vida, y por eso inventamos personajes.
ANTONIA.- Yo prefiero la hipocresía con las buenas formas que el nepotismo. A veces estás con alguien que sabes que te va a negar una ayuda pero te lo dice con formas exquisitas. Sabes que no te va a ayudar en nada pero el trato es muy correcto, y lo agradezco.
TERREMOTO.- Pues no, yo prefiero que me digan que no y que me pongan mala cara a que mareen la perdiz. Soy mucho más directa que Antonia.
P.- ¿Ustedes hacen ?arte y desmayo??
ANTONIA.- Mi espectáculo es terapéutico, hay muchas partes que la gente agradece cuando luego las pueden analizar. Me refiero a reflexiones que hago sobre la mujer, la familia, el sexo o la Iglesia. Aunque no estén de acuerdo conmigo me consta que les puedo haber abierto otro canal de otro pensamiento. Y que luego maduren esas ideas, las acepten o las rechacen.
P.- Póngame un ejemplo más concreto, por favor.
ANTONIA.- Pues decir que la familia tradicional es algo decadente y que no se sostiene, pero lo digo ante una señora tradicional en el patio de butacas a la que le explico que las tradiciones llevan al machismo. O puedo decir que una sociedad laica es menos machista. Y esa señora reflexiona luego sobre lo que ha podido escuchar en el espectáculo.
P.- ¿Ese es el papel de La Terremoto?
TERREMOTO.- Yo me ocupo más de la superficie, de un humor que es más banal. Por supuesto que llega de igual forma.
P.- ¿Es otro estilo de agitar la vida?, más a lo Terremoto.
TERREMOTO.- Por ejemplo cuando hago parodia de un video de Madona en el que está estupenda pero detrás hay diez kilos de bótox, horas de gimnasio y un dietista que te dice lo que debes comer. Pero no todas las señoras de la edad de Madona están como ella porque luego tienen que ocuparse de sus trabajos y además de su casa. No todas somos Madona. Yo demuestro cómo te sientes cuando terminas el video y tienes que ir a tu casa a poner la lavadora.
P.- ¿La Terremoto se levanta de la cama así, supongo? Igual de arreglada que sale en escena.
TERREMOTO.- Sí, sí, tal cuál. Yo soy como Joan Collins en ?Dinastía?: me levanto peinada, maquillada, y con esta expresión tan angelical.
P.- Hacen el papel del bufón, ¿son los que cuentan la verdad?
ANTONIA.- La verdad también está cargada de ideología. Yo cuento mi verdad, mi análisis de una situación. En el escenario cuento que hay mucha hipocresía con la mujer, por ejemplo cuando entrevistan a una gran profesional pero buscan que diga que se realizó cuando fue madre. ¡Qué paradoja tan extraña que la mujer pida igualdad y luego caigan en el tópico!
P.- ¿Son grandes fans del psicoanálisis?
ANTONIA.- Yo creo que la gente es fan de Tintin, o de Mafalda. El psicoanálisis es otra cosa. En el siglo XX ocurrieron dos grandes cosas: el marxismo y el psicoanálisis, de lo primero ha hablado mucha gente pero de lo segundo muy pocos. El marxismo se aplicó pero el psicoanálisis pasó de puntillas por el siglo.
P.- Todos somos esclavos de nuestras contradicciones: ¿En qué son ustedes dos mujeres convencionales?
ANTONIA.- Es paradójico, hasta en las mismas cosas que digo que no son convencional, finalmente lo soy. Soy de mi casa, de mi rutina y de no trasnochar.
P.- ¿Es lo mismo que era su madre, a su edad?
ANTONIA.- Me he dado cuenta que soy como mi madre totalmente, por eso me ocupo de mis plantas, de mi pareja, soy monógoma?
P.- ¿Oiga, y no se aburre mucho?
ANTONIA.- Es que no me gusta salir de noche aunque parezca mentira.
TERREMOTO.- En eso somos completamente distintas, yo no soy nada convencional?
ANTONIA.- ¡Espera, espera, espera!, porque luego eres de tu familia? de tu hermano, de tu madre y de tu padre?
TERREMOTO.- Pero no me gusta estar en casa, no quiero tener un perro, me gusta vivir en las casas de los demás. Desde pequeña me ha gustado dormir en casa de los amigos.
ANTONIA.- ¡Qué va!, pero si luego eres muy de tu padre. Si estás todo el día queriendo traer una tortilla de tu padre para que la probemos en el teatro. Ella es más convencional de lo que dice.
P.- ¿En cambio Antonia San Juan es casera?
ANTONIA.- Yo soy distinta a La Terremoto, no hago una loa de la comida de mi madre, en absoluto. Cuando voy a Canarias me quedo en un hotel y no en casa de mi madre porque me gusta la independencia. No tengo un apego a la consanguinidad. Nunca he sido ni muy García, ni muy San Juan. Cuando han dicho eso me he reído bastante.
P.- ¿Pero sigue siendo mujer tradicional por otros motivos?
ANTONIA.- Sí estoy en pareja lo estoy con todas las consecuencias. Creo que la pareja es un proyecto de vida, no un morbo. Y que el amor también es un proyecto de vida muy serio y a tener en cuenta.
P.- ¿Se ha hecho de derechas de repente?
ANTONIA.- No tengo ideología. Hay gente de izquierdas que me parecen auténticos fachas y conozco gente de derechas que me parecen maravillosas y me tratan muy bien. He conocido gente de izquierdas que eran tan hipócritas como para controlar hasta los vecinos de chalet que tenían, (se compran el suyo y los dos de al lado para luego saber quién los va a habitar).
P.- ¿Cuál es el lado convencional de La Terremoto?
TERREMOTO.- Además de alabar la tortilla de mi padre, nunca pongo los tacones encima de la mesa y asumo la filosofía de la folklórica, (no se me ocurre vestir de amarillo, por ejemplo).
ANTONIA.- A esas cosas no le doy ningún valor. Cuando leí ?Tótem y Tabú? de Sigmund Freud, me di cuenta de que a los objetos no se les puede atribuir ninguna función extraordinaria. Los objetos no pueden tener ningún poder.
P.- ¿La Terremoto no ha leído a Freud?
TERREMOTO.- Nunca he leído a Freud y creo que de momento no me va a dar por ahí. Tengo muchas cosas que leer antes que a Freud, muchísimas.
P.- ¿Madrid es una ciudad divertida para trabajar?
ANTONIA.- Me gustaría que Madrid fuera una ciudad divertida si Esperanza Aguirre no estuviera. De Madrid me gusta todo menos Esperanza Aguirre.
P.- ¿Y esa animadversión de dónde surge?
ANTONIA.- Porque no me gusta nada cómo hace las cosas. Nunca la Comunidad de Madrid me ha ofrecido siquiera una gira por sus pueblos.
P.- ¿Si le hubiera dado una gira, hablaría mejor de Aguirre?
ANTONIA.- No lo digo como una venganza sino como lo siento. A los artistas también tienen que ayudarnos.
P.- ¿Cuándo pasa por la Puerta del Sol, ni mira el reloj?
ANTONIA.- ¡Mucho peor!, vivo en la Puerta del Sol así que imagínese si miro y escucho ese reloj que preside la Comunidad. Desde el balcón de mi casa puedo mirar la hora, y lo hago a menudo.
P.- Por lo tanto Esperanza Aguirre y usted, ¡son vecinas! Igual hasta tienden la ropa en la misma cuerda.
ANTONIA.- No creo que tanto.
TERREMOTO.- A mí me gustaría que en Madrid existieran aquellos conciertos del Parque de Atracciones a 140 pesetas, cuando podía ver a ?Hombres G?, a ?Loquillo?, a Carlos Mata.
ANTONIA.- Ahora existen los Veranos de la Villa que joden a los teatros privados porque ponen la función a tres euros. Con dinero público se paga a los artistas.
TERREMOTO.- ¿Pero la idea no es que la gente vaya al teatro?, pues de esa manera van.
ANTONIA.- Con dinero público yo lo hago de maravilla, no te digo.
P.- ¿La Terremoto tiene estampitas y capilla en el camerino?
TERREMOTO.- Por supuesto, siempre me acompaña La Virgen del Rocío y la Virgen del Valle, (que es la Virgen de mi pueblo). No les pongo velas porque la normativa anti incendios del teatro lo prohíbe. Estas tradiciones hay que mantenerlas, ¡si desaparecen quién las va a contar!
P.- ¿Qué es para ustedes un buen día?
ANTONIA.- Me encanta que sea de rutina: levantarme temprano, ir al gimnasio, preparar la comida, ir al teatro y luego volver para escribir y leer en mi casa.
TERREMOTO.- No soporto la rutina. Me da palo cuando veo a Antonia que a las nueve de la mañana ya ha ido al gimnasio y está trabajando, y entonces me llama cuando yo casi me acabo de acostar.
P.- ¿No se conoce que La Terremoto haya ido a un gimnasio?
TERREMOTO.- ¿Yo?, ¿A un gimnasio?, ¡ni muerta! ¿Qué hago allí?
P.- Correr en la cinta con tacones? complicado.
TERREMOTO.- Correr con tacones es difícil, sólo he visto las carreras con tacones que se hacen en las fiestas del Orgullo Gay, en el barrio Chueca. Y estoy super sana, llevo una alimentación maravillosa, aunque por supuesto estoy en baja forma porque Antonia me mata a trabajar. Me da unos tutes que para qué.
P.- ¿Su cuerpo es una exageración de lo superlativo?
TERREMOTO.- Mi cuerpo es excelente, es un cuerpo como el que han tenido las mujeres de toda la vida, lo que pasa es que ahora se llevan los cuerpos de gimnasio que nada tienen que ver con el mío.
P.- Con permiso: ¿Es usted ?mucha mujer??
TERREMOTO.- Soy una tiarrona, una tía muy grande. Soy una señora grande como las de toda la vida que ha habido en España. Se alaba el cuerpo de Leticia Casta pero enseguida aparece la anoréxica de turno, aquí parece que hay que tener una 38 y medir 1.90.
P.- ¿Sus formas son como para que la DGT ponga: ?peligro curva??
TERREMOTO.- ¡Justo, ahí le has dado!, el que se asome a la curva puede caer en el peligro.
Acaba la charla y viene la sesión de fotos. La Terremoto posa con hambre de cámara y disciplina de vedette incansable. Si hace falta levantar la pierna, lo hace mil veces. En definitiva es una mujer enorme, justa merecedora de aquel piropo que ganó el Concurso Mundial de Andamios y Obras Públicas: ?¡me gustaría ser mariachi para poder tocarte la cucaracha!?.
Luego, ambas abandonan el camerino porque es hora de ensayar y el trabajo en el teatro exige disciplina y horario. Van cada una metida en su papel, La Terremoto de folklórica atípica que se encomienda a sus vírgenes antes de pisar las tablas, y Antonia San Juan de analista de la realidad con o sin Freud, depende del monólogo. Las dos forman un dúo completo de arte y provocación que pocas veces se dan unidas. Sería algo parecido a ver torear en Las Ventas a un matador tradicional y luego escuchar la conferencia de un antitaurino. Es la provocación inteligente de un teatro que puede ser amable en sus formas pero que anda plagado de cargas de profundidad, el mensaje llegará más hondo en función de las ganas que se tengan de recibirlo. Entre canción y charla hay tanta diversidad como la unión de tradición y modernidad. Nunca hubo terremoto sin sus consecuencias, ni mirada que fuera inocente. Ellas lo tienen muy claro, además a ?precios populares?.

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