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La octava víctima

septiembre 1st, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Los asesinos no respetan vidas ni horarios. A las cuatro de la madrugada un cuchillo zanjó las venas de la noche a la altura de la calle Covarrubias, pleno barrio de Chamberí, en el silencio del último día de agosto. Las venas de los inocentes cuando se parten gritan manchas secas a los cuatro lados de la pared y luego escalan al techo; allí hubo escándalo de saña y odio de doble filo cogido por el mango. Ella tenía 53 años, toda una vida por delante pero un marido que se le puso en medio, (de conformarse la autoría a este sujeto habría que quitarle la condición civil de viudo de su víctima para dejarlo en simple matarife de compañía). Para las estadísticas es la octava mujer que muere, presuntamente en manos de su pareja, en Madrid en lo que va de año. Ella es un número pero sus hijos nunca dejarán de considerarla su madre; lloran hoy algo que nunca tenía que haber sucedido. Ellos también han resultado heridos por la mano del asesino porque donde se mata a una inocente mueren también mil ilusiones de todos los que le querían.
De nuevo los vecinos reconocen que la pareja vivía en tensión y que, en ocasiones, escuchaban los gritos de las peleas, unas voces a las que sus oídos se habían acostumbrado como los pájaros a las tormentas. Esos vecinos hacen corros hoy en las calles del distrito de Chamberí, un poco por saber, un poco por informarse y también algo por el morbo de ponerle cara a una mujer muerta. Durante un tiempo se preguntarán si ellos no podían haber hecho algo más por evitar este crimen.
Para la octava víctima de la violencia machista en Madrid no ha habido un teléfono que marcar, ni una persona a la que pedir ayuda. Las medidas de protección son insuficientes, y así mientras el Ministerio de la Igualdad inventa números mágicos el contador de los verdugos sigue sumando: 8-0, (y acabamos de empezar septiembre). Un mes que ella no verá porque para la última víctima todas las paredes de su casa eran tapias de cementerio y todas las miradas de su marido un pelotón de fusilamiento a la espera de recibir la orden de ?fuego?. Ella, como casi todas las víctimas de esta violencia, se sabía condenada por un tribunal especial.
Hoy es día de regreso al trabajo, de contar batallitas del verano, de juramentos ante el espejo por esos kilos de más. Hoy no era el día para que la víctima número ocho hiciera el trayecto entre el tanatorio de la M-30 y La Almudena. Todavía un sol alto y caluroso nos indica que nos quedan algunos días del verano. Ella, la número ocho, tenía esta mañana una cita con el resto de su vida, pero le ha sido imposible acudir. Malditos sean los canallas que hacen puntería sobre la piel sana

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Criados en la opulencia del consumo

agosto 31st, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Es verdad que Solbes tocó la trompeta alertando de la crisis, pero de momento aquí seguimos en el bosque porque nadie se cree que vaya a venir el lobo de la recesión a mordernos los tobillos. En el bosque hay un ambientazo de verbena que en nada recuerda a un periodo de tristeza económica. Quizá vivamos la repetición de ?los alegres años veinte?, una manera de cantar, beber y bailar el charleston, (luego ya vendrá la crisis). Si un marciano hubiera viajado por España con su platillo este verano, habría visto colas en los restaurantes de lujo de Marbella y Mallorca, atascos de veleros para volver al pantalán, tipos que aceleran como si la gasolina fuera gratis, listas para comprar el último teléfono móvil que es plano y mola mucho, millones de pantallas de alta definición para ver los Juegos de Pekín. No hay elementos externos que nos hagan pensar que este verano el común de la sociedad se ha comportado distinto al año pasado.
Puede que la vaca haya empezado a perder volumen pero sus efectos de castigo bíblico todavía no los hemos terminado de asimilar; criados en la sociedad de la opulencia parece que nos cuesta recortar el gasto doméstico, nos negamos a ceder poder adquisitivo en nuestro cotidiano. Todo nos parece imprescindible, el español medio no está por la labor de hacer una lista de asuntos de primera necesidad porque, como buenos caprichosos, lo queremos tener todo y de última generación. Igual que respiramos veinte veces al minuto, necesitamos pensar en consumo otras tantas veces al minuto; esa es la proporción ?felicidad media/gasto real?. El marciano volador podría exclamar: ?¡caramba, cuántos socios tiene el club Puerta de Hierro!?, y pasmarse del nivel de vida de un país que se estanca en su crecimiento pero no pierde la fe en sí mismo. No es que todos seamos ricos miembros de un club elitista, lo que pasa es que no queremos volver a ser pobres porque nos da pavor, guardamos perfecta memoria de aquella España cateta que aparecía en el NODO muy satisfecha por cultivar calabazas gigantes. Ahora que podemos ser protagonistas de las películas de Hollywood no nos vamos a conformar con volver a los planos del NODO y que nos entreguen una lavadora en El Pardo por el premio a la natalidad. Tenemos las cartillas de racionamiento y el siglo XIX a dos generaciones, demasiado cerca. La trampa es que vivimos en la sociedad del tener: y si no viajas, no gastas, no consumes, no veraneas, no cenas en sitio visible? no eres. Por lo tanto el personal antes que ?parecer pobre? acepta serlo pero sin que los efectos se vayan a notar; hasta que los vecinos no saquen la bandera blanca ante el avance de las hipotecas, no estamos dispuestos a reconocer nuestras bajas en el combate contra la ruina. Heridos, magullados sí, pero muy dignos también.
Es verdad que las turbulencias del IPC se notan, es cierto que cada día conocemos a más personas que han pasado por la ronda de reconocimiento en las colas del INEM, (todos contra la pared y con la tarjeta en alto), pero vistos desde fuera nadie diría que hemos rebajado nuestros niveles de exigencia ni un comino.
No hay restaurante famoso de Madrid, o Barcelona, que haya tenido que poner un cartel de cerrado por ?defunción económica de la clientela?. Aquí hay muchos que están dispuestos a perder la dignidad antes que el estatus, me refiero a esos alegres gastadores del verano del 2008, insumisos de la inflación, esos que dejan propinas en el café como decía Solbes. Al PP le conviene que aparezcan muchos pobres en la foto para decir que España sólo fue rica con Aznar, pero ya nadie tiene un disfraz de indigente. Por eso consumen de manera irreflexiva, porque se quieren olvidar de su pasado.

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Los congelados

agosto 30th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Una nevera es un tigre que ruge con la tripa vacía, por eso venden arcones de congelados en los que la gente mete la cabeza y desafía al bicho como Ángel Cristo antes de ser ?ecce homo?. Mucho se ha estudiado el organizado caos el universo, (David Bohm decía que todo sucede por un orden implicado, por eso las estrellas no se descuelgan como un montacargas). Y Aristóteles, que no tenía nevera, sostenía que todo objeto tiene un lugar en el orden de las cosas. Al griego le quería ver yo metiendo los congelados del pedido de la vuelta de vacaciones, ahí es cuando uno se siente del todo ?peri-patético?. El ser humano está capacitado para afrontar una serie de acciones complejas, (incluido enamorarse), pero no puede superar el concepto nevera llena. De repente uno se ve rodeado de bandejitas de plástico con muslos de pollo que no encajan con las croquetas de los niños y, entonces, tiene que priorizar: ¿dejo a mis hijos sin cena o le soplo al pavo con un abanico para que no se descongele? Somos menos intuitivos que las moscas. Según el Instituto de Tecnología de California la mosca de la fruta huye del peligro porque es capaz de salir por alas en cuando capta la amenaza. Y lo hace a los cien milisegundos después de ?mosquearse? porque alguien desenfundó el bote del spray. Escuchan el ?plop? y ellas hacen ?fly? muy buenas. Seguro que cuando las moscas tengan nevera inventarán un sistema para introducir los congelados en poco tiempo. A medida que subía mi escala de desesperación se me ocurrió pensar qué consejo me darían los políticos. Seguro que a Solbes le parecería mal que los niños cenen croquetas congeladas porque los niños son muy inflacionistas. A Miguel Sebastián no le quise preguntar porque me regañaría por tener congelador, hay que volver a las fresqueras y a colgar el chorizo de la viga. A Cristóbal Montoro no se me ocurrió preguntarle porque seguro que tiene una explicación a por qué no cabe el pedido de la vuelta de vacaciones en la nevera. A Rajoy, tampoco, no le iba a estropear las vacaciones por esta tontería doméstica. Zapatero sería partidario de que hiciera una alianza de las congelaciones y compartiera viandas con el resto de vecinos. Rubalcaba vería en todo una maniobra sospechosa de conexiones insospechadas. Esperanza Aguirre no diría nada porque como ella es liberal? que cada uno de las apañe con su ?frigidaire?. Conclusión: hay cuestiones cotidianas para las que no tenemos respuesta. Ya nos gustaría ser ágiles como la ?drosophila melanogaster?, (mosca de la fruta) pero no, a nosotros siempre nos golpearía el matamoscas en la cabeza por lentos. Y, mientras escribo, las croquetas me miran con cara de sudor, pero para ellas no tengo una respuesta adecuada. Lo siento, no soy una mosca.

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Peón blanco

agosto 25th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Obama se ha fijado en Aito García Reneses y se ha dado cuenta de que un banquillo tiene profundidad si lo sabes mover bien, por eso ha fichado al senador Joseph Biden de ?coach?, para que le anime el equipo que va a competir en la final de las elecciones norteamericanas. Es un movimiento de ajedrez que opta por colocar delante al peón blanco y dejar atrás a la reina Hilary a la que le pueden salir telarañas en su posición, (ella que iba de imprescindible y para volver a la Casa Blanca se va a tener que colgar una tarjeta de visitante). Con Biden parece que el equipo Obama se refuerza en los rebotes internacionales y consigue meter presión en el centro del campo a los republicanos puesto que el senador es católico reconocido. Obama parece que se ha dado cuenta de que no basta con ser Kobe Bryant para ganar el partido, no siempre los árbitros son tan amables con los que cometen pasos de salida.
El candidato demócrata corre el riesgo de creerse ganador virtual y, según la teoría de Jose María García aplicada al fútbol: ?equipo que perdona, equipo que pierde?. Su gabinete de comunicación, eficaz y ruidoso, nos ha colocado la imagen de Obama en todas las posiciones posibles. Le hemos visto con su familia, con sus amigos, de traje elegante y de camisa remangada de mitin, hemos sufrido una Obama-sobre-dosis con todos sus efectos secundarios. Sólo les ha faltado repartir un Obama-Presley, disfrazado de roquero de Memphis para colocarlo en el salpicadero del coche. Es decir que sabemos poco del ideario del candidato pero mucho de lo bien que canta el ?aumba-baluba-balam-bambú?, y con eso podría forjarse una carrera como artista y firmar muchas galas en una gira por Europa, (Madrid excluido), pero no sirve para llegar a la presidencia del país más importante del mundo. Conocemos muy bien la música de Obama pero desconocemos su letra, y ahí tiene mucho donde rimar: Irak, Guantánamo, política exterior, seguridad nacional, etc?
Hasta llegar el senador Biden los otros entrenadores del equipo de Obama se habían relajado bastante proyectando una imagen de McCain como el ?yayo? que iba de retirada, y por el desprecio al rival no se consiguen más que ridículos tan olímpicos como históricos. Esos mismos son los que se conformaron con ganar a Hillary, y ya con eso estaba el cielo abierto y las calles hacia la estatua de Lincoln sembradas de pétalos de rosas. Como póster, ideal, pero como realidad complicada. Como si el rascar y el votar sólo fuera empezar. Pero una vez más, no. Obama ha captado que cuando todo son aplausos a tu alrededor hay que cambiar de palmeros porque te llevan al fracaso.
Para jugar este último cuarto que acabará en noviembre, Obama ficha a Biden que votó a favor de la intervención en Irak. El camino hacia la victoria hace extraños compañeros de viaje en los últimos minutos de juego.

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El Humo

agosto 23rd, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

En Barajas humea la cola de una gran ballena muerta, y los cetáceos no son de río. Algo muy extraño ocurre entorno al caso del avión de Spanair accidentado. Todo lo que no es claridad es humo que se extiende sin permiso, y cada vez más denso. Primero era un motor en llamas, luego no hubo tal, y ahora alguien urde la sospecha sobre el piloto porque la sospecha es otra forma de agitar el humo. En esa niebla de la confusión, y de manera más retorcida que amasijos de hierro, comparecen responsables de la compañía que ponen cara de humo, también. A ninguno de ellos le compraría usted un coche de segunda mano, pero sí los que iban en ese vuelo fatídico les compraron un billete. Se ponen detrás de una mesa con una corbata negra y no saben responder a las preguntas, con su manera de hablar pesarosa nos lanzan botes de humo para que lloremos. Y, humo es también, cuando nos distraen con los protocolos de mantenimiento de la aeronave y con las conversaciones de luto que recoge una caja negra. En toda esta desventura hay niebla densa con personajes de ciénaga que retrasan la publicación de la lista de pasajeros porque intentan cambiar la realidad para que no les afecte. Si pueden le echarán la culpa al mecánico que apretó el último tornillo, o al empleado de mantenimiento que pasó la aspiradora. Ellos, los de la corbata negra y la conciencia de igual color, intentan irse de rositas por el marco legal. Dudoso empresario es el que anota en beneficios lo que debería ir en la cuenta de la seguridad. De nuevo el humo. Dicen que es una compañía que tenía un futuro muy complicado, (el presente ya lo hemos visto), pero extraña que el Gobierno no haya actuado sobre ella con el rigor del que hizo gala en otros casos, como en el de Air Madrid. Hasta los hospitales se han acercado los bomberos para preguntar por los heridos, bomberos con la cara oscura del humo. En Ifema hay un pabellón de lágrimas negras. Y las familias se reúnen en un hotel al que se accede por una puerta giratoria muy oscura. Dicen que pilotos y tripulantes de cabina, compañeros de los desaparecidos en Barajas, antes de despegar tragan humo y luego intentan no toser para no asustar al pasaje. Pero ellos también sienten la inseguridad de lo que no está claro. Al final de una pista del aeropuerto de Madrid hay una ballena que asoma la cola junto a un río, imagen de una postal atroz que pone fin al verano. Alrededor un pasto quemado y algunos coches de policía. Esos ejecutivos de Spanair deberían contar lo que callan, que no debe ser poco. Mientras, todo lo que digan es vender humo y más humo. Le echan la culpa a los arcanos mayores como si el mantenimiento de una flota de aviones estuviera en manos de Dios, pero la caja de los billetes en manos de los hombres.

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Igual me lo pensaba dos veces

agosto 17th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Si uno mete la cabeza en la boca del tigre tiene muchas posibilidades de acabar mal el día. Antonio Puertas, el agresor de Jesús Neira, era un animal enfurecido; después de tirar al suelo a la novia estaba tan cargado de ira como para tumbar a un toro de un puñetazo. Era más que un sietemachos, más que un quebrantador de huesos. La cabeza de Puertas era una máquina al servicio del mal, una bala perdida, un sable batiéndose en la oscuridad. Jesús Neira trató de aplacar con palabras a quién no entiende de buenas intenciones, y ahí pasó de auxiliador a malherido. La Ley nos puede exigir el deber de socorro para acudir en ayuda de quién está en peligro pero no nos puede convertir en mártires si la situación nos supera. El Código Penal, en sus artículos 195 y 196 habla de prestar ayuda en caso de no poner en riesgo la vida propia; y de lo especialmente obligados que están a prestar socorro los profesionales de la seguridad. Jesús Neira no es un policía, ni un judoka con varias vueltas de cinturón negro en su cintura; es nada menos que un honesto ciudadano. Lo que hizo fue recriminar, verbalmente, a un tipo físicamente más poderoso y que echaba espuma por la boca. En las imágenes de la cámara de seguridad se puede ver cómo Puertas arremete contra él en un combate que ni siquiera fue desigual; es que no hubo. Jesús Neira no participó en un intercambio de golpes, se convirtió en una víctima del fuego que desprendía el tal Puertas. No se puede prestar ayuda sin evaluar posibles daños secundarios. El Código Penal no defiende con mucho entusiasmo a los que acuden en auxilio y se la juegan. Ya puede trabajar el Ministerio de la Igualdad en ese sentido y pasar de las buenas palabras a las acciones prácticas. En caso de topar con un sicópata acelerado, con uno de esos iracundos de mirada ensangrentada, pasado oscuro y futuro entre rejas, es mejor avisar a la policía que tienen sus protocolos para calmar a estos sujetos que a duras penas razonan porque se extirparon el músculo de la piedad. El maltratador que actúa dominado por la ira no tiene reparos; cien veces que el profesor Neira le hubiera recriminado el comportamiento a Puertas, cien patadas que este bruto le habría dado por la espalda. Y, para colmo, la novia le da cobertura moral diciendo que no había pelea entre ellos y que Puertas es un tipo angelical que tiene sus momentos, como todos. El colmo de la farsa sería que tanto novia como agresor terminen reclamando a Jesús Neira una indemnización por interferir en asuntos ajenos. El profesor Neira hizo lo que hubieran, (o hubiéramos), hecho muchos: mediar en la reyerta, pero a partir de ese vídeo atroz ya existen razones para pensárselo dos veces. No hay Ley que aplique una condena proporcional, y rápida, al agresor de una situación parecida. Tampoco se entiende que existan cámaras de seguridad que sólo valen para repetir las imágenes de atracos y agresiones. De momento la seguridad del Estado donde pone el ojo no pone más que la cinta de vídeo, (poco más). La red de cámaras vale para alimentar de imágenes a una democracia televisada que se asusta de lo que ocurre en la calle. Una ley más fuerte contra el maltratador; y a la vez una defensa más activa de las personas que han salido en auxilio serían de gran eficacia. Por desgracia el ejemplo de Jesús Neira va a retraer a otras personas en circunstancias parecidas, pero a nadie se le puede exigir que sea un ?Cascorro? anónimo que ponga en peligro su físico. Las lagunas de la Ley no las deben solventar los ciudadanos con sangre. No se puede pretender que los transeúntes que veamos una agresión actuemos como Tarsicio, aquel niño romano que pagó con su vida la defensa de la eucaristía.

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La presión

agosto 16th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Zapatero puede decir de Trichet lo mismo que el entrenador de Judo del equipo de Cuba de los árbitros de Pekín. Ronaldo Veitía, al ver cómo le quitaban la medalla de oro a Yalennis Castillo, sentenció: ?estos chinos son unos hijos de??. ¿Quiere eso decir que Veitía ofendiera a la noble historia del pueblo chino, (que por cierto tanto colaboró en Cuba cuando la construcción del ferrocarril)?, ¿Quiere eso decir que Veitía se cisca en Confucio, Mencio y Xunzi, notables filósofos chinos? Pues sí, es probable.
El entrenador cubano había planteado un combate largo, de desgaste, y con la emoción de dejarlo todo al último ataque. Los árbitros no vieron las acciones de Yalennis y, en cambio, le dieron el triunfo agónico a la judoka china Yang Xiuli, (?chanchi piruli?, que es la traducción fonética de su nombre). Entonces el entrenador cubano lanzó el exabrupto que, de momento, va camino de llevarse la medalla de oro al juego sucio. Pero debemos esperar que lo superen, sin duda, todavía quedan más pruebas y la bilis es una sustancia que nunca deja de generar un hígado sano. Ronaldo Veitía volverá a la isla con su medalla a la lengua sucia; se la ha ganado pero todo tiene su explicación. En su queja también está la venganza de los cubanos que durante años se han manejado con bicicletas regaladas en su día por el régimen de Jiang Zemin. Unas bicicletas que pesan como un coche de caballos con pedales y sin marchas. Con esos piñones no se levanta un régimen.
La presión libera a esa verdad que llevamos dentro pero que se contiene gracias a los buenos modales; ya sea una presión olímpica o una crisis de balances contables. Llevado por la presión económica, Zapatero ha interrumpido sus vacaciones para dar solemnidad oficial a lo que ya se nota en la calle: que este año nos quedamos sin la medalla de oro al mérito al crecimiento ejemplar. La culpa la tiene Trichet por no bajar los tipos. El presidente del Banco Central Europeo actúa como un juez chino que nos arrebata el mérito y nos hace perder posiciones en el medallero. Porque España ha hecho los deberes, es más fuerte que el resto de competidores europeos y Solbes es un experto en hacer llaves de judo a la inflación.
Ronaldo Veitía no tuvo que interrumpir nada para dar explicaciones, le valió la sala de prensa para matizar sus palabras. En el fondo, reconoció, quería ofrecer la victoria a su familia y al comandante. Y, cuando uno juega con la presión de Castro, la suegra, la memoria del cuartel de Moncada y así hasta llegar a José Martí, es mucha presión. Es como si a Zapatero se tuviera que hacer cargo de la política económica del conde duque de Olivares. Ahí tiene razón Veitía: así no hay quién gane, (ni quién gobierne). Al final, cubanos y españoles, nos vamos a acordar de la madre del chino.

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La inmunidad

agosto 11th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

El sentimiento olímpico sirve para vender zapatillas de marca, pero fracasa en su idea de hermanar a los pueblos. El buen rollito no se lo tragan ni los cien mil chinos que hacían la coreografía inaugural, ¡anda ya con la suelta de palomas blancas! El ejemplo de no influido por la ceremonia es Putin que estuvo en el ?Nido del Pájaro? pero se le quedó el pico frío. Veinticuatro horas después mandaba bombardear Georgia. Se acostó hombre de paz y se levantó hecho una fiera, apenas le hizo efecto unas horas la pócima de estadista mundial, está comprobado que con esa dosis no mejora. Ni el abrazo que le dio el competidor georgiano, Nino Salukvadze, a su oponte ruso pudo ablandar la decisión del primer ministro de Moscú. Mucho tiempo en los despachos del KGB marcan carácter y este sujeto tiene todo el aspecto de haber mandado cachear a Caperucita por sospechosa de ser poco ?roja?. El camarada Vladimir es de esos que cuando ven pasar la antorcha Olímpica le dan ganas de quemar unos cuantos libros. Ya que está la llama prendida, aprovechemos que la gente trota en una misma dirección. Sólo es cuestión de persuadirles de manera contundente.
La inmunidad no es sólo parlamentaria o diplomática, también existe la inmunidad ante los buenos propósitos y hay gente capaz de montar una guerra sólo porque les han mirado mal. Que se lo digan a la mujer que humea con las piernas rotas ante su casa derruida en Gori, o a la familia de Alexander Litvinenko, o a la de la escritora Anna Politkóvskaya. De haberlo conocido Jesús Gil le habría fichado para el banquillo del Atlético de Madrid en aquellas temporadas en las que un entrenador recién nombrado recibía la dimisión antes de abrir el grifo del agua caliente.
Este mismo personaje que pone en peligro el equilibrio mundial y que se enfrenta a la OTAN con la osadía de un macarra tatuado, en su día fue propuesto para el Nobel de la Paz por un centro de estudios de biocombustibles de Zurich. Pretendían premiar sus trabajos en el desarrollo de fuentes de energía basadas en la nanotecnología. Es aquello de ama a tus chips pero odia a tus vecinos. Haberle dado el Nobel de la Paz habría sido como premiar a Jack El Destripador por puntualidad e higiene.
En Pekín se quitó la chaqueta porque sentía calor, algo insólito en un hombre de natural gélido y reservado. Su extraña sordera para los llamamientos a la paz le convierten en un personaje al margen de la legalidad; Putin es la Belén Esteban del G8. No se le ha visto sonreír nunca en público, tampoco se le conoce debilidad alguna. Su mente está ocupada veinticuatro horas en maquinar la represión. Es peligroso porque tiene inmunidad que él convierte en impunidad bélica. En caso de cruzarse con él en una calle es recomendable cambiar de acera. Un tipo así destroza todo lo que ocupa.

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La “Vidilla” Olímpica

agosto 9th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Federer es un triste, por eso ha elegido un hotel de cinco estrellas para alojarse en Pekín. No así Nadal que se ha quedado en la Villa Olímpica; ahí se nota quién es el número uno del mundo. La residencia de los atletas es una mezcla entre un campamento para adolescentes, la mili, y un crucero para solteros; lo del espíritu olímpico está muy bien pero la carne mortal está hecha para disfrutar de pequeñas metas placenteras. Una de esas maravillas es el intercambio de culturas y el roce multirracial, asunto de notable importancia cuando se trata de cuerpos que han trabajado la perfección. Una fiesta de atletas es como si las esculturas del taller de Lisipo salieran a tomar unos zumos, (memorable es su atleta rascándose el antebrazo).
Federer prefiere la decadencia de un salón con el hombre del piano, un ocaso para ricos en los que Litz suena a Richard Clayderman, en cambio Nadal desayuna con el equipo de boley-playa brasileño. Con perdón: otra cosa. La residencia de los atletas tiene mucho de ?Vidilla? Olímpica, con faunos con pies de tanguista y sirenas de piscina, con amazonas que tiran con arco, gigantes de la canasta, acróbatas del suelo liso y ninfas de danza acuática sincronizada. Seguro que Fernando Alonso cedía gustoso parte de la potencia de su coche para quedarse con un solo caballo y participar en hípica. Medallero aparte, en una residencia con atletas jóvenes hay mucho movimiento en horizontal, llegada la noche hasta los jueces de silla pierden el rigor de la mirada. En ningún otro sitio es más fácil el ligue, allí sólo tienes que preguntar: ?¿esprintas o resistencia??, y luego surge un diálogo fluido.
Decía Ramón que en los hoteles de cinco estrellas te cambian cinco toallas cada cinco minutos. Federer va a ser el más limpio de Pekín pero el Barón de Coubertain no destacaba a la higiene como virtud de los competidores. Con menos toallas se puede ser el número uno, caso de Nadal que podrá intercambiar gel y cremas con las majas que ayer desfilaban en ceremonia inaugural y de sonrisa plena. No todo en esta vida va a estar sujeto al cronómetro, también cuenta la participación que es un sustantivo que incluye el conocimiento y la proximidad. Esos mismos cohetes que lucieron en la inauguración también brillan en las fiestas privadas de los barracones. Ya que Nadal está en China tendrá que hacer honor a los inventores de la pólvora y disfrutar del ?carpe diem? en terreno que presume de milenario. Luego vendrán las prisas de las despedidas y esa loca costumbre de anotar teléfonos en servilletas.
Aparte del oro, la plata y el bronce, en Pekín hay otros objetivos que conquistar. Más allá del himno y el aplauso están los trofeos que se murmuran en la oreja y los premios que se quedan en la piel. La pasión tiene sus reglas, sus finalistas, y premia a los audaces.

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Los templarios

agosto 4th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

No es que hayan regresado, nunca se fueron del todo. Un juzgado de Madrid tiene que resolver una cuita jurídica de los herederos de la Orden del Temple contra el Papa Benedicto XVI. Al secretario del Juzgado le puede dar un vahído cuando vea aproximarse las carpetas con las pruebas que reúne, (apenas), siete siglos de historia en pergaminos atados con tripas de cerdo. Los templarios, fundados por Hugo de Payens, fueron la gran burbuja financiera del siglo XIV, y como tal sucumbieron cuando se complicaron los mercados internacionales. Entiéndase por mercados el control de los caminos hacia Jerusalén, y donde dice ahora Euríbor pongan entonces a Saladino que les bajó los humos en la batalla de los Cuernos de Hattin.
Su final fue parecido al de Martinsa-Fadesa, el rey Felipe IV de Francia había contraído tantas deudas con ellos que convenció al Papa Clemente V para que les reventara el chiringuito. Era demasiada osadía consentir que el Estado estuviera en manos de caballeros mitad montes, mitad soldados. Y así fue: se encargaron purgas y al último gran maestre, Jacques de Molay, se le ató a un palo frente a Nôtre-Dame y sentenciado como herético reincidente, se le prendió candela el día de la Candelaria, (detalles que tenía el Papa).
Hasta su desaparición los templarios fueron eficaces ?agentes de cambio y bolsa? que controlaban los negocios de Roma. Tuvieron una visión de riqueza importante, fueron los mayores comerciantes de reliquias de occidente, vendían frasquitos con el sudor de la Virgen de Saidnaya, y enviaban a domicilio trocitos de la cruz de Cristo, lo que se conoce por ?lignum crucis?. Un rico pedía un fragmento de la cruz del monte del Gólgota y, una vez recibida la petición, un mensajero partía a galope con el uniforme blanco con la cruz roja en el pecho. No había bandolero que se atreviera a detener al correo porque los templarios eran finos con la espada, así que a menos de que el caballo renqueara, la reliquia estaba en su castillo en siete días a todo trotar. Pero una desacertada política económica de crecimiento desacertado, (como le ha ocurrido a Fernando Martín que de muy rico ha pasado a presunto insolvente), llevó a una especulación de la madera. Si alguien hubiera juntado las astillas que vendían los templarios se habría podido reconstruir la Gran Muralla China con palillos de dientes. Dios les castigó en el balance y de ahí a la suspensión de pagos.
En 2007, Roma hizo un proceso con los documentos que conservaba de la época; quedó claro la nulidad del decreto que acabó con la Orden. Siete siglos después podría tener razón el ahumado Jacques de Molay que murió mascullando maldiciones hasta la decimotercera generación. Como el caso llegue a Garzón se va a hinchar a tomar declaraciones, entre ellos a Felipe ?el Hermoso? por el asunto de la flota templaria desaparecida en La Rochelle.

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