(“LAS PROVINCIAS“/VOCENTO, martes 16 de julio 2013)
Apenas quedan circos pero eso no quiere decir que falten artistas, al revés tenemos un superávit en este momento de saltimbanquis, delatores, pelotilleros, y tragafuegos. Como decía el presentador de aquellos viejos circos que recorrían nuestros pueblos: “estén atentos y no pestañeen porque se lo pueden perder”. Cecil B. de Mille hizo una película curiosa que tituló “El Mayor Espectáculo del Mundo”, allí el protagonista era el trapecista Sebastian y aquí ese papel lo hace Bárcenas subido al alambre de sus incoherencias.
En todo circo que se precie lo importante es que no decaiga la atención: si hace falta se convoca a una cuerda de abogados que pasen por la prisión de Soto del Real, se filtran SMS, o se cambian las declaraciones en la Audiencia Nacional. Lo curioso es que el acróbata de las finanzas populares, Luís Bárcenas en los carteles, ha logrado que tanto el Gobierno, como el PP y la oposición bailen a su ritmo. Bárcenas como coreógrafo tampoco tiene precio, en una misma mañana hemos visto como el PSOE intentaba ganar apoyos parlamentarios para tumbar al gobierno sin hacer los mínimos cálculos que le llevarían a la conclusión de que matemáticamente es imposible. Dentro de la oposición hemos asistido a quienes pedían la dimisión de Rajoy, a quienes solicitaban elecciones anticipadas y a quienes les gustaría mas una moción de censura. Tamaño desbarajuste sirve para que el gobierno cierre filas y en el PP se callen las voces críticas que aprovechaban que el río pasaba cerca para hablar de lo suyo. De manera curiosa, y van unas cuantas, Gallardón aparece detrás de una conspiración como víctima. Ya le ocurrió en 1996 cuando Aznar no lograba formar gobierno y se hablaba de él como candidato de consenso. Aquí don Alberto también sabe manejarse bien en la pista y cuando toca sale a caballo o hace un numerito de platos chinos de esos que se sostienen dando vueltas sobre unos largos palillos.
El espectáculo es Bárcenas pero también la reacción política que ha estado al nivel de lo que dicen las encuestas del CIS: lamentable, querido Watson. Poco fondo, mucho ruido, amenazas de patio de colegio pero luego ni una propuesta firme que active la cacareada regeneración. Visto así incluso el “¡váyase, señor González!” es un ejemplo de fina estrategia. Y lo malo para el PSOE es que si no consigue arañar al gobierno con el caso Bárcenas entonces se lo puede hacer mirar porque no se habrá visto en otra, por supuesto haciendo caso omiso de los ERE de la Junta en los que van imputados cien personas que no son pocos.
El circo es una atracción para todo tiempo, en verano se quita el techo a la carpa y parece que el trapecio está colgado de las estrellas. Pues disfrutemos del espectáculo porque nos quedan días de muchas emociones. La verdad, la palabra, la decencia, parece que importan menos, aquí lo fundamental es disfrutar mientras peligra la vida del artista.
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