Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
Estimada novia y familia de la M-30: siempre se ha dicho que novia mojada novia afortunada, hoy podemos extender el ripio a la novia accidentada. Desde luego que el choque contribuye a que el día de su boda fuera realmente inolvidable; el punto sería que lo hubiera recogido el cameraman del vídeo nupcial. Salvo que sea un antiguo novio despechado, lo normal es que fuera un conductor cominero de los que se pegan al parachoques y llegado el frenazo se estampan cual moscas en el radiador de un Pegaso. Esos canallas no respetan un día tan señalado y les da igual que una novia pueda llegar tarde, incluso tienen cara para apuntarse al banquete por la patilla: «Aquí un conocimiento de la M-30, aquí los suegros».
Pregunta: ¿y el chaleco reflectante?, ¿cómo se ha bajado del coche sin él? Toda novia que circule en vía de alta velocidad debe llevar un bustier anaranjado para situaciones parecidas, o en su defecto un ramo de flores fosforescentes traídas de un jardín de Chernóbil. Por fortuna estamos ante un aparatoso accidente de chapa sin mayores consecuencias, por eso los policías municipales que aparecen en la foto pasan de usted y van al atestado, (palabra horrenda que huele a moho). En caso de haber viajado en el mismo coche con el novio podía haber pedido al sargento de la dotación que les casara por lo accidental. El matrimonio no siempre tiene que acabar en la cuneta de la M-30, sucede que muchos se divorcian cuando entran los domingos en Madrid, pero lo más insólito es que empiece. Sole, el personaje de 7 Vidas, le diría que comparado con lo que le espera el porrazo ha sido poco, pero no siempre es así. Algunos matrimonios se conoce que acaben bien, gracias a la muerte de uno de los cónyuges Vito Corleone era especialista en que las cosas parecieran accidentes, además de amante de la famiglia.
Nos falta la siguiente foto, en la que la novia es llevada a la jineta en el asiento de una moto de la Policía Municipal, como en Hollywood. Además el coche ha quedado para el arrastre.Estoy convencido de que entre todos se pusieron de acuerdo para echarle la culpa a algún tío/cuñado/primo al que se le ocurrió ir por la M-30 cuando mamá quería por donde siempre. Como también estoy convencido de que anoche, momento propicio para hogueras y pasiones de San Juan, la novia estrenó algo impensable en su relación erótica: un collarín. Buen viaje de novios y no olviden llevarse el antiinflamatorio, la cremita para las cervicales y unos calmantes. Recuerden que al aeropuerto se va muy bien en metro.
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