Entradas etiquetadas como ‘opinion’


El señor de los humillos

septiembre 5th, 2005 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Estimado pirómano: si damos por sentado que hay más clases de tontos que de quesos, tú eres uno de ellos, un queso ahumado o un tonto con mecha (a elegir). De las múltiples formas que hay de pasar a la posteridad has elegido la peor para el medio ambiente; a ti la capa de ozono, la desertización y el ecosistema, te importan dos colillas mal apagadas. La policía te acusa de provocar 30 incendios en la Sierra de Madrid y no han sido más porque te han echado el guante encima. A ti, pequeño Nerón de las narices, ni te ha importado la sequía comparable con la del año 47, ni has tenido en cuenta la cantidad de agua y medios que se han utilizado para apagar tus fechorías. Se supone que algo hay en el interior de los pirómanos que os pone como una moto cuando el bosque echa humo, y más aún cuando veis vuestras hazañas en fotos; por lo tanto no seré yo quién alimente tu currículo con cuatro adjetivos imborrables. Si fueran ciertos los cargos que te imputan te convertirás en el enemigo público número uno, incluso más que los locos del volante a los que la DGT compara con Lee Harvey Oswald.
Una vez más se comprueba que el presunto chorizo no andaba lejos, incluso que trabajaba en los retenes forestales, ¿qué mayor morbo que contemplar la obra que ha construido uno? Con dos narices te apuntabas a la causa de todos contra el fuego después de haber sido el causante del incendio, incluso hasta es posible que insultaras al hijo de Satán que había provocado aquello. No te importaba ver la angustia de tus compañeros de retén, ni escuchar las voces de desamparo de los vecinos: cuánto más ruido hicieran las copas de los árboles y más bajo fuera el vuelo de los aviones, mejor.En la orgía un tanto apocalíptica del fuego encontrabas un placer sin límite, un orgasmo en llamas. En cierta medida es sadismo medioambiental: con la ceniza caliente se te ponía dura la manguera.

Ignoro cuál es la condena para un pirómano, supongo que alejarlo de las cajas de cerillas y retirarle el pasaporte para las Fallas de Valencia, pero por si el juez fuera persona creativa propongo que el castigo consista en disfrazarlo de Robin Hood y llevarlo por los colegios dando charlas acerca de las ventajas de los prados, los encantos de los gnomos, hadas y otros seres del bosque.Por supuesto que allá donde había un árbol pongas otro, así hasta conseguir que la clorofilia venza al morbo. Aunque no estaría mal plantarte en una maceta, dejarte en un prado y ver cómo te las apañas en un verano tan seco.

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Casualmente todas las víctimas son negros o pobres

septiembre 4th, 2005 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

PARA interpretar la realidad de los Estados Unidos serían más útiles los consejos de un brujo sioux que los de un economista de Wall Street. Las palabras del acalde de Nueva Orleáns en las que pedía “que alguien mueva su culo, ya sea gobernador o presidente, y venga hasta aquí”, son para incluirlas como enmiendas de la Constitución del país que pasa por ser cuna de la libertad y potencia del orbe. Esto último ya no es cierto, en Estados Unidos no funciona la sanidad, está en quiebra la seguridad social, la libertad es un chiste y la igualdad ya vemos en qué charco se ahoga.
¿Es casualidad que todas las víctimas que salen por televisión sean negros, pobres o hispanos? ¿Qué diríamos de un país europeo que no tuviera una buena red de transporte público? ¿A quién le importaba que los diques de contención del agua llevaran años sin revisar porque el dinero se va a renovar cañones y uniformes? En Estados Unidos la cuestión pública, la calle, se ha abandonado a merced de pobres y transeúntes. Ignoran lo que en Europa le dedicamos tanto tiempo de nuestro debate y que viene arrastrando desde el siglo XIX: la construcción de un espacio público común. Ellos, en cambio, optaron por el individualismo y así les luce el pelo. Ya quisieran tener un tren de alta velocidad de última generación como en Japón, o en Europa, o unos aeropuertos como los que manejamos por aquí. En la ciudad de Miami los bomberos dependen de cada barrio, y así los más ricos tienen unos medios espectaculares y los desfavorecidos poco menos que se manejan con cubas de antes de la II Guerra Mundial.

Al traje del tío Sam le salen brillos y se le han descosido los bajos. Y a todo esto la imagen de Bush sobrevolando la zona en el Air Force One, recuerda el final de El Planeta de los Simios, cuando Charlton Heston se pasma ante la Estatua de la Liberad hundida. Bush en su avión era un mono pasmado.

Dos meteorólogos de cierto prestigio, Philip Klotzbach y William Gray, dicen que existe un 43 por ciento de posibilidades de que llegue otro huracán mayor que Katrina en septiembre, y para entonces no habrán terminado de recoger cadáveres, sería como echar sal en una herida abierta. Mientras tanto la única orden práctica que se ha dado es que el Ejército tire a matar si fuera necesario, (en algunos casos llegarán tarde porque ya estarán muertos). La paradoja liberal aflora de una manera hedionda, ya no es un pobre submarino ruso, ni un ciclón en Asia, ni siquiera inundaciones en África. Ver a la primera potencia de rodillas nos lleva a preguntarnos si tan poderoso es Estados Unidos, o tan caóticos sus gobernantes. Los supervivientes serán unos descreídos y la mayor base crítica de Bush? una semana después incapaz de poner sus pies (o su culo) en Nueva Orleáns.

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Olga Ramos

septiembre 1st, 2005 - Sin categoría - 4 Comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Sabina prefirió cantar con Chavela Vargas que con Olga Ramos, pero ahora que la hemos perdido (y con ella una tradición muy castiza), es posible que afloren nuestras carencias sentimentales. Olga Ramos tuvo a bien conservar un canto muy chulo pero propio de otros tiempos: sin gasógeno, tranvía, el bar de Perico Chicote, los isidros, violeteras, aguadores y castañeras, es difícil entender la letra de un chotis o de un cuplé.

Ella se pasó toda la vida recuperando la mejor tradición de un género que se entierra en su misma cajita de madera. Tampoco hoy sabemos que cantaban los árabes junto a las murallas de la calle Segovia, pero alguien les debió amenizar aquellas tórridas noches de verano en el Imperio.

“Adiós Madrid que te queas sin gente” decía un personaje de Zarzuela. Efectivamente aquellos del pañuelo en el bolsillo, la gorra chulapa, la flor en el ojal y adictos al vermouth de grifo, ha desaparecido. Serán cosas del cambio generacional pero hoy creo que hemos sido injustos y cabritos con Olga Ramos. En este caso el bacalao se comió al pez chico y el teclado al organillo.

Cada vez que cerraban una cafetería histórica apuñalaban a Olga Ramos. En todo caso espero que se fuera de esta vida a buscar la pulga a la otra, y con el sentimiento de que una vez cantado todo su repertorio, la vida fuera para ella “una cosa chipén”.

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El polo, deporte de interés general

agosto 28th, 2005 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

HE tenido la suerte de visitar una reserva de pijos en libertad, se llama Sotogrande, está en Cádiz, muy cerca de Gibraltar. A los habitantes de tan privilegiado enclave les llaman sotoborjas y se entiende que es gente muy principal y de alta alcurnia, modales exquisitos, costumbres refinadas. Para divertirse en las tardes de verano se dan a la práctica de un juego exclusivo, de origen inglés: el polo. Uno puede jugar al polo siempre que su expediente de pureza de sangre esté a la altura de la de su caballo, en caso contrario abstenerse. Lo habitual en las tardes de agosto, en España, es jugar al dominó, al mus, o darse cabezazos en el sofá ante la enésima repetición de “Verano Azul”. En Sotoborja todo es diferente: hasta los caballos sudan chanel.
Visto con ojos de neófito el polo es un aburrimiento caro, baste decir que es el juego favorito del príncipe Carlos de Inglaterra para dar una idea de lo soporífero que debe ser. Ahora bien, sin duda alguna que es un deporte muy completo, en el caso de que uno sea caballo, en caso de ser persona lo más reconfortante es el martini que se atizan cuando terminan de jugar. Pudiera parecer que los ricos son gente ociosa que pierde el tiempo en practicar deportes absurdos, y efectivamente así es. Cuando uno alcanza la categoría de semoviente, de persona a la que no le cuesta llegar a fin de mes y puede tener un par de caballos para jugar al polo, es una persona bien rica. En todo caso los ricos la buena acción del día la tienen con el mozo que les limpia la cuadra y les ensilla la cabalgadura.

Al contemplar un partido de polo en un campo verde del edén, me siento como un astronauta que pisa suelo de un planeta lejano. Jamás llegué a pensar que haría tal cosa, es cierto. Por las camisas blancas de algodón y el bosque que rodea al campo podría parecer que estamos en la India colonial, y en cualquier momento aparecerá el maharajá de Jaipur a lomos de su elefante de toda confianza.

De manera incomprensible se le pasó a Cascos catalogar el polo como deporte de interés general. En el fútbol se ve otro tipo de gente, más hosca, más agresiva, en cambio conseguir un país en el que todo el mundo juegue al polo es tirar por elevación de una sociedad. Para eso nos hacen falta más caballos y más ricos, lo primero es cuestión de un plan de fecundidad equina, lo segundo está en marcha. La ONG de Especuladores y Amigos del Pelotazo no deja de crecer cada día, (a costa de usted, quede claro). Bien pensado cuando el mozo le ofrece la mano para subir al caballo es el momento del clímax del rico: sabe que el gesto le legitima. A partir de ese momento a galopar sobre la miseria detrás de una pelotita.

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El hombre del piano

agosto 23rd, 2005 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Prueba de lo huérfano que estamos de historias fascinantes, (la realidad es una pesadilla en letras de molde), es la atención desmedida que se ha dado al joven del piano. Un buen día apareció en las costas de Inglaterra, se negó a hablar pero decían que el piano como un virtuoso. Su aspecto de espagueti alargado y mustio, la chaqueta tres tallas más grandes, las ojeras y la piel de enfermo de tisis, le dieron un halo de misterio. Ahora hemos sabido que es original de Baviera, Alemania, y que intentó suicidarse cuando le echaron de su trabajo.

Mientras la primera parte de la historia era estupenda, la segunda es un bluf, una manera de cargarse un buen relato. Demasiado chungo como para ser cierto, mucha mecha para tan poco cohete. En el club de amigos de las cosas extrañas se habían cruzado apuestas sobre el origen extra terrestre, o en su defecto recién salido de la Atlántida sumergida. Pues ni una cosa ni la otra.

Ahora el joven alemán debería indemnizar a sus incondicionales por haber destrozado su esperanza. No hay derecho, aquel que empieza una historia debe ser responsable de las sucesivas entregas. No habría sido de recibo que Cervantes hubiera acabado el relato en la descripción del personaje.

En todo caso la decepción la deberían costear a medias: el pianista por un lado y los ilusos por otro. Pensar que aquel hombre era un ser angelical también tiene delito, la ingenuidad debería pagar multas, no hay derecho a ser tan panoli sin fronteras.

Supongo que el chico del piano, mudo por efecto del marketing, ha conseguido hacerse famoso, tanto como para no hablar en una temporada y para vender discos. La próxima vez que nos haga el favor de adentrarse en las aguas, como Alfonsina Storni? y tener la valentía de no salir.

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Sangre española en Afganistán

agosto 21st, 2005 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Diecisiete ataúdes han cortado la respiración del verano, otros tantos militares españoles regresaban de Afganistán metidos en una caja de madera. Gente joven que trabajaba con las armas para el servicio de la paz, no eran superhombres sino soldados con una misión difícil en una tierra lejana; la tragedia es la que los ha elevado a categoría de luto nacional. A ellos les hubiera gustado llegar de otra manera más discreta y con menos honores militares, pero en ningún caso el destino les dio otra opción que la muerte. Por la mente de los diecisiete iría la idea del peligro pero muy al fondo, como si aquello fuera parte de la paga por estar expatriados. Hoy sabemos que el dinero no cura heridas ni consuela huérfanos; si es para pagar la muerte no hay plata que brille.
España nunca ha sabido qué hacer con sus héroes y estos diecisiete lo eran, con todas las letras. Su combate no fue contra enemigos bien armados, ni hubo tambores ni banderas desplegadas, lucharon contra el infortunio y al cielo subieron vestidos de caqui. Llegado el momento mata más la mala suerte que la metralla del enemigo: en Trafalgar murieron más ahogados que por balas del inglés, en Santiago de Cuba los náufragos de la armada del almirante Cervera se destrozaron contra las rocas, puñeteros barcos de madera que lucharon contra los primeros cruceros modernos acorazados. Cuando la necesitamos la fortuna nos suele dar la espalda. Lamento la muerte de los soldados sobre todo porque en breve sus nombres se olvidarán del todo, será cuando la sociedad pase a otra cosa y sus familias reciban una paga doble a final de mes, (miseria comparada con el precio de la sangre).

Todavía manejamos un prurito cobarde hacia lo militar, algo que se refleja en cómo la sociedad civil no ha terminado de integrar que el Ejército es cosa suya, quizá una de las relaciones más honestas que se pueden dar entre ciudadano y Estado. La sombra de los generales del pasado, los de espadón y gesto duro, condiciona el valor actual de nuestras tropas. De vez en cuando el Ministerio de Defensa lanza una campaña para captar soldados, da la impresión de que nuestro Ejército está falto de una transfusión de personal. Poco se cuenta del valor de los oficiales, del coraje que tienen los mandos para aguantar la tensión en momentos críticos, de su preparación y capacidad más que sobrada. Fuera de nuestras fronteras es cuando uno percibe la dimensión exacta de nuestras tropas. Aquí somos unos necios cuando hay que hablar del Ejército, auténticos papanatas incapaces de levantar un monumento popular a los diecisiete de Afganistán pero dispuestos a hacer cola para escuchar a Bustamante.

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Pasiones

agosto 19th, 2005 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

En Hollywood suelen tener buena mano para elegir parejas, en esta ocasión han hecho todo lo posible para que Brad Pit se liara con Angelina Jolie y así promocionar la película de El señor y la señora Smith, pero en realidad a Pit lo que le ha pasado es que se ha encontrado con una hembra de frente de las que huelen a peligro.
Venía de una relación ñoña y con sabor a tortitas con nata con Jennifer Aston, una chica Light que triunfaba en la serie Friends. El actor conoció a Angelina Jolie y descubrió un mundo oculto, el de la sensualidad descarada. Con Angelina parece que todo es posible, es como dormir con el enemigo en el mismo colchón, junto a esa mujer nunca hay noches tranquilas. Al actor se le ve mareado, atropellado, aturdido, y hasta es posible que bien follado porque la vida son cuatro días y dos nos los pasamos esperando a que pase un taxi.
Estos dos superan a la pareja formada por Antonio Banderas y Melanie Grifith, se sitúan por encima en el escalafón del pecado. El Papa que ahora visita Alemania diría que van a condenarse en el fuego eterno pero si las llamas son así de sensuales cualquiera se deja morir. El resto lo hace la luna llena de agosto que da una neblina especial que vuelve a las personas locas y muy sensuales.
Angelina es el pecado carnal, un fragmento renacentista de oda a la buena vida. El guión les ha juntado y luego ellos se han encargado de rodar escenas en interior, noche y sin cámaras. La boca de Angelina es una invitación a la antropofagia, creo que ella lo sabe.

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El deporte

agosto 17th, 2005 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Dicen los médicos que practicar deporte de manera ocasional tiene grandes riesgos. No es el caso de Madonna para la que el riesgo es un factor común en su vida, pero a pesar de su experiencia en todo tipo de monturas, equinas y humanas, la cantante se resbaló del caballo crujiéndose el eje por la parte más endeble. Funesta experiencia que acabó en el hospital, El resultado fueron tres costillas, la clavícula y una mano, lesión que le impedirá reír, hacer florituras en la cama o saludar a las visitas.
No es una caída bíblica aunque nos pueda recordar a la de San Pablo camino de Damasco, no hay en ella un momento de reconversión sino de dolor. Sirva el accidente de Madonna para alertar a los deportistas ocasionales que es más fácil acabar en la UVI móvil que en el chiringuito tomando una cerveza. La mala pata se suele cebar con los más torpes, Eistein que era un genio nunca practicó deporte alguno para evitar resbalones inoportunos.
Eso sí, la caída del caballo es lo más aristocrático que le puede ocurrir a uno. La lesión provocada por accidente con caballerías no es cualquier cosa, en España muy pocos pueden presumir de una coz en el glúteo, o de un golpe al caer en un obstáculo doble con barra. Lejos quedan los tiempos en los que se decía que si eras de Jerez, o eras Domecq o eras caballo.
Seguro que Madonna le saca un sentido comercial al accidente y hace una gira promocional con su caballo. De las respuestas inteligentes del animal podemos esperar grandes cosas.

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La muerte de las postales acaba con los viajeros

agosto 14th, 2005 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

ESTAMOS a mitad del mes vacacional por excelencia, ¿alguien ha recibido una postal?, que levante la mano el que tenga la suerte de encontrarse un tesoro en el buzón de casa, alguna tarjeta manuscrita escondida entre los sobres del banco y la publicidad para adelgazar. Por culpa de los mensajes cortos de los teléfonos móviles cualquiera te puede mandar un mensaje desde el puerto de El Cairo. Indudablemente no tienen el mismo encanto que aquellas postales típicas en las que se veía el palacio de Buckingham, o la ternura de un paisaje lleno de molinos y quesos que te hacían evocar Holanda.
Nunca existió un mundo de postal (porque las calles ni están tan vacías, ni lucen siempre tan ideales), pero sí hubo un mundillo de colores y cartón que eran los cromos de los cinco continentes. Hoy a nadie se le ocurre perder el tiempo, comprar un sello, buscar un buzón y todo eso para escribir: “Alfredo, esto es muy bonito, tenéis que venir, os echamos de menos. Un abrazo, Antonio”. Pocas cosas tan baratas han dado más alegrías, uno leía el reverso dedicado y luego le daba la vuelta a la postal para hacerse una idea de que aquellos soldados griegos de faldita corta y piernas peludas eran los herederos de las tropas de Alejandro Magno. Gracias a esas postales ingenuas, tiernas, pero siempre oportunas, tuve la idea de que las ventanas de los hoteles de París daban a la Torre Eiffel hasta que puede comprobar que no todas.

Ese mundo de cartón se ha ido pudriendo en los cajones de las mesillas de noche, ahora te envían una foto digital o un correo sms y creen que hace el mismo efecto. Algún partido político debería llevar entre sus propuestas la recuperación de la postal como género literario. Además, no hacía falta sentirse especialmente inspirado con la pluma, el mensaje era la foto, el resto (incluida esa letra de piojo apretada en los márgenes) era parte de lo mismo. Me refiero a una realidad que a duras penas se dejaba ver en los documentales del NODO y en fotogramas de blanco y negro. En las postales de los sesenta todo era en technicolor, (una forma como otra cualquiera de adecentar la realidad para que luciera más aparente). Todos los campesinos eran honrados y todas las casas estaban limpias.

Me gusta que mis amigos se quiebren la cabeza para pedir un sello en Nicosia y pegarlo con la lengua, incluso me arriesgo a que la postal se pierda. Un cura de mi colegio decía que las cartas que no llegan son las que nunca se mandan, pero no es verdad, es posible que treinta años después aparezca la postal de un viejo amor que aún palpita. Los buzones son las playas de las botellas que flotan.

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Paco de Lucía

agosto 10th, 2005 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Paco (el de la Lucía), tiene las manos como instrumentos de precisión, la frente arrugada como una partitura, el sudor controlado y los ojos siempre vueltos. Con eso y el duende, es decir, con el compás que marcan las puntas de sus botas, ha conseguido ser un genio con la discreción de un pordiosero. Ha pasado por el Festival de La Unión y se ha medido al personal en la funda de la guitarra.

Preguntado por su oficio, Paco respondió: “la guitarra es una hija de la gran puta”, que es una forma de declarar amor a alguien que te supera en talento. En Andalucía es un elogio, no un insulto. Por eso a las vírgenes barrocas se les increpa por la calle algo sobre la madre que las parió, en un pellizco racial de emoción desbordada. Y no es nada ofensivo contra el árbol genealógico de la Virgen, o de la guitarra, o de la gente que se quiere, es una forma de reconocer el cariño.

Andrés Segovia era un virtuoso de la guitarra, más bien un tipo discreto. Cuenta Tico Medina (y así aparecerá recogido en sus próximas memorias que se llamarán “Oro, Incienso y Mierda”), que paseando por Granada con el músico un hombre les paró. El ciudadano no hacía más que tirarle elogios a Tico Medina y éste, azorado, le dijo: ¿pero, hombre, no ve que a mi lado está el gran maestro Andrés Segovia?, y el granaíno respondió: “¡ah, el que hace pollaicas con la guitarra!”?

Lo que hace Paco de Lucía es ciencia ficción, cada dedo es un siglo en la vida de un hombre.

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