Entradas etiquetadas como ‘opinion’


Madrid en moto

septiembre 19th, 2005 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Decir que una moto es un transporte ligero para moverse por Madrid es una obviedad mayúscula. Sólo el que anda en moto sabe que es una forma de vida sobre dos ruedas, una anarquía reglada, una manera de reírte de los atascos, de los malos humos y de las malas caras. Si bien tiene sus peligros a poco prudente que resulte su conductor, se convierte en una delicia.

El Ayuntamiento, en su campaña por terminar Madrid de una vez por todas (y para siempre), ha diseñado unas áreas para aparcar los vehículos de dos ruedas. Idea extraordinaria si no fuera porque olvida el primer postulado del motero: aparcar en la puerta. Lo otro, intentar que los moteros dejen su vehículo debidamente estacionado en unas zonas acotadas, pintadas y señaladas, está llamado al fracaso. Supongamos que un manazas pone mal la pata de cabra y se le cae la moto, inmediatamente irían las demás al suelo como el que tira un castillo de naipes. Tremenda equivocación.

Pretender que las motos se ordenen es como intentar que en un congreso de anarquistas todo el mundo lleve corbata. Lo que no dicen, y esa es la segunda parte (la más interesante), es que a partir de la fecha moto que cacen mal aparcada irá a parar al depósito municipal. Por lo tanto la noticia tiene mucho peligro. El último gesto de rebeldía era las dos ruedas y ahora las quieren anillar como a las aves migratorias. Se acabó la fiesta, la rebeldía no iba a salirnos gratis.

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Por la pata muere el español

septiembre 18th, 2005 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Ya lo escribió Muñoz Seca hace setenta años y ahora lo representa Raúl Sender (actor formado en la Escuela de la Coña Marinera): el español muere por la pata (de jamón) y mata con la espada. Si alguna ventaja tuvo el aislacionismo y nuestra peculiar posición ante el mundo en los tiempos de la guerra fría, es que no venían a comerse nuestras delicias ibéricas. Los espías perdieron el tiempo con mensajes cifrados cuando en realidad tenían que haberse hecho con la fórmula de curar la carne de cerdo. Ahora es distinto y más peligroso para nuestros intereses: ?Embutidos Fermín? ha conseguido saltar la muralla china que rodea a las importaciones norteamericanas. Ha sido con un chorizo largo como una pértiga. Y los americanos, como no son tontos, en cuanto han olido el dulce aroma de la matanza, han echado los pies por alto. Pían con la boca abierta igual que gorriones hambrientos, quieren más y a cada bocado perfeccionan el paladar. El peligro es que tienen boca para devorar todos los cerdos que caben en nuestras dehesas.
Esta es una crónica de pies, patas, manos y cuernos, por lo tanto de algo netamente español, de nuestro Producto Interior más Bruto. La Venganza de don Mendo resume el sentir del español medio mucho mejor que los libros de don Marcelino Menéndez Pelayo. En el ripio a primera sangre está la esencia de los heterodoxos españoles; hemos superado aquello de que donde no llega la mano del español llega su espada. Ahora es donde llega el salchichón, el lomo, el chorizo. Don Mendo da muerte a sus enemigos con sable pero bien pudiera ser con un lomo endurecido, morir ?deslomado? es un honor. Antes viajábamos con la guitarra para hacer unas giras flamencas por los estates para alimentar el tópico con palmeros y flamenco, y ahora parecidas fundas pero de plata y hielo son las que van a llevar los jamones allende las fronteras. Un éxito para Fermín pero un peligro para los ibéricos, (nosotros). Una cosa es permitir que nos den un mordisquito en el bocadillo, como hacen los colegiales en el patio durante el recreo, y otra que se nos lleven la merienda.
Una simple división nos dice que no hay tanto cerdo para compartir con los norteamericanos. Sería para declarar España como zona devastada, igual que han hecho con Nueva Orleáns por culpa del Katrina, si nos quedáramos sin los derivados de la matanza. Una cosa es meter la pata y otra perderla. Don Mendo nos ampare, también los hermanos Quiñones, don Nuño Manso de Jarama, don Pero (duque de Toro), y el Marqués de Moncada?todos personajes de la comedia de astracán tal y como la definió su autor. Nos van a comer por la pata, peligro.

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La máquina

septiembre 15th, 2005 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

La vuelta al cole ha sido con sorpresa para sus señorías, les han colocado un sillón atómico y una pantalla digital más un teclado retráctil. Van a poder navegar por internet, chatear, crear foros de opinión para hacerle la puñeta al grupo contrario, pedir pizzas a pie de escaño y enseñar las fotos de las vacaciones. Ver porno, no, ya se lo han avisado desde la presidencia, ¡cuidadín que a Bush le han sacado una nota pidiéndole a Condo permiso para hacer pis! En realidad la que manda en el Imperio es Condo que tiene aspecto de maestra de sado-maso. A George le pone que le diga que no, así se retiene con más morbo.
Los ingleses que tienen una democracia más antigua y consolidada son unos catetos que todavía se sientan en un banco de madera y pegan voces, en cambio en la Carrera de San Jerónimo van a poder estar al cabo de la calle con apretar un botón, para que no les ocurra como a Felipe que se enteraba por los periódicos. Ya no hará falta que se pasen un papelito en los plenos con el número del cupón que anunciaba Carmen Sevilla, ni con los goles del Madrid (que últimamente está para pocos plenos).
El escaño cósmico es la mejor solución para que no hagan novillos, y lo pueden completar con unos juegos virtuales y con un simulador de vuelo, hasta con recetas de cocina en la página de Arguiñano. Lo siguiente es llevarles el Hola con un cafetito y así vamos haciendo patria. En un parlamento inteligente lo que desentonan son algunos diputados que añoran las emisiones en UHF.

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Los romanos éramos buena gente

septiembre 11th, 2005 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Confieso que soy un adicto a mercados y mercadillos, una ciudad se descubre antes en un puesto que en un museo. En los mercados, además de los productos del día, está el habla corriente: los giros de moda, los chascarrillos, la forma en la que se desenvuelve el gracejo, la economía cotidiana, las carreras de los niños, la joven que despacha fruta y compite en lozanía con las manzanas. Tantos portentos en tan poco espacio que por fuerza se condensa lo mejor de una sociedad, hay tiempo hasta para el ligue de puesto en puesto. En el mercado romano se da cita una buena parte de nuestra historia; si es verdad que la herencia está en el paladar tengamos por seguro que nuestro origen reciente viene de Roma.
Estos romanos no se lo montaban nada mal, eran unos hedonistas en falda corta y casco de cepillo, unos vividores de tomo y lomo, unos latinos con ganas de disfrutar del vino y los placeres. En los viejos libros de bachiller aparecían demasiado tiesos, copiados de algún friso en mal estado y parecía que nunca habían comido una buena pata de jabalí. Nuestros romanos de adolescencia eran unos tipos recién salidos del gimnasio, mirada insobornable y músculos torneados, (parecían iconos gays en permanente día del orgullo). Pero la realidad de aquellos latinos debió ser menos estirada y más placentera, también hubo romanos gorditos y romanas excelsas, tuvieron tiempo para hacer una cultura mediterránea de los sentidos. Es verdad que vivieron sin calefacción, sin cristales en sus casas, sin penicilina y ¡sin conocer el tabaco! que siglos más tarde traería Colón de América, pero bordaron la buena vida como nadie. Supieron recoger lo mejor de cada pueblo que conquistaban, sobre todo en cuestión de paladar. Pruebe usted a desguatar un pescado a la sal y cierre los ojos, tendrá dudas de si está en la Helmántica, en Gades o en Roma; dudará del siglo en el que se encuentra y tendrá la sensación de que el gusto traspasa siglos y fronteras.
Y si tomamos el paladar como medida de civilización llegaremos a la idea de que los romanos éramos buena gente, tanto que aún hoy seguimos siendo hijos del viejo Imperio aunque nos vistamos con ropa de bárbaros. En cuestiones del comer, (que son las importantes), hemos cambiado bastante poco, es más podemos estar seguros de que algunas aportaciones posteriores vinieron a hacernos la vida más infeliz. En los viejos mercados de Roma se daban cita mercaderes, buhoneros, matasanos, bailarinas, prebostes, patricios y plebeyos? más unas cuantas gallinas porque la patria de las gallinas siempre andar sueltas entre la muchedumbre. Larga vida al César y buen provecho para los salmantinos.

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Gustavo Pérez Puig

septiembre 11th, 2005 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Menos mal que nos queda Gustavo, el último surrealista pero con ganas de trabajar. Mientras que los surrealistas puros se dedicaban a dilapidar el talento en charlas de café (con leche), Gustavo Pérez Puig se hacía joven maduro, esto es, acumulador de experiencias para luego poder transmitirlas. Gracias a su labor escénica (y de maravilloso orador) ha trascendido el carácter puro de Jardiel, Tono, Mihura, Gila y tantos otros que hicieron del humor un arma dialéctica. En aquellos años de aislamiento internacional nuestros autores descubrieron que España no tenía techo y por ahí se escapaban de la censura y la ruindad. Nunca la imaginación estuvo en una cartilla de racionamiento.

Gustavo Pérez Puig convenció a Miguel Mihura para estrenar “Tres sombreros de copa” cuando apenas tenía 21 años, (ya calculaba la dimensión enorme que tendría la obra). Han pasado cincuenta años, varias obras magistralmente realizadas en Estudio 1, en TVE, dos veces el Premio Nacional de Teatro, la dirección del Teatro Español? para que finalmente Gustavo y Mara Recatero triunfen en el Teatro Príncipe Gran Vía.

Gustavo se lo merece, por entrañable y por buen teatrero. Una decisión administrativa y miserable le apeó de la labor del Español y ahora puede resarcirse con una obra divertida que marcará la temporada de este año. Cada tarde el teatro se aprieta de gente que ríe y gira en su butaca mojada en lágrimas de risas. Mihura resucitado doblemente, por un lado en cine con Garci y por otro en escena con Pérez Puig, recupera su centenario de verdad.

Madrid tiene en Pérez Puig a uno de sus hijos más ilustres, más trabajadores y más afectuosos. Dicho sea sin que sea una defensa sino más bien un reconocimiento a quién piensa como siente y se expresa con lenguaje de pulcro caballero. Aunque su ideología se sitúe a años luz de quién esto firma, debo reconocer su visión de la amistad por encima de la política.
Sospecho que la cigüeña desvió el envío cuando en realidad tenía que dejar a este Gustavito jovial en casa de los Hermanos Marx. Por suerte para nosotros se instaló en Madrid y aquí ejerce, cada tarde, de nervioso recepcionista en la puerta del teatro.

Puede que prohíban fumar pero a Gustavo Pérez Puig nadie le puede quitar el talento.

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Sigfrido se despide

septiembre 9th, 2005 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Estimado señor Herráez: por decisión propia y convicción personal usted se quiere marchar del Ayuntamiento sin hacer ruido; espero que entienda que una cosa es su deseo y otra las consecuencias mediáticas. Es posible que entre usted y Ruiz-Gallardón existan momentos sublimes de amistad profunda (ahí no entro), pero cara a la galería va a parecer que la orquesta desafina. Le van a recordar que en los momentos de tensión con la presidenta de la Comunidad usted apoyó sin reparo a la rival de su jefe, le van a recordar que es el último mohicano de la época del anterior alcalde. Es inevitable, cuando uno se marcha la puerta hace ruido por muy bien que estén engrasados los goznes y eso provoca que los demás levanten la cabeza y cuchicheen. Su entorno insiste en que ha sido decisión personal y en absoluto algo en contra de la línea marcada por el equipo de gobierno.
Callar las críticas es muy fácil: hable. Haga uso de la palabra y explique los motivos de su dimisión antes de que vengan otros a contarlos. Y, si es tan normal, tan común, tan consecuente, ¿por qué no pierde media hora y lo cuenta? El alcalde de Madrid tiene a gala crear equipos e ir con ellos atravesando calendarios (como cantaba Rosendo), hasta el atardecer de las ideologías.No se le conocen altos cargos que le hayan dimitido salvo por razones de salud. Así que espero se encuentre divinamente y programando su «otra vida», la que hay después del despacho oficial. Dicen, cuentan, chismean por los despachos de la Casa de la Villa que igual se ha dejado tentar por Esperanza Aguirre y aparece en alguna empresa relacionada con la Comunidad. Si fuera así, daría motivos para pensar que el eje Plaza de la Villa-Puerta del Sol sigue teniendo goteras. Y eso le convertiría en el mayordomo infiel, creáme que no se lo merece. Otros le sitúan en un lugar más feliz de la empresa privada, allá donde el rumor de la oposición no alcanza.

Callada ha sido su labor desde hace muchos años; comenzó en 1991 cuando Madrid era una ciudad manifiestamente mejorable hasta la fecha en la que se proyecta al futuro con mirada olímpica.En cierta medida es usted la memoria histórica de la ciudad más reciente, un alto cargo del siglo pasado. Espero que le vaya de cine en sus próximas tareas y que, cuando tenga un hueco, nos explique qué ha pasado realmente, sobre todo para que su salida no sea por la gatera sino por la puerta principal, por donde salen los concejales con honra. Le recuerdo lo que decían en Hill Street: «tengan cuidado ahí fuera».

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La mentira

septiembre 8th, 2005 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Bush es el más demócrata del mundo, un tipo que se cree heredero del césar de Roma, parido de la misma loba capitolina que trajo a Rómulo y Remo, ungido por Dios y bendecido por la Historia. Es tan magnánimo que va a crear una comisión para investigarse a sí mismo. Se supone que tan peligroso tribunal le hará las preguntas más enrevesadas para ponerles en grandes aprietos. La gran patochada, la gran mentira se ha montado para lavar su imagen del fango sureño.
Bush tiene que hacer algo para justificar su apatía durante el huracán ?Katrina?, y para contar a la opinión pública qué hacía Condolenza Rice en Manhattan comprando zapatos de Manolo Blahnik (el pasado sábado), esos zapatos que no bajan de los seiscientos dólares el par. Tiene que montar una coartada para justificar también las palabras de su madre, la que fue primera dama, en las que afirma que los refugiados por la catástrofe viven mejor ahora? a fin de cuentas es gente pobre que estaba en malas condiciones. Un poco más y la señora les cobra impuestos a los que duermen en el Superdome tomándolo por un hotel de cinco estrellas con zona de spa. A ver si se han creído que la caridad sale gratis.
El personaje y su entorno no tienen desperdicio, ni sus conceptos ideológicos ni sus discursos patateros. Bush sobrevolando en el Air Force One la zona del desastre recuerda a Charlton Heston en el final de El Planeta de los Simios. Está claro: Bush es el mono que no acierta a explicarse lo que ve.

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Oficio de modelo

septiembre 7th, 2005 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Desde hace años IFEMA se viene apuntando el tanto de la organización de la Pasarela Cibeles, empezó de forma tímida compitiendo con Barcelona y hoy ha superado a Gaudí colocándose entre las señeras del mundo: París, Milán, Londres, Nueva York.

Si hacemos cálculos de todos los pases, de todos los desfiles, de las cuarenta y dos ediciones, nos sale un ejército de modelos tan numeroso como los Guerreros de Xián. Y todas con una cara de no estar, de pasar por allí, cuerpos gloriosos sin identidad que prestaban su alegre trotar al servicio de la alta costura, ¿dónde van las modelos cuando termina un desfile?, ¿se las traga la pasarela?, ¿les espera un novio con avión privado o se convierten en chicas anónimas que caminan por los pasillos del metro?, ¿es verdad que comen manzanas y hablan constantemente por su teléfono móvil?

El oficio de modelo consiste en lucir pero sin destacar, todo lo contrario a lo que nos tienen acostumbrado los petardos de la televisión. Su cometido es no ser recordadas, no dejar huella, no ser nadie. Son fantasmas bien vestidas y tan maquilladas como una puerta barroca. Pero, lo mejor es que cuando todo termina, vuelven a la oscuridad de donde vinieron.

Demasiado elegantes para ser obreras y demasiado bellas como para no dejar rastro. Todas ellas con aspecto de secundarias de película de cine negro, algunas quedarían perfectamente bajo la lluvia en una escena de L.A. Confidencial.
Hay que ver la cara de morbo con la que les miran los señores mayores, ahí se entiende que puestos a adorar hay quien prefiere a las santas sin peana.

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Las prisas

septiembre 7th, 2005 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

El jurado del Príncipe de Asturias se ha dado cuenta de que antes la foto que el premio, y antes la fama que el trabajo y antes la popularidad que la labor callada. Premian a Fernando Alonso como campeón del mundo incluso antes de que cruce la meta, eso es visión y lo demás tonterías. Les mola mucho la fama mediática y el tirón de famoseo que arrastrará el piloto. Les molan las novias de Briatore que son un cañón.
Ahora bien se han pasado un poco, el premio a una trayectoria es una broma para un piloto tan joven. En la misma proporción en Alemania tendrían que hacer Kaiser a Sumacher y la BMW piloto de pruebas a Farruquito. Los otros que se han quedado en la estacada miran con ojos de plato, Fermín Cacho lleva más zapatillas gastadas que ruedas todo el mundial de Fórmula 1. Tiene razón Ángel Nieto ?me darán el premio a título póstumo?.
Como los premios los dan ellos, allá se las compongan con su conciencia y presupuesto. Se supone que esperan una catarsis de mitómanos con la camiseta del equipo Renault; a todo esto Alejandro Agag feliz porque rasca negocio con los cochecitos y la publicidad que le acompaña.
Este premio abre una nueva vía, hay que ir a las escuelas de arquitectura a galardonar alumnos de primero, y también a la Facultad de Derecho y a la de Medicina, y a la de? así, al tuntún seguro que aciertan. Lo siguiente que le queda a Fernando Alonso es que le elijan pollón del reino.

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Misión imposible

septiembre 6th, 2005 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Estimado ‘mister’ Cruise: iba a llamarle por teléfono pero me ha dicho Pé que mejor le escriba porque usted lo primero que hace por la mañana al levantarse en Hollywood es leer la prensa española, cuestión que le honra y para que no se diga que los héroes del cine no tienen inquietudes. Sabrá usted que en España somos muy dados a las fusiones, ya sean económicas, políticas o simplemente familiares, (aquello de echarle los tejos a la mujer del vecino con el indiscreto ánimo de ligar con ella).Y, también existen fusiones por absorción, cuando el pez chico se come al pez grande. En este caso el pezqueñín es el Ateneo de Madrid, heroica y longeva institución que ha atravesado por distintas vicisitudes (desde la gloria republicana a las goteras de la transición), pero siempre las ha soportado con la dignidad de una vieja dama británica, a pesar de estar en pleno centro de Madrid. Y el tiburón es la Iglesia de la Cienciología que usted vino a inaugurar hace un año, con gran lujo de pompa y boato.
No hay en este caso razones bíblicas o de conciencia que hagan temblar los cimientos del Ateneo; muy al contrario se temen una fusión a mogollón, como las que hacía sir Drake, una manera de abordar a saco, sin miramientos y ocupando hasta los últimos huecos para posteriormente alzar el pabellón enemigo en la torre más alta. Un abordaje intelectual del que los socios se defienden y recelan de incorporaciones de última hora que vengan a enturbiar el ambiente. Don Tom, no vea en la jugada tensiones religiosas, ni turbias maniobras de la acracia madrileña descreída; más bien son recelos propios de inquilino con renta antigua que teme le pasen un recibo que no pueda pagar. Cualquiera que haya llevado un libro de antropología de una estantería a otra, (sin ser especialista en la obra de Lévi-Strauss), sabe que los colectivos se defienden de las agresiones externas mientras pueden.

Igual le apetece darse otra vuelta por Madrid y pedir la entrada como ateneísta. Ahora bien, tan acostumbrado a la acción parece que los sillones de orejas le van a quedar grandes. En todo caso, en los estatutos no se recogen incompatibilidades a los actores de Hollywood, aunque parezca misión imposible. Le cuento todo esto para ponerle al corriente de la que tenemos liada en este lado del Imperio, y para que sepa que el director del Ateneo llora como Bogart y se pregunta: «¿de todos los locales que hay en Madrid, por qué han tenido que venir al mío?». Lo bueno que tiene el lenguaje del cine es que lo entiende cualquiera, incluso usted.

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