Entradas etiquetadas como ‘opinion’


Pico y pala

abril 29th, 2010 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Ya que el asunto va de memoria histórica Esperanza Aguirre se ha remontado al conde de Romanones al que se le atribuye el “ustedes hagan la ley, que yo haré el reglamento”. Lo que ha hecho la presidenta regional es poner negro sobre blanco la Ley de Zapatero pero aplicándola al terreno, (nunca mejor dicho). Se espera que el siguiente paso sea nombrar una dirección general de excavaciones con un negociado de zahoríes que busquen señales bajo la tierra seca. Sí es para que todos encuentren a su familiar muerto en la contienda civil, bienvenida sea la propuesta porque así se acabarán años de penoso luto. Muertos fueron en una ocasión y luego rematados por la ignominia varias veces durante cuarenta años.
Pasado el debate uno espera que recuperemos la paz y seamos capaces de hablar de futuro sin sacar la tibia del abuelo para señalar. En ese sentido cabría estar con la doctrina Azaña: “paz, piedad y perdón”, o con lo que recientemente ha escrito el antecesor de Aguirre en la presidencia de la Comunidad de Madrid, (Gallardón no, claro), sino Joaquín Leguina que ha señalado que vergüenzas para tapar hubo en los dos bandos y gloria de la que presumir más bien poca. Lo suyo hubiera sido juzgar a Franco en vida pero a tenor de las largas colas que se vieron ante el Palacio de Oriente no parece que el pueblo estuviera por hacer justicia sino por rendir pleitesía. Lo cuál no resta validez al movimiento de la memoria histórica que lucha por encontrar dignidad a sus antepasados, y hasta que el último de ellos no haya sido encontrado no habremos cerrado la transición. Sólo los muy franquistas pueden temer a la verdad; se espera que en otras comunidades del PP se tome buena nota y se apunten a la iniciativa.
No sabía Esperanza Aguirre que su célebre frase “pico y pala”, entonada tras ganar las últimas elecciones en el balcón de Génova, fueran a tener una traslación semántica a una iniciativa propuesta por la izquierda y que a duras penas traga la derecha en razón de sus lazos familiares con prebostes del antiguo régimen. Lazos de los que tampoco se libra la izquierda porque en el árbol genealógico de cualquier español hay un rojo, un cura, un nacional, un judío, un musulmán, un cristiano y un seguidor de la Ponferradina. Agítese antes de nacer y habrá tenido usted a un españolito al estilo de Machado al que una de las dos Españas ha de helarle el corazón.
El efecto secundario de este “reglamento” es que en Madrid lo que eran cunetas son ahora edificios o carreteras. Asfalto que tapó la memoria en los años de “marxismo-ladrillismo”. Y, salvo que queramos dejarlo todo hecho un “partenón” la búsqueda va a tener muchas trabas. Igual algunos aprovechan para excavar debajo de La Moncloa y forzar una salida anticipada del inquilino, o puede que otros crean que hace falta revisar los cimientos del número 13 de la calle Génova. Primero pico y luego pala.

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Usa tus alas

abril 19th, 2010 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Atrapados en Barajas los pasajeros buscan un salvoconducto como en “Casablanca” pero esta vez Rick no podrá hacer milagros, (“tócala otra vez, Sam”, y en la desesperación la idea de “siempre nos quedará Madrid”). Pero es posible que no todos le vean ese lado cinematográfico e intenten alquilar un coche, (no quedan), coger un tren, (abarrotados), o convencer a un taxista de que acepte una carrera de larga distancia, (muy caro).
La consecuencia de un mundo global no es que un ordenador de Helsinki y otro de Madrid compartan un mismo virus si no que por culpa de un volcán en Islandia no despegue un vuelo en Madrid. Hasta que no inventen el teletransportador de partículas no hay otra forma más rápida de cruzar el espacio que sentarse en una butaca con su correspondiente cinturón de seguridad y esperar a que el avión coja carrerilla por la pista de despegue. Un aeropuerto está preparado para muchas cosas menos para tener las pistas vacías y las terminales llenas de gente que se deja caer encima de las maletas como si fueran náufragos agarrados a un madero que flota. Náufragos con tarjeta de embarque sin puerta asignada.
No ha sido por culpa de una amenaza terrorista, ni de un conflicto armado, ni por la crisis que hubiera elevado los precios del combustible de manera atroz; se ha producido por un fenómeno natural, en lenguaje de aseguradora es una “fuerza de causa mayor”. La tierra, que debe estar bastante cansada de nosotros, se ha hartado y escupe hiel incandescente a la que los vulcanólogos llaman lava.
Un nuevo Vesubio les ha sorprendido a estos resignados ciudadanos de Pompeya.

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El emperador del habano

abril 19th, 2010 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Supongo que la muerte no le habrá cogido por sorpresa a quién trabajó entre cenizas y cajas, sabía que todo lo que prende y luce termina su existencia en la última bocanada. Su dosis diaria era de cuatro “cigarros”, (así llaman a los puros en Cuba), el primero a las seis de la mañana, y con ese régimen llegó a cumplir 91 años en el tajo diario ocupándose de su extensa plantación en Pinar del Río. En mayo de 2006 concedió una entrevista a M2 (EL MUNDO) durante una de sus visitas a Madrid, en sus páginas dijo: “fumar no ha de ser saludable pero tampoco malo”. Su cara era el mapa de la parte occidental de la isla, una piel convertida en cuero duro por el sol del trópico.
Era el único hombre en el mundo que cuando viajaba en vez de enseñar el pasaporte podía mostrar la vitola. De charla amable y chistosa aplicaba su talante de guajiro, (hombre del campo), a todos los órdenes de la vida, “uno ha de amar a la tierra y preocuparse por ella. La tierra te habla y la debes escuchar”, decía. Le llamaron “Su Majestad el Habano” por los contactos con gente importante que había hecho a lo largo de su extensa en su vida, “estuve hace poco con el rey de Malasia… tiene una bonita casa ese señor”, (decía a EL MUNDO). Lo normal es que los famosos visitaran la casa de Robaina en San Luís, corazón de la comarca tabaquera de Vuelta Abajo, un lugar dotado de un paisaje de exhuberancia tropical y llano sólo interrumpido por mogotes que se pierden en un horizonte siempre verde. En el porche de su casa se dieron cita García Márquez, Sting, Compay Segundo, (al que conoció cuando el cantante trabajaba en una fábrica de tabacos), y también algún actor de Hollywood aficionado al tabaco, entre ellos Jeremy Irons con el que tuvo una buena amistad. Putin le pidió dos cajas, una de ellas acabó en manos de Clinton porque Robaina creía que el tabaco debía unir a Cuba con Estados Unidos. Con todos charlaba amigable y se dejaba fotografiar como el que se sabe una institución, de tal manera que aprendió a posar como lo hacen las catedrales góticas, siempre mostrando el mejor ángulo al objetivo. Su última cita colectiva fue el pasado 20 de marzo, su cumpleaños, la casa se llenó de una veintena de amigos que conocían su enfermedad y quisieron estar con él.
Cuando no despachaba famosos lo que hacía era irse a la cama temprano cuando se iba la luz en el campo, para amanecer con el canto del gallo y darse una vuelta al amanecer entre las hojas de tabaco que son material muy sensible y están expuestas a todo tipo de parásitos dispuestos a agujerearlas. Aprendió el oficio de su padre, y éste a su vez del abuelo Robaina, español de origen, que dio nombre a la marca. Entonces era lo habitual, también lo hizo Jaume de Partagás, catalán, que acuñó su propia vitola en el mismo año. Desde 1845 los Robaina se han dedicado al cultivo del tabaco, una tarea que ahora queda en manos de su nieto Horishi, al que dedicó todos los consejos que había aprendido tanto los que adquirió por la genética como por los que añadió con la experiencia. Deja una extensa familia compuesta por cinco hijos, diez nietos, once biznietos y ocho millones de puros al año lo cuál es una notable actividad tanto familiar como profesional.
Tenía claro quién mandaba en la isla y aunque Fidel se quitó del tabaco para pasar a hacerse fotos con yougures de bífidus activos, Alejandro Robaina le siguió enviando cajas con puros como parte de la atención de un hombre del campo con el amo. Es verdad que fumaba pero nunca un puro entero, siempre el primer tercio y después de la foto los dejaba morir en el cenicero. Lo suyo es que hubiera sido incinerado pero en San Luís no conocen esa técnica. Ha vuelto al lugar del que surgió: a la tierra. Decía Cabrera Infante que no mata el humo sino la vida, y así ha sido. Ya es una leyenda envuelta en humo, lo que siempre buscó.

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La chica solitaria

abril 17th, 2010 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Najwa lleva el velo en la cabeza pero cabría preguntarse dónde lo lleva el padre que le obliga a usarlo, o la dirección del colegio que la recluye en una sala de visitas. ¿Y lo que ella opina no cuenta?
Este que suscribe, y que ha sido alumno en colegios africanos, nunca vio un problema de convivencia porque las niñas llevaran velo. Supongo que nos habría chocado ver a una chulapa en El Aaiún por San Isidro, pero tampoco creo que le hubieran castigado al cuarto de las escobas por decir “¡anda y que te ondulen con la permanen!”. Por mucho cariño que un maestro pirotécnico le tenga a su noble oficio no lleva a su hija ataviada de “faellera infantil” sí la niña no quiere. Sobre todo porque le haría una faena con respecto al grupo y la primera Ley del Patio es que si no eres como los demás no juegas a la pelota. La segunda Ley es que si no vistes como los demás te dan con la pelota. Nadie ha dicho que las leyes del patio sean justas.
No creo que Najwa sea una enviada del islamismo radical para horadar los cimientos de occidente, apenas es una víctima de un padre algo folklórico y poco integrado. Pues háblese con el padre y en último caso se le encierra, (a él), en la sala de visitas por plasta.

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La Cofradía del Cuerno

marzo 29th, 2010 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Está por ver que los toros sean una cuestión de masas, lo que son es una cuestión de “misas”, (por lo que tienen de pasión, de partidarios, de agnósticos y detractores). De ahí que el Domingo de Ramos una concentración de no-partidarios llevara unos cuernos por la calle en lugar de una palma, o una rama de olivo que es el capote de los cristianos en semana santa.
A los no-partidarios no les representan los toros, ni los tienen por hecho cultural sino por otro tipo de BIC, (en este caso Barbaridad Increíblemente Cruel). Los toros, en su calidad de dogma mediterráneo, se admiten o no en función de la Fe individual y no tanto por el número de personas que estén a favor, o en contra. Fuera del abono de San Isidro, un domingo cualquiera, el cemento “canta” en Las Ventas más que el público que se desmiga en un generoso cuarto de Plaza. Lo cuál no quiere decir que no haya interés por los toros sino que el personal está en otra cosa porque sí hay algo que nos une es el cuerno, un fenómeno cultural, (lo siento por los negacionistas), que nos lleva a las cuevas de Altamira, a los griegos y al mismísimo diablo cojuelo. Las expresiones, el lenguaje, los miedos y los triunfos parten del lenguaje de la tauromaquia. Un taurino podría decir: nos niegan luego existimos.
Los concentrados buscaban un indulto, que les echaran el BIC al corral, o que la presidenta les devolviera la entrada. Todo siempre en el marco del lenguaje taurino. La Cofradía del Cuerno también es “fiesta” popular.

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Jaque Matas en Baleares

marzo 28th, 2010 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Debe ser muy duro levantarse por la mañana a cantar la misa en una parroquia de pueblo, (mucho más en una misión en una aldea de África), y enterarse de nuevos casos de pederastia en la Iglesia católica. Tanto como ser militante de base, ahora en Mallorca en el PP, o antes en el PSOE durante la época de Luís Roldán y resto de latrocinios que tuvieron al Estado como rehén.
Está claro que los colectivos se nutren por la base pero se descomponen por las alturas que da gusto; el entusiasmo siempre está en los que más aportan y menos representan. Luego, a medida que se escala en la pirámide del mando se encuentran comportamientos que hacen perder la fe, o que provocan angustiosas crisis de militancia. La misma paradoja que debe sentir un misionero cuando le lleguen noticias de Roma y él tenga que trabajar para propagar los dogmas católicos. Aquí podemos repetir el refrán que se decía en los velatorios, (en los tiempos en los que no estaban inventados los tanatorios: “¡No somos nadie!”), podemos añadir: “y los militantes mucho menos”.
Algunos comportamientos son para perder la confianza en la divinidad y en las alturas porque no hay nada más desolador que saberse mal dirigido en tiempos de turbulencias. Ahora, cuando más falta hacía un partido regenerador y con entusiasmo es cuando crecen los “brotes bordes” de Matas, Camps y “gurtelillos” varios. El partido que está llamado a sustituir a un Gobierno en plena crisis de desintegración es el que tiene de portavoz en el Ayuntamiento de Madrid a una persona suspendida de militancia y el que mantiene a Ricardo Costa al frente de una comisión en el Parlamento valenciano. Ejemplar sin duda. ¿Dónde está el ejemplo y dónde la ilusión?, parece como si ambos partidos alimentaran a la abstención como se hace con los pollos de corral, que engorde hasta no poder más. No sería extraño que estuviéramos a diez minutos de que alguien resucitara al “gilismo”, o que a Berlusconi le diera por crear una segunda marca en España.
No se puede tomar por tontos a los militantes, ni a los fieles, porque dejan de ir a las urnas y a las parroquias, así que luego no sé por qué se extrañan cuando los políticos son el tercer problema para los ciudadanos españoles, o por qué la Iglesia no encuentra vocaciones para llenar los largos pasillos de los seminarios. No es que la gente no tenga vocación, (de militante o de catequista), es que los han echado con un trabajo largo y concienzudo. Ya puede Matas pagar la fianza millonaria, o el Papa hacer llamamientos al perdón, pero los desencantados huyen hoy Domingo de Ramos de los muros de Israel sin mirar lo que dejan atrás.

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La uniborroka

marzo 25th, 2010 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Como recién sacados del fondo sur de un campo de fútbol, perfectamente coordinados, vociferantes, una mano en la pancarta y otra en la solapa de la chaqueta del rector Carlos Berzosa. Igual que “hijos de Brutus” en plena turbulencia de los “idus de marzo”, jauría de post-adolescentes que puestos a perder los papeles también han perdido la razón en el campus del deshonor. Detrás de su queja no está Bolonia, ni una reivindicación acerca de los exámenes, ni una reforma de las carreras universitarias, ni mucho menos una cuestión de hondo calado académico sino la defensa de la virginidad de los colegios mayores sólo para chicos, (entre otras cuestiones de menor cuantía). Algo tan absurdo como defender la esencia del ambiente tradicional de los jugadores de rugby afectados por la presencia femenina, una queja casposa como aquel anuncio que decía “es cosa de hombres”.
Lo que hubieran dado sus padres por haber tenido unos colegios mayores mixtos, incluso poniendo en peligro la vocación por el deporte y la música, unos espacios para compartir pasillo y pasión con otras compañeras de cuarto, y ver la tele con gente que no pone los pies sobre la mesa y se ríe de los anuncios sin ton ni son. Esos padres que se hicieron expertos en el salto de tapia para ver a la novia en calidad de amantes furtivos tendrán que escuchar, estupefactos o mejor “tumefactos”, el relato de sus hijos que vuelven a casa de vacaciones con la dudosa gloria de saberse entre la panda de iracundos que sale en el video que zarandeó al Rector de la Complutense. Tan preocupados que están porque sus hijos estudien y les han salido unos “machotes” de tomo y lomo, algo macarras también, muy de uniborroka “osea y tal”, y de leña al mono hasta que cante la segunda declinación, o en su defecto aprenda la tabla de logaritmos neperianos. Qué bien se lo pasan siendo así de malotes.
Un ambiente muy distinto al que vivieron sus padres, mucho. En una generación se ha pasado de correr ante los “grises” a perseguir y acorralar al Rector sin que aparezca un guardia por el horizonte pelado de la Complutense. A cualquier cosa le llaman queja universitaria. Y tan orgullosos están de su acción.

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Las grandes vocaciones tardías

marzo 19th, 2010 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

El delfín abandona la piscina. Juan José Güemes, consejero batallador dónde los haya, un político señero en el PP madrileño que no huía de los micrófonos, ni se agachaba cuando los sindicatos le seguían como si fueran monjes del Monasterio del Cobro, se va. Pone puente de por medio y a San José como excusa para mostrar su vocación tardía, (tan apasionada como secreta), por el mundo de la docencia. Lo siento por los valencianos pero la traca política ha estado en Madrid. Para desmelene político el de la salida de Güemes por la puerta de los pasmos. Sin desmerecer al resto del Gabinete de Aguirre a Güemes siempre le gustó marcar el pulso político y entrar en batalla con la bata blanca, desde la tribuna de la Asamblea, o desde los micrófonos de las tertulias a las que tenía tendencia por aquello de que daba bien en pantalla. Hasta es posible que mirándose al espejo se haya preguntado alguna vez si había alguien más guapo que él para subir escalones en la Puerta del Sol, y seguro que habrá soñado con una carambola que hubiera sido Ignacio González en Caja Madrid y él de vicepresidente regional. A veces hay que tener cuidado con los sueños porque se puede hablar en alto. En ese caso el detonante de la vocación tardía por la tiza y la pizarra sería el desencanto. Ya fuera por iniciativa propia, o por el coro de los aduladores inherentes a todo alto cargo, Güemes se ha tenido que plantear un futuro más elevado en el gobierno regional. Y si no es así que venga un polígrafo, o en su defecto un lector de código de barras que sepa reconocer la ambición a primera vista. Pero todo: proyectos, deseos, quinielas, movimientos de sillas, codazos, enemigos, palmeros, club de fans, huelguistas y demás se han ido al garete por una vocación tan irrefrenable como tardía, (en otra época les daba por ir a las misiones africanas). Es como si de repente el hijo anuncia que se emancipa y se marcha a vivir fuera de casa, algo que sorprende siempre aunque “el chiquillo” tenga cuarenta años. Ya puestos a buscar una salida en condiciones podía haber entrado en el mundo del toro para apoyar desde la arena la consideración de la tauromaquia como BIC. Güemes vestido de luces en el ruedo de Las Ventas sí que sería un mitin en condiciones, y más si compartiera cartel con Cayetano Rivera. Otras de las teorías que circularon ayer a mediodía por Madrid es que pretende volver, “como ministro de Rajoy”, dentro de un par de años, lo cuál sí que es tener confianza en el futuro y fiarlo para largo. Queda ahora conocer a quién va su herencia política, no tanto por el organigrama de la consejería que se ha repartido en distintas áreas sino saber quién va a hacer de guapo en la foto con Trinidad Jiménez y, esto es lo más importante, ¿a quién deben seguir ahora los sindicatos en los hospitales? Este último detalle que tiene gran importancia no lo ha dejado atado Güemes, debería llamar a Javier López y a Ricardo Martínez para enlazar estos cabos que no deben quedar sueltos. De repente al consejero Fernández-Lasquetty, que tiene un tono moderado y mirada tímida, le van a seguir unos señores con la pancarta. Salvo que Güemes se los quiera llevar también a la enseñanza porque después de tantas broncas ya deben tenerse cierto aprecio mutuo, se van a echar de menos. ¡Y Tamayo quería ser el protagonista ayer!, eligió mal día para dejar de fumar como decían en “Aterriza como puedas”. Estaban en la Puerta del Sol como “tamayadas”. Aparecer en el adiós de Güemes es como si te presentas en casa de Noé a vender agua mineral la mañana en la que comenzó el Diluvio.

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El que debe duplicarse

marzo 19th, 2010 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

De repente un extraño. Un tipo desconocido para unos hijos irrumpe en su vida en condición de novio de su madre, y para deshacer el hielo busca un restaurante dónde puedan quedar todos, (los hijos de su anterior matrimonio también). No es un capítulo de “Los Serrano” sino la vida misma, otra de las consecuencias de decir “si quiero” dónde se debería preguntar: “¿si, pero puedo?”. El tipo será analizado con lupa; se le mirarán las uñas, se estudiarán sus expresiones y se tendrá con él la misma piedad que tienen un grupo de caníbales con el explorador que van a cocer en la marmita.
Digamos que es uno de los efectos secundarios de haber contraído “segundas náuseas”, (término copiado de Zoé Valdés), en lenguaje publicitario sería un anuncio de “dónde comen dos comen tres… o cuatro, o seis”. El tipo caerá cómo un macaco en jaula de hambrientos tigres de bengala y deberá ganarse el cariño de su nuevo grupo social. Desde luego que sería mucho más amable si se lo pusieran fácil, (pero no se lo pondrán). No hay nada que provoque mayor unidad que el rechazo a un tercero, así que en adelante los hijos de su nueva pareja actuarán como comandos organizados dispuestos a no dejar pasar ni media con tal de hacerle la puñeta. De su habilidad como relaciones públicas depende que sea aceptado o que acabe como José Luís López Vázquez en “La Familia y uno más”, (atado a un poste y asediado por sioux de cuatro años). Y, pobre de él, si se le ocurre ser del Barça cuando allí son del Real Madrid, o viceversa. Por supuesto que adiós a aquel coche tan mono que adquirió tras la separación, en su vida entrará el concepto furgoneta y la compra masiva los sábados en hiper, sin olvidar que a sus nuevos hijos les gustan los desnatados bios, (aunque a él le repeluznen los comprará con agrado).
El padre multiplicado por dos debe tener un temple como el de José Tomás y algo de osadía. Su trabajo se desarrolla en varias pistas a la vez: en la de la pareja, en la de padre de sus hijos naturales y en la de señor que vive con la madre de aquellos hijos que ha conocido en el restaurante. Con este cuadro hay gente que preferiría que le untaran el cuerpo con miel y que le dejaran ante una brigada de hormigas rojas, pero nadie dijo que la paternidad fuera un oficio ausente de riesgos. Si fuera capaz de dominar el espacio emocional al que se enfrenta saldrá muy reforzado, (se conocen personas que lo han conseguido). Por ocupar el cuarto de aquel señor que ya no está y cuya foto vestido de novio sigue en algún marco no será tenido en cuenta como padre, ese calificativo se lo tendrá que ganar; otros con menos esfuerzo consiguieron obtener un Premio Nobel.

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LA MALA VÍA DE MADRID

marzo 17th, 2010 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

El llamado “oficio más antiguo del mundo” también tenía que estar presente en la calle más moderna del mundo madrileño de hace cien años.
Se abrió la Gran Vía a base de piqueta y de alcahueta, y así al calor de la modernidad se fueron acoplando chulos, putas, clientes, pensiones, casas de huéspedes y coctelerías dónde se mezclaba al señorito, o al militar, con una actriz emergente y un cura de sotana, gafas oscuras y viva España. Chicote (y chiquitas), una manera de pelar gambas con lujuria, carne cruda al peso pagada en pesetas. Semejante colmena de gañanes de paso y lolitas de bolso ha permanecido invariable con los años, puede que las mujeres que se acodan hoy en los portales de la calle Montera no hayan leído a García Márquez pero guardan con sus antecesoras la misma memoria de “putas tristes” en su mirada perdida. También muchos vecinos de fincas rehabilitadas en Chueca ignoran quién fue Kawabata y no saben que en su piso hubo una “casa de bellas durmientes”. Dónde hoy se vende el estudio de un pintor hubo una pensión de las de patrona gallega y gato persa que se escondía de la sintonía del parte de Radio Nacional como si fuera un republicano reencarnado. Pensiones con placa en el portal: “se admiten viajeros y permanentes”.
Hasta en la época más dura del franquismo hubo una prostitución consentida de la que sacaron propinas porteras y serenos. El “hecho documentado” más antiguo que existe de la prostitución en el entorno de la Gran Vía es del año 1919, se trata de un catálogo hecho a mano por un muy aficionado a las casas de lenocinio. El autor, que se esconde tras el seudónimo de “señor Romo”, editó un pequeño librito que se puede considerar la primera guía del vicio de España. El título es tan sórdido cómo lo que se cuenta en sus páginas, “Gran Pescadería Popular Madrileña”, dentro hay chirla y gambón; por ejemplo se anuncia medio centenar de “gachís” en una casa de Jacometrezo, pero también se cuentan las virtudes de Manolito que proporcionaba chicos en la calle Jardines, así cómo se alerta de un piso en Infantas que tiene sereno y portera, (se exigía gran discreción). Para los más iniciados se cuenta la existencia de otra casa en la calle Aduana dónde se podían encontrar “francesas”, no en razón de su acento sino de su habilidad. Las mujeres eran todas españolas, gran parte de ellas casadas y residentes en la periferia que de día se acercaban a echar un ratito empujadas a la mala vía por el hambre, esclavas de la necesidad.
Durante la dictadura de Primo de Rivera no se detuvo el negocio sino que se transformó en habitaciones alquiladas en casas de huéspedes, en cualquiera de las muchas que hubo en la calle Valverde tal y cómo relata Max Aub en una de sus novelas dónde aclara que las chinches eran como de la familia, de toda confianza. Los viejos del lugar aseguran que Barbieri 5, (luego Hotel Mónaco), hubo casa de citas con una suite de espejo en el techo que había sido frecuentada por Alfonso XIII.
Tras el aroma de incensario que dejaron los primeros años del franquismo enseguida volvió el negocio a repuntar, a mediados de los cuarenta y hasta 1952, (“ese año algo debió de ocurrir porque cerraron todas las casas de esta zona”, recuerda Pepe Blázquez del restaurante Salvador). Pepe, entonces un adolescente, guarda memoria de aquella época: “la Gran Vía entre la calle Alcalá y la Red de San Luís era lo mejor que tenía Madrid. Ni Serrano, ni nada”. Fueron los años de esplendor de Chueca, con las casas de doña Milagritos, madame Tedy, los cócteles de Chicote, Pidux o el Abra. Doña María cobraba cien pesetas, doña Milagritos 75 y Madame Tedy 50. En la trastienda de un bar de la calle del Pez aliviaban clientes en una silla por tres duros. Eso sí, las posibilidades de agarrar una sífilis o una gonorrea eran muy altas.
En la década de los sesenta la prostitución y las pensiones que le daban servicio se trasladaron a la parte de atrás del Sepu y a Montera. En Desengaño y en Ballesta se abrieron los primeros locales que tenían orquesta en directo, el “Tú y yo” o el “Club Melodías”. Ese ambiente permanece intacto aunque ya no exista el Sepu, ahora a la sombra del edificio de Telefónica hay mujeres sudamericanas y venidas del Este en un tour del hambre. Si viviera el señor Romo vería como su guía se ha aumentado en Internet dónde se dan todo tipo de señales.
Cien años de vicios y de camastros oxidados dan para mucho, hasta para explicar Madrid según la historia oculta de sus portales y jadeos de pensión.

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