(“La Gaceta de Salamanca“, domingo 13 de enero, 2013)
La familia Alcántara ha estado en todos los fregados desde que Carlitos empezó a ir al cole en pantalón corto. En el último episodio fueron también protagonistas en el 23-F; ignoro si tienen escudo nobiliario junto al reloj de cuco, (como todo el mundo), pero bien pudiera ser “desde Adán y Eva los Alcántara estuvimos allí”.
En ese capítulo se destacan los valores de unidad democrática que tuvimos los españoles en una noche infausta y por encima de todo nuestra capacidad para creer en el futuro a pesar de que Tejero a punta de pistola estuvo a punto de devolvernos a las cavernas que tanto añoran algunos. Desde entonces hasta la fecha hemos desarrollado un caparazón duro ante el que rebotan no pocas ilusiones, para empezar hemos dejado de creer en políticos e instituciones y hemos ganado en sentimiento de amargura. Aquella “noche de los transistores” tuvimos una fe ciega en la democracia y en sus representantes. Ahora vete a recordar a Durán i Lleida el espíritu de la transición y te dirá que una higa para todos nosotros y que él no dimite que para eso es el político mejor valorado en las encuestas. O a Pujol pídanle explicaciones de por dónde cae Suiza, o a Güemes y Fabra algo de qué es la ética.
Quizá no todo fue tan bonito como se cuenta en la serie, Jardiel decía que la Historia es exactamente lo que se escribió pero ignoramos si es lo que sucedió. Tantos años después todo nos parece mas romántico; también el papel del rey al que nadie discutía su figura de garante del Estado y de las libertades, el rey de uniforme fue quién obligó a Milans a recoger los tanques de Valencia. Es el mismo rey que ve peligrar su corona por culpa de Corinna y de los amigos de Urdangarin que como socios eran malos pero como amigos han demostrado ser peores.
Vivir del recuerdo es mal asunto, nos tenemos que preguntar qué queremos ser de mayores y trabajar en esa dirección sin esperar a que nos rescate el cielo. La crisis es la oportunidad de limpiar armarios y por lo que parece esta que vivimos tiene mas de final de ciclo que de cambio de modelo. Hasta comer yogures de fecha caducada como dice el ministro Arias es noticia, (no es novedad en los hogares acostumbrados a sacar partido de la comida en forma de croquetas o de empanadillas). Lo importante sería encontrar una ilusión colectiva y de momento parece que estamos lejos. Ya veremos lo que cuentan los Alcántara cuándo les toque narrar nuestro presente de indicativo lleno de paro, mentiras y chorizos de todo pelaje. Hay mas tipos de mangantes que capas de toros en una ganadería. Que nadie vuelva a decir que no cabe un tonto mas porque enseguida les encontramos acomodo.
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Etiquetas: 23-F, Alcántara, Corinna, Fabra, Güemes, Pujol, Rey, Urdangarin