Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
Segundo día de frenética actividad en el Castillo de Villamagna, (antes hotel y ahora recinto amurallado por la policía dividido por sectores de colorines; a la prensa nos toca el naranja que impide el acceso a la fortaleza y te acuartela en los jardines donde no estropeas la “riqueza de lujo” de los ricos como decía Luís Buñuel en “Viridiana”). Segundo día y de momento seguimos sin ver la cara de los árbitros evaluadores que son una realidad virtual atrincherada en ponencias secretas. El único contacto con la atmósfera exterior son los miembros del gabinete Gallardón que comparecen en la carpa de prensa y dicen lo que han hablado en “Fort Villa”, luego hacen el gesto de extraterrestre con la mano derecha y regresan a “Raticulín”. Igual estos señores no aparecen por miedo a una gripe extraña. De momento nos tenemos que conformar con unos arbustos que tienen su nombre pegado al tronco y que fueron presentados en sociedad. Podemos confirmar que los miembros del COI son alargados, tiesos y muy verdes. Sus caras y cuerpos los conoceremos hoy cuando paseen por Madrid.
Dicen que dentro las cosas van muy bien. La primera medalla se la ha llevado Mónica Coghen, (hija de la consejera delegada de Madrid 2016), que fue capaz de dirigirse a los jueces en correcto chino. Sabemos lo de “correcto” porque dentro estaba mister Ching-Kuo Wu en cuya casa no se ha hablado otra cosa en la vida. Tengamos Juegos o no, cuestión al margen, Mónica Coghen ya es campeona con once años.
Gracias a esta “corazonada que tenemos todos” nos hemos enterado por Pedro Calvo de que nuestra credibilidad está en manos del COJO, (Comité Organizador de los Juegos Olímpicos), y que los atletas no pagaran parquímetros porque para eso tendrán carril “sólo olímpicos”. Hemos sabido que somos cada vez menos la ciudad del Demonio porque, según Ana Botella, han bajado los índices de azufre. Lo que no sabíamos es que el bolley-playa es un deporte que provoca “impacto acústico”. La primera reacción fue pensar en las jugadoras brasileñas que son un escándalo cuando salen a la pista, pero luego Botella se refirió a los altavoces que emiten música altamente macarra. Para los más cultos dijo que se jugará allí dónde Goya pintaba sus cartones, (para los menos cultos dónde rugen las brasileñas).
También hemos sabido que los jueces salen de la fortaleza por la noche ayudados por la guía “Restaurantes y tabernas centenarias”. Y, por si les diera por el bricolage culinario también existe el catálogo “Flavours of Madrid” en el que enseñan cómo enjaretar un cocido, una tortilla o una sangría.
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