Valls le ha metido las tijeras al mayor recorte social que ha vivido Francia y todavía dice que son medidas desde el socialismo porque los liberales lo hubieran hecho peor. No se ha enterado de nada y eso que enviamos una misión con Elena Valenciano en la que se advertía sobre los recortes que hace la malvada derechona. Valenciano estuvo bien porque hizo su parte pero Vals no se entera o no le han debido contar como fue el declive de Zapatero.
El primer ministro francés apunta a que no le entienden como dijo anoche Pep tras pasarle por encima un camión blanco en Múnich. A Pep no le leen la mente sus jugadores y así no hay forma. Ocurre mucho que el genio se pierde por una junta mal soldada. Hay días en los que se vierten toneladas a un río sin que nadie lo aprecie. La soledad intelectual de Guardiola escuece porque cuánto más eleva uno el pensamiento peor se lo tienen en cuenta. Europa le debe una explicación a Pep y Vals tendría que decir en el pasillo de la Asamblea lo que Soraya vicepresidenta nos ha mostrado como argumento: en mi puta vida he recortado nada, y ya está.
Soraya vicepresidenta está harta de acusaciones graves que se aportan como datos livianos para una campaña electoral que, en principio, era sólo para hablar de política comunitaria.
A la espera de una charla del Banco de Sabadell con Guardiola y Sergio Ramos todo lo que ocurra en la campaña electoral pasa a segunda fila. Lo de Pep puede cambiar nuestra manera de entender Europa durante los próximos siglos, es un cambio de eje parecido al pensamiento de Lutero. Casi nada partiendo de un balón que rueda por el césped.
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