(“ABC“/MADRID, viernes 17 de enero 2014)
Menudo vacile de candidatos se trae Tomás Gómez, tanto que ya parece lo del “breakdance” que llevamos a Eurovisión: 1) El cruzadito, 2) El mogollón, 3) Me peleo con Rubalcaba, 4) Digo que no. En realidad mas que baile es el partido de vuelta de las semifinales que juega contra Rubalcaba para dejarlo fuera en un torneo del KO en el que llevan metidos desde que en Ferraz le quisieron levantar la silla para colocar a Trinidad Jiménez; la “señorita Trini” que dijo Alfonso Guerra para tocar un poco las narices.
El objetivo final de Tomás Gómez pudiera estar mas allá de la Puerta del Sol y para eso juega al despiste de líder consolidado e indiscutible como decía Maru Menéndez. Palabras que recuerdan a aquellas otras de Alfredo Landa en “Amanece que no es poco”: “¡Alcalde todos somos contingentes menos tú que eres necesario!”. Gómez quiere que Rubalcaba conozca el sabor de la pócima que le obligó a probar en pleno mes de agosto de un verano de infausto recuerdo para él. A Tomás Gómez le dice Maru Menéndez que es necesario, ¿Tiene Rubalcaba quién le haga de Alfredo Landa? ¡En efecto, premio para el señor del fondo: Elena Valenciano!, (y nadie mas).
Estamos ante otro movimiento táctico dentro del PSM que es una formación muy bien descrita por Joaquín Leguina: “tan lejos de Dios pero tan cerca de Ferraz”, y las ganas de unos en intervenir en la gestión interna de los otros siempre ha sido un clásico. Si la sangre no llega al río es porque las patadas se dan por debajo de la mesa sin perder la sonrisa de cara a la galería.
De ahí a la carcajada que le entra a Tomás Gómez cuando se acuerda de las maniobras de Rubalcaba con las primarias como si fueran parte de un libro de chistes incluido en la enciclopedia del humor.
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