(“OTR“/EUROPA PRESS, miércoles 20 de febrero 2013)
El toro de Osborne nos representó durante décadas cuando comenzaba el turismo y en las cunetas se veían parejas de la Guardia Civil con el capote reglamentario sobre los hombros. Ha llegado el momento de actualizar nuestros valores y volver a consolidar un símbolo patrio esta vez en los aeropuertos y no en las autovías. El gesto airado del esquiador Bárcenas, (antes tesorero del PP), nos valdría para levantar estatuas en las terminales mas frecuentadas del país. El turista que llegara a Madrid, Barcelona, Palma o Málaga, tras pasar el control de pasaportes se encontraría con un Bárcenas haciendo la peineta, y de esa forma diría: “¡ya estamos en España!”.
La peineta es un objeto típicamente “spanish” que nos puede llevar a reactivar la industria de la mantilla de encaje, mucho mas ahora ante la inminencia de los cortejos procesionales de semana santa. Este nuevo símbolo, el Bárcenas con el dedo tieso, iba a reactivar la venta de las tiendas de aeropuertos muy en declive desde que el personal no se lleva el torito y la bailadora porque no les caben en la encimera de la tele de plasma. ¡Quién no iba a querer un “Barcenin” a escala tirando del carrito con la mano izquierda y con la derecha realzando una gloriosa peineta española! Nótese la habilidad manual que demuestra el ex contable al poder manejar las dos manos de manera simultánea en dos gestos diferentes. Otro con menos experiencia hubiera dejado el carro a su suerte y hubiera optado por el corte de mangas que es menos estético.
Bárcenas, contra el que Cospedal ha presentado una demanda para defender su honor, debió pensar que si “Blancanieves” triunfaba en los Goya siendo una película muda entonces a él le quedaba esta opción de respuesta sin palabras. Sabremos cómo le ha ido ante el juez en próximas citas si nos hace una lustrosa peineta, depende de cómo sea de enérgico el gesto.
Se entiende cuando Javier Arenas no quiere precisar en qué momento el “innombrable” en Génova, (hoy esquiador), dejó de cobrar del partido. Arenas no quiere que le hagan una peineta ahora que se ha apuntado a estar en Madrid para ayudar; otro, y ya van unos cuantos sin misión clara pero dispuestos a apoyar a Rajoy en lo que fuere menester.
El icono “Barcenin” va a proporcionarnos muchas alegrías este verano, tanto en su versión estatua turística como en figurita a escala o como imagen de camisetas. Dice el ladrón del Códice Calixtino que en la catedral de Santiago ha visto cosas muy raras, pues las que ha debido presenciar Bárcenas tampoco deben ser mancas puesto que ni él, ni el ladrón del Códice, dan muestras de arrepentimiento.
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